La ternura de la alcachofa de Manuela Manzana

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Pero sobre todo, la confianza en mí, una vez más, para dar mi opinión al respecto de otra de sus obras.

Y en este caso, aún más porque salía de la zona de confort con respecto a lo publicado anteriormente así que, creo que los nervios, a la par que la emoción, eran mayores.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de La ternura de la alcachofa de Manuela Manzana:

SINOPSIS

Camila es una mamma italiana de las de siempre. En su último verano quiere dejar todo arreglado antes de irse y descubre que su mundo no es exactamente como ella creía. Toda la familia tiene secretos que ocultar.

Esta novela no te dejará indiferente porque te invita a aprovechar el tiempo, a estar cerca de las personas que quieres y a expresar los sentimientos sin dramatismos ni penurias. Su sentido del humor va entreverando lo dramático, para que el viaje sea cómodo y gustoso.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de la portada y también del título de la misma.

En cuanto a la portada, considero que deberían cambiarla porque no le hace justicia ni a la sinopsis y tampoco a la historia que se narra entre sus páginas. Es más, yo me lo imagino ilustrada como una fachada de una de las casitas de un pueblo costero italiano. O incluso a nuestra Camila como punto central y neurálgico de todo.

Y en cuanto al título... es de esos títulos que solo se entienden una vez se ha leído el libro. Y sobre todo, es uno de esos que tanto me gustan a mí: del tipo inteligente.

Es evidente que, a buena parte de la población, si se le pregunta, responderá que entre sus comidas preferidas no se encuentran las verduras. Y por supuesto, dentro de las verduras también, existen algunas que gozan de más simpatía o aceptación entre el gran público. La alcachofa, sin embargo, creo que no se considera entre ellas.

Y este título sirve también para introducir uno de los mensajes más importantes y repetidos en la historia. Que no es otro que las apariencias engañan y que por eso, debemos tener más empatía para con los demás antes de emitir cualquier opinión o juicio externo. Y sobre todo, que no hay que dejar que prejuicios o ruidos externos nos contaminen. Al contrario, debemos ser lo suficientemente maduros y libres como para formar nuestra propia opinión. Sobre cualquier tema o persona. Podríamos sorprendernos... para bien.

Esta es también una biogra´fia un tanto particular. Tan particular como Camila, su protagonista. Y, al mismo tiempo, se trata de un canto y un homenaje más que necesario y merecido a la mujer, en todos y cada uno de sus roles en la contemporaneidad, pero muy especialmente en el ámbito del hogar y las relaciones familiares.

Y es una pullita también, al mismo tiempo para el resto de la sociedad ya que, se le da tan por supuesto y por descontado que no se le concede la importancia que realmente tiene y merece. Lo cual es muy triste, dice mucho de nosotros como sociedad en general y sobre todo, porque decir que las madres son el nexo de unión y el pegamento de una familia sería negar la mayor. Más en el caso de la familia italiana. Y es cierto que puede sonar un poco estereotipado, pero, como persona que ha podido apreciarlo y vivirlo de primera mano... doy fe que es así.

Así que la contraposición de Camila, con respecto a sus hijos, pero sobre todo con respecto a las nuevas generaciones femeninas de su familia, está muy bien traída. Amén de que representa bastante bien cómo, poco a poco, ha ido evolucionando el rol de la mujer de un tiempo a esta parte.

Realiza también un fiel retrato de la vida en los pueblos literal, y metafórico con la vida del ser humano. Y además también les concede la importancia que estos han tenido en la forja de una personalidad o un carácter.

Denuncia también, al mismo tiempo, cuán fácil olvidamos nuestros orígenes porque, quien más quien menos ha nacido en un pueblo o ha pasado períodos de su infancia en ellos. Disfrutando plenamente la vida y todos los pequeños detalles que la conforman... pero, a medida que pasa el tiempo y nos vamos convirtiendo en adultos, vamos olvidando todo eso. E incluso, llegamos a menospreciar, criticar y mirar por encima del hombro a quienes han decidido vivir en ellos y no en la ciudad.

Olvidando lo anteriormente mencionado, pero además un aspecto fundamental, que no es otro que la diferencia enriquece y nunca ha de separar. Amén de que, no debemos olvidar de dónde venimos para saber exactamente hacia dónde vamos. Y esto es algo que no solo el ciudadano de a pie debería aplicarse, también lo que ostentan poder y/o cargos políticos.

Más que nada porque cada vez es más difícil que estos tengan servicios mínimos y básicos para garantizar que la población que lo desee siga viviendo allí y no se les fuerce de algún modo a marcharse, terminando así la despoblación y el abandono de estos lugares. Hecho que, no está sucediendo.

