Una canción para mi novela de Ana G. Castellar

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico, permitiéndome así también conocer su pluma. Con lo que ya sabéis que me gusta eso a mí. Y además, en este caso, le agradezco todos los detalles de los que vino acompañado, que fueron muchos.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en esta parte introductoria de la novela y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Una canción para mi novela de Ana G. Castellar por si no la conocíais:

SINOPSIS

Simón es un cantante venido a menos, que trata de volver a triunfar en el difícil mundo de la música y Cloe una escritora de romántica que tiene dudas sobre el amor.
Sus vidas se cruzarán la noche que Cloe acude con unas amigas al concierto del grupo de Simón, al finalizar el concierto deciden quedarse un poco más para conseguir las firmas y hacerse algunas fotos.
Esa noche Simón se deja llevar por unas risas y atención que hace tiempo no recibe. Un comentario ofensivo que Cloe escucha, hace que todo cambie; aunque consigue salir airosa de esa situación su autoestima queda tocada.
Simón se acerca a ella, aprovechando que está con su compañero y no se han dado cuenta del suceso, le deja escrita una dedicatoria para pedirle perdón y que lo ocurrido quede en esa noche, sin que pueda traerle consecuencias negativas en redes sociales.
¿Qué hará Cloe cuando lea la dedicatoria? ¿Cambiará de opinión cuando la descubra?
¿Encajarán sus formas de ver la vida?

OPINIÓN

En esta novela conoceremos la historia de Cloe y Simón, desarrollando un friends to lovers, que es el cliché que yo usaría para describir su relación, aunque, ese es uno de los muchos mensajes importantes que se incluyen en la novela y que por tanto, paso a desarrollar.

De entrada, dadas las profesiones de ellos, la autora critica cómo, aún hoy, hay profesiones y estudios que no son considerados serios o válidos. Sobre todo si se les compara con otros. Efectivamente, estoy hablando de la eterna batalla entre letras y ciencias. Y esto, es un error bastante repetido, pero bastante básico también porque tenemos que tener muy claro que no todas las personas sirven o son buenas en las mismas actividades. Y precisamente, que será esa diferencia e individualidad la que nos enriquece como sociedad. De ahí que tengamos que ser mucho más empáticos y aprender a respetar más a los demás.

Este tema además, se relaciona con la paternidad, uno de los múltiples tipos de amor presentes en la novela porque, si bien es cierto que es bastante difícil, un padre ha de buscar siempre el mejor desarrollo y respetar la individualidad de sus hijos, porque intentar cambiar a alguien no es quererle de modo sano.

Además de que, tampoco debemos olvidar que, no podemos usar la excusa de que solemos familiares de, para expresar nuestras opiniones o nuestra crítica al respecto de ellos ya que, en cierta manera estaríamos menospreciando esa relación al darla por descontada. Y al contrario, los vínculos con nuestros familiares son - o al menos, han de ser igual de importantes - que el resto de nuestras relaciones.

Amén de que las profesiones artísticas son mucho más importantes de lo que podríamos pensar a priori, porque enriquecen el alma y sobre todo, porque precisamente ayudan a generar y provocar esa empatía que no solemos tener ya que, en no pocas ocasiones, un cantante, actor o poeta pone o expresa con palabras justo aquellos que nosotros estamos sintiendo y que, por miedo, o por no saber utilizar una comunicación efectiva, nosotros no podemos, o no podemos hacer del todo bien.

Y un tercer aspecto que se utiliza al respecto de este tema es que, en no pocas ocasiones, y bajo el amparo de que lo decimos por el bien del otro, nuestras palabras provocan mucho daño.

Precisamente y hablando de palabras y comunicación, este es otro de los grandes temas de la novela. Y me ha gustado que dé el lugar y el poder real que las palabras tienen porque, en cierto modo también tendemos a hacerlas de menos, cuando, al contrario, hay que prestarles más atención porque sus secuelas y por tanto, sus peligros son mucho más mayores ya que son invisibles y por eso, a menos que se muestren, pueden prolongarse mucho más en el tiempo.

Aunque, las palabras tienen también un poder y un aspecto muy positivo. Y eso queda más que demostrado por la profesión de ella, que es escritora de romántica. Un género que, al igual que la profesión "liberal" de cantante de él, tiende a ser menospreciado con respecto al resto de géneros compañeros, olvidando, una vez más, que la literatura en más de una ocasión, trasciende el hecho de ser un hobby o un entretenimiento y por eso, en más de una ocasión, un lector que se ha acercado al género y ha leído situaciones, comportamientos y actitudes que poco o nada son sanos, ha salido darse cuenta y reaccionar y ver que así, ha de poner distancia lo antes y lo más rápido posible de ese tipo de situaciones. Si eso no es poder, no sé yo que será.

Además de que, me ha gustado que ella sea escritora de romántica, por más de un motivo. Porque tiene más cosas en común con Simón precisamente por este motivo, de lo que podría pensarse en un motivo, demostrando así que las apariencias engañan.

Pero también, el hecho de que use un pseudónimo es una metáfora más que acertada acerca de cómo se comporta nuestra sociedad en más de una ocasión en lo que a la comunicación se refiere. Porque, aún hoy continuamos teniendo un miedo tan grande a exponernos para con los demás que, preferimos callar, a sabiendas de que eso terminará causando más perjuicio que beneficio. Y este comportamiento es aún más paradójico porque, estamos en la sociedad en la que es mucho más sencillo comunicarnos a no hacerlo, pero aún así, preferimos no hacerlo.

