Una noche de septiembre y unas flores amarillas de Ana G. Castellar

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de un libro que leí en colaboración con la autora, 
a  quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico, junto a todas las cositas preciosas que le acompañaron. Pero sobre todo, agradezco la confianza por haber querido repetir colaboración conmigo.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Una noche de septiembre y unas flores amarillas de Ana G. Castellar:

SINOPSIS

«Eres más que tu pasado», se repite Arancha desde que Óscar entra en su vida.
¿Qué hacer cuando el pasado te persigue desde el momento en que conoces a alguien?
Arancha es una mujer independiente con una hija a la que adora, un buen trabajo y una familia creada con cariño y confianza. Su vida se volverá del revés, la noche que conoce a Óscar, con quien descubre lo que es la pasión y el amor. Por primera vez siente el miedo a que el amor desaparezca cuando él conozca su pasado.
¿Cómo contarle a un policía viudo y con tres hijos que tienes un pasado con las drogas? y que tu trabajo gira en torno a ese mundo.

OPINIÓN

El mensaje más claro que se extrae de la relación entre Óscar y Arancha es que, si bien somos herederos de nuestro pasado, la realidad es que este no tiene por qué definirnos. Sobre todo cuando hay voluntad de cambio. Y también porque un error no tiene por qué definirnos como personas... por lo comentado anteriormente. Así que, desde el principio se aboga por la concesión de más segundas oportunidades en la vida. A nosotros mismos y a los demás.

A priori, estos dos protagonistas son bastante opuestos entre sí, pero también esta premisa indica que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Pero también que la diferencia es complementaria y por eso, conviene rodearnos de personas que sean siempre lo más opuestas a nosotros si queremos ser realmente ricas en la vida. Porque buena parte de la riqueza de la misma no proviene de objetos materiales, y sí inmateriales.

Pero también critica la poca empatía de nuestra sociedad, sobre todo en lo que a determinadas profesiones o colectivos se refiere, rechazados siempre de inicio cuando, desconocemos la intrahistoria que hay detrás de todos y cada uno de nosotros. Porque todo cargamos con unos demonios que no solemos compartir con el resto porque, nos suele dar vergüenza y sobre todo mucho miedo, el juicio externo. Tanto de conocidos como de desconocidos.
De ahí que me haya gustado mucho ese mensaje crítico y a la vez, ese aliento para que, antes de juzgar a cualquier personas, dejemos atrás ruidos, rumores y malas famas externas y nos atrevamos a conocerles por nosotros mismos. Podríamos sorprendernos... para bien, amén de que así nos daríamos cuenta también de que no tenemos por qué rechazar la llegada de nadie nuevo a nuestras vidas, ya que nunca sabremos cuán importante podrá ser su papel o rol en las mismas.

Y no es la única crítica que la autora introduce, además, de manera, muy acertada porque, estamos obsesionados con la belleza y el físico escultural y espectacular cuando las personas somos mucho más que eso. Es indudable que todos comemos por los ojos y que es lo que primero nos llama la atención de otra persona. Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que, si el interior, no acompaña al exterior, de poco o nada nos servirá.

Además de eso, también advierte del peligro que esa obsesión por un cuerpo perfecto puede tener en nuestras vidas porque, el canon de belleza no existe, ya que la belleza es subjetiva y por eso, estandarizarlo es incorrecto y aburrido. Pero además, puede convertirse en algo dañino y obsesivo que puede derivar en enfermedades y trastornos alimenticios al tratar de alcanzar un objetivo social impuesto y que está lejos del alcance de la mayoría de nosotros. Amén de que, tenemos que recordar que la perfección no existe y por eso, tratar de perseguirla incansablemente provocará la infelicidad por no haber conseguido lo planeado y también, la tristeza más absoluta al darnos cuenta a posteriori que hemos perdido un tiempo precioso en su búsqueda incansable.

Otro tema interesante es el del recordatorio de la existencia de mucho machismo en nuestra sociedad, porque él es policía y, aunque no sucede siempre, la realidad es que sí que se dan casos en los que los hombres aprovechan su figura de autoridad para hacer y deshacer a su antojo. Como si su palabra fuera ley. Y nada que ver, en este sentido, todos somos iguales ante la misma y nadie ha de aprovechar su posición de privilegio para amenazar o amedrentar a otros por ese motivo.