Eso sí, es una biografía muy realista y por eso, a la autora y a Camila tampoco le duelen prendas a la hora de hablar aspectos positivos y negativos de la vida en estas pequeñas comunidades y sobre todo, cómo estos últimos provocan que no todo el mundo esté hecho para vivir en ellos.

Así, es evidente que el sentimiento de comunidad y cercanía es mucho más apreciable. Pero, al mismo tiempo, provoca que, el sentido y el respeto a la intimidad sea más difícil de obtener, así como que las rencillas familiares, malas famas y los rumores corran como la pólvora por sus calles despobladas. E incluso, que resulte bastante difícil en ocasiones desprenderse de los mismos. Más si se trata de mujeres porque, como siempre, somos las que solemos salir más perjudicadas y peor paradas en la mayoría de las ocasiones.

La comunicación es otro de los temas que se desarrollan con mucha profundidad en esta novela... tanto para bien como para mal. De entrada, todo el mundo carga con secretos, demostrando una vez más que las apariencias engañan, pero, al mismo tiempo, ejemplifica bastante bien, el miedo que realizarla nos provoca.

Porque tenemos un verdadero pánico y pavor al juicio externo. De carácter general cuando viene de desconocidos, pero aún más cuando proviene de aquellos más cercanos y allegados a nosotros. Amén de que lo sentimos también como un símbolo de debilidad. Y es justo lo contrario, solo aquellos que son verdaderamente valientes dan ese paso adelante... en aras de mejorar y ser felices.

Dicho de otro modo, hay que hablar. De todo y de todos. Y sobre todo, especialmente de aquellos temas que puedan resultar más escabrosos, espinosos y/o dolorosos. Porque, precisamente el hecho de no hablar es lo que terminará provocando que aparezcan discusiones, malentendidos e incluso discusiones entre los miembros de las personas implicadas en ello.

Pero, este miedo está tan bien representado en esta novela porque se enlaza con uno de los amores presentes entre sus páginas. Y ese no es otro que el del amor entre los miembros de una familia. Más que nada porque no siempre es del todo sano. Al contrario, no son pocas las ocasiones en las que, amparándonos en la excusa que nos da el hecho de ser familiares de, criticamos con una dureza extrema y el daño causado es aún mayor que el podríamos causar al otro. Lo hacemos así, pensando que, como somos familia, el perdón va implícito siempre... y no es así.

Como cualquier otra relación importante de nuestras vidas, debemos darle la importancia que esta merece. Es decir, toda. Y por tanto, cuidarla y mimarla a diario.

Porque si hay interés, no importa ni la distancia ni el tiempo entre ellas, ya que siempre será tiempo de calidad...que, a la larga lo que provocará que la felicidad llega a nuestras vidas.

También sirve para mostrar cómo, las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en el desarrollo de nuestra personalidad y así perpetuamos comportamientos y actitudes que no son sanos al considerarlo como normales, ayudando incluso a expandirlo y a perpetuarlos.

Es cierto que, al mismo tiempo, también, otorga la importancia y da el rol que merece a la paternidad, la cual es mucho más difícil de lo que podríamos pensar a priori. Eso sí, debemos recordar que tratar de estandarizar la educación de nuestros hijos sin respetar sus peculiaridades y su individualidad es un error. Ya lo dice el saber popular: las comparaciones son siempre odiosas.

También influye muy y mucho el nombre que recibimos para ser de una manera u otra. Así, Angelo, es un buenazo y sirve para demostrar cómo, en ocasiones, los buenos son tomados por tontos. Así, al no estar tan habituados a la bondad en nuestras vidas cotidianas, en lugar de devolverla con la misma dinámica, lo que hacemos en intentar aprovecharnos de ellos e intentar sacar siempre el mayor beneficio posible... como egoístas por naturaleza que somos.

Carmen, es la mujer que aún hoy sirve de estereotipo para la mujer y el matrimonio clásico. Aunque, al mismo tiempo, representa muy bien cómo, aún hoy, la sororidad brilla por su ausencia y las mujeres tendemos a considerarnos más como enemigas que como amigas. Y sobre todo, ejemplifica muy bien el daño que en ocasiones provocan las palabras. Mucho más poderosas y peligrosas, especialmente al compararla con los golpes porque su daño es mucho más prolongado en el tiempo y, al mismo tiempo... invisible.

Y Gabriella, representa muy bien cómo en ocasiones, por evitar disgustos o daños a los demás no hablamos. Añadiendo en ocasiones, lo difícil que es guardar un secreto, especialmente cuando quienes están a nuestro alrededor también podrían resultar bastante damnificados.

Y sobre todo, lo fundamental que es tener conversaciones con nosotros mismos, para aceptarnos tal cual somos y además, para ir desprendiéndonos de esas capas que ocultan nuestro verdadero yo. Porque todos somos maravillosos en nuestra imperfección y sobre todo, porque si no nos queremos bien a nosotros mismos, no seremos capaces de querer bien a los demás. Sea el tipo de amor que sea.

