Vaya, vaya de Manolo Campos

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
editorial, Libros y Literatura, a quienes agradezco enormemente el envío dele ejemplar en físico y también, la confianza una vez más.

Es también mi primer contacto con la pluma del autor, así que esta experiencia es enriquecedora en doble grado.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la misma y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Vaya, vaya Manolo Campos:

SINOPSIS

Cuando Ana recibe una herencia de una casa por parte de su tío abuelo, esta decide dejársela a Luis, su hijo. De esta manera, Luis se instala en aquella casa de dos plantas en un tranquilo pueblecito granadino. Por su parte, Lucía está decidida a que este sea su último año en el pueblo como directora del colegio. El encuentro casual entre los dos hará cambiar sus perspectivas y, sobre todo, sus vidas. Ambos conocieron el dolor en el pasado, pero están dispuestos a darle una oportunidad a la felicidad futura. Luis retomará su olvidada faceta como entrenador de baloncesto y Lucía seguirá al mando del colegio. Así, entre entrenamientos, charlas, partidos, encuentros, idas y venidas, las vidas de ambos adquieren un nuevo sentido. Vaya, vaya es una novela repleta de emoción, buen humor y sentimientos que nos habla de la importancia del amor, la fuerza de la amistad y las segundas oportunidades.

OPINIÓN

En esta novela acompañaremos a los protagonistas, Luis y Lucía y cómo se conocen, descubren y se dan una oportunidad a sí mismos, además del sentimiento que brota y nace entre ellos. Todo ello sucede en un entorno rural, el cual es escenario y también canal para desarrollar más de un tema interesante que paso a tratar con más detenimiento.

De entrada, gracias a la profesión de Lucía como docente de dicho pueblo, el autor realiza un homenaje más que merecido y necesario acerca de la figura del profesor. No solo en la vida pública de la comunidad, sino en las vidas de todos y cada uno que entran en contacto directo o indirecto con ellos.

Porque, la figura del docente va mucho más allá de la persona que imparte y enseña conocimientos de una o varias materias específicas. También es otra persona que contribuye muy y mucho a la formación de la conciencia y la personalidad de sus alumnos. Ayudándoles a pensar por sí mismos, acción muy importante porque así evitamos la formación de la conciencia de borregos como sociedad.

Sin embargo, también aprovecha al personaje para recordar que, si bien es importante como educador, la educación tiene que venir de casa. O dicho de otro modo, que no podemos delegar en otras personas aquel rol o trabajo que, como padres o progenitores nos corresponde. Y, ni mucho menos podemos reclamarle después que lo están haciendo mal.

Desgraciadamente, parece suceder justo lo contrario, y son precisamente los padres quienes faltan el respeto, menosprecian la labor del docente e incluso llegan a agredirles en aquellos casos más extremos. Olvidando que son ellos quienes sirven de punto de referencia a la hora de determinar que determinados comportamientos o actitudes son sanas cuando en realidad no lo son. Así que, tenemos que tener hechos los deberes desde casa y no otorgar responsabilidades a otros que no son suyas.

Más que nada porque tenemos que recordar también que la de docente es una profesión vocacional. Y que no es por falta de interés o voluntad, sino por todas las circunstancias ajenas por las que buena parte de enseñantes tiran la toalla. Más al darse cuenta de que su esfuerzo no se ve ni valorado ni recompensado. Así que este duro mensaje de crítica me ha parecido de lo más necesario e interesante.

Especialmente porque además, dice mucho de la sociedad contemporánea y de la falta de empatía que nos caracteriza a día de hoy.

Relacionado también con el ámbito educativo, también se menciona y hace alusión a uno de los problemas más graves a los que nos tenemos que enfrentar como sociedad. Animando por eso, a que aunemos fuerzas en su lucha. Ese no es otra cosa que el del bullyying. Asi que el mensaje a favor de la tolerancia cero con este problema me ha parecido fundamental y magnífico.

Principalmente porque emplaza a que, en cuanto tengamos la más mínima sospecha de que alguien pueda estar sufriendo este problema, lo atajemos cuanto antes. Así podremos ponerle punto y final antes de que vaya a más. Pero, eso sí, hay que hablar. Siempre. Porque si no hablamos, no podremos hacer patente a los demás lo que nos pasa por la mente o lo que estamos viviendo.

En este sentido, me ha gustado que haya incluido estos temas porque así convierte a la literatura en algo que va mucho más allá de un mero entretenimiento sino en un arma de denuncia y crítica de aquellos aspectos de nuestra sociedad que no son tan bondadosos o agradables de considerar.

Al ubicar la novela en un pueblo pequeño, narra las ventajas y desventajas de vivir en un pueblo pequeño, un detalle y un modo de vida para el que no todo el mundo está preparado. Especialmente si se viene de un mundo urbanita como Luis.

Principalmente porque el choque cultural puede ser tremendo y malo, si no se sabe cómo gestionarlo. Porque, los recursos no suelen iguales a los de las ciudades e incluso, los servicios mínimos y básicos para el día a día cada vez están desapareciendo de allí, forzando en cierta manera al abandono y contribuyendo también a la despoblación de ciertas regiones de nuestro país. Siendo nosotros los únicos responsables, Así que no podemos pedir o exigir soluciones cuando somos los principales responsables del problema también. Por eso, una vez más, convierte a la literatura en un arma de denuncia.

Junto a ello, narra con total coherencia y verdad las ventajas y desventajas de vivir en un pueblo pequeño, en el cual, el sentimiento de bienvenida y pertenencia es mucho más inmediato que en una ciudad más grande. Pero, al mismo tiempo, se pierde ese sentimiento y sensación de individualidad tan característica de nuestra sociedad.

