Deshazte de mi si puedes de Dana Darius

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. En este caso, el agradecimiento es doble porque, no es la primera vez que conozco su pluma. Así que le reitero las gracias y la repetida confianza.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Deshazte de mí si puedes, escrito por Dana Darius:

SINOPSIS

Me llamo María Toscano y mi vida es un puto caos. Tengo tres amigas que son las mejores del mundo, pero cada una tiene lo suyo.
Yoli está obsesionada con su ex,
Laia solo piensa en el sexo,
Marta tiene un amor imposible
Y yo... soy inspectora de sanidad y odio todo lo que no esté impoluto. Juntas somos las zorras del inframundo y la caña de España.

Pero… ¿Qué pasa si tras una noche de fiesta, amaneciera en el restaurante más asqueroso de todo Madrid? ¿Y si su propietario fuera un Adonis al que no puedo olvidar?
Pues que mi obsesión por cerrar ese lugar se convertirá en mi única misión, aunque primero tendré que encontrarlo y no acordarse de donde está… no ayuda.
Te aseguro que te vas a reír con nuestras vidas y te vas a sorprender, aunque, a veces, las apariencias engañan.


Solo tienes que animarte a conocernos, no te vas a arrepentir.


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario al respecto de la portada porque, al aparecer allí representadas cuatro mujeres, la autora anuncia que esta novela será muy coral. Pero, al mismo tiempo, que habrá un fuerte componente femenino. Y con ello, se hace alusión a la sororidad. La cual es tan fundamental y necesaria para nuestra sociedad porque además demuestra que, si las mujeres nos consideramos más amigas y aliadas que enemigas... el mundo sería un lugar mejor para todo el mundo.

Además, las cuatro protagonistas son bastante diferentes entre sí, tanto física como mentalmente y con ese detalle, vuelve a hacer hincapié en cuán importante es en estar rodeadas de personas que sean lo más diferentes a nosotros, porque la diferencia enriquece y nunca ha de separar. Pero, al mismo tiempo, lo utiliza para que seamos más empáticos y generosos para con los demás porque nuestra opinión no es ley.

Y también, porque con esta premisa de partida, la autora nos hace darnos cuenta de que las apariencias engañan ya que todos cargamos con unos demonios que por el miedo al juicio y a la exposición de los demás, nos da miedo compartir.

Además de eso, las cuatro mujeres, realizan un fiel reflejo de la sociedad contemporánea en lo que a pensar y sentir al respecto de un tema se refiere. Y por eso, de entrada, me ha gustado que, con el nombre que ellas han puesto al grupo de amigas; las zorras del inframundo, intente dar pasos hacia el campo social utilizando un término que, hasta relativamente poco tiempo era peyorativo y usado como insulto, al apropiárnoslo le hemos quitado esa connotación negativa, llegando incluso a considerarlo como un término cariñoso. Demostrando con este planteamiento, el tremendo poder que tienen las palabras y también, que depende mucho del uso y la intencionalidad que les damos - incluso en la misma situación - estas pueden ser para bien o para mal.

Y con esta alusión a las palabras y a su poder, la autora lo enlaza con la sinceridad. Porque es cierto que, todos la queremos en nuestras vidas, pero que, como estamos tan poco acostumbrados a ella. O al menos a un uso de la misma con todo su poder, la realidad es que termina siendo considerada un arma de doble filo.

Y esto se enlaza con otro detalle de la vida de María, la protagonista. Porque con su profesión como inspectora de sanidad, vuelve a recordar que las apariencias engañan. Y por eso, en más de una ocasión nos sorprenderíamos - en muchas ocasiones, para mal - si supiéramos lo que comemos y sobre todo, las condiciones en las que están preparados. Esta es una verdad de la que todos somos conscientes, pero que no solemos decir en voz alta. Y por eso, en este sentido, nos comportamos del mismo modo que con la sinceridad. De ahí que inclusiones como esta convierten a la literatura en algo que va mucho más allá de un mero entretenimiento porque, hace necesaria esa inclusión para que seamos más conscientes de nuestra realidad.

Pero también es una novela muy real y un muy buen reflejo de la sociedad contemporánea en lo que al amor se refiere. Y en este sentido, una vez más, vuelve a repetirse esa idea de que no existe - o al menos, no debería - existir un concepto único y correcto del mismo porque, al pertenecer al campo de la psique de todos y cada uno de nosotros, pensamos y lo consideramos de un modo diferente a los demás. Y por eso, no podemos obligar a nadie a que nos quiera como nosotros queremos que lo hagan.

