Alana de Ana Guélez

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico. Y los detalles que le acompañaron, por supuesto.

Al ver la palabra colaboración, podréis entender que esta es otra de las opiniones cuya publicación retrasé en dar al botón publicar, por lo que pido disculpas por la tardanza de la misma.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Alana, escrita por Ana Guélez:

SINOPSIS

Un acontecimiento ocurrido trece años atrás por superar.
Unas llamadas misteriosas que harán tambalear mi vida.
Una palabra que marcó mi forma de pensar.
Mi pasión por la fotografía.
Un destino deseado.
Amistad, miedos, superación...
Y una persona que está obsesionada por llevar a cabo su cometido, ¿lo logrará?
¿Me acompañas para descubrirlo?


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, tengo que hacer un par de aclaraciones al respecto del título y de la portada de la novela de la misma. Porque, en ambos casos, son más reveladoras de lo que podría parecer a simple vista. Y en ambos casos, los detalles me gustan mucho.

Alana, como podréis imaginar, es el nombre de la protagonista y la portada es uno de los escenarios con mucha importancia en la historia.

No es la primera vez que conozco la pluma de la autora, y por eso, sabía de antemano que las sorpresas estaban incluidas en la novela, si bien he de admitir que no la vi venir. Pero además, Ana siempre demuestra que sus novelas, por breves que sean incluyen muchos mensajes y temas susceptibles de ser desarrollados en profundidad.

Y por eso, he de admitir que las metáforas incluidas en este libro han sido siempre de lo más interesante y que me he sorprendido página tras página al darme cuenta de esos incontables dobles sentidos presente en ella.

Y con esta premisa de partida, nos dice ya que las apariencias engañan y que por eso, no debemos juzgar a un libro por su portada o a una persona por su apariencia física ya que... podríamos sorprendernos. Para bien o para mal. Sin embargo, el mensaje de empatía está ya ahí de manera bien presente.

Otro tema incluido y desarrollado a causa de las circunstancias de la protagonista es el de la importancia de la salud mental, a la que no solemos conceder la importancia que merece. Prefiriendo en muchas más ocasiones prestar más atención la salud física, olvidando que debemos hacer lo propio con la otra. Principalmente porque, en no pocas ocasiones, se explica y entiende muy bien cómo, en no pocas ocasiones, nuestras actitudes y comportamientos pueden ser explicadas a causa de lo que nos pasa en la cabeza.

El problema es que aún hay mucho miedo a la crítica a que los demás sepan que necesitamos ayuda de este tipo a causa, principalmente de la desinformación y los prejuicios. Y por eso, o preferimos dejarlo para el final, o simplemente no tratarnos como merecemos... provocando que el problema se agrave.

La crítica a la falta de empatía, por tanto, está bien presente desde el principio, convirtiendo así, de este modo a la literatura en algo que va mucho más allá de un entretenimiento. Es un arma de denuncia de aquellos aspectos de nuestra sociedad bien susceptible de mejora. Y sobre todo, al mismo tiempo, nos emplaza a que dejemos atrás ruidos y rumores externos y que nos formemos nuestra propia opinión al respecto de cualquier tema porque, y más como bien aparece aquí indicado, todos tenemos unos demonios que no solemos compartir con los demás... por lo anteriormente expuesto.

Amén de que, debemos tener en cuenta que, si bien somos herederos de nuestro pasado, no debemos dejar que nos condiciones. También a causa de que una acción no tiene por qué definirnos como personas o condicionar nuestras vidas. Especialmente si hay voluntad de arrepentimiento, ya que, el ser humano es voluble y evoluciona en todas y cada una de las etapas de su vida.

Por último, y ya concluyo con el tema de la salud mental, tengo que decir que esta también está asociada a tener una buena autoestima y por eso, es un modo diferente de hacer mención al amor propio. Y es que, si no nos queremos bien a nosotros mismos, jamás seremos capaces de querer bien a los demás. Permitiendo de este modo que comportamientos y actitudes que no tienen nada de sano, continúen perpetuándose con el paso del tiempo.

Debemos recordarnos y tener muy presente que somos el amor de nuestras vidas somos nosotros mismos. De ahí que, por muy egoísta o incomprensible que pueda parecer a ojos de los demás... todo lo que signifique soltar lastre, nos hará bien. Si no aportas, aparta.

Y, dado que tenemos un serio problema de comunicación también, hay que aprender a decir más veces que no en nuestras vidas por ese mismo motivo. Además de que, no hay que entender siempre un no como una negativa rotunda y sí, como un aspecto que puede ayudarnos a mejorar. Con respeto, eso sí, ya que las buenas intenciones están llenas de daño.

