La estrella más brillante del firmamento de Margarita B. Sainz
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico. Aunque, en este caso, debo decir que le agradezco de nuevo la confianza en mí. Porque repetimos experiencia
Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de La estrella más brillante del firmamento escrito por Margarita B. Sainz
SINOPSIS
Samanta Montoya ha soñado desde niña con ser artista. Por eso, lo dejó todo: familia, novio, trabajo, incluso su ciudad natal, para mudarse a Madrid a cumplir su meta. En la capital, la suerte le sonríe durante un fugaz estrellato, antes de que todo se derrumbe y Samanta caiga en una espiral de drogas y sexo.
Mikhail Volkov a pesar de su origen humilde, posee un don para la música, lo que le ha permitido consolidar una carrera como director de orquesta a nivel mundial. Sin embargo, su brillante trayectoria se ve arrastrada por el fango tras ser acusado sin fundamentos de asesinato.
Un músico de la vieja escuela y una artista hecha a sí misma se ven obligados a unir sus destinos para luchar por recuperar la fama y su buen nombre.
La vida no es un camino de rosas.
Dos almas explosivas que presentarán batalla, pero ¿estarán dispuestas a pagar el precio que les exige la vida para alcanzar sus sueños?
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto del título y de la portada.
Con respecto al título, he de decir que es una de esas novela con un título inteligente de esos que tanto me gustan a mí puesto que usa la palabra estrella con un doble significado que, en ambos casos, puede aplicarse a los protagonistas de la novela, ya que, son famosos. La segunda acepción de la palabra.
Y con respecto a la portada, ya sabéis cuánto soy yo de visual. Y esta, todo el mundo sabemos que es muy bonita y que, en cierto modo, es también reveladora porque, solo cuando se tiene en las manos, o nos fijamos muy bien, el lector se dará cuenta de que aparecen en ella elementos que representan a los dos protagonistas.
Entrando ya en materia de opinión, he de decir que dos son los mensajes que se pueden extraer de esta novela: que la vida te puede cambiar de un momento a otro. Y que los sueños pueden convertirse en pesadillas.
Podemos decir sin temor a dudas que en esta novela se desarrolla el cliché los opuestos que se atraen porque, a decir verdad, las vidas de Samanta y Mikhail no pueden ser más distintas. Al menos, al inicio de las mismas.
En este sentido, tengo que decir que me ha parecido un aspecto muy interesante el hecho de que Samantha sea de etnia gitana, pero hija a su vez de una paya y un gitano. Y lo digo porque esto envía un mensaje muy poderoso al respecto de la tolerancia, el respeto y sobre todo, de que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. De ahí que, cuanto más diferentes sean las personas que nos rodean, más ricos seremos. Y esta riqueza se aprecia muy bien con las colaboraciones y las combinaciones de los diferentes géneros musicales, que se retroalimentan y cuyos resultados son siempre una maravilla.
Acción que por tanto, deberíamos copiar, pegar y sobre todo, aplicarnos mucho más en nuestras vidas cotidianas.
Pero Samantha es otro personaje que sirve para decir que el machismo sigue muy arraigado en esa cultura, aunque poco a poco el paradigma está empezando a cambiar porque, cada vez son más las mujeres que no prefieren quedarse en el ámbito doméstico y sí comenzar sus estudios superiores. Porque se dan cuenta de las posibilidades que da la educación. Aspecto que me ha gustado mucho.
Relacionado con esto también, me ha gustado que la autora sea valiente y también use a la la literatura como algo que va más allá de un entretenimiento y sirva de relieve y arma de denuncia para poner la atención en aquellos aspectos de nuestra sociedad como son la crítica hacia determinados estudios o profesiones. Como magisterio. O magisterio musical, la cual se sobreentiende que es bien sencilla.
Cuando no lo es, todas las profesiones son complicadas y además, debemos recordar que no a todo el mundo se le dan bien las mismas cosas. Y que por eso, tenemos que ser más empáticos para con los demás y respetar una profesión que no conocemos y como tal, no sabemos hacer.
Así que ese clasismo integrado en nuestra psique dice mucho de nosotros como sociedad. Especialmente queda mejor reflejado en aquellos empleos en los que no se necesita una alta preparación o unos estudios de niveles avanzados o superiores y que, a la larga, terminan revelándose como los más necesarios. De hecho, la pandemia se encargó de recordarlo, pero como nuestra memoria es breve y a corto plazo... olvidamos todo - especialmente lo que nos conviene - con mucha rapidez.
