Contigo lo quiero todo (bilogía Atracción inevitable) de Paqui Ubri

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí porque fue uno de los libros 
viajeros que llegaron a mi casa en días pasados. Porque, como ya avisé en su momento, este iba a ser un encabezamiento que se iba a repetir en más de una ocasión.

En este caso, además, fue la propia autora la que se encargó de organizar el viaje. Y, como no me gusta dejar bilogías, trilogías o series a medias cuando la historia se desarrolla por volúmenes... claro que me apunté.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta novela y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Contigo lo quiero todo, el segundo volumen de la bilogía Atracción inevitable de Paqui Ubri.

SINOPSIS

Paula Bonachera ya no es la misma, su nueva versión, no tiene nada que perder.
Tom Duarte, ya no es el mismo, nunca antes una mujer le había producido esos sentimientos de añoranza y cariño. Querer formar una familia no entraba en sus planes, hasta ahora.

Adicciones, traiciones, venganza, esta segunda entrega viene cargada de acción y pasión. ¿Estás preparado/a para volver a sumergirte en el mundo de la mafia?


OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, es el segundo volumen de una historia en parte cerrada y en parte abierta. Pero, que si leéis este directamente no entenderéis del todo a los personajes amén de que os comeréis spoilers bastante importantes.

Una segunda advertencia que os tengo que decir es que si no sois lectores de dark romance...quizás esta no sea tampoco la lectura más adecuada para vosotros, porque se incluyen situaciones, vocabularios e incluso, comportamientos que no son sanos. Y que podrían incluso herir la sensibilidad de lectores sensibles.

Dicho esto, continuamos conociendo la historia de Paula y Tom justo momentos después del tremendo final anterior y que les llevó a estar separados. Pero así se demuestra que, si bien el amor es todopoderoso, a veces, no es el momento y a veces, tampoco es omnipotente. Y por eso, si estar con una persona, a pesar del amor entre la pareja, hace más bien que mal, lo mejor es dejarla. Porque, antes que querer bien a cualquier otra persona, es el amor propio el que ha de ser la prioridad de nuestras vidas.

Uno de los temas por tanto importantes de esta novela es el duelo, y sobre todo, la gestión del mismo. Porque no hay un único modo correcto para ponerlo en práctica o llevarlo a cabo, pero también advierte que tampoco podemos vivir continuamente en él, porque, a la larga no vivimos, sino que sobrevivimos. Y ese detalle, Paula lo ejemplifica bastante bien. Y la autora, a su vez, lo usa como recordatorio de cuán importante es saber distinguir entre vivir y sobrevivir. Dos verbos que tienden a ser sinónimos, pero que poco o nada se parece. Y es precisamente el hecho de saber distinguir entre uno y otro significado, lo que provocará que seamos felices. El cual ha de ser siempre uno de los objetivos prioritarios de nuestras vidas.

Y sobre todo, también me ha gustado que lo incluya porque así da pie a que, en aquellos casos en los que veamos que, por nuestra propia cuenta no podamos superar esa situación, tengamos que recurrir a la ayuda de un profesional. Aunque, esto podría haberse desarrollado mejor, ya que, en más de una ocasión a lo largo de esta novela, su personaje y otros, deben y necesitan acudir a un profesional para superar algunos de los eventos a los que se han de enfrentado. Y por eso, no vería mal el tema del internamiento en una clínica.

Me ha gustado la especial relación que tiene Paula con sus amigas, porque es un canto a la sororidad más que necesario. Demostrando así que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Pero al mismo tiempo, ejemplifica que, si las mujeres nos apoyásemos más entre nosotras y no nos considerásemos como enemigas, el mundo sería un lugar mejor para todo el mundo.

La relación por tanto que ella tiene para con las amigas también demuestra que los amigos son la familia que nosotros escogemos. Pero que, si bien tenemos que aceptar y valorar su opinión o consejo al respecto de un tema o un problema, la realidad es que, no hay que seguirlo al pie de la letra porque, en más de una ocasión, por querer hacer un bien provocamos un mal. Y además, tampoco hay que olvidar que todos y cada uno de nosotros tenemos y cargamos con unos demonios que no solemos compartir con los demás, pero que son las que nos motivan a inclinar la balanza a favor o en contra de una opinión en concreto. De ahí que, por eso, en caso de ayuda, acudir a un profesional. Siempre.