Junto a ello, también me ha gustado la enorme importancia de la salud mental en nuestra sociedad porque, es la eterna olvidada y denostada de las ciencias de la salud. Si bien es una de las más importantes, Y por eso, me ha gustado que Arancha sea el instrumento que recuerde dicha importancia, pero también que, si bien es cierto que la opinión y ayuda externa nos viene bien en situaciones desagradables, tampoco podemos dejar de lado que solo aquellos que las han sufrido en carnes propias pueden dar un testimonio lo suficientemente fehaciente y útil como para poder ayudar a los demás. Porque sirven de ejemplo y modelo para personas en sus mismas circunstancias.

Como es una novela romántica, el sentimiento se percibe y aprecia en buena parte de las páginas de la misma, pero, eso sí, de más de una manera. Recordando así que existen muchas variantes y tipos de amor, pero también que este sentimiento no es siempre sano.

Así, se habla del amor entre los miembros de una familia. Desde las dos perspectivas además.

Y demuestra que, las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en nuestra personalidad y carácter y en el desarrollo de los mismos. Tanto para bien como para mal, ya que así también se pueden perpetuar actitudes y comportamientos que poco o nada tienen de sanos.

Además, también incide en lo difícil que es la paternidad y la maternidad, y que si bien no hay un manual para la crianza y educación de los hijos, esta ha de ser siempre en casa. Y por eso, tener un hijo no es una decisión baladí o precipitada. Al contrario, ha de reflexionarse muy y mucho sobre ella, porque es una responsabilidad para toda la vida. Decisión que siempre ha de tener a los pequeños como prioridad y nunca usarlos como arma arrojadiza, sobre todo en aquellos casos en que la relación sentimental que unía a los padres se ha roto tiempo atrás.

Pero, al mismo tiempo, que recuerda que a la hora de su educación y crianza, tenemos que respetar siempre la individualidad de cada uno. Porque imposición choca con libertad. Y quien bien te quiere, lo hará siempre libre.

Esto también lo relaciona con lo difícil que es la conciliación laboral y personal. Y en este caso, me ha gustado que sea Óscar el padre soltero y además, de una familia numerosa porque, así yo considero que él se ha dado cuenta de lo complicado que era para su mujer esta crianza.

Asimismo, esta premisa también me ha gustado porque la usa como instrumento para recordar que, está bien apoyarse y pedir ayuda a otros para la crianza, pero que tampoco hay que delegarles toda la responsabilidad. Así que, esta situación para con los abuelos, me ha gustado mucho porque, da la importancia que tienen, pero también da muchos visos de realidad a una serie de situaciones que suceden en el día a día cotidiano y que por tanto, al no mencionarlas, parece que no existen. Y al contrario, lo hacen.

En este sentido, Óscar es bastante dependiente de los suegros quienes, como lo saben, aprovechan para ejercer un control sobre él bastante fuerte que, a la larga, provoca que no viva sino que sobreviva y por eso, no es feliz. Hay una toxicidad tremenda en esa casa y por lo tanto, si quiere conseguir la felicidad, tiene que huir de allí. Como tenemos que hacer todos. De ahí que, si algún lector o lectora que se acerque a esta novela, se reconozca en esta situación... tenemos que poner tierra de por medio lo antes posible. Y respirar.

Porque, y aquí se repite en más de una ocasión, el mero hecho de compartir un grupo sanguíneo o vínculo con otra persona, no conlleva que el amor tenga que surgir de manera espontánea. Porque no es así, ya que padre se hace y no se nace. Esta es la causa de que haya un personaje que actúa como Pía, la madre que Iñaki y Arancha nunca tuvieron y de la que confieso que, si bien me gustó el epílogo que merecía, la realidad es que en mi opinión, hubiera quedado mucho mejor que tuviera su propia historia. Por eso, espero que Manu, otro personaje secundario, sí que tenga su propia historia.

También se habla de esa otra familia que son los amigos. Y aquí he de decir que me ha gustado mucho cómo se poyan los compañeros policías entre sí. Pero también que, al principio no entendía del todo bien la relación entre Iñaki y Arancha. Aunque, lo que más me ha gustado de este bloque de amor es la sororidad entre Gema y Arancha porque demuestra que si las mujeres nos apoyamos más entre nosotras, todos saldremos beneficiados. Y en su caso además, me ha encantado que nunca se hayan visto como enemigas y sí mucho más como aliadas. Maravilloso.