Hay también un profundo amor a la vida, sacándonos especialmente del error que se sustrae de contraponer términos como vida y muerte, convirtiéndolos en opuestos sin serlo. Son, en realidad, complementarios. Y por eso, si la tuviéramos más presente y aceptada con naturalidad, nos daríamos cuenta de la inevitabilidad de la misma. Todo forma parte de un círculo perfecto y por eso también dejaríamos de tenerle miedo.

Y se habla de un tipo de amor, el romántico.

Este que, al pertenecer al campo de los sentimientos y la psique del ser humano, muta y evoluciona junto a él.

Así, se contrapone la evolución de las distintas relaciones y sobre todo, cómo ninguna es igual a otro y sí que son herederas del tiempo en que les toca vivir.

Por eso hoy es raro encontrar relaciones y matrimonios de larga duración como el de Camila y su sevillano, el cual demuestra que la belleza está en el interior y confirma una creencia que muchas mujeres tenemos y queremos para nosotras: alguien que nos haga reír, especialmente porque esto es mucho más difícil de lo que podría parecer. De ahí que nos sorprendan y también que aspiremos a ello. Olvidando también que quien algo quiere, algo le cuesta y que todos deben poner de su parte... amén de que ceder tampoco ha de ser un síntoma de debilidad.

Eso sí, tampoco hay que ceder al respecto de todo y ser infiel sí que es un síntoma y símbolo de deslealtad a la pareja y sobre todo, de falta de confianza. De ahí que, determinado personaje se me cayó del pedestal y por tanto, tuve que aplicarme yo misma el cuento de que la perfección no existe y por tanto, tratar de alcanzarla o imaginarla... lo que conllevará a la larga será infelicidad.

Pero, al mismo tiempo, se habla de cómo hoy muchas parejas han incorporado y utilizado las redes sociales para encontrar pareja. Eso sí, advierte de un modo muy necesario del peligro que conlleva el no saber utilizarlas correctamente. Y es que, por increíble que parezca, pensamos que son los de la generación analógica quienes más se equivocan y meten la pata. Pero, cada vez es más temprano la franja de edad en la que comenzamos a utilizarlas... convirtiéndonos así en carne de cañón para personas cuyas intenciones no son nada benévolas. Más que nada porque las mentiras forman parte de nuestra vida cotidiana y nos describen como conjunto.

También da el lugar que merece a las relaciones sexuales dentro de una pareja.

Es cierto que, tendemos a preferirlas frente a las relaciones sentimentales por la aparente ausencia de sentimientos y posibles vinculaciones posteriores. Pero... olvidamos también que son una parte fundamental de las relaciones, hasta tal punto que, compartir este tipo de intimidad tan de seguido puede incluso generar la aparición de sentimientos de otro tipo mucho más profundos. E incluso, que sea el nexo de unión de una pareja que, hace tiempo, se ha perdido a sí misma individualmente.

En este caso, no hay que opinar siempre que no se nos pida nada al respecto y sobre todo, respetar, porque si las partes implicadas están de acuerdo a la hora de que sean de un tipo y otro... el resto del mundo no somos nadie para decir nada más.

Aunque, al respecto de este tema, vuelve a demostrarse que, no importa el tiempo que pase, que aún no hemos evolucionado tanto como pensamos y por tanto, nos sonroja, crea vergüenza o continuamos considerando que es un tema tabú cuando, al igual que la muerte, es mucho más natural de lo que podríamos pensar y por eso, cuanto antes le demos la naturalidad que realmente tiene, antes comenzarán a producirse los cambios.

Por último, no puedo no hacer una última mención a la narración de esta novela. Porque, al igual que la vida, esta también es circular y además, ejemplificando una vez más que el final es inevitable. Y también que, como bien dice el dicho el destino es quien baraja las cartas, pero al final somos nosotros quienes las jugamos. Con manos más o menos ganadoras en cada ocasión.

Y en ese sentido, tengo que decir que Camila, además de ser una mamma típica y clásica, ha sido también una magnífica titiritera y con la fortaleza que el amor maternal le ha dado, se ha convertido en una magnífica narradora omnisciente. Amén de que un personaje de esos que son difíciles de olvidar.

Al menos así será en mi caso.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo una vez más!

¡Nos leemos pronto!



Comentarios

  1. Qué interesante resulta leer las conclusiones y reflexiones de lo escrito, en otro corazón. Esa es la magia de la escritura, que la dejas volar y se adapta a cada lector. Muchas gracias por tu lectura, por tus reflexiones y por tu generosidad al hablar de mi novela. Es un regalo magnífico el que .que me haces.

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  2. Olvidé firmar mi comentario. Fdo: Manuela Manzana

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