La chica que tropezó con el amor de Hollie Deschanel

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
editorial, Colección Mil Amores, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico. Pero sobre todo, que vuelvan a confiar en mí y así, me permitan conocer nuevas plumas... como es el caso. Una acción que ya sabéis cuánto me gusta realizar.

Por eso, no me voy a entretener mucho más con la parte introductoria de la publicación y os dejo aquí con la sinopsis y mi opinión de La chica que tropezó con el amor, escrito por Hollie Deschanel.

SINOPSIS

Dánae ha soñado toda la vida con un amor de película. Pero el príncipe no aparece y su familia cree de verdad que ha fracasado en todo lo que se ha propuesto. Pero eso jamás la ha frenado. Al menos, hasta que se mete en la casita de muñecas de su sobrina a emborracharse y aparece el hombre de sus sueños de manera inesperada. No pidiéndole subir a su torre, sino tropezándose con ella. Literalmente.

Martín, por el contrario, no cree en el amor y eso le ha convertido en el terror de la editorial donde trabaja. Nadie diría que editando libros de romance vería las relaciones como si fuera un castigo divino. Y como si el karma quisiera cobrarse la deuda antes de que decida dejar en paro a toda una plantilla de escritoras furiosas, se tropieza con la rubia más impredecible, alocada y divertida que ha conocido jamás. ¡Y encima dice que es su novia! Delante de toda su familia, con lo cual no podrá negarse bajo pena de quedar en ridículo también en su ámbito privado.

Unidos por una mentira y obligados a ser la pareja de moda, tanto Dánae como Martín aprenderá que las canciones y las películas románticas no siempre son mentira, que tienen en común más cosas de las que parece y que en el amor, como en los tropiezos, hay que agarrarse a lo primero que veas.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, tengo que decir que, si bien de cuando en cuando, son ellos quienes me ofrecen la colaboración, en este caso, yo fui quien la solicité. Y no solo porque no conocía la pluma de la autora, que también. Sino porque hubo algo en la portada estilo Barbie con tanto rosita que - sin ser yo especialmente fan del color, aunque me favorece por mi tono de piel - llamó mi atención.

Dicho de otra manera, tuve un buen presentimiento con esta novela y, sin que sirva de precedente... he acertado porque, me salto mi propio criterio al respecto de esta parte de la publicación y he de decir que me ha gustado muchísimo.

Claro que, con una protagonista llamada Dánae y siendo una amante de la mitología griega... las buenas impresiones estaban ahí ya desde el principio. Pero además, he de decir que, en más de una ocasión, me he sentido muy identificada con ella y he querido atravesar las páginas de la novela para darle un abrazo. Fuerte y duradero. A pesar de que, tampoco soy yo la mejor persona del mundo para ello porque, yo soy de ese tipo de personas que piensa que para el tema de los abrazos hay que tener talento y que no todo el mundo sabe hacerlo bien...a pesar de que parece una acción sencilla de realizar. Pero no lo es, porque las apariencias engañan. Siendo ese, en mi opinión, uno de los principales mensajes de la novela.

En esta historia conoceremos la historia de Dánae y Marcos, cómo se enamoran y cómo se cambian la vida el uno del otro para que se mejoren, siendo la mejor versión de sí mismos, recuperando por tanto esa autoestima que ellos habían perdido por el camino, y además, en el proceso alcanzan la felicidad. Que es precisamente a lo debemos aspirar todos y cada uno de nosotros.

A priori, ambos están en las antípodas sociales, ya que ella es una artista, diseñadora gráfica que no ejerce como tal, sino que se gana la vida vendiendo juguetes sexuales y haciendo tuppersex de manera privada por las casas. Y con esta presentación, la autora ya introduce varios de los múltiples temas interesantes de análisis y desarrollo que se incluyen entre las páginas de esta novela. Ese no es otro que el del clasismo.

