La alucinante inmensidad de las dudas flotantes de Noemí Quesada

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Además, en este caso, el agradecimiento es doble ya que no es la primera vez que colaboramos juntas y eso me da a entender de que mi trabajo gusta. Lo cual, de cuando en cuando, gusta ser apreciado.
Junto a ello, como habréis podido sobreentender, al ser colaboración, ha tenido que ser una de esas opiniones que he tenido que postergar su publicación. Pero no porque no me gustara, todo lo contrario.

Sin embargo, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de La alucinante inmensidad de las dudas flotantes de Noemí Quesada:

SINOPSIS

¿Por qué conectan dos personas? ¿De dónde surge esa magia que comienza a flotar, a veces, tan solo con una mirada? ¿Qué es lo que nos hace querer saber más?

Tras esa delgada línea plagada de dudas y posibilidades se encuentra la historia de Ada y Biel.
Ella, con su cuaderno en la mano y música clásica de fondo, pensando en nuevos poemas. Él, colgado bocabajo de un tobogán infantil, practicando parkour.
A simple vista no podrían ser más diferentes, pero hay algo que los conecta y que muy pronto descubrirán. Bastarán unas cuantas gotas de lluvia para que comiencen a averiguarlo y después… Después ya no podrán parar. ¿O sí?


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de la portada y de la propia autora.

En cuanto al primer aspecto, he de decir que, de entrada, no la entendí. Pero que, una vez terminada la lectura, sí que descubrí por qué es como es y sobre todo, explica bastante bien la presencia y la existencia de todos y cada uno de los elementos ahí presentes. O sea, que es una de esas portadas inteligentes y reveladoras que tanto me gustan a mí. Algo similar a lo que me sucede con el título, el cual, aún hoy, continúo cambiando el nombre por aluciflipante. ¿Por qué? No tengo ni idea, pero en mi mente es una palabra que Biel incorporaría en su vocabulario de la vida cotidiana.

Eso sí, tengo retomo lo de la portada porque, considero que, en cierto modo, aún terminada, considero que no le hace justicia a la hora que contiene entre sus páginas.

Relacionado con esto, he tenido la suerte de poder leer buena parte de las novelas que Noemí ha publicado y, para mi fortuna, estas han sido en colaboración. Así que, puedoe decir también que, he visto cómo ha evolucionado. O mejor dicho, crecido como escritora. Y por eso, me voy a mojar y voy a decir que, está en mi top tres de las novelas que he leído hasta el momento. Me ha gustado mucho.

En esta novela conoceremos la historia de Ada y Biel, los cuales están muy bien acompañados de letras de muchos modos diferentes, convirtiéndola así desde casi las primeras páginas en un canto al amor, pero también un magnífico homenaje al poder de las palabras, a sus diferentes usos y sobre todo, a la Literatura. Todo ello englobado en un más allá considerado lejos de ser un mero entretenimiento, sino como un aliento de vida.

Amén de que, recuerda una idea que puede parecer de cajón pero que, conviene tenerla más presente a diario: no nos faltan palabras, nos falta práctica a la hora de ponerlas en práctica y saber comunicarnos bien con ellas.

Pero, afortunadamente, no nos faltan recursos y situaciones válidas para utilizar de apoyo en aquellos casos en que no nos sintamos con la fortaleza necesaria o el miedo para ponerlo en práctica.

Es lo bueno de las palabras y las artes, que, al pertenecer al campo de la psique, es común al ser humano. Y por eso, no importa el tiempo que transcurra porque son atemporales y universales. Y si eso no es un rasgo de todo su poder y fortaleza, no sé qué otra cosa pudiera ser.

Como podéis imaginar, la comunicación es uno de los temas principales de esta novlea. Y por eso, queda muy bien reflejad cómo, incluso en aquellos casos en los que estamos acostumbrados a la misma mediante palabras, continúa dándonos miedo. Por temor a sufrimiento, juicio y exposición. Un recurso que además aquí está muy bien traído y desarrollado con el síndrome del impostor que Ada sufre al respecto de sus trabajos y poemas.

Sin embargo, la autora también nos anima a dejar atrás las dudas - de ahí su importancia dentro del título - porque, solo aquellos realmente valientes, expresarán en voz alta lo que piensan y sienten. Síntoma de un amor propio muy bien entendido y desarrollado, amén de que es un rasgo inequívoco de la felicidad obtenida. Por eso, me ha encantado el personaje de Mari Carmen. Es más, si todos fuéramos como ella, creo que el mundo sería un lugar mejor.

Otro de los aspectos más interesantes de la novela en mi opinión, es el de los prejuicios. Una vez más, desarrollados desde diferentes maneras. Todas muy bien traídas y desarrolladas en el argumento de la novela y el arco argumental de los mismos.