Además de eso, se retoma de nuevo el tema de la sinceridad porque, en este sentido nos acusa a todos de ser un poco hipócritas al respecto del sentimiento porque, como con la comunicación, sentimos un miedo bastante importante a aceptarlo y sentirlo con toda su intensidad. Y por eso, preferimos engañarnos o hacernos las vidas más fáciles recurriendo a las relaciones sexuales, en apariencia más seguras e inofensivas. Siendo este, un nuevo error.

Porque hablar de sentimientos no es un síntoma de debilidad sino de fortaleza y, al recurrir a las relaciones sexuales nos engañamos porque no vivimos, sobrevivimos. Y es precisamente el saber que esos verbos no son sinónimos lo que puede traer la felicidad a nuestras vidas.

Eso por no hablar tampoco de que las relaciones sexuales son mucho más importantes dentro de las relaciones sentimentales de lo que podríamos pensar. Pero además, parecemos olvidar que, a base de repetir en tantas ocasiones esa intimidad, esto puede provocar y generar el surgimiento y desarrollo de sentimientos más profundos. Así que esta falta de consideración para con ella tan habitual es un craso error.

En cualquier caso, sea de un tipo o de otro, la clave de este cambio esta manutención en el mismo tipo de relación se soluciona con quedar las cosas claras desde el principio. Y, ante cualquier mínimo conato de cambio o desarrollo de sentimientos, tenemos que hacérselo saber al otro. Porque si no se habla, parece que no existe y como tal, el otro no lo sabe. De ahí que a la larga, lo que terminaremos será por provocar daño y sufrimiento sin que sea nuestra intención.

En este sentido, una de las parejas adolece de ello y creo que su historia debería de haberse desarrollado más, ya que la actitud de perro del hortelano de uno de los hombres, y sobre todo, su cambio, me pareció demasiado repentino y por lo tanto, poco desarrollado.

Y lo que es peor, hay una segunda pareja en la que el sexo parece ser su único nexo de unión de la que también me faltan datos y profundidad en los caracteres de los implicados para así entender mejor la deriva y sobre todo, el final de su arco argumental como pareja.

Hace alusión también con otra de las parejas a lo erróneo - aunque muy común - que es el tremendo impacto de nuestros primeros en nuestras vidas. Tanto para bien como para mal. Y con esto, olvidamos varios aspectos que caen de cajón por su propio peso.

En primer lugar, porque el sentimiento evoluciona a la par que el ser humano, de ahí que utilizarlo como vara de medir o punto de referencia para las relaciones posteriores es equivocado, además de que resta protagonismo y consideración al resto de historias que vendrán después. Y todas son igual de importantes en nuestras vidas, independientemente de su duración.

Además de eso, con este comportamiento, lo que estamos haciendo es idealizar al otro. E idealizar no es otra cosa que perfeccionar al otro, cuando la perfección no existe. Y por eso, tratar de empeñarnos en perseguirla e intentar alcanzarla, lo que terminará provocando será tristeza e insatisfacción.

Y para concluir, con este comportamiento, en cierto modo estamos prolongando un sufrimiento que es innecesario porque, tenemos que aprender a cerrar capítulos en nuestras vidas que pudieron ser y no fueron. Porque todo tiene su lugar y su momento, y si bien debemos conceder más segundas oportunidades, la realidad es que estas deben ser adaptadas a las nuevas circunstancias porque, de lo contrario, no serán reales.

Amén de que, el cerrar capítulos es una metáfora bastante acertada de la importancia que tiene que tener en nuestras vidas el amor propio, porque si no nos queremos bien a nosotros mismos, poniéndonos como la prioridad que somos en nuestras vidas, no podremos entender bien jamás qué es un buen amor. Y por eso, hay que recordar que quien bien te quiere, lo hará libre y te respetará siempre. Por eso uno de los personajes masculinos no había entendido bien qué era el sentimiento. Y por eso, he de confesar que, aplaudí a rabiar que el personaje femenino asociada a él, actuara del modo en que lo ha hecho. Por su coherencia, y porque se merece un dulce final feliz como ella.

Por último, vuelve a realizar una metáfora de lo más interesante entre la vida y el amor, que son imprevisibles. Y por eso, ambas pueden cambiar de un momento a otro. Pero, como bien refleja Ethan, dependiendo del modo en que nos comportemos, ambos son lo suficientemente sabios y poderosos como para que, a la larga, se nos dé el lugar que merecemos. Y con ello, nuestro final feliz.

Pero, por si las moscas, tenemos que estar mucho más pendientes de lo que sucede a nuestro alrededor para darnos cuenta. Así que, por muchos sinsabores o desilusiones que hayamos sufrido en la vida, no debemos rechazar o renegar nada porque es una batalla perdida de antemano.

Exceptuando esas dos historias secundarias merecedoras de más profundidad, es un libro cortito que se lee fácil y rápidamente y que por tanto, lo convierte en una lectura ideal e idónea para descansar entre lecturas más densas.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!



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