El café de las nueve de Isabel Valero

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de un libro que leí en colaboración con la autora, a 
quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital y me permita así conocer su pluma. Una acción que ya sabéis cuánto me gusta realizar.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y os dejo con la sinopsis y mi opinión de El café de las nueve de Isabel Valero:

SINOPSIS

El futuro es tan incierto como la certeza del amor.

Candela lo tenía todo en la vida; una familia, un marido al que adoraba, unas amigas incondicionales… O eso creía ella hasta que en un viaje inesperado se descubrió a sí misma.

Buraq era un hombre conformista, huraño y distante, hasta que alguien llegó para poner sus ideales sobre el amor del revés.

Cuando una pasión arrolladora surge sin previo aviso en una persona que tiene claro lo que necesita para ser feliz, puede llevarla a cometer locuras que se vuelvan en su contra.

Descubre en estas páginas una historia donde un café, un viaje de amigas, Turquía, un secuestro y la vuelta a la realidad te mostrarán un camino de autoconocimiento con un final tan incierto como el futuro.


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, voy a hacer un par de comentarios al respecto de título, portada y novela en sí.

Con respecto al primero, como persona que adora las portadas bonitas y que, de hecho, es uno de los primeros detalles en los que me fijo a la hora de decidirme a leer o no, he de darle la enhorabuena por la elección. No solo por la belleza, sino porque muestra y concentra en la misma muchos de los detalles que serán importante en la historia que se narra dentro.

Con respecto al título, a priori, podría no ser muy revelador, pero sí que lo es. Lo que ocurre es que solo se entenderá el significado total o el motivo por el cual se ha decidido titular así a posteriori de la novela. Amén de que también con él hay un recurso literario que es el de la metaliteratura. Así que lo ha convertido en uno de esos títulos inteligentes que tanto me gustan a mí.

Y el tercero, el de la novela en sí, tengo que aclarar ya desde el inicio que es la primera parte de una bilogía cuya historia se desarrolla en ambos volúmenes. Por lo que esta, no solo tiene un final abierto sino que además, el cierre aún no está escrito. Así que lectores curiosos y ansiosos por saber... tendréis que esperar un poco por saber cómo terminan todas las tramas que inician aquí. Y aviso desde ya, que hay unas cuantas.

Amantes de las telenovelas turcas o lectores con añoranza de más novelas similares a La pasión turca de Antonio Gala, vuestras súplicas y oraciones han sido escuchadas porque, esta novela tiene todos los ingredientes necesarios para rellenar ese hueco que ha quedado libre desde hace un tiempo. 

En esta novela conoceremos a Candela y Buraq y les acompañaremos en el proceso de cómo se enamoran tras un flechazo fulminante en Turquía. Pero no solo a ellos, porque, parece ser que el amor estaba en el aire y se reproduce por esporas en dicho territorio, ya que más de una va a quedar embrujada para siempre. Por el país y además, por los hombres del mismo. 
Así que en este sentido, podría decirse que esta novela es un regalo y una muestra de amor por parte de la autora para con Turquía. 

Pero, en mi opinión, al mismo tiempo, es un aspecto susceptible de mejora ya que, si bien es cierto que la pareja protagonista - como rol principal que tienen - está mucho más desarrollada que las otras que se forman, es el hecho de que haya tantas al mismo tiempo que, en ocasiones, los secundarios roben protagonismo a los principales e incluso que pueda parecer confuso o lioso - a mí me paso, por ejemplo. Tuve que hacerme una lista de amigas y enamorados porque llegó un momento que ya no sabía quién estaba con quien - , cuando no la diferencia entre las propias historias de amor entre secundarios es bastante evidente y por eso, quedan descompensadas. Cuando sería justo lo contrario lo que debería de suceder. Es decir, que todas quedasen más o menos descompensadas. 

Sé que es el primer volumen y que por tanto, todo queda en el aire, pero, creo que hubiera quedado mucho mejor centrarse en un número menor de amigas por volumen o incluso que se creara una serie en las que todas nacieran a la vez, pero cada par tuviera el suficiente espacio y voz para contarnos todo lo que quisieran al respecto de cómo se enamoraron. 

Por supuesto, queda más que demostrado con la premisa que esta es una novela romántica y sobre todo, queda más que demostrado que el amor aparece dónde, cuándo y con quien menos se le espera. De ahí que, en primer lugar, no debamos burlarnos de él porque las torres más altas son las que siempre caen primero y de un modo más aparatoso. 
Pero tampoco oponer resistencia a su llegada, porque será una batalla perdida de antemano. 

Y sobre todo, se nos recuerda que todas las historias de amor que aparecen en nuestras vidas son importantes, así que no debemos compararlas las unas con las otras porque, si por algo se caracteriza el ser humano es por su evolución continua y constante. Y el sentimiento, como parte de nuestra psique, lo hará a la par que él. 