Así, recuerda que debemos dejar los prejuicios atrás, ya que las apariencias engañan y sobre todo, que somos nosotros mismos los que, en ocasiones de manera inconsciente provocamos ese odio o menos precio hacia aquello que no nos gusta o que no nos llama la atención. Y por eso, conviene recordar que debemos ser también más empáticos y sobre todo, que, antes de hablar o criticar absolutamente nada o a nadie, nos acerquemos a él para así después decidir si nuestras impresiones precedentes eran correctas o no. Puede que la vida nos sorprenda... incluso para bien.

Una dinámica muy bien expresada en la relación entre poesía y rap. Aparentemente en las antípodas culturales, pero... con más cosas en común de lo que podríamos pensar. Así, ambos tienden a estar denostados como género por buena parte de la sociedad, y además, puede considerarse que el rap es la poesía urbana contemporánea.

En este sentido además, yo soy la primera que me lo aplico porque, si bien es cierto que no suelo consumir poesía ni rap español, he de admitir que, la inmensa mayoría de mis canciones preferidas en italiano pertenecen a este género. Y que incluso, considero a Marracash un genio creativo hasta tal punto que, soy incapaz de escuchar su canción Crudelia (I nervi) sin llorar. Es un puñetazo al corazón y me siento tan identificada con lo que ahí se narra que, para mí es imposible no emocionarme.

Y hablando de emociones... esta historia está llena de ellas y por eso, podemos extraer una serie de enseñanzas muy útiles a la hora de ser susceptibles y aplicadas a nuestras vidas cotidianas.

Me ha gustado mucho la relación entre las hermanas... si bien es cierto que no es la mejor del munod. Pero precisamente, es esa verosimilitud una de sus fortalezas, ya que tienen días buenos y días malos. Como todo el mundo.

Además de eso, al ser solo mujeres, enfatiza en el hecho de que debe haber más sororidad entre nosotras y tenemos que dejar de considerarnos más enemigas que amiga. Sobre todo porque, si nos apoyáramos más entre nosotros, el mundo también saldría ganando.

Ellas también son bastante opuestas entre sí, pero se respetan y se quieren. Y por eso, están tan acostumbradas a ser un pequeño equipo que, se protegen con todas las armas disponibles a su alcance. De ahí que, se juegue muy bien con la idea de que, en ocasiones por querer hacer un bien a los demás, terminamos provocando mucho daño.

Amén de que, las circunstancias o nuestras experiencias vitales, influyen muy y mucho a la hora de explicar por qué reaccionamos, actuamos o nos expresamos ante determinados estímulos.

Junto a ello, tengo que decir que Berta me ha parecido un personaje curioso e interesante. Por su dualidad, jugando de nuevo con esa idea de que las apariencias engañan. Pero también por el hecho de que demuestra a la perfección que, los extremos no son nada buenos y por eso, es difícil poder empatizar con ella, a pesar de que sus intenciones son buenas.

Y junto a ello además, la autora critica el modo de vida actual y sobre todo, en lo duro que es poder criar a un hijo siendo madre soltera. Porque nuestros horarios no están adaptados a estas circunstancias. Lo cual es un error ya que, cada vez más, se repiten estas circunstancias. Amén de que así, en cierta manera, nos están constriñendo a ser solo madres o solo trabajadoras... cuando es la variedad y los matices lo que provocan el enriquecimiento social.

Además de eso, también critica cómo el machismo aún hoy tiene unos tentáculos bastante largos. En más de un tema, incluso en aquellos que nos puedan parecer en cierto modo increíbles.

Por eso comento que, en ocasiones la entiendo. Especialmente en su modo de actuar en el trabajo, ya que, aún hoy sufrimos esa falta de aceptación de nuestro liderazgo en puestos de responsabilidad. Sea cual sea el ámbito laboral. Eso por no hablar de que siempre está esa sospecha acerca de que el modo en que lo hemos obtenido no es del todo legal. E incluso, a pesar de ser un proceso limpio, debemos esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos para ser consideradas igual de válidas.

Asimismo, en lo que a su personaje se refiere, en este caso, relacionado con el aspecto de los sentimientos. Me da pena porque se niega a sí misma. Es más, siente vergüenza de cómo es. Y eso está fatal porque, si no nos queremos bien a nosotros mismos, no podemos querer bien a los demás. Amén de que así critica el doble rasero de la sociedad al respecto de cómo una persona vive su sexualidad dependiendo de si es hombre o mujer. El juicio será siempre mucho más crítico para con las mujeres y el sentimiento de culpa o de estar viviendo nuestra sexualidad con toda la naturalidad del mundo y según nuestra forma de pensar, termina convirtiéndose en un pecado. Y un elemento de control y sumisión. Cuando no es así. De ahí que, por esa parte, brava por la inclusión de este elemento crítico.

