Manual para conquistar a la señorita Rochester de Nerea Erimia

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
editorial, a quienes agradezco el envío del ejemplar. Pero, sobre todo, la confianza en mí una vez más y permitirme así conocer más títulos de su sello y también nuevas plumas. Como es el caso de hoy.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta novela y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Manual para conquistar a la señorita Rochester de Nerea Erimia:

SINOPSIS

Después de dejar su vida en pausa por un incidente inesperado, Andrew Palmer decide retomar sus estudios y mudarse a una nueva ciudad para ejercer de profesor, con sus esperanzas puestas en un reluciente comienzo que se verá truncado por una noche de alcohol y despertarse en la cama de una desconocida.
¿Quién iba a decirle que esa desconocida terminaría siendo su nueva compañera de trabajo y que la regla más famosa de la Academia Rosewood prohíbe las relaciones entre los profesores?

Sin embargo, Andrew no tardará en darse cuenta de que un despido no es nada comparado a lidiar con alguien como Ava Rochester y no morir en el intento.

O enamorarse.

Bienvenidos a la Academia Rosewood.

OPINIÓN

En esta atípica novela de amor conoceremos la historia de Andrew y Ava y cómo se enamoran, pero también cómo se aceptan a sí mismos. Y en el caso de ella, advierto desde ya que es complicado. Sin embargo, la premisa de la inversión de roles me ha gustado, por lo poco habitual y a su vez, refrescante de la misma. Ya que, aunque es ficción, en la vida real, también sucede.

Pero, además de esta premisa de partida, hay otros muchos temas interesantes susceptibles de desarrollar con profundidad y por eso, paso a relatarlos.

En primer lugar, con el título, la autora llama la atención acerca de lo contraproducente y erróneo que es la aplicación de un manual en todo aquello que tiene que ver con el mundo de la psique y los sentimientos, los cuales, son individuales y por eso, cada persona tiene su parecer y proceder al respecto de los mismos.

De ahí que, está bien su lectura y aplicación pero individualmente. De lo contrario, sería un error descomunal porque la diferencia es lo que enriquece a una sociedad y no la que lo tiene que separar. De ahí que, cuanto más diversos y diferentes sean las personas que nos rodean, más ricos seremos en vida. Y por eso, este cliché de opuestos que se atraen está muy bien desarrollado.

Además de que, a causa de una situación que se produce en la historia, también sirve de pretexto para recordar que los poderosos no tienen derecho a todo por el mero hecho de disfrutar de una economía superior y que por eso, tolerancia cero para con aquellas personas y acciones que consideren que esto es cierto y válido.

Amén de que, esta premisa también le ha valido para recordar que, en ocasiones, las apariencias engañan y por eso, tenemos que prestar más atención y sobre todo, leer entre líneas porque, más de una vez, aquellos que son más duros de cara al exterior, en realidad son las personas más sensibles del mundo. Sin embargo, se han acostumbrado a llevar esas dura coraza tan difícil de atravesar que, es complicado atravesarla, como así hace Ava.

Menos mal que llega Andrew, el profesor de Lengua y Literatura, quien sí que sabe leerla. Una metáfora muy bien traída por cierto, y que la ayudará a darse cuenta de cuán equivocado es su comportamiento y actitud.

Un hombre que es comunicador, dialogante y sensible, poco habitual de hallar y esto lo usa para introducir un tema como es la masculinidad frágil. Y es que, son pocos - aunque afortunadamente cada vez más - los hombres que se muestran sin miedos y tapujos tal cual son, especialmente su mundo interior y de sentimientos. Demostrando así el miedo que tenemos al juicio externo y a exponer nuestro mundo interior para con los demás. Y demostrando así también cuán errónea es esa actitud porque, a la larga, lo único que provoca es infelicidad y tristeza.

