El corazón del diablo de Ada Beza

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital Y sobre todo, que me haya permitido disfrutar de su pluma una vez más y sobre todo, conocer el desenlace de tan tremenda historia.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de El corazón del diablo, escrito por Ada Beza.

SINOPSIS

Polonia. 1942. Eva y Bergen han vuelto a encontrarse y ahora huyen de los nazis a través de los bosques de Polonia, uniéndose a la resistencia judía.

Los orígenes de Bergen y las arraigadas tradiciones culturales de Eva chocan en un mundo que se desmorona a su alrededor sin que nada pueda detenerlo.

Eva tendrá que hacer frente a sus temores y a sus sentimientos más profundos, mientras afronta un destino que parece acercarla cada vez más a los terribles campos de concentración alemanes.

Descubre el desenlace del amor más imposible de la historia.


OPINIÓN


Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de aclaraciones al respecto de la novela.

La primera es que conocí a la autora y la primera parte de la misma gracias a un libro viajero. Y a pesar de que no soy muy fan de las novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, la realidad es que, jamás me arrepentiré de haberme apuntado a dicho viaje. Porque, en su momento fue mi mejor lectura del año.

Es cierto que el libro tenía un final abierto, pero también en cierto modo cerrado, dejando así la posibilidad al lector de imaginarse qué podría pasar. Aunque, al mismo tiempo, sí que cabía la posibilidad de que la autora se animase a continuar con su historia porque, el conflicto y sus protagonistas daban mucho de sí.

Por eso, cuando, un día, bicheando por las redes sociales, descubrí que se había animado, literalmente, me puse a aplaudir a rabiar. Y por supuesto, enseguida comenzaron esas ganas locas de querer leerlo. Así que imaginad mi cara de ilusión cuando me propuso la posibilidad.

Pero, por este motivo, he de hacer también una advertencia y, como es la segunda parte de Los ojos del diablo, la realidad es que tenéis que leer la bilogía en orden, a riesgo de spoilers y sobre todo, porque si no, no vais a poder entender del todo las interrelaciones entre los protagonistas. Tanto para bien como para mal.

LIBRAZO.

Y no solo por su número de páginas, que también, ya que es extenso. sino que es un librazo porque es una pedazo de historia con mayúsculas. Y aun así me quedo corta a la hora de describir cuánto me ha gustado esta novela. Porque dicen que segundas partes nunca fueron buenas y esta lo refuta de cabo a rabo: es igual de magnífica que su predecesora y, en mi caso, hasta lo que va de año, se ha convertido en mi mejor lectura del año.

Así me ha gustado.

Eso sí, diré que la montaña rusa de emociones que me ha hecho sentir, tanto para bien como para mal, no se la recomiendo a nadie, ya que si sois empáticos o ese tipo de lectores que se mete en una historia de lleno como servidora, he de deciros que habrá momentos en que no lo vais a pasar del todo bien.

Continuamos donde lo dejamos en la novela anterior y por eso, seguimos sabiendo de Eva y Bergen, una pareja de lo más improbable e increíble que demuestra que, el amor puede aparecer dónde, cuándo y con quien menos lo esperamos.

Y que la potencia de este sentimiento es tan grande que, terminará siempre por abrirse paso, e incluso llegar a demostrar que hasta los monstruos... también tienen corazón. Sin embargo en un contexto bélico es complicado, e incluso erróneo, usar adjetivos descalificadores para definir al enemigo, porque todos somos enemigos en la historia de otros y sobre todo, recuerda que las circunstancias son tan especiales y extremas que, se abre una amplísima escala de grises que vuelve a demostrar que no todo es blanco o negro.

Por supuesto, algunos de los temas y elementos que ya se introducían en el libro anterior, continúan repitiéndose, y por eso, la autora sigue usando la literatura como un arma de denuncia de aquellos aspectos de nuestra sociedad que no son tan bonitos o brillantes. Y que, desgraciadamente, parece que no importa que el tiempo haya pasado porque, continúan repitiéndose. Como por ejemplo, ese es el caso de la situación de las mujeres.

