La flor de mi destino de Sonia Manjavacas

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital y permitirme así, conocer su pluma más allá de su perfil de bookstagrammer.

Además, en casos como este, he de reconocer que mi disfrute es doble porque, cuando una compañera decide dar ese paso adelante y mostrarse desde el otro lado, yo siento sus progresos y triunfo un poquito como mío.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de La flor de mi destino de Sonia Manjavacas:

SINOPSIS

Tras no encontrar trabajo al finalizar sus estudios en Málaga, Pascual y su amigo Marcos deciden volver a Cádiz.

La idea de formar parte del Ejército ronda por sus cabezas, pero Pascual ve el acceso como algo imposible, hasta que termina ocurriendo, cosa que teme enormemente porque significa volver a alejarse de Berta, su mejor amiga de la infancia, de la que está totalmente enamorado.

Pero eso Berta no lo sabe.

Y lo que tampoco sabe Pascual, es que ella siente lo mismo por él.

¿Llegará el día en el que puedan forjar su amor o por el contrario el destino y la vida decidirán por ellos?


OPINIÓN


Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, tengo que hacer un comentario al respecto de la portada porque me parece preciosa, pero también puede llevar a equívocos, ya que, en mi caso, pensé que iba a tratarse de una novela histórica, cuando en realidad es una novela contemporánea.

Entrando ya en materia de opinión, en esta novela conoceremos la historia de Pascual y Berta, quienes demuestran y desarrollan bastante bien el cliché de friends to lovers, ya que ellos se conocen de toda la vida. Además, literalmente en este caso, desde bebés. Y por eso, el destino ya ha jugado las cartas desde el inicio para que se conviertan en personas muy importantes el uno en la vida de la otra y viceversa.

Además de esta historia de amor, sobre la cual regresaré más adelante, Sonia trata otros temas interesantes de análisis en el que hace una muy buena descripción de nuestra sociedad contemporánea.

Así, la situación de los protagonistas, y especialmente de Pascual, ejemplifica muy bien la precariedad laboral de nuestro país y cómo, pese a ser una generación muy preparada, aún hoy tenemos bastantes problemas, no solo a la hora de encontrar empleos duraderos, sino que tengan que ver con lo que hemos estudiado. Y si complicado es teniendo preparación, aún más es en aquellos casos en los que no los tenemos. Todo eso termina provocando que, o bien los jóvenes tengan que marcharse de una ciudad a otra, e incluso, cambiarse de país para mejorar en ese sentido. Y también, que en más de una ocasión, por eso, tengamos que aceptar condiciones laborales inhumanas en las que se nos explota más que se nos valora como trabajadores capacitados que somos.

Por eso, Pascual ha de alistarse en el ejército a pesar de ser mecánico y por eso, Berta trabaja como camarera. Con lo que ello supone.

Junto a ello, en esta novela hay mucho amor y no del todo sano.

Así, se habla del amor entre los miembros de una familia, el cual no siempre es positivo. Y por eso, recuerda que las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto y peso a la hora de desarrollar nuestra personalidad y así aceptar como válidos o no determinadas actitudes y comportamientos cuando distan mucho de serlo. Llegando a provocar incluso que desarrolle una baja autoestima y o que no se sienta digna de ser querida. Como aquí sucede con Berta, quien, por ese motivo, lo extrapola a los demás. Pero que también, a causa de esa timidez y ese poco amor propio, a ojos del resto puede parecer fría, extraña o rara. Cuando no es así, demostrando así también que, en más de una ocasión, las apariencias engañan y que por eso, antes de atrevernos a juzgar a los demás, debemos dar un paso al frente y formarnos nuestra propia opinión al respecto de cualquier persona o tema.

Podríamos sorprendernos en ese sentido.

Junto a ello, la autora también recuerda que, el mero hecho de ser familia, no implica que el sentimiento entre sus miembros, brote o se genere de manera espontánea, ya que no es así. Al contrario, al igual que el resto de relaciones importantes de nuestras vidas, debemos darle la consideración que merece. Y por ello, no debemos darlo por descontado. Ni tampoco utilizar el hecho de ser familiares de, como excusa válida para tener la absoluta libertad de opinión y crítica para con los demás. Es injusto y la cosa no funciona así.

Solo debemos dar la opinión cuando nos la pidan, ni antes ni después. Y si esa opinión es solo para criticar y no sirve de ayuda y/o mejora, mejor estar callados.

Junto a ello, también indica de un modo muy real, cuán tóxico puede ser el amor por el dinero y el poder. Hasta el punto tal de que, una vez nos pica con su ponzoña, difícilmente podremos escapar de su negativo influjo. Llegando incluso a causar heridas incurables. Y en cierto modo, es triste, aunque necesario que aquí se indique porque, dice mucho de nosotros como sociedad que prefiramos ser ricos en soledad que estar rodeados de gente que nos quiera sin tan buen nivel económico.

