Todo lo que tengo es tuyo de Miriam González

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que llegó a mi casa porque me 

apunté a un libro viajero. Sí, otro más. Pero no digáis que no os avisé al respecto porque, se me ha acumulado una racha en la que no paran de llegar a casa. Sin pilitas eso sí.

En este caso, me inscribí porque lo había visto por redes y por eso, cuando vi que se lanzaba para viajar y sobre todo, cuando vi que, según la sinopsis, podía encajar, decidí inscribirme. Además de que, como no conocía la pluma de la autora, así pude llevar a cabo esa donámica que tanto me gusta de conocer nuevas plumas y así, presentarlas por aquí a vosotros.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más y os dejo la sinopsis y mi opinión de Todo lo que tengo es tuyo, escrito por Miriam Rodríguez:

SINOPSIS

Clara vive inmersa en el estrés del día a día, sin levantar la vista y mirar más allá de todo lo que la rodea. Pronto descubre que la vida le tiene preparada una mala jugada y la obliga a cambiar de rumbo y aprender a saborear los buenos momentos.
Dani decide romper con su vida y cambiar de aires lejos de su familia y amigos. Al hacerlo descubre aquellos momentos caprichosos del día y aprende a saborearlos y disfrutarlos.
Clara y Dani puede que necesiten ayuda en su camino, y Antonia no piensa quedarse de brazos cruzados.
Descubre a este maravilloso trío, sus amistades, aventuras y conversaciones.

OPINIÓN

En esta novela breve de género romántico, conoceremos la historia de Clara y de Dani y de cómo realizan un viaje literal y metafórico para conocerse mejor a sí mismos, pero también para conocer al otro. Pero además, las circunstancias y caracteres de cada uno de ellos sirven también para poner de relieve más un tema y relacionarlo así con nuestra sociedad contemporánea que es susceptible de análisis en profundidad.

Clara es evidente que es el personaje e instrumento para criticar el modo de vida nuestra sociedad contemporánea, muy centrado en el aspecto laboral y por tanto perdiéndose cada vez más en el ámbito personal y de la empatía, cuando eso es precisamente el que nos hace más falta.

Relacionado con esto, también en parte nos estamos convirtiendo en una sociedad un tanto clasista porque, hemos asociado ser felices y/o el éxito con el hecho de tener una buena posición laboral. Cuando no es así, porque no hay que olvidar que no a todo el mundo se le dan bien las mismas cosas y que, si esto fuera así, la sociedad sería muy igualitaria y por lo tanto, muy aburrida. Cuando, al contrario, la diferencia enriquece.

Asimismo, hay que dejar de mirar por encima del hombro a determinadas profesiones porque, precisamente son aquellas más "básicas" son aquellas que, a la larga se rebelan como más esenciales. Y para muestra tuvimos la pandemia, aunque, como también parecemos tener memoria selectiva, ese es un rasgo y detalle del cual parecemos habernos olvidado. Porque, la verdadera riqueza de la vida se encuentra en las pequeñas cosas del día a día, que suelen tener un valor incalculable al ser inmateriales en la inmensa mayoría de los casos.

Pero, como le sucede a Clara, de hecho, creo que por eso lo ha descrito así, no podemos supeditar nuestras vidas única y exclusivamente al mundo laboral. Porque, en ese caso, tiende a convertirse en una obsesión. Y ya sabemos que en pocas ocasiones son buenas. Amén de que, en el caso de que nos despidan, nos quedaremos cojos. E infelices.

Porque otro rasgo y consecuencia de este tipo de centro laboral lo que provoca es que nos convirtamos en autómatas que sobreviven más que viven, dos verbos que suelen ser confundidos y cuya diferencia es, precisamente la que traerá la felicidad a nuestra vida.

Pero además en el caso de la mujer se produce una metáfora bastante curiosa porque, aquí entra en juega el machismo y la conciliación laboral y familiar. Porque, en nuestro caso, las mujeres debemos esforzarnos el doble o triple que nuestros colegas masculinos para ser considerados igual de válidos que ellos, a pesar de estar igual o más que preparadas. Lo cual provoca que, en más de una ocasión debamos "sacrificar" algunos aspectos de nuestras vidas, siendo los más habituales los que tienen que ver con el ámbito del ocio y la familia. Así que, es lógico que estos se dientan menos valorados e incluso abandonados.

El contrapunto - porque esta es una novela de opuestos que se atraen - está en Dani. Aunque eso de que sean opuestos, yo lo pondría entre comillas, puesto que en realidad son más parecidos de lo que parecen. Y con esta premisa, la autora plantea que hay que conceder más segundas oportunidades en la vida, ya que las apariencias engañan.

Pero además, al haber hecho este viaje al pueblo, es decir a la inversa, la autora critica el éxodo rural. Un problema bastante más serio del que podríamos pensar ya que provoca que buena parte de España se esté quedando vacía y que, en cambio, la población se acumule y concentra cerca de medianas y/o pequeñas urbes.

Esta crítica además es muy realista porque la cuenta desde ambos puntos de vista, poniendo de relieve las ventajas y desventajas de vivir en un pueblo o una comunidad pequeñas. Ya que el sentimiento de pertenencia es mucho más inmediato, así como la ayuda en caso de necesitarla. Sin embargo, las noticias, rumores vuelan a mucha mayor velocidad. Y también el sentido de la intimidad está un poco más difuso.