Que aun hoy siguen siendo usadas como arma arrojadiza entre los bandos del conflicto y también, como víctimas habituales de la guerra. Siendo ultrajadas no solo física, sino también mentalmente porque, somos más valientes que los hombres y por eso, no nos da vergüenza mostrar nuestros sentimientos y admitir si queremos o no a los demás.

Siendo en este caso, un síntoma de debilidad porque el otro sabe dónde atacarnos para hacernos el mayor daño posible. Por eso, en este caso, la autora convierte su novela en una que es mucho más sentimental que la anterior, pero también usa a Eva como el instrumento y canal que ejemplifica todo lo que acabo de exponer anteriormente. Ya que, a causa de su ultraje, ella no se siente válida o fuerte, cuando sí que lo es. Sin embargo, le han robado su esencia de un modo tan brutal que está tan destrozada y por ello no se siente válida, ni digna de amor. A pesar de que sí que está enamorada hasta las trancas de Bergen.

También continúa esa premisa de que los opuestos se atraen porque, un nazi y una judía no pueden ser más diferentes entre sí. Pero, la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Y de hecho, si esta idea la tuviéramos más presente en la cabeza, el mundo hubiera ido mucho mejor desde el principio de los tiempos.

Así, ambos, sin ser conscientes del todo, van a emprender un alucinante viaje de autodescubrimiento estando en lugares y momentos históricos - para mal - en la historia. Pero a su vez, van a conocerse mejor a sí mismos y también, se van a mejorar, porque él le va a dar a ella las herramientas de autovalidación que siempre ha tenido a mano pero que quienes están a su alrededor han ido poco a poco erosionando y por tanto, minando su autoestima. Mientras que ella le va a dar precisamente aquello que, sin saber ha estado buscando toda la vida; lo va a humanizar y por eso, le va a enseñar que sí que tiene corazón. Y por eso, el título de esta novela. Y por eso también, hay mucho amor presente en todas y cada una de las páginas de la misma, aunque no siempre es sano.

Relacionado con la ambientación bélica, me ha gustado mucho el hecho de que se salga de la "ambientación oficial" y se centre más en la retaguardia y en las microhistorias entre los países y poblaciones que resistían la invasión y amenaza nazi. Como es la resistencia polaca, por ejemplo.

Pero, a su vez, también me ha gustado mucho porque, si bien es cierto que en el conflicto, los hombres tienen un rol fundamental en el ejército, la realidad es que, como fue un conflicto tan cruento y cruel que, ambos bandos se vieron obligados a incorporar a las mujeres, tanto en el frente de batalla, formando parte de sus ejércitos, como a la hora de suplir de todos y cada uno de los elementos necesarios para abastecer a esos ejércitos.

Por eso, esta novela es muy femenina también y hay un elemento bastante grande de sororidad entre las mujeres que tienen una relativa importancia como personajes. Principales y secundarios. Y en este sentido, destacaré la especial relación de Temel y Eva.

Dos mujeres que, de nuevo, demuestran que la diferencia enriquece y sobre todo, que si nos considerásemos más amigas y aliadas que enemigas, el mundo sería un lugar para todo el mundo. Una amistad que demuestra que, la familia no tiene por qué ser de sangre, sino que en más de una ocasión, los amigos son quienes ocupan esa posición en nuestras vidas.

He disfrutado mucho cómo ambas se complementaban, discutían y también se animaban en búsqueda y aras de perseguir la felicidad, de la cual ambas eran merecedoras. Y también me ha gustado Temel - aunque también hemos tenido algún desencuentro, sobre todo en lo de la gestión del tema Bergen - porque vuelve a demostrar cómo las mujeres hemos tenido que demostrar casi desde el principio de los tiempos, esforzarnos el doble o el triple para demostrar nuestra validez. Y sí, yo también creo que ha sido uno de los mejores soldados de toda Polonia.

Y también me ha gustado que sea ella quien también ocupe un rol femenino con respecto al amor, pero de eso, regresaré más adelante.