Y por último, su personaje sirve también para que el lector se plantee una pregunta. ¿El talento se aprende o se hereda? Porque ese planteamiento es una de las premisas planteadas en esta novela también con el personaje de Mikhail.
Un Mikhail que demuestra perfectamente bien que, las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto el modo en que nos comportamos de adultos o desarrollamos una actitud o personalidad determinadas ante cualquier situación de necesidad.
Así que, en su caso, entiendo perfectamente bien que tuviera que madurar antes de tiempo. Porque esta no va asociada a una edad, sino a una personalidad. Y sobre todo, el rechazo que siente ante determinadas sustancias y drogas que, están mucho más presentes en nuestra sociedad que otras y que, como parece que están ya en nuestro modo de vida, no son peligrosas. Cuando no es así, al contrario. Es precisamente el hecho de la naturalidad con la que las hemos aceptado o incluido lo que provoca que las subestimemos. Y ya sabemos qué sucede cuando subestimamos cualquier tema o aspecto de nuestras vidas cotidianas.
Hay mucho amor en esta novela, por supuesto.
De entrada, se habla del amor entre los miembros de una familia. Y en este sentido, me ha gustado mucho que se lleven bien en ambos casos. Y que sirvan de apoyo en casos de necesidad. E incluso en aquellas ocasiones en que están lejos de nosotros. Porque si hay interés por ambas partes, cualquier relación funciona.
Además de eso, también rinde homenaje a lo dura que es la maternidad y sobre todo, a las madres solteras. La cuales están dispuestas a hacer cualquier cosa y cualquier sacrificio - que incluso ponga en riesgo su integridad física - para que su hijo tenga la mejor vida posible.
Pero también se habla de la familia que se escoge, que son los amigos. Y en este sentido, me ha gustado mucho que se ponga énfasis en la amistad entre Cintia y Samanta. Especialmente por la sororidad tan bonita que se crea entre ambas y cómo se apoyan y animan entre ambas para conseguir sus sueños en una ciudad llena de tiburones como es Madrid.
También se habla del amor por la vida, por supuesto, en forma de perseguir nuestros sueños y así ser felices, que es el que tiene que ser nuestro objetivo vital siempre.
Pero, incluye aquí la aparición de uno de los amores tóxicos presentes en la novela: como es el que se tiene por el poder y la fama. Porque la fama brilla. Tanto, que puede dejarnos ciegos... con las consecuencias catastróficas que eso tiene para nosotros. Y también advierte de, cómo hay personas dispuestas y capaces de hacer de todo con tal de conseguirla y mantenerla el mayor tiempo posible. Bien para sí, bien para las personas con las que trabaja. Así que advierte de un modo más que necesario del peligro que tienen los vende humos profesionales.
Aquí he de decir que el personaje de Oswaldo me cayó fatal. No solo porque sirve de instrumento para demostrar cuán poderosos es el machismo en nuestra sociedad aún hoy porque sigue habiendo muchos hombres que se aprovechan de una posición de privilegio para amenazar, amedrentar e incluso controlar y manipular hasta tal punto a las mujeres que tienen cerca de sí.
Por eso, no creo que la autora haya tenido que irse muy lejos para buscar la inspiración. Porque, creo - y no me equivoco - que me ha recordado a otros managers de cantantes y grupos reales que en realidad son inseguros y sienten celos enfermizos de sus representados y que por tanto, los tienen completamente dominados y a su poder. Impidiéndoles libertad de actuación y sobre todo, opinión. A sabiendas de que, por supuesto, son un producto y una fuente inagotable de hacer dinero. Y por tanto, no les conviene para nada que saquen los pies del tiesto y que a ellos se les acabe la gallina de los huevos de oro.
Se entiende por tanto por qué, en más de una ocasión y, aunque estén rodeados de gente, los famosos realmente se sienten solos e incomprendidos y recurren al consumo de sustancias para aplacar esa sensación de soledad y aislamiento que forma parte de sus días cotidianas y que es difícil que otras personas ajenas al mundillo entiendan.
Ese es un tipo de fama, la pública, la que se incluye en el libro. Pero también la privada, a la que nos enfrentamos cada uno de nosotros en nuestras vidas cotidianas. Y me ha gustado que la autora lo haya incluido para un objetivo doble.