Porque, aún hoy, existen personas que miran por encima del hombro y critican a otras por el mero hecho de su profesión. Como si hubiera profesiones de primera y de segunda, cuando la realidad es que todas son mucho más importantes de lo que pudiéramos pensar. Y es más, son aquellas que suelen situarse en la parte baja de la pirámide económica y para las que no se exige mucha preparación, las que son más básicas. Pero, como vivimos en una sociedad llena de apariencias y obsesionada con la riqueza, el poder y muy obsesionada con el qué dirán... las hacemos de menos. Aspecto que dice mucho de nosotros como sociedad.

Olvidando también en el proceso que, no a todo el mundo se le dan las mismas cosas y por eso, la diferencia nos enriquece tanto como sociedad y no tendría por qué separarnos. Además, en este caso, como lo usa para criticar una profesión que, es de letras, me ha gustado que lo haya enfocado de ese modo ya que mis estudios son también humanísticos.

En cuanto a los juguetes sexuales y los tuppersex, me ha gustado que lo introduzca como un alegato a favor de la libertad y la diferencia también en nuestras vidas. Y aún más, que lo asocie con las abuelas porque, sí que es cierto que durante buena parte de sus vidas, estuvieron sometidas a los designios y deseos de sus maridos, tolerando determinadas actitudes y comportamientos nada sanos y sí muy violentos que les impedía gozar de su propio placer. De ahí que me parezca magnífico que, una vez alcanzada cierta edad y siendo completamente dueñas de sus vidas, que disfruten como crean convenientes. Más que nada porque, sí que conocen su cuerpo y lo que les gusta o no. Así que, no tenemos por qué criticarlo y sí que apoyarlo o aplaudirlo. Sin embargo, es sorprendente que, en ese sentido, parece que hemos evolucionado y nos sorprende mucho, ponemos el grito en el cielo e incluso criticamos en exceso sintiendo mucha vergüenza ajena ante este tipo de conocimientos y actitudes... denotando un cierto tufillo machista que para nada me gusta porque, demuestra así - en un modo sorprendente, he de decir - cómo aún hoy, en cualquier situación en la que estén implicados un hombre y una mujer, independientemente de la edad que tengan, la mujer resultará siempre peor parada. Amén de que aún existe mucho miedo a que vivamos nuestra sexualidad con la libertad que esta merece.

Y esto queda muy bien reflejado en el personaje de Martín, porque él es editor del sello de romántica en una editorial... a pesar de su baja consideración del sentimiento. Y, mientras que él sí que se sorprende por su profesión, a ella no le llama la atención lo más mínimo... por este aspecto. Sí por el modo en el que se comporta con sus empleadas.

No es su caso, pero me ha gustado que ponga de relieve cómo sí que hay ocasiones en las que un hombre se vale de tener un cargo de poder para someter a las mujeres que trabajan para él. Porque demuestra que el poder es tóxico, adictivo y cuesta desprenderse de él. Pero, en cualquier caso, la autora demuestra que, ante ese determinado comportamientos o actitudes, la tolerancia ha de ser siempre la misma: cero.

Sin embargo, también advierte con el personaje de Martín que las apariencias engañan y que antes de juzgar a nadie, tenemos que conocer primero todas las versiones de la historia. Porque podríamos sorprendernos... Para bien o para mal.

Él en cierta manera, se ha centrado en el trabajo. El cual ha de ser perfecto, pues así se cree que lo está haciendo. Un error bastante común porque, no existe la perfección y por lo tanto, no puede exigir a los demás, en primer lugar que hagan las cosas como tú porque no lo son. Y además de que la perfección no existe. En ningún aspecto de nuestras vidas. De ahí que perseguirla incansablemente, lo único que traerá a nuestras vidas será insatisfacción por no ver cumplidos nuestros objetivos, pero también mucha tristeza al darnos cuenta, a posteriori, que en esa persecución incansable hemos perdido un tiempo valioso de nuestras vidas, que es una. Y es que, en realidad, Marcos es un pobre infeliz que sobrevive, más que vive, viendo la vida pasar en blanco y negro. Menos mal que llegará su Barbie multicolor para aportarle el brillo que había perdido en el camino.