Pero, además de todo eso, cada vez se están quedando con menos recursos y servicios mínimos tan básicos y vitales como una línea de autobús o un banco, que por tanto, les fuerza y les obliga a adoptar una serie de medidas, y nuevos hábitos y comportamientos que no quieren realizar. Solo porque viene de manos externas que poco o nada conoce el entorno o las circunstancias reales donde ha decidido aplicar e implantar esa medida. Creando así, como digo ese éxodo rural forzado, lo cual en cierto modo es bastante triste y, una vez más, demuestra lo poco empáticos que somos como sociedad.

Además de todo eso, como buena parte de la población de los pueblos está envejecida, la autora también realiza aquí un homenaje más que necesario a los abuelos. Porque, en esta sociedad basada en prisas, beneficios y éxito, parece que, si se llega a una determinada edad, o no se le puede extraer un beneficio determinado, ya eres un inútil. Y por lo tanto, tenemos que relegarlo. Además, haciéndolo bastante patente. Cuando no es así.

La sabiduría que ellos tienen viene de la experiencia que a nosotros nos falta. Amén de que son mucho más humildes que nosotros. Y sobre todo, que también parece que hemos olvidado que también llegaremos a su edad, así que si no queremos sufrir ese mismo tipo de actitudes y comportamientos, debemos aprender a respetarles y valorarlos más. Por eso, la abuela de Clara en modo Cupido ha estado genial, ya que ha sabido ver antes que nadie lo que estaba por suceder entre su nieta y Dani.

Es también una novela romántica, donde se habla del sentimiento desde más de un prisma.

En primer lugar, se habla del amor entre los miembros de una familia. El cual no hay que dar nunca por descontado y sobre todo, lo relaciona en esta novela con la paternidad. Y lo dura que es, así que no hay un momento mejor o peor más allá de aquel en el que nos sintamos preparados para aceptar una responsabilidad tan enorme como es la de criar un hijo. Un niño que será siempre nuestra prioridad desde el mismo momento de su llegada, de ahí que es una decisión que no hay que tomar a la ligera. Porque padre se hace, y no se nace.

Y sobre todo, también hay que tener en cuenta que, si la relación sale mal con el otro progenitor, los niños son los más inocentes y por lo tanto, hay que buscar siempre su prioridad y por eso, jamás usarlos como un arma arrojadiza. Eso demuestra que nunca hubo entonces un buen amor hacia con la otra persona, porque si los queremos bien, los querremos libres... aunque ya no estén con nosotros.

Hace hincapié también en la importancia que tienen nuestros primeros amores en la vida. Y sobre todo, remarca cuán equivocados es continuar utilizándolos como vara de medir y comparativa con el resto de relaciones importantes de nuestras vidas porque el amor, al igual que el ser humano, evoluciona. Y por lo tanto, la consideración nunca será la misma.

Al mismo tiempo, recuerda que las comparaciones son siempre odiosas y por eso, tratar de estandarizar un aspecto que pertenece al campo de la psique es, desde el principio un error ya que así estamos restándole importancia al resto de personas que aparecerán en nuestras vidas, cuando son todas exactamente igual de importantes.

Y por último, olvidamos también que, realizar precisamente ese tipo de comparativas, a la larga, termina por convertir al otro en perfecto. Cuando la perfección no existe. Y por eso, tratar de perseguirla incansablemente lo único que terminará por traer a nuestras vidas será la infelicidad permanente de no poder ver cumplidos nuestros objetivos y además, nos enfadará al ser conscientes a posteriori de haber perdido un tiempo precioso en aras de la felicidad, que es lo que verdaderamente merece la pena.

Relacionado además, en parte con esto, recuerda que hay que saber distinguir entre cariño y amor, porque, de nuevo, pueden parecer sinónimos y para nada son así. Es más, una vez más, será la distinción entre ambas, lo que terminará por no hacer daño a la otra persona implicada ya que, en muchas ocasiones, por querer hacer un bien o un mal menor, al final, lo que estamos provocando es un grado de sufrimiento mayor. Como en cierto modo hace Dani.

Hablo de Dani una vez más porque, de los dos protagonistas, ha sido el que me ha parecido el más flojo. No me ha terminado de convencer del todo su historia de inseguridad, que está muy bien porque así pone de relieve que también los hombres pueden sentirse inseguros y sobre todo, que no lo reconocen tan a menudo a causa de la masculinidad frágil. Necesito más para poder entenderle mejor.

Y por eso, en consecuencia, el modo en el que se da el paso de amigos a amantes en este par, también lo he visto precipitado. Principalmente por la ausencia de muchas más interacciones directas entre este par que me hubieran dado más indicios de que, a fuego lento, se estaban cociendo unos sentimientos de otro cariz entre ambos.

Ya para concluir, no puedo no hacer referencia a otra reflexión certera incluida entre las páginas de esta novela y que los protagonistas aprenden, pero que nosotros también deberíamos tener bien presente: son las personas las que conforman los hogares y no los sitios en sí. De ahí que, el amor pueda encontrarse dónde, cuándo y con quién menos se espera pero que si esa persona es el mejor acompañante en esta apasionante travesía que se llama vida, bienvenido sea siempre.

El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!

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