El primero, para recordar que los famosos son, principalmente personas. Y por eso, también tienen derecho a la privacidad y a vivir sus vidas. Y a su vez, que por eso, sus vidas no han de estar supeditadas a las peticiones y requerimientos de sus fans.
Pero también, recuerda que, en casos de polémica, si hay implicados en dicha situación y una de ella es mujer, esta será siempre la peor parada. Demostrando que así, la sororidad en ese sentido, brilla por su ausencia. Y también el diferente rasero y vara de medir al respecto de los sexos de las personas. Y que lo que consiguen es que para las mujeres es aún más difícil desprenderse de esa mala fama una vez está asociada a ella.
Este tipo de acciones y comportamientos provocan en ocasiones, por tanto, un sentimiento de vergüenza y poca autoestima que lo que consigue es que nos callemos aquello que está pasando por nuestra mente y sentimos al respecto... con las consecuencia que esto acarrea.
Porque hay que hablar. De todo y con todo el mundo porque precisamente el hecho de no hablar a causa del miedo, juicio o incluso escarnio público lo que termina provocando son rupturas, malentendidos e incluso rupturas sentimentales. Y en este sentido, si bien es cierto que la comunicación entre Mikhail y Sam se ha hecho más por hechos que por palabras entre bambalinas, e echado en falta ese fraguarse a fuego lento entre ellos, más que nada porque ella, al ser cantante, podría haberlo utilizado a su favor mucho mejor.
Si bien es cierto que, a causa de su profesión, se recuerda el tremendo poder que las palabras tienen y cómo sus efectos son mucho más poderosos para bien y para mal. Porque son más invisibles y por eso, se mantienen más tiempo en nuestras vidas. Pero, creo que así también le hubiera dado mucho más empaque a esa idea de que, en más de una ocasión, son las canciones de otros las que ponen en nuestra boca los sentimientos y situaciones que vivimos en nuestras vidas cotidianas. Permitiendo así la empatía y sentir a las estrellas mucho más cerca de nosotros; humanizándoles en el proceso.
En este sentido, sí que me ha gustado que recurra a las palabras para recordar la importancia de la concesión de segundas oportunidades. A la vida, a los demás y a nosotros mismos. Porque, antes de juzgar u opinar acerca de los demás, la autora recuerda que debemos dejar famas, ruidos y rumores, que suelen ser bastante erróneos y en cambio, conocer al otro y formarnos así nuestra propia opinión al respecto. Podríamos sorprendernos... para bien.
No es el único amor tóxico incluido en esta novela, porque me ha parecido muy interesante cómo el sexo es muy importante dentro de una relación sentimental, que puede incluso convertirnos en adictos a otra persona. Y aquí es Mikhail quien mejor lo encarna en su relación con su ex mujer. Además de que, esta metáfora, incluida en una novela donde la adicción a las drogas duras y blandas se ha mencionado y desarrollado en más de una ocasión, me ha parecido muy acertada e interesante. Amén de original, ya que es la primera vez que la he encontrado en una novela.
Por último, no puedo no mencionar el último tipo de amor aquí presente en la novela. Como es el del amor propio, el más importante de nuestras vidas. Porque si no nos queremos bien a nosotros mismos, no seremos capaces de hacer lo propio para con los demás. Y en ese buen amor propio está el hecho de cuidar con gentileza nuestro cuerpo, ya que será nuestra compañía por siempre.
Pero también el de perdonarnos, sabiendo cerrar aquellos capítulos que pueden resultar más dolorosos de nuestras vidas. Porque una acción puntual no nos define como personas. Más cuando hay voluntad de arrepentimiento.
Y es que el amor cura, a nosotros mismos. Y a los demás. Así de poderoso es.
Amén de que también inspira, es valiente y por eso, nos anima a que saquemos siempre la mejor versión de nosotros mismos y que no nos dé miedo gritar nuestros sentimientos al resto del mundo. Porque las alegrías, si se comparten, son mucho mejores. Pues de eso va la felicidad.
Empiezo yo: a mí me ha hecho feliz haber podido conocer esta novela.
¡Muchas gracias por el envío, una vez más!