La sororidad en forma negativa también está presente, en el personaje de la señorita Orli porque, a pesar de que no es la madre, la realidad es que actúa como tal. Y demuestra cómo, en ocasiones, por querer hacer un bien, lo que terminamos por hacer es un mal. Y es cierto que la maternidad es muy dura, pero tenemos que respetar la individualidad de las personas que educamos y no imponer, porque imponer es cambiar y por lo tanto ahí no lo estamos haciendo del todo bien. Además de eso, la señorita Orlí demuestra que el mero hecho de ser familiares de otra persona no tiene por qué provocar o conllevar que se nos tenga que perdonar todas las acciones o comentarios que hacemos al respecto de nuestros seres queridos. Porque no es así, de ahí que ese dar por descontado a veces me sacaba de mis casillas. Sin embargo, como en esta novela las sorpresas no pararon de sucederse, la realidad es que, al final se entiende por qué esta mujer actuaba como tal y, si bien estaba haciéndolo de manera errónea, lo que buscaba es una seguridad en el aspecto amoroso de la que ella nunca disfrutó.

En este sentido, vuelve a demostrarlo que padre se hace y no se nace y en este caso, la frágil Eva, se termina por rebelar como una fiera y poderosa mamá leona para con Lila, quien terminará de descongelar el corazón de Bergen.

Un Bergen que de decir que me ha maravillado su capacidad de anticipación para con respecto al futuro en lo que a desarrollo de los acontecimientos bélicos se refiere y por eso, demuestra perfectamente también cómo las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en el desarrollo de nuestra personalidad y a la hora de madurar. Por eso, una vez conocida su dura infancia, la verdad es que no le disculpo algunas de las cosas que ha hecho, pero sí que le entiendo algo mejor. Amén de que así queda mucho mejor explicado en contraste entre ese lado salvaje y animal donde primaba la lucha por la supervivencia del primer libro, pero cómo ese, si bien aquí pervive, la realidad es que se ha atenuado y es mucho más humano.

Por eso, como todo buen hijo de vecino, él es mucho menos capaz de gestionar todo el caudal de sentimientos positivos que tiene y de ahí que, en más de una ocasión, meta la pata hasta el fondo, motivado por los celos y por no haberse visto en una igual anteriormente. De ahí que, en ocasiones, me haya despertado hasta ternura en escenas románticas y por supuesto, tengo que decir que me ha encantado cómo da el giro a su instinto egoísta de supervivencia y, por amor, no solo desea vivir, sino que también desea vivir feliz acompañado de la mujer que ama. Es cierto que no es un hombre que use muy bien el lenguaje para expresar sus sentimientos, pero, en este sentido, son sus acciones las que hablan - o mejor dicho, gritan - todo lo que sienten por ella. Y por eso, la quiere bien, porque la desea libre, a pesar de que esa libertad conlleve una separación difícil y dolorosa para ambos.

Sin embargo, contra el amor no se puede luchar, ni siquiera en tiempos de guerra, ya que no hay fuerza más poderosa. Y por eso, hay que aceptarlo tal cual aparece en nuestras vidas y no oponerle oposición ya que será una batalla perdida de antemano. De ahí que Temel me haya dado rabia, sobre todo porque deja que el miedo que tiene al sentimiento y la pérdida posterior la fuercen a tomar decisiones que, a posteriori, provocan mas mal que bien, puesto que la convierten en infeliz.

De ahí que, los amantes prohibidos me hayan gustado tanto, por tercos, testarudos y querer ir contracorriente en un canto precioso a lo positivo que tiene la vida, ya que se enfrentan a todo y a todos con tal de ser felices. Aunque sea un instante. Provocando así que incluso sus convicciones se tambaleen e incluso que su confianza se ponga puesta a una prueba tan elevada que pocos podrían superar.

Y subrayo esto último porque si falla la confianza en una pareja, esa relación en más de una ocasión está abocada al fracaso. Admito incluso que a mí me engañaron en más de una ocasión, pero la autora ha sabido jugar de manera magistral con la idea de que las apariencias engañan y por eso, las sorpresas se sucedieron continuamente también con este par.