Además de que, los rumores, malas noticias y cotilleos se expanden con mucha más facilidad. A pesar de que no sean ciertos. Un detalle que queda explicado de manera más que patente con el mote de Venancio para Luis... dando así pie a malentendidos y situaciones pelín desagradables...A las que somos nosotros los que debemos ponerle fin.

¿Cómo? Bien sencillo, dejando atrás ruidos y rumores externos y siendo nosotros los valientes que demos un paso adelante en materia de comunicación y sobre todo, a la hora de conocer de primera mano la información al respecto de cualquier tema o persona implicada. Más en comunidades pequeñas en las que las rencillas y odios parece que se heredan generación tras generación.

Luis es un empresario de éxito que sirve también para recordar que el dinero, si bien tiene un brillo y una atracción muy poderosos, no siempre conlleva la felicidad. Sino que esta reside en las pequeñas cosas de la vida y en los momentos cotidianos que la conforman en el día a día.

Pero Luis también describe perfectamente que, una cosa es aquello en lo que trabajamos y otra cosa es aquello que se nos da bien y que incluso puede ser nuestra pasión. Más que nada porque en no pocos casos no suelen ir a la par. De ahí que se vuelva a subrayar que la felicidad ha de ser el motor más importante de nuestras vidas.

En este sentido, tengo que decir que me ha gustado mucho toda la subtrama del baloncesto. Porque es una metáfora también con la literatura. Ya que va mucho más allá de ser un deporte, es un entretenimiento y crea nexo de unión con más personas, además de crear una disciplina de respeto que no suele estar muy presente en nuestra sociedad. Advierte eso sí, que si bien un poco de competencia es sana, porque sirve de punto de partida y referencia para motivarnos y genera un poco de amor propio, los extremos y dejarse llevar por ella en exceso tampoco están bien.

Otro aspecto interesante es el que contribuye muy y mucho también a la hora de diferenciar entre ser un buen líder y un buen jefe. Porque tienden a confundirse ambos conceptos, cuando no son sinónimos. Y, al mismo tiempo, también es interesante recordar que, el respeto y la obediencia no tienen por qué relacionarse con el miedo o el pavor a la autoridad. Se puede ser una figura de autoridad a la que respetar y también en ser un confidente o una persona a la que recurrir en caso de ayuda cuando sea necesaria.

Y además de todos estos temas, es también una novela con mucho amor. Desde más de un punto de vista además.

En primer lugar, me ha gustado que dé la importancia que merece a la sororidad. Y aquí la representación de la buena relación entre Mercedes y Lucía y entre Ana y Lucía también sirve para ejemplificar muy bien el hecho de que, si las mujeres nos considerásemos más aliadas que rivales, el mundo sería un lugar mejor para todo el mundo. Y eso también puede aplicarse a la relación entre suegras y nueras, generalmente demonizadas. Cuando no tiene por qué y que no es otra cosa que una manera de representar la fuerza y lo extendidos que siguen, a día de hoy, los prejuicios.

Y esta sororidad pues se relaciona en más de una ocasión en la importancia que tiene la familia que se elige, que no es otra que los amigos, en nuestras vidas. Por eso, recuerda que es una idea equivocada la de no permitir la llegada de nuevas personas a nuestras vidas, ya que desconocemos cuál puede ser la importancia que vayan a tener en ella de cara al futuro.

Y también hay una fuerte presencia del amor romántico.

De entrada, recuerda el profundo impacto que tienen nuestros primeros amores en nuestras vidas, sirviendo en muchos casos de vara de medir y comparativa del resto de relaciones importantes en nuestra vida. Siendo ese un comportamiento muy repetido... y equivocado. Todas las relaciones sentimentales son importantes en nuestras vidas y como tal, hay que darles la importancia que merece. Toda.

Porque, si por algo se caracteriza el ser humano es por su evolución constante y con él, evolucionará también el ser humano. De ahí que sea un error esa actitud porque así, en cierto modo estamos idealizando al otro. Y esa idealización no es otra cosa que un modo de convertir a alguien en perfecto, cuando la perfección no existe. Por eso, el perseguir incansablemente esta perfección lo que generará a la larga no será otra cosa que la infelicidad y tristeza más absoluta por no poder obtenerla.

Pero también se hace alusión a un buen amor. Sano, como característica definitoria y que puede aparecer cuándo, dónde y con quién menos se le espera. De ahí que debamos tener los ojos bien abiertos, porque puede incluso estar o haber estado delante de nuestras narices sin que hayamos sido conscientes de este detalle.

Lo que no podemos hacer es, en cambio, negarnos a su llegada porque es una batalla perdida de antemano. Y en este sentido, tengo que decir que aquí es donde he encontrado el aspecto más flojo de toda la novela, a la que en todo momento he visto más como una manera de añadir un extra que como un tema principal de la novela, y eso, me ha dado cierta rabia ya que, de antemano, prometía. Amén de que alguno de los comportamientos de Lucía en la historia deberían de haber sido mejor desarrollados para así contribuir a que la pudiéramos entender un poco mejor.

Porque, para poder querer bien a los demás, primero hemos de generar y desarrollar un buen amor propio hacia nosotros mismos. Y sobre todo, tener muy presente que la felicidad puede aparecer cuando menos se le espera. O que los hogares lo forman las personas que habitan en un sitio y no los lugares en sí.

Una vez hayamos comprendido todo esto, podremos decirnos a nosotros mismos ¡vaya, vaya! a causa de la sorpresa.

¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!

¡Nos leemos pronto!


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