¡Nos leemos pronto!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico. Aunque, en este caso, debo decir que le agradezco de nuevo la confianza en mí. Porque repetimos experiencia
Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de La estrella más brillante del firmamento escrito por Margarita B. Sainz
SINOPSIS
Samanta Montoya ha soñado desde niña con ser artista. Por eso, lo dejó todo: familia, novio, trabajo, incluso su ciudad natal, para mudarse a Madrid a cumplir su meta. En la capital, la suerte le sonríe durante un fugaz estrellato, antes de que todo se derrumbe y Samanta caiga en una espiral de drogas y sexo.
Mikhail Volkov a pesar de su origen humilde, posee un don para la música, lo que le ha permitido consolidar una carrera como director de orquesta a nivel mundial. Sin embargo, su brillante trayectoria se ve arrastrada por el fango tras ser acusado sin fundamentos de asesinato.
Un músico de la vieja escuela y una artista hecha a sí misma se ven obligados a unir sus destinos para luchar por recuperar la fama y su buen nombre.
La vida no es un camino de rosas.
Dos almas explosivas que presentarán batalla, pero ¿estarán dispuestas a pagar el precio que les exige la vida para alcanzar sus sueños?
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto del título y de la portada.
Con respecto al título, he de decir que es una de esas novela con un título inteligente de esos que tanto me gustan a mí puesto que usa la palabra estrella con un doble significado que, en ambos casos, puede aplicarse a los protagonistas de la novela, ya que, son famosos. La segunda acepción de la palabra.
Y con respecto a la portada, ya sabéis cuánto soy yo de visual. Y esta, todo el mundo sabemos que es muy bonita y que, en cierto modo, es también reveladora porque, solo cuando se tiene en las manos, o nos fijamos muy bien, el lector se dará cuenta de que aparecen en ella elementos que representan a los dos protagonistas.
Entrando ya en materia de opinión, he de decir que dos son los mensajes que se pueden extraer de esta novela: que la vida te puede cambiar de un momento a otro. Y que los sueños pueden convertirse en pesadillas.
Podemos decir sin temor a dudas que en esta novela se desarrolla el cliché los opuestos que se atraen porque, a decir verdad, las vidas de Samanta y Mikhail no pueden ser más distintas. Al menos, al inicio de las mismas.
En este sentido, tengo que decir que me ha parecido un aspecto muy interesante el hecho de que Samantha sea de etnia gitana, pero hija a su vez de una paya y un gitano. Y lo digo porque esto envía un mensaje muy poderoso al respecto de la tolerancia, el respeto y sobre todo, de que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. De ahí que, cuanto más diferentes sean las personas que nos rodean, más ricos seremos. Y esta riqueza se aprecia muy bien con las colaboraciones y las combinaciones de los diferentes géneros musicales, que se retroalimentan y cuyos resultados son siempre una maravilla.
Acción que por tanto, deberíamos copiar, pegar y sobre todo, aplicarnos mucho más en nuestras vidas cotidianas.
Pero Samantha es otro personaje que sirve para decir que el machismo sigue muy arraigado en esa cultura, aunque poco a poco el paradigma está empezando a cambiar porque, cada vez son más las mujeres que no prefieren quedarse en el ámbito doméstico y sí comenzar sus estudios superiores. Porque se dan cuenta de las posibilidades que da la educación. Aspecto que me ha gustado mucho.
Relacionado con esto también, me ha gustado que la autora sea valiente y también use a la la literatura como algo que va más allá de un entretenimiento y sirva de relieve y arma de denuncia para poner la atención en aquellos aspectos de nuestra sociedad como son la crítica hacia determinados estudios o profesiones. Como magisterio. O magisterio musical, la cual se sobreentiende que es bien sencilla.
Cuando no lo es, todas las profesiones son complicadas y además, debemos recordar que no a todo el mundo se le dan bien las mismas cosas. Y que por eso, tenemos que ser más empáticos para con los demás y respetar una profesión que no conocemos y como tal, no sabemos hacer.
Así que ese clasismo integrado en nuestra psique dice mucho de nosotros como sociedad. Especialmente queda mejor reflejado en aquellos empleos en los que no se necesita una alta preparación o unos estudios de niveles avanzados o superiores y que, a la larga, terminan revelándose como los más necesarios. De hecho, la pandemia se encargó de recordarlo, pero como nuestra memoria es breve y a corto plazo... olvidamos todo - especialmente lo que nos conviene - con mucha rapidez.
