El chico perfecto de Natalia Olmedo

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco el envío del ejemplar en digital, pero sobre todo, la confianza, una vez más para el envío.

No es la primera vez por tanto, que habéis visto su nombre por aquí, así que por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y en cambio, lo que sí que haré será dejaros con la sinopsis de El chico perfecto de Natalia Olmedo:

SINOPSIS

Imagina una novia que decide darse a la fuga en pleno altar. Sí, así de caótico es mi mundo. Soy Sira, y tengo el espíritu de una kamikaze y el corazón en una montaña rusa, porque justo cuando creía tener mi vida bajo control, mis dos amores del pasado reaparecen. ¡Y a escasos días de mi boda!
¿Qué pretenden, volverme loca? Porque no solo son dos portentos de revista, sino que se empeñan en romper las barreras que interpuse entre ellos y mi corazón años atrás.
¿Que qué pasa con mi prometido? Esa es la pregunta del millón.
Sumérgete entre las páginas de esta comedia romántica donde los secretos, la lealtad y el amor harán que no puedas dejar de leer.

¿Quién será el chico perfecto?


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, tengo que hacer un comentario al respecto del título de la novela porque, en parte estoy en desacuerdo. No existe la perfección y por tanto, nadie perfecto. Puede que exista alguien que sea el más adecuado o adecuada para nosotros, pero no perfectos del todos.

Y es precisamente esa imperfección lo que nos convierte en bellos. Y la que también deberíamos tener más en cuenta y usar como motor y raíz de nuestras vidas porque, cuanto seamos conscientes de lo inútil que es perseguir un imposible, antes nos concentraríamos en vivir el momento y aprovechar el presente, en lugar de lamentarnos por algo que no pasó y también para concentrarnos en que así, seremos más felices. Y la felicidad es, por tanto, uno de los objetivos principales de nuestras vidas.

Y la felicidad puede ser considerada también como otra manera de amor propio. El cual, debemos recordar que es el más importante de nuestras vidas. Por eso, aunque no se entienda y resulte bastante egoísta a ojos de los demás, debemos ponernos por encima de todo y todos.

Justo como se produce en el inicio de esta novela, la cual se estructura en cuenta regresiva y que por tanto, dado que es una novia a la fuga... quizás que ese no sea el mejor momento para establecerse como prioridad vistos los daños colaterales, aunque, al mismo tiempo, aplaudo su valentía.

Sira, la protagonista es una chica mulata y con estos rasgos, la autora lanza un mensaje a favor de la multiculturalidad y en contra del racismo y la xenofobia, los cuales son erróneos porque van en contra de la idea que indica que la diferencia enriquece y no separa. Y que cuanto más diferentes sean las personas a nuestro alrededor... más ricos seremos. Pero también sirve para decir que, tolerancia cero antes cualquier falta de respeto. Sea por el tema que sea. Un mensaje desarrollado de un modo diferente, original e incluso muy bien traído con el apellido de Daniel y Victor; Dual.

La dualidad no es otra cosa que las dos caras de una moneda y por eso, son complementarias y no tienen por qué ser consideradas opuestas.

Hay más mensajes importantes incluidos y desarrollados en esta novela. Así, dado que es una novela llena de sentimientos, se realiza una comparativa entre amor y dolor, asociado en este caso a un duelo. Y recuerda que, aunque pueden parecer contrarios, la realidad es que, al pertenecer en ambos caso, al ámbito de los sentimientos y la psique, no hay una única manera para gestionarlos y tampoco tiempos establecidos para su gestión. E incluso incide en lo equivocado es el comportamiento de querer unificarlo. Cada persona tiene sus ritmos vitales.

Uno de los tipos de amor incluidos en esta novela, es el que se tiene entre los miembros de una familia. El cual no siempre es del todo sano y por eso, recuerda el profundo impacto que tienen las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en el desarrollo de nuestra personalidad y también en la aceptación o negativa de determinados comportamientos o actitudes como positivos o negativos.

Recuerda también que, como con los sentimientos, no se pueden estandarizar las familias porque todas son igual de válidas. Además de hacer también un magnífico homenaje a la paternidad ejercida en solitario, porque es mucho más difícil que la realizada en pareja. Y sobre todo, sirve para que los lectores que somos hijos nos demos cuenta de los sacrificios que en muchos casos han hecho por nosotros y de los cuales no somos conscientes, y sí que damos por supuesto. Y nunca está de más agradecer.

Se habla también de amor por los lugares, pero asociándolos por las personas que viven en ellos. Las cuales influyen muy y mucho para ayudarnos a ser felices. En este sentido, vuelve a producirse una contraposición entre ciudades y grandes urbes y pueblos pequeños. Con alabanzas y críticas para ambos casos, porque, no todo el mundo está hecho para vivir en uno u otro.

Amén de que recuerda también que, si bien es cierto que la sensación de pertenencia es mucho mayor en un pueblo pequeño, así como la recepción de ayuda, la realidad es que también se producen rechazos al extranjero por temor de amenaza externa y sobre todo, que la sensación de privacidad e individualidad tan propia de una ciudad, es mucho más evidente en ellos.