Una confianza que es uno de los pilares de toda la novela porque, en un tiempo tan convulso y violento donde la guerra, junto al amor, confiar en alguien, era uno de los regalos más valiosos que se podía conceder a otra persona. Y por eso, hace reflexionar al lector acerca de cómo, en nuestra sociedad contemporánea, hemos denostado y el valor tanto de uno como de otro. Lo cual, a su vez, dice mucho de nosotros también.

Ninguno es un héroe o heroína romántico al uso, porque están llenos de traumas, heridas y secuelas físicas. Pero sí que son perfectos el uno para la otra. Qué goce esta subtrama. Y qué montaña rusa de emociones.

Y este amor, el romántico, tenemos que entender y sobre todo, que aprender a que sea rechazado, ya que no podemos obligar a nadie a que nos quiera como nosotros queremos que lo hagan. En este sentido, Fritz me ha parecido si bien cansino, muy real. Pero también necesario para darle el valor real que el sentimiento tiene a día de hoy porque, en más de una ocasión, lo damos por descontado o pensamos que es superfluo cuando, hasta hace bien poco tiempo, la realidad es que, decisiones tan normales como casarse por amor eran consideradas un privilegio.

Retomo el tema de la historia porque, una vez más, la autora, al decidir ambientarla en este período histórico, lo que está haciendo es que le demos la importancia que realmente merece la disciplina y así evitar que se sucedan las mismas situaciones de épocas pasadas.

De ahí que era bastante evidente que se mencionaran los campos de concentración y exterminio. Uno de los horrores por los que el régimen nazi es conocido. Y fundamental para que tengamos bien presente hasta dónde puede llegar la barbarie humana cuando se pierde, precisamente, esa humanidad y sobre todo, lo que da más miedo de todo, cómo, nos pensamos libres y dueños de nuestro destino, cuando al contrario. Manipularnos es bien sencillo.

En este sentido, Ada vuelve a huir de lo más conocido y en una de las partes más duras - y por ende, similares a las de la primera novela - narra todo lo que se hacía en ellos y cómo era la vida cotidiana de uno de los infiernos en la tierra que ellos construyeron, como fue el campo de Mauthausen. Pero además, vuelve a darle ese toque femenino muy necesario a la novela porque habla del rol de las mujeres en dicho sitio, otorgándoles el rol real de importancia que tuvieron en el conflicto. Porque ubo mujeres del régimen que fueron peores carceleras que sus compañeros masculinos y sobre todo, porque es bastante desconocido para el público en general, cómo los nazis también crearon prostíbulos dentro de ellos con presas de "posición especial".

No puedo no hacer mención a la venganza, porque Hank, un personaje odioso y repulsivo del libro anterior era uno de los cabos sueltos y que podrían propiciar una segunda novela. Al ser una novela con sentimientos y contrastes, el odio no podía no tener cabida. Y en cierto modo, este viaje de autodescubrimiento de Bergen está muy motivado con la búsqueda de la felicidad y sobre todo con el cerrar capítulos. De ahí que, aunque en cierto modo obsesivo, entiendo lo que quería hacer con este personaje.

Un Hank que demuestra que el karma existe, que la vida es sabia y por tanto, no puedo no estar más feliz con la deriva que tiene su personaje en esta novela. Amén de que lo considero fundamental para esos momentos de tensión y desfogue que me ha proporcionado.

Y por último, tampoco no puedo hablar del último amor presente en esta novela, como es del amor por los libros y la literatura en general. Porque así da el valor real que tienen las palabras, tan poderosas como el amor. Tanto para bien como para mal. Porque son muy peligrosas al provocar que sus efectos se prolonguen más en el tiempo por lo invisibles de las mismas, pero también que sean poderosas para bien, para demostrar lo que sentimos y pensamos al respecto de cualquier tema o persona. Y a su vez, para servir de testigo mudo, imperecedero e invisible de los acontecimientos pasados en aras de un futuro esperanzador.

No sé si ha quedado claro, pero como no quiero dar lugar a más equívocos, leed esta novela. O mejor dicho, esta bilogía.

No os vais a arrepentir.

En mi caso, estoy buscando hueco en mis estanterías para este libro.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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