Ni una sola cita de E.M Torres

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una opinión de uno de los libros viajeros que ha llegado a 
mi  casa en días pasados. Ya dije en publicaciones anteriores que, este encabezamiento se iba a repetir más de seguido de un tiempo a esta parte y por eso, aquí estamos.

En este caso, sí que conozco la pluma de la autora, pero desde un punto de vista profesional diferente, ya que mi primer contacto con su pluma fue la novela romántica histórica y esta es contemporánea.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en esta parte introductoria, y en su lugar os dejaré con la sinopsis y mi opinión de Ni una sola cita de E. M Torres:

SINOPSIS

En medio de una boda, Alison tiene un encuentro vergonzoso con la última persona que esperaba y su día se va a pique. Sin embargo, aparece Liam, un carismático presentador de televisión, quien la salva de la situación con su encanto y un toque de misterio. Cuando la vida le ofrece la oportunidad de escapar de su rutina y su pasado, Alison se une a Liam en un emocionante viaje por carretera para filmar un documental sobre la mítica Ruta 66.
A medida que recorren los caminos polvorientos, los dos se enredan en situaciones cómicas y embarazosas que solo parecen unirlos más. Entre risas contagiosas, fotografías inesperadas y corazones acelerados, Alison y Liam descubren que, incluso en los momentos más extraños, el amor puede surgir. Pero ¿serán capaces de dejar atrás las cicatrices del pasado y abrazar lo que podría ser la historia de amor más inesperada de sus vidas?


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, tengo que decir los motivos por los que me apunté a este viaje. Y es que lo vi tanto por redes en su momento que, supe que sí o sí, yo también tenía que leerlo.

Relacionado con la portada tengo que decir que, bien de inicio no me pareció la más adecuada, la realidad es que, a posteriori, sí que tiene sentido y encaja con la historia, convirtiéndola así en una de esas portadas inteligentes de las que tanto me gustan.

Y es que, de este modo, la autora empieza a jugar con el lector y a mandarle mensajes ocultos, aunque al mismo tiempo, perfectamente visibles a primera vista, como no es otro que el hecho de que las apariencias engañan. Ya que nuestros protagonistas, Alison y Liam, cumplen a la perfección con esta premisa. Y por tanto, son más parecidos de lo que podrían pensar a priori.

En esta historia romántica, vamos a acompañarles en su viaje de autodescubrimiento, literal y metafórico tanto por separado, pero también como pareja, ya que la intimidad que comparten en un espacio reducido como es el de la caravana, provocará que dejen ruidos y rumores, así como prejuicios al respecto el uno del otro, y se atrevan a conocerse por sí mismos. Justo lo que nosotros mismos tenemos que hacer en nuestras vidas. Pero además, demuestran así cómo es en las distancias cortas y en la intimidad cuando se conoce realmente a una persona... tanto para bien como para mal. Porque, no todas las sorpresas son agradables en ese sentido.

Esta pareja también cumple a la perfección esa creencia de que, de una boda sale otra boda, ya que es precisamente ahí donde se conocen. Aunque, no precisamente en las mejores circunstancias puesto que ambos no han cerrado capítulos precedentes de sus vidas y tampoco es que tengan la mejor consideración para con el amor. Pero, como no se puede luchar contra el sentimiento, además de que es burlón y le encanta jugar con nosotros, este aparecerá cómo, cuándo y con quien menos se le espera.

Sin embargo, retomaré más adelante el tema del amor, porque ahora quiero centrarme en Liam.

Él es famoso, y la autora lo usa para denunciar el tema del límite entre lo público y lo privado. De ahí que lo de la caravana esté muy bien traído, ya que lo saca de su zona de confort, lo cual por otra parte, le viene bastante bien porque le permite abrir los ojos hacia otras realidades menos desconocidas.

Liam también es el instrumento que en ocasiones usa la autora para criticar a esa parte de la sociedad obsesionada con el lujo y el dinero y que está tan concentrada en ese aspecto de sus vidas, que en cierto sentido están perdidos e incluso no viven, porque la verdadera riqueza no tiene valor material y se forma en el día a día con sus pequeñas cosas. Así que el palito que, prácticamente a diario le da Alison le viene fenomenal a él y también nos viene fenomenal a todos para que no lo olvidemos.