De la manera más casual se conocen y, para evitar comentarios maliciosos y que un malentendido se vaya de las manos, ambos deciden mentir y fingir que son novios, creyéndose libres del impacto de las flechas de Cupido. Cuando, al menos yo pienso que él quedó prendado al primer vistazo porque la primera impresión de Dánae es difícil de olvidar - y sobre todo porque, olvidan que toda mentira tiene su base de verdad. Así como que, el roce hace el cariño...pero ya hablaré más adelante de eso porque, creo que, no sorprendo a nadie si digo que esta es una novela romántica.

Pero antes de centrarme en el aspecto sentimental de la novela, creo que es fundamental recordar que, uno de los temas más importantes de la novela es el de la comunicación. La cual ha de ser fundamental en cualquier aspecto de nuestras vidas, para evitar así malentendidos, discusiones e incluso, rupturas sentimentales.
Sin embargo, sentimos mucho miedo a hablar. Al menos cara a cara, por el miedo a la exposición y al juicio público. Y en cierto modo, eso es lo que provoca el malentendido que liga a nuestro par.

De personas allegadas y ajenas. Por eso, me ha gustado la crítica que se hace al respecto de las redes sociales. Porque, más de una persona hacen un mal uso de las mismas, aprovechando el anonimato que una pantalla nos otorga para no tener el más mínimo tipo de impunidad y empatía al respecto. Por eso, la campaña a la que someten a Martín de manera pública, aunque no me ha gustado, sí que me ha parecido susceptible y necesaria de incluir porque, desgraciadamente es un comportamiento que se repite cada vez más. Y que sobre todo, está motivado porque, más de una persona le quita la importancia y el mérito que las palabras tienen. Las cuales son mucho más poderosas y peligrosas de lo que podríamos pensar. Precisamente porque sus efectos más invisibles y por tanto, son más prolongados en el tiempo.

Y por eso, hay mucho amor. Pero este sentimiento no siempre es del todo sano y como cualquier cosa que más que felicidad, aporte infelicidad, debemos descartarla de nuestras vidas. Nuestra paz mental ha de ser lo más importante.

Por eso, uno de los amores más presentes en esta novela es el del amor entre los miembros de una familia. Y en este caso, tengo que decir que la familia de ella, política y carnal, son el mejo ejemplo de la toxicidad pura. Aderezada también creo yo con unas grandes dosis de envidia, ya que solo así alcanzo a entender esas grandes dosis de inquina hacia su persona.

De entrada, con esta familia, se pone de relieve cómo las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en nuestra personalidad, nuestro carácter y en el modo en que nos comportamos cuando ellos están presentes. En este sentido, tengo que decir que ahí me he sentido identificada con ella, ya que, como he llevado durante tiempo la etiqueta de un determinado rol, autoimpuesto por mi familia, eso ha provocado que, sin ser negativo o peyorativo, ahora resulte prácticamente imposible que me deshaga de él... al menos en este ambiente.

Porque fuera del mismo, incluso ellos se han sorprendido al ver a mi verdadero yo. Más dicharachero, dinámico, divertido y que poco o nada tiene que ver con la chica tímida, silenciosa y estudiosa que está en las reuniones familiares y que en más de una ocasión no han echado de menos. Por eso, al leer justo algo parecido, la empatía para con ella ha sido inmediata y por eso, he querido hacer lo que mis amigos han hecho conmigo en más de una ocasión.

Además de que así, la autora confirma, una vez más que la literatura va mucho más allá de un mero entretenimiento y sí que es un arma de denuncia de aquellos aspectos que, como sociedad no son ni tan bonitos ni tan brillantes. O al menos, hace ver a los demás qué está pasando. Porque aquí, no se habla de una toxicidad activa por parte de buena parte de los familiares, sino que es también pasiva. Y como es la primera vez que la encuentro en una novela, me ha parecido muy original, a la par que necesaria. Así que bravo.