Hay otra critica aunque a su vez es un mensaje a favor de la diversidad y la diferencia en lo que a las materias y asignaturas se refiere. De entrada, creo que pone de relieve cuán importante es la figura del profesor. Una profesión que, por desgracia, cada vez está más denostada. Sin embargo es una figura fundamental en el desarrollo y crecimiento físico y mental de su alumnado. Eso sí, de acompañamiento y no de educación, puesto que esa se halla en casa. Por eso, en cierto modo, me ha gustado que la ambientación sea una academia, donde el alumnado tenga un nivel adquisitivo alto porque, la riqueza real de la vida no va a asociada a una economía determinada. En la inmensa mayoría de los casos, tiene valor inmaterial.

Y en ese desarrollo mental, todas las asignaturas son fundamentales. Así que, ese alegato a favor de las de letras también me parece muy necesario, no solo porque así nos podremos comunicar, sino porque también, sino porque es una materia enriquecedora desde el punto de vista anímico que hace pensar y provoca que el cerebro funcione y haga el esfuerzo de poner en marcha los engranajes. Lo cual también es muy importante para evitar la conciencia de borrego y evitar que nos manipulen.

La academia como ambientación sirve de paralelo con las comunidades pequeñas. Donde todo puede ir para bien o para mal mucho más rápido y por eso, tiene ventajas e inconvenientes. Como ventajas, por ejemplo, la ayuda en caso de necesitarla, pero también, los rumores, malas famas y comentarios desagradables y falsos corren como la pólvora. Un aspecto que es necesario que lo incluyan porque incide así en dos aspectos.

- En primer lugar, que tenemos que dejar atrás ruidos y rumores externos y formarnos siempre nuestra propia opinión al respecto de cualquier persona y tema. Podríamos sorprendernos y no siempre para bien. De ahí que, una vez más, la letras sean tan necesarias.
- Y en segundo lugar, lo aprovecha para volver a indicar cómo aún hoy, el machismo sigue bastante presente en nuestras vidas y por eso, las mujeres, no solo tenemos que esforzarnos el doble o el triple para conseguir la misma validez que nuestros colegas masculinos. Sino que además también tenemos que enfrentarnos día tras día a comentarios maliciosos e insultos a causa de, únicamente comportarnos como nos da la gana. Especialmente necesario es este recordatorio porque, en más de una ocasión, esa crítica viene precisamente de otras mujeres y demuestra por tanto, la poca sororidad de nuestra sociedad y cómo nos consideramos más enemigas que amigas, cuando es justo al contrario. Tenemos que ser siempre más aliadas entre nosotras. El mundo será así un lugar mejor para todos.

Como he mencionado anteriormente, es una novela romántica y por tanto, el amor está bien presente en más de un tipo. No todos de tipo sano, eso sí.

Así, se habla del amor entre los miembros de una familia, el cual como digo no es siempre sano, pero que demuestra cuán importantes son las circunstancias en las que hemos sido criados para desarrollar una determinada actitud y comportamiento como aceptable o no. Pero también para madurar o no antes de tiempo, porque la madurez no va a asociada a una edad y sí a una personalidad determinada.

Además, los niños también tomamos a nuestros progenitores como vara de medir y punto de referencia de cara a nuestro propio futuro. Lo cual es un error porque los estamos idealizando y con eso, convertirlos en perfectos. Cuando la perfección no existe y por tanto, todas las comparaciones son odiosas y tratar de perseguirla incansablemente solo provocará infelicidad e insatisfacción en nosotros mismos.

Aparte de que, sin ser conscientes del todo, habremos perpetuado una serie de actitudes y comportamientos muy negativos e infelices que pueden marcar nuestras vidas para mal. Para siempre. Como por ejemplo con nuestras relaciones sentimentales, tal y como sucede con Ava. Y por eso, a veces me caía bien, pero otras la odiaba terriblemente.

Pero también hay un buen amor entre los miembros de la misma. Y en este sentido, me ha encantado cuán especial es la relación entre Andrew y Emma. Una Emma que, una vez más, por lo vivido, demuestra cuán importante es alzar la voz. Sobre todo, en aquellos temas y aspectos que son más desagradables en nuestra sociedad.

Aunque, al mismo tiempo, hace mucho hincapié en el hecho de que por mucho que queramos a otra persona, no podemos poner nuestra vida en stand by y vivir siempre la nuestra. Eso sí, la realidad es que si bien entendí por qué lo hacía, la realidad es que, en ocasiones, por querer hacer un bien, a la larga estamos haciendo mal.