Y por último, su personaje sirve también para que el lector se plantee una pregunta. ¿El talento se aprende o se hereda? Porque ese planteamiento es una de las premisas planteadas en esta novela también con el personaje de Mikhail.
Un Mikhail que demuestra perfectamente bien que, las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto el modo en que nos comportamos de adultos o desarrollamos una actitud o personalidad determinadas ante cualquier situación de necesidad.
Así que, en su caso, entiendo perfectamente bien que tuviera que madurar antes de tiempo. Porque esta no va asociada a una edad, sino a una personalidad. Y sobre todo, el rechazo que siente ante determinadas sustancias y drogas que, están mucho más presentes en nuestra sociedad que otras y que, como parece que están ya en nuestro modo de vida, no son peligrosas. Cuando no es así, al contrario. Es precisamente el hecho de la naturalidad con la que las hemos aceptado o incluido lo que provoca que las subestimemos. Y ya sabemos qué sucede cuando subestimamos cualquier tema o aspecto de nuestras vidas cotidianas.
Hay mucho amor en esta novela, por supuesto.
De entrada, se habla del amor entre los miembros de una familia. Y en este sentido, me ha gustado mucho que se lleven bien en ambos casos. Y que sirvan de apoyo en casos de necesidad. E incluso en aquellas ocasiones en que están lejos de nosotros. Porque si hay interés por ambas partes, cualquier relación funciona.
Además de eso, también rinde homenaje a lo dura que es la maternidad y sobre todo, a las madres solteras. La cuales están dispuestas a hacer cualquier cosa y cualquier sacrificio - que incluso ponga en riesgo su integridad física - para que su hijo tenga la mejor vida posible.
Pero también se habla de la familia que se escoge, que son los amigos. Y en este sentido, me ha gustado mucho que se ponga énfasis en la amistad entre Cintia y Samanta. Especialmente por la sororidad tan bonita que se crea entre ambas y cómo se apoyan y animan entre ambas para conseguir sus sueños en una ciudad llena de tiburones como es Madrid.
También se habla del amor por la vida, por supuesto, en forma de perseguir nuestros sueños y así ser felices, que es el que tiene que ser nuestro objetivo vital siempre.
Pero, incluye aquí la aparición de uno de los amores tóxicos presentes en la novela: como es el que se tiene por el poder y la fama. Porque la fama brilla. Tanto, que puede dejarnos ciegos... con las consecuencias catastróficas que eso tiene para nosotros. Y también advierte de, cómo hay personas dispuestas y capaces de hacer de todo con tal de conseguirla y mantenerla el mayor tiempo posible. Bien para sí, bien para las personas con las que trabaja. Así que advierte de un modo más que necesario del peligro que tienen los vende humos profesionales.
Aquí he de decir que el personaje de Oswaldo me cayó fatal. No solo porque sirve de instrumento para demostrar cuán poderosos es el machismo en nuestra sociedad aún hoy porque sigue habiendo muchos hombres que se aprovechan de una posición de privilegio para amenazar, amedrentar e incluso controlar y manipular hasta tal punto a las mujeres que tienen cerca de sí.
Por eso, no creo que la autora haya tenido que irse muy lejos para buscar la inspiración. Porque, creo - y no me equivoco - que me ha recordado a otros managers de cantantes y grupos reales que en realidad son inseguros y sienten celos enfermizos de sus representados y que por tanto, los tienen completamente dominados y a su poder. Impidiéndoles libertad de actuación y sobre todo, opinión. A sabiendas de que, por supuesto, son un producto y una fuente inagotable de hacer dinero. Y por tanto, no les conviene para nada que saquen los pies del tiesto y que a ellos se les acabe la gallina de los huevos de oro.
Se entiende por tanto por qué, en más de una ocasión y, aunque estén rodeados de gente, los famosos realmente se sienten solos e incomprendidos y recurren al consumo de sustancias para aplacar esa sensación de soledad y aislamiento que forma parte de sus días cotidianas y que es difícil que otras personas ajenas al mundillo entiendan.
Ese es un tipo de fama, la pública, la que se incluye en el libro. Pero también la privada, a la que nos enfrentamos cada uno de nosotros en nuestras vidas cotidianas. Y me ha gustado que la autora lo haya incluido para un objetivo doble.