Y es que es justo esto lo que pasa con Dánae, quien brilla y no porque use muchos outfits que podrían ser considerados estrambóticos; que también. Sino que lo hace por su propia personalidad paciente, tranquila, buena y no rencorosa. El problema es que, estamos tan poco habituados a estas actitudes en una sociedad de tiburones que, la opacan y ayudan por tanto a perpetuar esa creencia de que, de buenos que somos, somos tontos.

Porque ella se lo consiente. Y por eso, el recordatorio fundamental de que el mero hecho de ser familia y compartir un grupo sanguíneo con otra persona, ni provoca que el amor surja de manera espontánea y tampoco conlleva que debamos de consentir todo tipo de actitudes, comentarios o críticas descarnadas pasa con nosotros. Del mismo modo que tampoco se vale que perdonemos todo el daño que nos provocan precisamente con ello. Porque no es así.

De entrada porque este pensamiento está tan arraigado en el imaginario colectivo, que ha provocado que demos por descontado este tipo de amor, maltratándole así. Y ese es un comportamiento muy erróneo y equivocado porque, al igual que el resto de relaciones importantes de nuestras vidas, hemos de darle la importancia que realmente merece.

Relacionado con este tema, está el del ejercicio de la paternidad. Y lo trata desde más de un punto de vista muy diferente entre sí, pero también necesario, En primer lugar, pone de relieve que la paternidad no es nada sencilla y que, en más de una ocasión el choque generacional y la diversidad de opiniones al respecto del mismo tema, será fuente continua y constante de discusiones al no llegar a ningún tipo de acuerdo.

Pero, también hace hincapié a que los padres han de saber respetar la individualidad y la personalidad de todos y cada uno de sus vástagos, y nunca intentar cambiarlo o amoldarlos a sus consideraciones, porque eso no es un buen amor.

Quien bien te quiere lo hará libre y te respetará. De ahí que, como Dánae está viendo que la historia se repite con su sobrina Marta, ella ponga todo su empeño y todos los granitos de arena posibles para evitar que le pase como a ella.

Un último recordatorio también para los padres es que han de evitar cualquier tipo de comparaciones, porque son siempre odiosas y terminarán provocando, a la larga, una serie de conflictos y enemistades que, llevados a un extremo, será imposible de reconducir. Amén de que, tenemos que tener bien presente que cada persona tiene sus ritmos vitales y que estandarizarnos es un error porque nos priva de aquello que nos hace únicos; la individualidad.

Por eso, los padres de Dánae no son buenos padres con ella. Porque padre se hace y no se nace. Y el machaque al que la someten, tanto de forma activa como consintiendo todo sin alzar la voz cada vez que hay una reunión familiar no es sano y sí muy duro. Un machaque que, además mina su autoestima y su amor propio, el cual es el más importante de nuestras vidas, pero que, como contradicción, provoca que ella siga queriendo llamar su atención y recibir esas migas de algo que ella ha entendido como cariño. 

Cuando dista de serlo. Por eso yo creo que vuelve a vestir de ese modo tan suyo y por eso, me ha gustado que la autora use a la moda como otra vía de comunicación; mucho más visual en este caso para lanzar mensajes al respecto de nosotros mismos. Porque, nuestro modo de vestir dice mucho de cómo somos como personas.

Pero también se trata la paternidad, desde el punto de vista femenino. Es decir, la maternidad. Y me ha gustado que incida en el hecho de que una mujer, por el mero hecho de no querer decidir tener hijos no es menos que otra. Así que no hay que criticarla, ya que es su cuerpo y esas son su decisiones al respecto. Pero también incide en el hecho de que antes de juzgar, hablar u opinar al respecto de cuáles han sido los motivos que la han llevado a convertirse en madre o no, escuchemos la historia por su propia boca. Ya que, en más de un caso, el hecho de ser madres no es un camino para nada sencillo. E incluso, existen personas como Sandra que, a pesar de que lo desean fervientemente, la madre naturaleza no le ha concedido esa capacidad. Así que me ha gustado mucho que incida en esto y sobre todo, el modo natural y elegante en que ella misma lo narra. Maravilloso.

