Daniel condenados a entendernos de Abril Lainez

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Y por supuesto, su confianza en mí una vez más.
Y sí, como bien sabéis, con la etiqueta colaboración, he de posponer un tiempo el darle al botón publicar para que todos vosotros podáis saber mi opinión al respecto de la misma.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Daniel, condenados a entendernos escrito por Abril Laínez:

SINOPSIS

Mi nombre es Mia Sheldon, soy fisioterapeuta y vivo en Manhattan.
Mi novio tiene una afición muy, pero que muy «peculiar», y lo he dejado.
Me han despedido de la clínica por culpa de un paciente arrogante.
Mi coche choca contra otro, con el del «paciente arrogante», el mismo que afirma que me he saltado un semáforo.
Me han retirado el permiso de conducir.
Me han propuesto trabajar en un balneario de lujo, rodeado de montañas y de un inquietante silencio. ¡He aceptado!
Y… ¿a quién me encuentro? Sí, al causante de todos mis males.
Un balneario con normas muy estrictas, una fisioterapeuta, un paciente arrogante… ¡Una guerra garantizada!

La pregunta es si estamos condenados a odiarnos eternamente o… ¡a entendernos!


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer una aclaración al respecto de esta novela. Y es que puede parecer que es el segundo de una serie o saga, pero nada que ver. Es autoconclusiva. Eso sí, tengo que decir que Daniel, el protagonista de esta novela era un secundario - con cierto peso incluso - en la novela de Julien, así que para entender mucho mejor cómo se desarrollan los acontecimientos y sobre todo, el cambio de tornas entre protagonistas y secundarios y viceversa... conviene mejor haber leído la otra.

Dicho esto, mentiría si no dijera que no quería leer cómo Daniel caía en las redes del amor porque, como bien dice el dicho... nunca digas nunca y además, todos sabemos que incluso las torres más altas caen siempre. Justo lo que le sucede a él.

En esta historia, como podréis entender conoceremos a Daniel y a Mia, quienes, en cierto sentido, repiten la tónica de Julien porque ambos tienen que ir para trabajar y realizar una obra en un lugar y ella pertenece al campo de la salud, puesto que en este caso es fisioterapeuta.

Y desde la propia portada, está lleno de metáforas que, al mismo tiempo, aluden a situaciones y escenas de la novela y que por tanto, me han parecido muy interesantes y de lo más inteligentes.

Así, con el choque de los coches además de literal - puesto que es el modo en que tienen un primer contacto más profundo - se hace alusión al tremendo carácter que este par tiene, pero también se hace alusión al amor. O mejor dicho, al profundo impacto que este tiene en nuestras vidas y sobre todo, a cómo puede aparecer cuando menos lo esperamos, a que no somos nosotros solos el piloto en lo que a una relación se refiere. E incluso que, una vez aparece el sentimiento, es él quien se pone al volante de todo. De ahí que oponer resistencia u oponerse a él es una batalla perdida de antemano.

Además de que, en este libro eso queda reflejado a la perfección, porque, si el universo se empeña en presentarte delante de los ojos a alguien... quizás hay que escuchar más los mensajes que este nos está enviando. A pesar de que, inicialmente, no sea santo de nuestra devoción.

Por eso, es tan importante uno de estos mensajes que se incluyen en el libro, como es el de conceder segundas oportunidades. A la vida, a nosotros mismos y a los demás, porque las apariencias engañan y quizás nos llevemos una sorpresa agradable... una vez lo sepamos todo.

Eso sí, relacionado con las apariencias y oportunidades, nos emplaza a ser siempre libres y valientes y por tanto, a formarnos nuestra opinión al respecto de cualquier tema o persona por nosotros mismos, libres de prejuicios y rumores varios y solo de haber escuchado todas las versiones de la misma historia. Porque, la opinión va intrínsecamente ligada al campo de la subjetividad de cada uno... y ahí aparecen los problemas, disgustos y malentendidos. Los cuales, aquí, hay un rato.

Y es que, si tuviera que ponerle un subtítulo a esta novela, esta sería el de una serie de catastróficas desdichas porque, ¡madre mía la cantidad de cosas que les sucede a este par! Siendo incluso algunas en cierto modo rocambolescas y, al mismo tiempo, ejemplificando muy bien lo de estar en el momento equivocado en el sitio incorrecto.

De ahí que, otro de los temas importantes sea el de la importancia de la comunicación. Porque, si no la ponemos en práctica más de seguido y de una manera más efectiva, a la larga es cuando aparecen los disgustos, malentendidos, discusiones e incluso rupturas.

Relacionado precisamente con la comunicación, está la opinión. La cual solo hay que dar una vez se nos la pida y sobre todo, de un modo respetuoso e intentando ponerse siempre en la piel del otro. Porque, de nuevo, nuestras propias circunstancias personales son las que nos llevan a decir o hacer determinadas cosas que, a la larga, lo que terminan provocando es un daño en el otro. Porque las buenas intenciones en muchas ocasiones están llenas de daño.

En este sentido, tengo que decir que me ha gustado mucho su inclusión con el personaje de Patrick y sobre todo, cómo Daniel lo gestiona. Por su madurez. Más que nada porque ha recordado que la vida es una cadena y la historia tiende a repetirse. Así que, al saber de primera mano todo lo que puede ocurrir con este tipo de situaciones mal gestionadas, decida aplicarse el cuento. Bravo.