Por otra parte, me gusta que la use para expresar la consideración de buena parte de la sociedad con respecto a las relaciones sexuales. Estas, suelen preferirse a las relaciones sentimentales porque, creemos que, al no estar implicados los sentimientos, será mucho más fácil salir indemnes y ponerle punto y final. Y no es así, el aspecto sexual forma parte del todo de las relaciones y por ello, es muy importante. Además de que, esa intimidad creada puede generar de seguido el desarrollo de sentimientos de otra índole. Así que no hay que menospreciarlas o desprestigiarlas porque... nunca se sabe dónde, cuándo y con quién puede aparecer el amor.

Y por último, ejemplifica de un modo bastante acertado cómo el peso de nuestras relaciones sentimentales influyen muy y mucho en nuestro desarrollo de la personalidad y actuación al respecto de las mismas. Tanto para bien como para mal. Lo cual es un error.

Es especialmente peligroso en aquellos casos en los que coinciden con nuestros primeros amores, ya que así se perpetúan algunas situaciones y pensamiento que para nada son sanos. Y esto es un error porque, a la más mínima señal de menosprecio o falta de respeto, hay que huir porque ahí no debemos quedarnos. Convirtiendo así, una vez más, a la literatura en un arma de denuncia y en un revulsivo para el lector. Para aquellos casos especialmente en el que el lecto se sienta identificado con lo aquí expuesto.

Conviene recordar con ello que, el sentimiento no es uniforme y como tal, evoluciona con respecto a una persona y al tiempo transcurrido. De ahí que, o debamos usarlo como vara de medir o comparación con el resto de relaciones posteriores porque es un error. Amén de que, esamos incurriendo en la idealización... con el peligro que eso conlleva, Porque la idealización es otra manera de convertir en perfecto al otro, cuando esta no existe.

Y por eso, el tratar de empeñarnos en perseguirla continuamente lo que, a la larga terminará provocando será un sentimiento de insatisfacción e infelicidad eterna que salpicará al resto de aristas de nuestras vidas cotidianas. Llegando incluso a provocar que, personas que son alucinantes, pasen desapercibidas... como bien demuestra Marcos.

La autora también anima a que, a pesar de experiencias insatisfactorias o tristes anteriores, no dejemos de vivir. Porque vivir va de sentir y la negación de los mismos, provoca que sobravivamos y, en el fondo seamos infelices. Seamos valientes y vivamos con intensidad. Como hacen Biel y Ada.

Y en esa valentía debemos recordar que, por mucho que demostremos los sentimientos con acciones, estas son complementarias a las palabras. No excluyentes. De ahí que debamos ponerle nombre y sobre todo, decirlo en voz alta. Hay que hablar siempre. De todo y de todos, por muy doloroso que termine resultando. Eso sí, tampoco se puede forzar a mantener conversaciones. Especialmente en aquellos casos en los que los temas son incómodos porque entonces, se producirá el efecto rebote. Las consecuencias si no, serán peores, ya que la falta de comunicación provocará que una de las bases de cualquier relación se convierta en endeble y por ahí aparecerán las dudas, los malentendidos y las discusiones.

¿Me enfadé con Biel? Sí, Mucho. Aunque, he de decir que es muy coherente y muy maduro en lo que a la gestión de todo se refiere. Por eso lo anteriormente dicho acerca de las apariencias y sobre todo, a escuchar todas las versiones de la misma historia a riesgo de sacar conclusiones precipitadas.

Destaco por tanto aquí, la importancia concedida – y merecida, por otra parte – a la salud mental, la cual ha desmitificado y sobre todo, ha puesto de relieve cuán difícil es, en ocasiones, tratar con personas cuya salud mental no es del todo estable. Fundamental es, por tanto, tratarla bien y sobre todo, curarla en aquellos casos de necesidad para alcanzar la felicidad, sentirnos bien con nosotros mismos y sobre todo conocernos bien. Solo así podremos ser y sacar nuestra versión.

Y sobre todo, estaremos tan bien con nosotros mismos, que no supondrá ningún problema, no solo demostrarlo en público de mil y una maneras posibles, sino que también podremos estar igual de bien junto a los demás.  

De la misma manera que Biel le hace un regalo a Ada, así considero yo esta colaboración: un regalo.

Y, esta última línea va directamente para ti Noemí: no sé si te has planteado alguna vez variar de género y probar suerte con la lírica. Si no es así, te animo.

No dejes que las dudas floten a tu alrededor en ese sentido, porque a mí me parece que tienen muy buena calidad.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

Mil perdones, de nuevo, por la tardanza.

Y a vosotros...

¡Nos leemos pronto!

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