Mi amor, mi destino de Luz Manrique

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí en colaboración con la autora, a quien 
agradezco enormemente el envío de ambas novelas en formato digital. Y también pido disculpas por la tardanza en la publicación de las mismas porque sí, es de estas que tuve de retrasar a causa de las oposiciones y de los libros viajeros varios que han ido llegando a casa.

La buena noticia para ambas partes es que poco a poco me voy poniendo al día con las opiniones pendientes y por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Mi amor, mi destino, el primero de la serie Hermanos Redding de Luz Manrique:

SINOPSIS

La señorita Grace FitzRoy, hija del reverendo de Tom Rocks, ávida lectora y admiradora de la obra de Mary Wollstonecraft, sabe que como mujer tiene derechos y empieza a concebir sus propios sueños. Si bien no tiene idea de cómo darles forma ni qué hacer para alcanzarlos, sí sabe que algunos de esos sueños tienen un nombre...
El honorable Ralph Redding, segundo hijo del conde de Rodclyfe, está inconforme con su vida. En la búsqueda de un lugar en dónde encajar, se alista en la caballería británica. Huye así de su país, de su familia y de quien podría ser su amor...
En su lucha por dar sentido a sus vidas, esta joven pareja se ve obligada a unir esfuerzos para resolver un complot que no solo los persigue y pone en riesgo su integridad, sino que afecta la estabilidad de las relaciones entre Francia y Gran Bretaña.

Grace y Ralph podrían no solamente descubrir al responsable de tanto daño sino, también, descubrir el amor y alcanzar la tan esquiva felicidad.


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, diré que, pese a formar parte de una serie, esta novela se puede leer de manera independiente porque es autoconclusiva. Y que además, no es muy extensa en lo que a número de páginas se refiere por lo que, es perfecta para una tarde de lectura. Más, si sois amantes del género de la romántica histórica como servidora.

Nos sirve esta historia, especialmente a través de su protagonista Grace para darnos cuenta de que , si bien las cosas han avanzado en lo que a la situación de la mujer se refiere, aún existe un largo camino de recorrer. Pero también da el lugar que merecen a las pioneras que sirvieron para dar esos primeros pasos que nos han portado aquí.

Me ha gustado que, por tanto, utilizando a Grace, se dé el lugar que merece a la educación, la cual es básica y fundamental para cambiar las cosas. Pero, que no debemos dar por supuesto nada de nadie ya que, quizás son las circunstancias las que nos motivan o "fuerzan" a elegir uno u otro camino.

Asimismo, juega muy bien con el cliché de los vecinos y el primer amor, así como su impacto en nuestras vidas. Ya que ella está, estuvo y siempre parece que va a estar enamorada de su vecino de enfrente... quien es cierto que durante buena parte de la novela no la toma en consideración, viéndola como a una niña y, en cierto sentido, aprovechándose de ella. Quien, una y otra vez, le perdonaba.

Huelga decir que ese comportamiento no me ha entusiasmado, pero que sí que tengo que decir que, con su actitud, la autora lo que hace es enviarnos un mensaje acerca de la importancia de conceder segundas oportunidades en la vida y sobre todo, que a veces las apariencias engañan. Ya que, al rascar la superficie, lo que en realidad descubrimos es que él tiene miedo al amor. Porque lo entiende como un síntoma de debilidad, cuando es justo lo contrario.

Y es muy curioso, sobre todo por la profesión de él, ya que al ser soldado, se le presupone una valentía que, en determinados aspectos de su vida no tiene. Y en ese sentido, me ha gustado porque ha sabido separar muy bien la atracción del amor. Y sobre todo, nos ha recordado un detalle que, aunque ahora pueda resultar chocante, era la tónica imperante en la época. Y esa no es otra que los matrimonios no solían celebrarse por amor. Eso era un privilegio al que pocos podían aspirar.

La inmensa mayoría de los mismos eran entendidos como un acuerdo y transacción donde lo menos importante eran los sentimientos. Más bien, la perpetuación de una posición y un determinado estatus social. De ahí que, sumado a lo precedente, esta pareja de entrada no lo tenga sencillo.

Ambos, a su vez, son más similares de lo que podría parecer ya que, en público reniegan del amor, pero en realidad lo que tienen es miedo de las consecuencias que un rechazo podría suponerles. Así que, esta dicotomía está muy bien narrada y planteada y a mí me ha gustado mucho.

Más que nada porque ha permitido que narre una historia en la que se recuerda que el amor no nos hace débiles, sino que nos hace más fuertes y sobre todo, que si alguien nos quiere bien, nos respetará y nos querrá en libertad. Aceptando nuestras virtudes y nuestros defectos y siempre buscando ser el mejor complemento de nuestras vidas. De ahí que sean un gran equipo sin que sean conscientes de ese detalle.

Junto a esta gran subtrama romántica, hay otra subtrama con mucha acción pero que está muy bien integrada en la novela. Más en la época en la que desarrolla, ya que si algo tuvo como característica definitoria el siglo XIX en Europa esa es que fue muy convulso y que, aunque pudiera parecer una calma tensa, la realidad es que era un polvorín que, al menor problema o dificultad podría provocar un - otro - conflicto armado.

Por último, no puedo no hacer mención a otro aspecto bien desarrollado en la novela y que incluso, a día de hoy, continúa repitiéndose: el de la avaricia como motor de la sociedad. Poderoso caballero es don dinero y parece que nunca tenemos suficiente. Amén de que, si a día de hoy, algunas herencias son bastante injustas, más aún lo eran en aquella época.

Por eso, aunque es el villano, el lector puede empatizar con él y sobre todo, se convierte en un personaje muy útil para buscar la reacción del lector y que este se dé cuenta de que debemos aprovechar el momento y centrarnos en nuestras vidas y en nuestra felicidad, sin compararnos continuamente con los demás porque eso, lo que terminará provocando es la infelicidad, ya que todas las comparaciones son odiosas y además, hará que desperdiciemos el tiempo y nuestras vidas. Que solo es una y por tanto, debemos aprovechar.

Una vida en la que la verdadera riqueza no la dan los objetos materiales, sino las pequeñas cosas del día a día y sobre todo, el amor. Propio y de los demás.

¡Qué tremendo regalo es ese!

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!

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