Sin embargo, como bien queda demostrado en esta novela - y no solo por Candela - nuestra actitud y comportamiento al respecto del mismo suele ser justo la contraria. Y por eso, como todas las comparaciones son odiosas, a la larga quienes terminamos sufriendo más o resultando los más perjudicados somos nosotros. 

Y otro comportamiento bastante repetido por parte del ser humano y que queda reflejado en esta novela es el del profundo impacto que tienen los primeros amores en nuestras vidas. Tan poderosos e incluso inolvidables que, terminan convirtiéndose en vara de medir y comparativa para las futuras relaciones. Lo cual es un error, no solo por lo ya mencionado antes, sino porque además, al hacer esto, terminamos por situar en un pedestal al otro y eso no es otra cosa que idealizarle. 
Idealización que es sinónimo de perfección, la cual no existe y por eso, esa caída del pedestal, una vez más, será bastante dolorosa para nosotros y para quienes están a nuestro alrededor. 

Candela, nuestra protagonista hace honor a su nombre y al color de su pelo; es pelirroja. Porque es puro fuego y por eso, su romance con Buraq va a ser muy apasionado. Pero, también me ha gustado que sea mayor de cuarenta porque, desgraciadamente, no suele ser una edad para la protagonista de una novela romántica. Y eso es un error porque, la vida de ninguna persona se termina al alcanzar una edad determinada. Lo hace cuando se muere. 

Lo que ocurre es que con esta elección, la autora lo aprovecha para criticar una característica muy común de nuestra sociedad, que es la de la obsesión por la eterna juventud y por eso, invisibilizar a las mujeres a partir de una edad. Porque parece que molesta que cumplamos años. 
Asimismo, sirve también para demostrar cuán poderoso sigue siendo el machismo entre nosotros porque, no sucede lo mismo en el caso de los hombres. Es más, parece que nos gustan y nos resultan más atractivos los "maduritos sexis". 

Por esta parte, la crítica está muy bien traída y la aplaudo, porque parece que si no se habla de un tema, no existe. Y así también convierte a la literatura en un arma de denuncia de aquellos aspectos de nuestra sociedad que aún son susceptibles de mejora. 

En este sentido, también me ha gustado que recuerde que una mujer no es menos que otra por el hecho de haberse convertido en madre. Pero que, ser madre es solo una de las facetas de la vida de las mujeres, no la única. O dicho de otro modo, que no dejamos de ser mujeres. 
Así que presuponer o insinuar comentarios malintencionados con este tema también demuestra la falta de empatía que tenemos a día de hoy como sociedad, en la que día a día nos estamos deshumanizando más. 

Afortunadamente, no siempre es así. Y por eso, me ha gustado que envíe un mensaje a favor de la sororidad. Porque debería estar mucho más presente en nuestras vidas ya que, vuelve a demostrarse una vez más que el mundo sería un lugar mejor si las mujeres nos apoyáramos más entre nosotras y dejáramos de considerarnos más enemigas. 

También porque queda demostrado que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Y este aspecto queda muy bien desarrollado por este variopinto grupo de mujeres cuyo punto de encuentro es El café de las nueve, el bar de una Beatriz, una de las chicas. 

Una diferencia que puede ser a priori, ya que, por sorprendente que parezca, las apariencias engañan. Y por eso, personas que podrían estar en las antípodas a nosotros, la realidad es que si nos acercáramos a hablar con el otro para conocer sus circunstancias... podríamos descubrir ese sinfín de similitudes. 

Sin embargo, no lo hacemos, permitiendo vía libre y manga ancha a la circulación de rumores, noticias falsas y malentendidos. El motivo e evidente: nos da miedo hablar, porque lo entendemos como un síntoma de debilidad y exposición para con los demás. Y el juicio público y externo nos da pánico. Tanto por parte de extraños como, especialmente por parte de los más cercanos a nosotros. 
Demostrando así el poder de las palabras, las cuales pueden ser más dañinas que los golpes porque, sus efectos son más invisibles y, al mismo tiempo, sus secuelas, también. 

Y hablando de palabras, relacionándolo además también con convertir en la literatura en algo más que un entretenimiento, tengo que decir que la metaliteratura con el título y lo que sucede en el libro de  nombre homónimo y sobre todo, el homenaje a los autopublicados me han gustado muchísimo. Especialmente porque incluye también un par de mensajes de denuncia más que necesarios al recordar que escribir un libro es mucho más complejo de lo que puede parecer, que no por publicar bajo un sello editorial una historia es mejor o peor que otra y sobre todo, para establecer que tampoco hay géneros literarios mejores o peores que otros. Que cada uno lea lo que le venga en gana sin menospreciar o denostar al resto. Ya cansa especialmente esta actitud con respecto a la literatura romántica. 