Menos mal que no todos los familiares aquí presenten se comportan así, como así demuestra Pascual con los suyos. Pero también Berta y su especial relación para con su abuela, quien sirve una vez más, como instrumento para criticar a nuestra sociedad en el modo en que tratamos a nuestros ancianos. En este sentido, parece que hemos olvidado cuánto tuvieron que esforzarse para llegar hasta aquí. Porque, como a día de hoy, con su edad, parece que no podemos extraerle ningún beneficio económico...son más un estorbo que útiles.

También hay otra alusión a esa otra familia tan importante para nosotros que es la familia que se elige. Es decir, la de los amigos. Personalmente me ha gustado la que Berta tiene con India, ya que está muy a favor de la sororidad y de los efectos positivos que tiene en nuestra sociedad.

Pero también... sirve para ejemplificar cómo aquellas relaciones sentimentales en las que los miembros, además de amigos, son amantes... son las mejores. Aunque, esa suele ser también la causa principal para que se tarde mucho en dar ese paso adelante. Puesto que, en caso de que salga mal, la pérdida sería doble.

De ahí que así se comporta el par protagonista durante buena parte de la novela. Y con esta situación, la autora nos anima a que seamos valientes y sobre todo, a que no dejemos pasar la oportunidad o nos quedemos con la duda acerca de nada ni nadie. Quien no arriesga no gana y sobre todo, también tenemos que recordar que, a veces las sorpresas son agradables.

La solución a todo esto, por supuesto, es la comunicación. Uno de los principales problemas que, como sociedad tenemos. Porque nos da miedo la exposición y el juicio externo, de aquellos a quienes conocemos. E incluso, de aquellos que lo son menos.

Y resulta paradójico que, en una sociedad en la que es más fácil que en ninguna otra precedente la idea de una buena comunicación efectiva, esta es en la que permanecemos más callados. Y es un error. Porque es precisamente el hecho de no hablar lo que a la larga provocará malentendidos, discusiones e incluso rupturas sentimentales.

Más que nada porque si no hablamos, no sabemos qué piensa o qué siente el otro al respecto. Y por lo tanto, no nos podemos poner manos a la obra con la solución del problema. Además de que, la comunicación no es síntoma de cobardía, sino de valentía. Así que hay que hablar. Siempre. De todo y con todo el mundo porque, por increíble que parezca, esa es la solución al problema. Un problema que se ha repetido en más de una ocasión entre las páginas de esta historia.

Hay también mucho amor por la vida y sobre todo, por querer aprovechar el momento ya que, solo tenemos una vida y por lo tanto, si queremos ser felices, tenemos que aprovecharla al máximo. Por eso, debemos amar más y mejor y no preocuparnos por un pasado que ya no puede ser o un futuro que nunca sabremos cómo será.

Más que nada, porque la vida puede cambiarnos de un día para otro. Y especialmente cuando aparece un período de bonanza o calma en las mismas. Como sucede con Pascual que, al ser militar y por tanto, tener una profesión de riesgo en la que se le requiere en cualquier parte del mundo a pesar de no estar en primera línea de batalla.

Un Pascual que demuestra su afán protector para con todas las personas a las que quiere, buscando siempre su felicidad. Porque sabe que si ellos son felices, él también lo será. Así que en ese sentido, me ha gustado mucho su carácter generoso y sobre todo, que no reprima sus sentimientos, una vez los ha aceptado con toda su potencia.

Retomo el tema de la vida y la generosidad con otro tema que se desarrolla entre las páginas y que me parece de lo más interesante y necesario. Porque convierte así a la literatura en algo más allá de un hobby, pero también indica lo poco empáticos que como sociedad somos. Y es el tema de la donación de sangre y órganos.

Porque, literalmente, salvamos vidas con una acción tan cotidiana como esta. Sin embargo, por múltiples y diferentes motivos, no solemos hacerlo tanto como se debería y por eso, si bien en España podemos estar orgullosos porque somos uno de los países con más donantes, la realidad es que podríamos hacer mucho más.

No puedo no hacer mención a Marcos como secundario, porque me ha gustado mucho esa especial relación, llena de piques y tensión sexual no resuelta con India, con lo que me gusta a mí un enemies to lovers. Pero, además, a causa de todo lo que vive y experimenta en esta novela, creo que puede dar pie a una historia de lo más interesante.

Amén de que, así permitiría a la autora darle un final mucho más cerrado al que tiene ahora, puesto que me parece precipitado y sobre todo, me falta información y completar huecos ahí. Y ese es el aspecto susceptible de mejora en mi opinión, ya que tiene un ritmo constante y una lectura mucho fluida que me ha dejado con buen sabor de boca.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!




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