También hay amor entre los miembros de la familia que se elige, los amigos. Y me ha gustado la especial relación entre Ava y sus amigas. Principalmente porque, gracias a su inclusión, el lector se da cuenta de que en realidad, sí que sabe querer. Lo que ocurre es que, en lugar de hacerlo con palabras, prefiere usar gestos. Y por eso, preocupación, detalles o regalos inesperados, también son síntoma y demostraciones de afecto público.

Pero también hay amor romántico. Sano y tóxico.

Aunque, antes de hablar de ese tipo de amor, es conveniente y fundamental recordar que, para poder querer a alguien más debemos querernos a nosotros mismos. Porque, al no hacerlo, ese estado de confusión y de poca autoestima, lo que termina provocando son una serie de errores y decisiones equivocadas que, a la larga, nos provocan una espiral tóxica de la cual no sabremos salir. Y que también puede llevar a que confundamos amor con otros sentimientos similares, como por ejemplo, el cariño.
O refugio, como hace Ava, equivocándose sin cesar, buscándolo en cuerpos ajenos. De hombres y mujeres.

Porque el amor da miedo y Ava le tiene un pánico brutal, amén de que, por culpa de lo aprendido en casa, no se cree merecedora de ser querida y amada. Cuando, es justo lo contrario, todo el mundo somos merecedores de ser queridos y amados. Y por tanto, no tenemos que oponernos a su llegada.
Porque oponer cualquier tipo de resistencia al respecto, es una batalla perdida de antemano.

Y es que el amor aparece dónde, cuándo y con quien menos lo esperamos. Y por eso, debemos aceptar su llegada, especialmente si es sano. Aunque, es verdad que, como aparece de múltiples manera y formas, a veces podemos confundirlo y en ocasiones también, nos cuesta también reconocerlo.

De ahí que, por eso, se suman una serie de factores que provocan que prefiramos una vida más sencilla y sin complicaciones en todos los aspectos de la misma. Y ahí se incluyen las relaciones sexuales. Un comportamiento muy equivocado porque, de entrada, le estamos quitando una importancia que tienen dentro de las relaciones sentimentales. Pero también, tenemos que tener presente que, a base de compartir esa intimidad, puede derivar en sentimientos muchos más profundos, como el amor. Como es justo lo que aquí sucede.

La clave, como en buena parte de las ocasiones, está en la comunicación. Y una buena y fehaciente comunicación evitará malentendidos, situaciones desagradables y a la larga, rupturas sentimentales.
Aunque, como con el amor, nos provoca mucho miedo ponerla en práctica, y por eso, preferimos guardarnos para nosotros mismos aquello que nos pasa por la mente, en lugar de hacerlo público para con los demás.

Esto es muy peligroso porque así también le restamos la importancia y el poder que las palabras tienen, porque usadas para bien y también para mal, pueden provocar mucho daño. ya que sus efectos son más invisibles y por lo tanto, mucho más prolongados en el tiempo.

Por eso, el último mensaje importante que esta novela envía, y es que, cuando no seamos capaces de gestionarlos o ponerlos en práctica por nuestra cuenta, debamos recurrir a la ayuda de un profesional. Un alegato a favor de la salud mental, más que necesario. De recibo.
Ya que el objetivo de aceptar el amor y sobre todo, de querer bien a otra persona, no es cambiarle, sino conseguir que saque la mejor versión de nosotros mismos.

Y por eso, la espera y la paciencia merece la pena. De ahí que me haya encantado Andrew durante buena parte de la novela, pero también todo lo positivo que su presencia y llegada a la vida de Ava, quien, a la postre ha descubierto que ser feminista no choca con la idea de mujer "tradicional" y también que, siempre se quiso a sí misma, pero que al final, fue la valentía de Andrew la que provocó que ella también lo fuera y así, se ha querido bien a sí mismo y ha alcanzado la felicidad.
El objetivo vital que todos debemos perseguir en nuestra vida.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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