Porque la riqueza y el éxito son también muy venenosos y tóxicos y si lo consideramos como lo único y válido, al final lo que estamos demostrando es que, el modo en el que tratamos a los demás dice mucho de nosotros mismos. Y la educación no se paga por tenerla. De ahí que, en ocasiones, él no haya sido santo de mi devoción, porque su egocentrismo le ha llevado a tener una visión más que reduccionista de lo que está bien o no, y sobre todo todo de lo que es bueno o no también. Desgraciadamente, esto es muy real, y por eso, aún hoy hay mucha gente que es muy clasista y que por eso, cataloga a las personas como aceptables o no según sus ingresos monetarios. Lo cual, en mi opinión es bastante triste y, a la larga, termina demostrando que, podrá ser muy rico en lo que a posesiones materiales se refiere, pero en el interior, es bastante pobre. Y esa podredumbre, por más que intente enmascararla con lujo, si no sabe reaccionar a tiempo, terminará por engullirle por completo y ser un superviviente rico infeliz.

Al mismo tiempo, usa a Liam para recordar que los famosos, no son solo personas conocidas, al contrario, también son personas. Y por eso, el mero hecho de que hayan decidido compartir una parte de sus vidas para con los demás, no significa que toda su vida tenga que estar expuesta también. Debemos aprender a respetar esa otra parte y sobre todo, a empezar a cambiar ese paradigma erróneo hacia ellos.

Pero Alison, también tiene su parte reivindicativa como personaje. En este sentido, gracias a su cuerpo. Y este mensaje me ha parecido maravilloso. Porque hace hincapié en la presión a la que las mujeres nos vemos sometidas por obtener, conseguir y mantener el cuerpo perfecto. Cuando, una vez más, la perfección no existe y sobre todo, que tenemos que entender que la diversidad es lo que nos convierte en bellos. Pero aún más me ha gustado que recuerde que, también los hombres pueden verse sometidos a esta misma presión. Lo que ocurre es que pese a no mencionarse de una manera tan recurrente como en el caso femenino, parece que el problema no existe. Cuando sigue ahí. Y por eso, queda demostrado cuán potente es el poder de las palabras.

Así que debemos aprender a querer, respetar y valorar más y mejor nuestros cuerpos porque es el contenedor que nos acompañará el resto de nuestras vidas. Así que tenemos que valorarlo, cuidarlo y ser más gentiles para con nosotros mismos. Un primer paso para empezar a sentir amor propio.

En este sentido, también me ha gustado que, incida en el impacto que tienen las palabras... tanto para bien como para mal en nuestras vidas. Así que, si vamos a hacer cualquier tipo de comentario al respecto del cuerpo de los demás, ahorrémonoslo, ya que, no sabemos por qué esa persona es así.
Como bien deja indicado la autora, aporta o aparta, Bravo,

Ahora ya sí, retomo el tema del amor porque aquí hay más un tipo y no precisamente del todo sano.

De entrada, se habla del amor romántico y se nos recuerda que el sentimiento evoluciona a la par que el ser humano y por eso, es erróneo englobar a todo el mundo en el mismo saco.
Dicho de otro modo, el impacto que pueden tener relaciones previas puede ser muy grande, pero hay que saber separar entre todas porque, al no hacerlo, en cierto modo, le estamos restando consideración e importancia a las venideras.
Y, el hecho de que no haya salido bien, no significa que el resto vayan a ser igual.

Sin embargo, solemos hacer justo lo contrario y utilizarlas como vara de medir y comparativas con las posteriores, especialmente si se trata de nuestros primero amores. Y al hacerlo, también estamos en cierto modo perfeccionando al otro. Craso error porque, de nuevo, incurrimos en la creencia de que cualquier tiempo pasado fue mejor e incluso, idealizamos a la otra persona. Cuando esa perfección, no existe y jamás aparecerá. Y por eso, tratar de perseguirla incansablemente, lo único que provocará será la tristeza al no haber alcanzado nuestro objetivo y también la rabia y el enfado porque, hemos perdido un tiempo precioso en tan infructuosa campaña de persecución.