Uso también el grupo de mujeres protagonistas también para demostrar otro de los temas importantes de esta novela y que la autora se encarga de subrayar: no es otro que el del machismo presente en nuestra sociedad. Y sobre todo, que en cualquier situación, las mujeres continuamos siendo consideradas un grupo débil y por lo tanto, predilecto para ser las víctimas inocentes de la misma.

Retomo el tema de los demonios individuales y colectivos porque, es la propia Paula quien mejor lo ejemplifica con su doble cara: una pública tranquila y serena y una segunda mucho más peligrosa en la que no duda en ponerse en riesgo y sufrir lesiones de gravedad sin duda, para sentirse viva, ya que está aletargada.

Pero además de servir para indicar que las apariencias engañan, la autora usa esta cara b para indicar que el brillo que tiene el poder y el peligro es tan poderoso en ocasiones que, su veneno, una vez se infiltra en nuestro organismo, difícilmente se puede extraer de él. Y por eso, que lo haya relacionado e incluido de un modo mucho más evidente con la adicción a sustancias de algunos de los personajes, también me ha parecido una metáfora de lo más interesante.

Es también una novela romántica que refleja muy bien el profundo impacto que tienen determinadas relaciones sentimentales en nuestras vidas. Las cuales, incluso sin ser los primeros amores, pueden no olvidarse. Y aunque pasional y terminó mal, no han podido olvidarse e incluso, a pesar del tiempo transcurrido, son como dos satélites que orbitan y pivotan siempre el uno junto al otro.

Pero también recuerda que hay que saber distinguir entre el amor y el cariño porque no son lo mismo, y vuelve a suceder con vivir y sobrevivir, que suelen pensarse que son sinónimos pero nada que ver. Y de nuevo, la diferencia será lo que provocará la felicidad en nuestras vidas.

Es cierto que, en más de una ocasión, las relaciones sentimentales nacen de una derivación de relaciones de amistad. Pero si solo vemos a una persona como un amigo sin querer ir más allá, también debemos comunicárselo. A riesgo de que causemos un daño prolongado en el tiempo que no merecen. Y por eso, en ese sentido, Paula se ha comportado de un modo poco sincero con otro de los personajes secundarios.

Pero, en lugar de hacerlo y llevarlo a cabo, como tenemos un pánico terrible a la comunicación porque la consideramos un síntoma de debilidad y de exposición y juicio externo para con los demás. Lo cual nos da verdadero pánico. Y por eso, preferimos no hablar y callar en lugar de comunicarnos de manera efectiva, cuando, al contrario. Es precisamente el hecho de no hablar lo que termina provocando disgustos, malentendidos e incluso rupturas sentimentales. Además de que el hecho de no hablar provoca que demos muchas cosas por supuestas y por eso, también no podemos percibir qué siente o percibe el otro al respecto de un tema. Así que hay que hablar, siempre. Independientemente del tema y de la persona con quien debemos mantener la conversación, por duro y negativo que pueda parecer al inicio, a la larga siempre terminará saliendo bien.

Vuelvo a hacer mención al amor romántico, el cual puede ser la luz que alumbre nuestras vidas y nos saque de la oscuridad y las tinieblas en las que vivimos. Pero, antes de querer bien a los demás, debemos aprender a querernos a nosotros mismos. Y en ese amor, el perdón para con nosotros mismos y para con los demás. Porque solo así alcanzaremos la felicidad, e incluso la paz mental. Fundamentales para una vida plena.

Por último, no puedo no hacer mención al final de la historia porque, si bien es cierto que las tramas se cierran y todos alcanzan sus objetivos vitales y especialmente es Carl quien obtiene lo que merece, la realidad es que me ha parecido precipitado y por lo tanto, descompensado con el resto de la historia, acción y narrativa precedente. Así que me hubiera gustado que tuviera algunas páginas más para que el cierre sí que fuera acorde con lo anterior.

El libro ya ha salido hacia la siguiente parada.

¡Nos leemos pronto!

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