Y al contrario, deberíamos de hacerlo más porque solo así dejaríamos de considerarla como un síntoma de debilidad ya que solo aquellos que son verdaderamente valientes se atreven a compartir su mundo interior para con los demás, arriesgándose a juicios y críticas implacables. Pero además, si no nos comunicamos, jamás podremos saber qué o como se siente el resto al respecto de una situación. Y eso por no hablar de que esta ha de ser la base de cualquier relación, porque si esta es endeble... está abocada al fracaso.

Por eso hay que hablar. Siempre, con todos y de todos los temas posible y por haber. Y eso incluye también el hecho de poner límites porque así también podremos empezar a entender que, una negativa no ha de ser considerado como un castigo o una pena, si no, como una nueva oportunidad para comenzar o enmendar un error previamente cometido, si hay voluntad de enmienda... por supuesto.
De ahí que Simón y el modo en que gestiona el tema de Adela lo ejemplifica perfectamente bien.

Aunque, he de decir que, si esto no hubiera sido incluido, la autora no podría haber ejemplificado la poca sororidad que existe aún hoy en nuestra sociedad y cómo, por eso, en más de una ocasión, continuamos considerándonos más enemigas que amigas, cuando debería ser justo lo contrario. Pero además, solemos utilizar como tema recurrente para causar mucho daño nuestro cuerpo. Y con ello olvidamos que el canon de belleza no existe porque la belleza es un concepto subjetivo y por eso, cada uno la ve, la siente y la percibe de una manera diferente. Siendo todas siempre igual de válidas y respetables.

Así sucede con Cloe, quien, al no tener un cuerpo heteronormativo, sufre las críticas y las burlas de quienes están a su alrededor. Pero, también sucede con Simón, y esto me ha gustado doblemente, porque así pone de relieve que también los hombres pueden tener baja autoestima y que también puede deberse a que las consecuencias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en el desarrollo de nuestra personalidad, pero también a la hora de considerar determinadas actitudes y comportamientos como sanos cuando no lo son. E incluso, también para desarrollar y tener una buena autoestima y un buen amor propio. Fundamental para así poder querer a los demás.

Sin embargo, y una vez más, el peso de la masculinidad frágil en nuestra sociedad sigue siendo tan fuerte que, los hombres no suelen hablar de eso y de ahí que, en más de una ocasión termine convirtiéndose en un tabú. Otro error, porque si no se habla, parece que no existe y sí que lo hace. Al revés, es precisamente por no hablar del mismo que el problema se tornará en algo más serio y más duradero en el tiempo.

Hay mucho amor del sano también aquí presente. Y en este sentido, me ha gustado que él sea en cierto modo famoso, ya que, una vez más, pienso que esta inclusión está hecha ex profeso porque así recuerda que además de una profesión que tiene de cara al público, los famosos también son personas. Y por eso, tenemos que aprender y sobre todo, saber respetar su privacidad ya que la totalidad de sus vidas no pertenece al público.

Y además, al ser personas, sienten, padecen y se equivocan. En este sentido, me ha gustado mucho el golpe de realidad que Cloe se da para con él, aunque no las formas en el que sucede porque ahí él se pasó tres pueblos. Sin embargo, lo considero necesario porque como Cloe lo había idealizado al convertirlo en su amor platónico, cuando descubre realmente cómo es él aprende los peligros de idealizar a alguien porque no existe nadie perfecto. De ahí que mantener esa idea de perfección, a la larga lo que terminará por provocar será la infelicidad más absoluta. Por alcanzar y perseguir un imposible incansablemente y además, por haber perdido un tiempo precioso en el proceso.

Retomo aquí la relación de pareja entre los protagonistas porque, describe bastante bien que las relaciones de pareja en la que los miembros de la misma, además también son amigos son las mejores, porque se conocen muy bien. Pero también, el miedo que, en más de una ocasión provoca el hecho de querer dar un paso adelante y cambiar de estatus porque, en el caso de fracaso, la pérdida sería doble. Más en su caso, cuando las mochilas que ambos acarrean son tan pesadas y por ese motivo, no se sienten merecedores de amor. De ahí, una vez más, la importancia del amor propio, porque solo si nos queremos bien a nosotros mismos, también podremos querernos bien a los demás.

Por último, no puedo no hablar del amor por la literatura, bien presente entre las páginas de esta novela. Un amor en el que creo que la autora, se ha basado en su propia experiencia. Porque esta también, en más de una ocasión está idealizada y, al igual que con las historias de amor, en más de una ocasión, es un sueño recurrente el de poder publicar una novela. Y por eso, en más de una ocasión, hay personas que se aprovechan de estos sueños para sacar el máximo beneficio y también burlarse del pobre soñador de turno.

Pero, una vez más, gracias a una metáfora muy bien traída, la autora incide en que el amor, al igual que la inspiración, aparece dónde, cuándo y con quién menos la esperamos, de ahí que tengamos que tener bien abiertos los ojos siempre, porque nunca nos van a avisar de su llegada. Amén de que los musos inspiradores forman más parte de nuestras vidas cotidianas de lo que podríamos pensar a priori.

Y además, este amor ha ser siempre libre y sano, y sobre todo que nos quiera libres. Y en esa libertad, todos y cada uno de nosotros podremos convertirnos en el héroe o heroína de nuestra historia de amor. Incluso en aquellos casos en los que nos dediquemos a escribirlas. Porque el amor siempre será la melodía que traiga la felicidad a nuestras vidas, la cual todos merecemos.

Ha sido un primer contacto con la pluma de la autora más que satisfactorio y que me ha dejado muy buen sabor de boca.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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