Pero sobre todo, porque demuestra que los amigos son la familia que se elige y que estarán para nosotros. En lo bueno y en lo malo, Y que por eso, aceptarán nuestras decisiones a sabiendas de que puede ser un error y del todo sufrimiento que puede provocarse a posteriori. Pero, también sabrán dar su opinión única y exclusivamente en el momento en que sea requerida. Y sobe todo, a sabiendas de que es solo una opinión y no es ley. O que, en casos de problemas más serios, a quien tienen que recurrir es a un profesional. 

De ahí que la importancia y la inclusión del tema de la salud mental me ha gustado mucho, por lo necesaria de la misma y porque contribuye así también a desmitificar malos entendidos y rumores equivocados al respecto de la profesión. Pero también, para recordar que, las palabras hacen mucho daño y que por eso, no son pocos los casos en que por querer hacer un bien, a la larga terminamos creando un mal mayor, ya que nuestras propias circunstancias tienen un profundo peso e impacto a la hora de decidir cómo actuamos y por qué nos comportamos de un modo u otro. 

En este sentido, la autora invita a la realización de un viaje de autodescubrimiento que, en este sentido, es literal y metafórico para todas y cada una de las mujeres del grupo. Y así, les ayudará a saber quiénes son y a conocerse más y mejor también, relacionándolo así de este modo a que seamos más resilientes en la vida. Y sobre todo, que nunca es demasiado tarde o demasiado pronto para emprender ese viaje. Más cuando la meta final está tan clara y no es otra cosa que nuestra felicidad. 

Ya que, otro de los amores aquí incluidos es el amor propio, el más importante de nuestras vidas. Por sorprendente o egoísta que pueda parecerle a los demás. Pero, si no nos queremos bien a nosotros mismos ni sabemos darnos el lugar de privilegio que debemos ostentar, permitiremos actitudes o comportamientos que poco o nada tienen de sanos, que nos minarán la autoestima poco a poco hasta el punto de difuminarnos e incluso que nos impedirán ser felices. 

Por eso, debemos tener a nuestro lado a personas que saquen siempre la mejor versión de nosotros mismos. Porque esa es la definición de un buen amor. 
Pero recuerda que, si bien el sentimiento es bastante poderoso, la relación hay que cuidarla y trabajarla en el día a día porque la rutina y las vidas cotidianas son muy complicadas de gestionar e incluso, pueden terminar comiendo el resto de las partes de las mismas. 

Eso sí, hay que tener muy claro, que no existe un único concepto de amor y tampoco un único concepto de relación sentimental. Por eso, si ambas partes implicadas están de acuerdo, sean del tipo que sean, debemos respetarlas. Y sobre todo, no obligar a nadie ni a que nos quiera, ni a que nos quiera como nosotros queramos que lo hagan. Y en ese sentido, algunos comentarios o comportamientos de Buraq y el resto de hombres turcos me han chirriado. Especialmente cuando afirmaban que las mujeres eran suyas, sin contar con la opinión de la otra persona implicada. 

Del mismo modo que, si bien entiendo las circunstancias de cada una, el tema de la infidelidad es algo que no comparto. Es cierto que, en más de un caso, estaban más por conveniencia y comodidad, e incluso pereza por sorprendente que pueda parecer, pero, en mi caso... tolerancia cero con este tipo de acciones porque eso es un gesto de despreocupación total hacia la pareja, traición, deslealtad e incluso pérdida total de confianza. Repetida o puntual, en mi caso, siempre hay que respetar y tratar al otro del mismo modo que nosotros lo deseamos. Así que ahí no he comulgado con más de un personaje. 

Un amor que es mágico en cierto sentido, e incluso ciego. Porque te encierra en una burbuja de felicidad que choca de raíz y por completo con la realidad cotidiana. De ahí el brete en el que se encuentran todas a su regreso. 

No solo por la presión interna de las mentes de cada una, sino por la presión externa y el más que probable escarnio público por parte de los demás. Puesto que, de seguro, van a convertirse en la encarnación de las malas mujeres y malas madres contemporáneas, amén de unas Evas 2.0. 

Pero... ¿qué hacer entonces? ¿Ser valientes o arrepentirse de lo que nunca sabremos si pudo ser? ¿Priorizarnos o seguir considerándonos como el último escalafón de nuestras vidas? 

No podemos huir de nuestras acciones porque son quienes no definen. 

Y en este caso, tendremos que esperar para saberlo en la segunda parte de este apasionado café.
Se vienen curvas y me da en la nariz que va a estar calentito... 

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto! 






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