Pero, al mismo tiempo, sirve como un magnífico ejemplo de que no todos los amores y amistades son sanos y por eso, en el momento en que apreciemos o atisbemos el más mínimo gesto de toxicidad, hay que huir. Nuestra salud mental está en juego. Y esa es innegociable e incuestionable... por muy egoísta o tajante que pueda resultar esa decisión.

Así que, si no aportas, aparta. Y una recomendación o consejo no tiene por qué terminar convirtiéndose en un modo de controlar o querer cambiar a otra persona a nuestra conveniencia. Recordemos que quien bien te quiere, lo hará libre.

Una segunda metáfora e inteligente tiene que ver con uno de los escenarios donde sucede la historia: un balneario. Y si bien uno de los dos va allí por trabajo, la realidad es que ambos necesitan para de sus vidas cotidianas y sobre todo, sanarlas. Amén de que es otra alusión a la importancia del amor propio muy bien traída, solo que en este caso se centra más en la parte física que la mental, sin dejar de ser esta igual de importante.

Es una novela reivindicativa también lo que al machismo se refiere, porque aún está bien presente y arraigado en nuestra sociedad. Tristemente.

Más que nada porque, aún hoy, las mujeres tenemos que soportar que se nos menosprecie en el desempeño de nuestro trabajo y por tanto, que debamos esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas y compañeros masculinos para alcanzar la misma consideración.

Asimismo, existen muchos hombres que, precisamente se valen de su posición laboral - generalmente elevada - para aprovecharse e incluso amenazar y someter a las mujeres que tienen a su alrededor. Y por último, cuando se produce un conflicto o una situación desagradable en el ámbito del trabajo, siempre suele ser la mujer quien termina saliendo peor parada. ¿Hay o no aún un largo camino que recorrer?

Como habréis podido imaginar, esta también es una novela de amor. Y además, está bien presente desde múltiples puntos de vista.

Así, hay alusión al amor entre los miembros de una familia y también utiliza este recurso para recordar que, las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo peso e impacto en nuestro modo de actuar y pensar, perpetuando y asumiendo comportamientos que son poco o nada sanos como tal.

Y, al mismo tiempo, recuerda que, el mero hecho de compartir un grupo sanguíneo con otra persona, no conlleva el brote o surgimiento del amor espontáneo entre ambas partes implicadas. Al contrario, como la relación importante de nuestras vidas que es, debemos cuidarla a diario y no darlas por descontada. En este caso, muy bien relacionado con el tema de la paternidad. Porque padre se hace y no se nace y sobre todo, debemos pensar muy y mucho la toma de esta decisión porque es una responsabilidad para toda la vida. Y sobre todo, que no podemos sustituir el amor con objetos materiales.

Por último, hay alusión al amor romántico, el cual, como he mencionado anteriormente, aparece dónde, cuándo y con quien menos lo esperamos. Eso sí, no debemos comparar todas y cada una de las relaciones sentimentales de nuestras vidas porque todas son importantes y su impacto se refleja siempre en nosotros - de manera más o menos visible, eso sí - y sobre todo, porque no debemos olvidar que el ser humano evoluciona y la consideración y pensamientos que tengamos al respecto de este sentimiento, lo hará a la par que nosotros.

Así que no hay tiempos que valgan para con él. Y sí que hay que vivirlo como merece: con toda la intensidad posible.

Y en este sentido, sí que tengo que decir que, de nuevo me ha parecido precipitado el modo en que todo sucede entre ellos, especialmente su punto de quiebre. Más que nada porque me ha chocado bastante con respecto al modo en que narraba la atracción de lo prohibido entre ambos anterior.

Eso sí, tengo que decir que la reconquista ha sido genial y que me ha encantado de principio a fin.

Eso sí, antes de querer bien a los demás, debemos valorarnos, apreciarnos y querernos bien a nosotros mismos porque si no, de nada servirá. Y en ese amor propio está también la autoaceptación de nuestras partes más brillantes y más oscuras.

En este sentido, quiero hablar de Jack, el ex de Mia, porque, sí que puede parecer a ojos de los demás una afición particular o extraña. Pero en mi opinión no lo es tanto. Es más, es un tipo de turismo que está en alza. Yo creo que, realmente el motivo por el cual él se avergüenza es por todas las reacciones y estímulos negativos externos que recibe por parte de los demás.

Demostrando así el peso de las palabras y sobre todo, el daño que pueden hacer. Hasta el punto de convertir algo que le gusta y de lo que se siente orgulloso en un tema de vergüenza. Y nada que ver, bien orgulloso de ello y muy bien querido, Jack. Y como Jack, todos nosotros.

No olvidemos que, como bien dice el dicho, siempre hay un roto para un descosido y por tanto, a la larga terminaremos por encontrar a alguien a quien nuestras rarezas y peculiaridades le resulten interesantes y atractivas. Porque la diferencia enriquece y nunca ha de separar.

Así que...¡vivan los raros y excéntricos del mundo!

Por último, no puedo no mencionar un aspecto al respecto del final porque es quizás, el que demuestra que ambas historias están relacionada y que por eso, podrían ser consideradas como parte de una serie. En cierto modo, se repite la misma dinámica que en el libro de Julen, provocando que el cierre de esta historia sea un círculo perfecto y sobre todo, que nos sirva de recordatorio de que, si en una broma no se ríen las dos partes implicadas, no es divertida o graciosa.

Y que incluso, puede volverse en nuestra contra.

Salvando este detalle, la historia de Daniel es digna de su protagonista y queda más que demostrado que el amor es fruto de la casualidad... ¿o quizás de la causalidad?

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Mil perdones por la tardanza en la publicación!

¡Nos leemos pronto!



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