No puedo no concluir el tema del amor familiar sin relacionarlo con la sororidad. Porque la cuñada de Dánae es un perfecto ejemplo de cómo las mujeres aún hoy continuamos considerándonos más enemigas que aliadas. Y por tanto, nosotras mismas somos nuestras principales enemigas. Olvidando que, si nos apoyásemos más entre nosotras... el mundo sería un lugar mejor para todo el mundo.

Por supuesto, no le tengo ninguna empatía, pero yo creo que en el fondo, no es feliz y paga esta infelicidad y frustración con quienes están a su alrededor para poder así sentirse poderosa y opacar también el sentimiento de fracaso que la acompaña, acompañado del miedo a que alguien se dé cuenta de cómo es realmente. Es un bullying el aquí narrado que es la primera vez que leo, pero que me ha gustado mucho. Y muy especialmente porque advierte de cuán peligrosas pueden ser las consecuencias si nos empeñamos en vivir así a diario.

Afortunadamente para Dánae cuenta con sus amigos. Que aquí, más que en ninguna otra novela que haya leído, sí que son la familia que escogemos. Y que al ser tan diferentes entre sí representan cuán rica es la retroalimentación entre ellos a través de esos mensajes de Whatsapp, pero, al mismo tiempo, las etapas vitales de buena parte de los treintañeros de nuestra sociedad; casados con hijos y con vidas muy familiares, viviendo una eterna juventud con muchas relaciones sexuales pero sin implicación sentimental en ninguna de ellos y malviviendo y tratando de subsistir en el día a día.

Me ha gustado también porque tienen ese grado de confianza que les permite hablarse con sinceridad e incluso mal, pero sin faltarse al respeto. Y sobre todo, que demuestra que si hay interés real por las partes implicadas, se puede. Porque es cierto que están a un telefonazo, pero, a pesar de todo y todos, buscan la manera para ponerse al día de manera semanal realizando una actividad conjunta. ¿Es quizás la más adecuada para alguno de los tres? No, pero es la excusa que se ponen para concederse ese rato a sí mismo y a los otros. Aspecto que más de uno deberíamos de aprender y comenzar a aplicar de inmediato.

Por eso también me han gustado los amigos de Marcos; Bruno y Anna. Él porque es italiano y ya con eso me gana, pero además porque es el tipo de persona que te da el consejo y revulsivo necesario, brutalmente sincero para hacerte ver hasta qué punto has metido la pata. Pero no se regodea en tus miserias, sino que, enseguida se pone manos a la obra para ayudarte a solucionar el problema porque lo único que quiere es que seas feliz.
En ambos casos, ese tipo de amistades sanas son las que necesitamos en nuestras vidas.

Se habla también del amor por una profesión. Y en este sentido me ha gustado que vuelva a contraponer los dos puntos de vista de los protagonistas porque ella demuestra que un hobby puede convertirse en un sueño que se hace realidad en forma de trabajo con el tema de la ilustración. Pero además, yo creo que, en este sentido, hay algo de realidad con la propia vida de la autora. Mientras que él, demuestra una vez más que, cualquier tipo de amor al que no se le cuide a diario y por el cual no siga habiendo pasión, se convierte en un mero trámite y pasamos de la voluntad a la pasividad así como a la complacencia y el desinterés.

Porque él sí que sentía interés por su trabajo, pero, sus circunstancias personales hicieron que, de manera inconsciente, lo pagara con aquello y aquellos que tenía más cerca. Recordando así que, debemos intentar siempre separar el aspecto profesional del personal... si no queremos que nuestras vidas estallen por los aires al completo.
En este sentido, me ha gustado esa puesta de los pies en la tierra que necesitaba por más de un personaje ya que, le han dado la cura de humildad que necesitaba.