Junto a ello, de la misma manera que aprender a decir no, debemos aprender a pedir ayuda y a erradicar esa idea asociada a otra debilidad, porque no es así. Para ello en este sentido, debemos tener bien claro que nadie nace sabiendo - otra pulla para la falta de empatía social - y sobre todo, que la perfección no existe. En ningún aspecto de nuestras vidas. Cuanto antes tengamos esa idea presente, antes podremos dejar de perseguirla incansablemente porque, eso solo provoca una infelicidad y una tristeza de la que seremos incapaces de desprendernos y que nos impedirá vivir con normalidad.

Porque, como bien aparece reflejado aquí, vivir y sobrevivir no son verbos sinónimos por increíble u obvio que pueda parecer y será precisamente el conocimiento y la distinción entre uno y otro lo que traerá la felicidad a nuestras vidas.

Cambiando de tema, la autora nos emplaza a que seamos, al igual que Alana, mucho más resilientes en nuestras vidas. Y que tomemos como referencia la idea de que no existen ritmos vitales unitarios, sino que cada uno de nosotros funciona de un modo y a un ritmo diferentes del resto. Así que nunca es demasiado pronto o demasiado tarde para emprender un nuevo camino. Porque la diferencia enriquece y nunca tiene por qué separar. Detalle que también queda bien reflejado en la especial relación de la protagonista con sus amistades.

Otro tema interesante que critica entre sus páginas es el de la presencia del machismo en nuestra sociedad, así que he aplaudido a rabiar cómo ella se ha comportado a lo largo de la novela. Y es que, aún hoy las mujeres tenemos que demostrar nuestra validez en nuestros puestos de trabajo esforzándonos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos.

Pero además, en no pocas ocasiones, nuestros "jefes" masculinos usan insultos o menosprecios para refutar esa opinión que tienen de nosotros. Tolerancia cero en este tipo de casos, porque es un tipo de maltrato que, desgraciadamente está muy extendido en nuestra sociedad y que recuerda también cómo en numerosas ocasiones, es un paso previo hacia el otro tipo de maltrato y a cómo las palabras pueden hacer mucho más daño que los golpes porque, sus efectos son más invisibles y pasan desapercibidos a ojos de los demás.

Hay otra crítica muy presente en la novela y que es la que hace referencia a que debemos aprovechar y vivir el momento más en lugar de la prisa que suele caracterizarnos como sociedad. No solo porque por culpa de este comportamientos nos pasan desapercibidos muchos detalles y momentos que conforman la verdadera riqueza de nuestro día a día.

En ese sentido, el hobby de ella, la fotografía, demuestra muy bien cómo, la vida, está llena de instantes y que todos son igual de importantes que el resto. De ahí que debamos estar mucho más pendientes al respecto porque, nuestras circunstancias pueden cambiar de un momento a otro y las consecuencias pueden ser mucho más graves por no habernos fijado bien. En este sentido, la alusión al efecto mariposa me ha gustado mucho Y, al mismo tiempo, demuestra bastante bien cómo la vida te puede cambiar de un momento a otro y por eso, ese comportamiento tan repetido de querer mantenernos en un momento específico de las mismas... no terminará siendo del todo sano.

Para concluir, también he visto una referencia y alusión a Retrato de una obsesión. Muy interesante también. De entrada porque recuerda en primer lugar, que ninguna obsesión es sana, por mucho que pueda parecernos lo contrario. Eso sí, me ha gustado de nuevo, una vez más, que nos emplace a vivir más el momento y a no quedarnos con las ganas de hacer algo... a riesgo de infelicidad.

Y en ese proceso también ha de incluirse que debemos hacer más casos a las señales externas y a las que nos envía nuestro propio cuerpo, el cual es sabio y por tanto, no nos engañará. Al contrario, nadie mejor que nosotros mismos para saber qué es lo mejor.

Ese juego por tanto de racionalidad y sentimentalismo - pulsiones - está muy bien traído por lo necesario y útil del mismo. Y también está muy bien hilado con Canfranc, el lugar que aparece representado en ella. Sirviendo de base que debemos regresar a los lugares que fuimos felices, cierto es. Pero que son las personas las que conforman los hogares y las que contribuyen a crear que los recuerdos en ellos sean agridulces o no y no los sitios en sí.

Por último, y no menos importante, se hace alusión a la obsesión relacionado con el amor, enlazándola en este sentido con una subtrama de misterio que me mantuvo enganchada desde la primera página por querer saber más y sobre todo, por querer tratar de descubrir quién era el personaje que se escondía tras todo ello.

De ahí que, una vez empecé no pude parar de leer.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Mil perdones por la tardanza!

¡Nos leemos pronto!




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