Pero, también hay que tener cuidado con esa inexistente perfección porque puede generar y provocar la aceptación o el rechazo de algunos comportamientos y actitudes que poco o nada son sanos. Y que a la larga, a los únicos a los que terminarán haciendo daño será a nosotros mismos. Así que hay que huir y poner la mayor distancia posible de cualquier relación tóxica que nos pueda salir al encuentro.

Y sobre todo, también hay que aceptar que el amor se acaba y que no hay que forzar a mantener a nada o a nadie en ese sentido. Porque nadie va a querernos como nosotros queremos que lo hagamos. Y por eso, cualquier empecinamiento de conservación en nuestras vidas, conllevará la infelicidad. Porque quien bien te quiere lo hará libre. Y eso implica también saber entender y aceptar un no como respuesta. Porque no hay que pensarlo siempre como una negativa, sino como una oportunidad de recapacitar, reflexionar y mejorar aquellos aspectos en los que no hemos estado tan brillantes en el pasado. De ahí que el personaje que representa este amor tóxica, refleje muy bien todos estos aspectos que he mencionado anteriormente.

Hay también mucho amor por la vida. Y por eso, la metáfora para con el viaje y a su vez, con los sentimientos, está muy bien traída, ya que refleja a la perfección que son largos y que no siempre podremos controlar o saber todo al respecto de los mismos, pero que, conviene incluso aceptar los miedos y superarlos, porque la meta merecerá la pena. Aunque la travesía sea larga, tortuosa y llena de obstáculos.

Por supuesto, hay amor del sano entre la pareja, y en este sentido, han sido hasta graciosos porque, si bien estaban empeñados en que tenían que tener una cita para hacer y convertir su enamoramiento en oficial, la realidad es, que sin darse cuenta, en todo el viaje y desde el principio, nunca dejaron de hacerlo. O, utilizando un símil mucho más acertado para la dinámica de la novela, su historia de amor nunca dejó de tener etapas. Demostrando así que el amor puede aparece de múltiples formas, incluso suavemente y sin que seamos verdaderamente conscientes de momento exacto en el que sucede todo.

La respuesta, por supuesto, es la comunicación. Base y pilar fundamental para cualquier relación importante de nuestras vidas. Porque si no hablamos, parece que no existe, cuando sí que lo hace, lo único que ocurre es que en ese caso, lo camuflamos.

Sin embargo, y a pesar incluso de que tengamos las circunstancias más favorables y adecuadas para esa comunicación, preferimos callar y guardarnos para nosotros qué sentimos y opinamos al respecto. Porque le tenemos verdadero pánico al juicio externo, de conocidos y desconocidos. Otro error común porque, si no hablamos, el otro no sabrá leer o entender qué sucede o qué pensamos al respecto y será ahí cuando aparezcan malentendidos, discusiones e incluso rupturas sentimentales. Y es más, dejaremos que esos demonios hayan ganado la batalla y nos conviertan en esos supervivientes infelices anteriormente mencionados.

Pero, tenemos que recordar que hablamos, incluso cuando no pretendemos hacerlo porque la comunicación se vale de palabras y gestos. Y son estos en muchos casos los que explican aquello que por miedo o vergüenza no nos atrevemos a decir en voz alta. De ahí que debamos estar bien pendientes a los mismos,

Sin embargo, antes de querer bien al otro, tenemos que querernos bien a nosotros mismos, externa e internamente, Porque si no tenemos claro esa idea, jamás podremos hacer lo propio para con los demás y tampoco podremos amar la vida a su vez.

Una vida que es un viaje y para el cual siempre tendremos que buscar el mejor compañero de ruta y aventuras posibles posibles, que no nos cambie, sino que intente sacar la mejor versión de nosotros mismos.

Y por eso, no tiene que haber tiempos, duración o etapas para emprender la travesía porque la parada final, la felicidad, siempre merecerá la pena.

El único aspecto negativo que le pongo a la novela eso sí, ha sido la duración de los capítulos. Muy largos. Entiendo que sea por la división de etapas, pero si hubiera hecho unas pausas más marcadas en el mismo, creo que la lectura hubiera sido mucho más fluida. Mi TOC e incapacidad de dejar capítulos a medias lo hubiera agradecido mucho, la verdad.

El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!



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