Junto a ello, la autora nos ha permitido acompañarla en el proceso de publicación de una novela y nos ha contado los entresijos de cómo funciona una editorial, con sus partes buenas y sus partes malas. Y sobre todo, cómo en ocasiones, es difícil llegar a un acuerdo entre editor, escritor y portadista. Amén de los egos que existen de unos y otros y que en más de una ocasión es difícil conciliar. Por todo ello, el aspecto de incluirlo en una novela que también ha sido publicado bajo sello editorial, ha convertido al recurso de la metaliteratura en necesario y una inclusión muy fluida.
Amén de un amor por la literatura bien presente en ambos personajes, por supuesto.

Hay también otro tipo de amor, que es romántico. Bien presente desde el inicio porque ella adora las novelas y comedias románticas. Pero también el que se va fraguando poco a poco y a fuego lento, oculto entre mentiras que de falsas tienen poco. Y que a mí, personalmente, me ha gustado muchísimo.
Porque se entienden, se ven tal cual son y no juzgan sino que se respetan, pero además, consiguen sacar la mejor versión de sí mismos, sin cambiarles un ápice. Lo cual es justo lo que debe hacer un buen amor.

Pero sobre todo, lo que más me ha gustado de esta inclusión del buen amor romántico, no es la historia de amor entre los protagonistas en sí, sino que la autora recuerde que se puede tener más de un amor inolvidable en nuestras vidas porque el sentimiento, al igual que el ser humano, evoluciona.

Un amor que es real y que por tanto, si bien fuerte, no es todopoderoso, y por tanto, en ocasiones, por mucho que queramos a una personas, existen circunstancias que escapan a nuestro control y que por tanto, impiden que la historia se desarrolle del modo en que debería hacerse. Y por tanto, lo mejor es estar separados. Pero eso no significa que no se quiera, porque se quiere y siempre se recordará. Ni tampoco que se quiera menos, porque es justo lo contrario, quien bien te quiere, lo hará libre. De ahí que sabe que, aunque dolorosa la separación, no puede ser una traba, impedimento u obstáculo para que el otro alcance la felicidad. De ahí que no haya rencores o reproches, pero sí mucha alegría al darse cuenta de que han podido hallarla de nuevo.

Y por eso, la escena en la que Marcos se ve implicado ha sido maravillosa y de las mejores del libro.
Sobre todo porque también hace ver que, para ser felices y poder pasar página dirección el siguiente capítulo de nuestras vidas.

Aunque, para eso, lo que tenemos que tener también presente es el hecho de tener un buen amor propio porque, si no nos queremos bien a nosotros mismos, no podremos hacer lo propio para con los demás. Y en este sentido, sí que me hubiera gustado que se mencionara que Marcos acude a un psicólogo, sobre todo a partir de determinado momento donde sufre un vendaval de noticias que le revolucionan por dentro y le hace tener otra perspectiva de la situación. Amén de que, también le hubiera venido muy bien para que se diera cuenta de que, era precisamente, esa incapacidad suya de sus sentimientos lo que provocaba que pagase el enfado, frustración e incluso desconcierto con quienes tenía más cerca de sí. Los cuales, en buena parte de las ocasiones, poca o ninguna responsabilidad tenían al respecto. Salvando este detalle, he de decir que se ha ganado un hueco en mi corazón.

Más tras esa estupenda reconquista en la que asume todos sus errores y sobre todo, en la que se da cuenta de que el amor aparece dónde, cuándo y con quién menos se le espera. Incluso podemos tropezar con él ya que no lo hemos visto venir... a pesar incluso de que vaya vestido de Barbie multiformas.

Me ha gustado mucho esta novela y como tal, la recomiendo.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!





Comentarios

  1. ¡Qué reseña más bonita! Muchísimas gracias por tus palabras, de verdad. Me han emocionado y me han sacado una sonrisa. ¡Un beso!

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