El primero, para recordar que los famosos son, principalmente personas. Y por eso, también tienen derecho a la privacidad y a vivir sus vidas. Y a su vez, que por eso, sus vidas no han de estar supeditadas a las peticiones y requerimientos de sus fans.
Pero también, recuerda que, en casos de polémica, si hay implicados en dicha situación y una de ella es mujer, esta será siempre la peor parada. Demostrando que así, la sororidad en ese sentido, brilla por su ausencia. Y también el diferente rasero y vara de medir al respecto de los sexos de las personas. Y que lo que consiguen es que para las mujeres es aún más difícil desprenderse de esa mala fama una vez está asociada a ella.
Este tipo de acciones y comportamientos provocan en ocasiones, por tanto, un sentimiento de vergüenza y poca autoestima que lo que consigue es que nos callemos aquello que está pasando por nuestra mente y sentimos al respecto... con las consecuencia que esto acarrea.
Porque hay que hablar. De todo y con todo el mundo porque precisamente el hecho de no hablar a causa del miedo, juicio o incluso escarnio público lo que termina provocando son rupturas, malentendidos e incluso rupturas sentimentales. Y en este sentido, si bien es cierto que la comunicación entre Mikhail y Sam se ha hecho más por hechos que por palabras entre bambalinas, e echado en falta ese fraguarse a fuego lento entre ellos, más que nada porque ella, al ser cantante, podría haberlo utilizado a su favor mucho mejor.
Si bien es cierto que, a causa de su profesión, se recuerda el tremendo poder que las palabras tienen y cómo sus efectos son mucho más poderosos para bien y para mal. Porque son más invisibles y por eso, se mantienen más tiempo en nuestras vidas. Pero, creo que así también le hubiera dado mucho más empaque a esa idea de que, en más de una ocasión, son las canciones de otros las que ponen en nuestra boca los sentimientos y situaciones que vivimos en nuestras vidas cotidianas. Permitiendo así la empatía y sentir a las estrellas mucho más cerca de nosotros; humanizándoles en el proceso.
En este sentido, sí que me ha gustado que recurra a las palabras para recordar la importancia de la concesión de segundas oportunidades. A la vida, a los demás y a nosotros mismos. Porque, antes de juzgar u opinar acerca de los demás, la autora recuerda que debemos dejar famas, ruidos y rumores, que suelen ser bastante erróneos y en cambio, conocer al otro y formarnos así nuestra propia opinión al respecto. Podríamos sorprendernos... para bien.
No es el único amor tóxico incluido en esta novela, porque me ha parecido muy interesante cómo el sexo es muy importante dentro de una relación sentimental, que puede incluso convertirnos en adictos a otra persona. Y aquí es Mikhail quien mejor lo encarna en su relación con su ex mujer. Además de que, esta metáfora, incluida en una novela donde la adicción a las drogas duras y blandas se ha mencionado y desarrollado en más de una ocasión, me ha parecido muy acertada e interesante. Amén de original, ya que es la primera vez que la he encontrado en una novela.
Por último, no puedo no mencionar el último tipo de amor aquí presente en la novela. Como es el del amor propio, el más importante de nuestras vidas. Porque si no nos queremos bien a nosotros mismos, no seremos capaces de hacer lo propio para con los demás. Y en ese buen amor propio está el hecho de cuidar con gentileza nuestro cuerpo, ya que será nuestra compañía por siempre.
Pero también el de perdonarnos, sabiendo cerrar aquellos capítulos que pueden resultar más dolorosos de nuestras vidas. Porque una acción puntual no nos define como personas. Más cuando hay voluntad de arrepentimiento.
Y es que el amor cura, a nosotros mismos. Y a los demás. Así de poderoso es.
Amén de que también inspira, es valiente y por eso, nos anima a que saquemos siempre la mejor versión de nosotros mismos y que no nos dé miedo gritar nuestros sentimientos al resto del mundo. Porque las alegrías, si se comparten, son mucho mejores. Pues de eso va la felicidad.
Empiezo yo: a mí me ha hecho feliz haber podido conocer esta novela.
¡Muchas gracias por el envío, una vez más!
¡Nos leemos pronto!
Buenos días. Agradezco enormemente las palabras que me honran y la reseña tan bonita. Es muy reconfortante conocer los sentimientos que despiertan las palabras de un libro. un abrazo muy fuerte.
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