La comunicación es otro de los temas bien presentes a lo largo de las áginas de la novela. Y como esta tiene dos líneas temporales bien establecidas, demuestra que, no importa la edad que tengamos, siempre nos va a resultar complicado.

Porque aún hoy la consideramos un síntoma de vulnerabilidad y debilidad y sobre todo, unas circunstancias en las que estamos sometidos al juicio externo, lo cual nos da pánico. Tanto si es de personas ajenas a nosotros, como si lo son de los más íntimos. Pero estamos equivocado al pensar así, solo los más valientes se atreven a mostrarse tal cual son con los demás y por lo tanto, permiten que conozcamos su verdadero yo.

De ahí que haya que hablar. Siempre, con los demás y con nosotros mismos incluso. Y es más, cuanto más espinosos y duro sea el tema de nuestra conversación, mejor será. Porque precisamente el hecho de no hablar será lo que terminará provocando malentendidos, disgustos, rupturas con la pareja y, en definitiva, infelicidad. Principalmente porque si no lo decimos, no siempre somos del todo transparentes a la hora de comunicar o decir lo que nos ronda por la cabeza y la otra parte tampoco tiene por qué ser adivina para hacerlo. Además de que, la comunicación es uno de los pilares básicos de cualquier relación, independientemente de si es romántica o no. Y si los pilares son endebles... está abocada al fracaso.

Relacionado con esto, también se nos recuerda que todas las historias tienen más de una versión y que por tanto, antes de emitir cualquier juicio al respecto de nada, debemos escuchar ambas versiones porque, podríamos sorprendernos. Amén de que, eso también nos convertiría en personas más empáticas porque así, nos daríamos cuenta de que todos somos en algún momento de nuestras vidas somos el villano en la vida de los demás y que, incluso sin pretenderlo, se lo hacemos. Porque en más de una ocasión, las buenas intenciones están llenas de daño.

Los sentimientos, son además uno de los temas que más evitamos a la hora de dar ese primer paso, porque el miedo es aún mayor en él. Y aquí está muy bien traído y relacionado con el tema de la masculinidad frágil, detalle que me ha gustado mucho. Más, en aquellos casos en los que se desarrolla el cliché del friend to lovers. Porque, en el caso de que la cosa salga mal, la pérdida sería doble.

Pero Natalia nos anima, una vez más a ser valientes y a dar ese paso adelante porque, a veces, correr el riesgo merece la pena y sobre todo, porque debemos dar la importancia que todas las relaciones sentimentales de nuestras vidas tienen: toda. Sin importar el tiempo de su duración.

Eso sí, también se recuerda el profundo impacto de nuestros primeros amores y sobre todo, se nos advierte de que, si bien importantes, no pueden ser usados como comparativa o vara de medir para las que vendrán después. porque así estamos olvidando que el amor evoluciona del mismo modo en que lo hace el ser humano. Y sobre todo, que ese modo de recordar puede ser considerado también un tipo de idealización y por tanto, de perfección, la cual, como he mencionado antes no existe.

Porque el amor aparece dónde, cuándo y con quien menos se le espera. Incluso en aquellos momentos en los que somos poco o nada favorables a él, pero, renegar de él o negarle la bienvenida es una batalla perdida de antemano, tal es su poder.

Porque, si es sano, es paciente e incluso será capaz de aparecer e incluso reaparecer en nuestras vidas. Y por eso, la concesión de segundas oportunidades es tan fundamental. A nosotros mismos y a los demás. Más, si hay voluntad de arrepentimiento porque un error no nos define como personas.

Junto a ello, es importante tenerlo en cuenta también porque, si no nos queremos bien a nosotros mismos, no podremos hacer lo propio con los demás. De ahí que, con Sira se nos recuerde que no debemos sobrevivir sino vivir y por tanto, convertirnos siempre en el protagonista de nuestras vidas y no un simple secundario. Y hablando de amor propio, esto nos recordará también que amar y querer tampoco son sinónimos y que esa diferencia es básica para poder alcanzar la felicidad. Especialmente si tenemos en cuenta también que tampoco podemos querer a nosotros como nosotros lo hacemos. Por eso, una vez más, la relación con la masculinidad frágil es otro de los aspectos que más me ha gustado.

Eso sí, tengo que decir que la reaparición y sobre todo esa segunda oportunidad vital en el amor entre la pareja me ha parecido demasiado precipitada y, algo descompensada si se compara con todo lo que vivieron en el pasado. Somos herederos de nuestro pasado, eso es indudable, pero queda un tanto descompensado.

Por último, no puedo no mencionar lo que he comentado anteriormente, no existe la perfección, pero sí que debemos tener en cuenta que un amor sano sacará la versión de nosotros mismos más cercana a ella y lo que es más importante, que amarnos en la imperfección siempre será bueno.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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