Pero además, con todo el tema de la asociación y de la organización, la autora también enfatiza en lo importante que es tener una mano amiga en casos de necesidad extrema o momentos de flaqueza. Puede cambiarnos la vida. Literalmente.

Y también hay mucho amor romántico, el cual puede aparecer dónde, cuándo y con quien menos se le espera. Así como aterrizar de diferentes modos y maneras. Como por ejemplo, con las aplicaciones de citas. Y está bien que lo incluya porque lo contrapone a las formas "habituales" de conocer a otras personas, pero sobre todo recuerda que, el hecho de ser diferentes no tienen por qué ser consideradas como enemigas, al revés. Pueden coexistir sin problema.

Otro tema que tiene que ver con el amor es el del profundo impacto que tienen los primeros amores en nuestras vidas. Y cómo hay que tomar con reservas ese amor porque, el sentimiento evoluciona a la par que el ser humano. Y por eso, es incorrecto usarlo como vara de medir y comparativa siempre saldrá mal a la larga.

Ya que, no solo le resta importancia al resto de relaciones importantes de nuestras vidas y todas lo son. Además del tema de la evolución del sentimiento y por supuesto, el hecho de actuar así lo que provoca es que, de manera inconsciente, estemos idealizando a la otra persona. Y la idealización no es otra cosa que perfeccionarla. Cuando la perfección no existe y por eso, al igual de lo mencionado con el físico, el obcecarnos y empeñarnos en perseguirla y alcanzarla provocará la infelicidad y tristezas más absolutas... además de que, es imposible huir de nuestro pasado y la verdad siempre sale a la luz. Por eso, óscar aún se siente más perdido y desconcertado al darse cuenta de que su Oana, se parece poco y nada a la imagen que él recordaba de la misma.

Pero también hay amor romántico sano, y es más, diré que aquí hay una especie de flechazo. Y en cualquier caso, sea del modo que sea, no hay que oponerse a su llegada, porque es una batalla perdida de antemano. Al contrario, nunca hay tiempos para decirle que sí o enamorarse, siempre que sea sano.

Y por eso, Arancha me ha gustado mucho cómo Arancha es beneficiosa para Óscar, ya que le ayuda a aceptarse tal cual es y sobre todo, le da la valentía suficiente como para dar ese paso adelante y romper círculos de toxicidad para que así se acepte tal cual es y, a la larga sea feliz. Aunque, en más de una ocasión le ha faltado coraje y eso me desesperaba, si bien entiendo que su brete no es sencillo.

Sin embargo, y si bien entiendo que cada uno entiende y vive el amor a su modo, la realidad es que, me ha gustado más Arancha que Óscar en lo que a valentía se refiere. Porque, si bien ellos tienen mucho que perder y son perfectamente conscientes de su pasado y quienes son, la realidad es que ella sí que se ha entregado mucho más y por tanto, concedía y perdonaba más errores y desplantes que Óscar. Y por eso, en determinadas ocasiones, no me ha caído bien.

Esto es peligroso porque la implicación era desigual y si ambas partes no están en equidad de condiciones, basados en pilares como la comunicación y la confianza, es la crónica de una ruptura anunciada. Por eso, es tan importante tener una buena comunicación a riesgo de malentendidos, discusiones e incluso rupturas sentimentales.

Sin embargo, nos da tanto miedo el juicio externo que, preferimos callar qué pensamos o sentimos en lugar de compartirlos con los demás. Y si bien es un miedo común, la realidad es que suelen ser más los hombres quienes se niegan a ponerlo en práctica, relacionándolo así con la masculinidad frágil... lo cual es de agradecer.

Menos mal que el amor es tan fuerte y poderoso que puede abrir los ojos y hacernos ver que lo prioritario de nuestras vidas es ser felices. Y por eso, solo queriéndonos bien a nosotros mismos, haremos lo propio para con los demás. Y que el amarillo nunca da mala suerte, sino que trae la alegría a nuestras vidas. Como Arancha hace con Óscar.
Una mujer que, cual Floricienta, merecía ser la protagonista de su propia telenovela y por lo tanto, ser feliz.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!





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