Alguien mejor que tú de Isabella Marín
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital, pero sobre todo, la confianza en mí una vez más para que valore su novela.
Como podéis imaginar por tanto, no es la primera vez que la leo y, de hecho, su nombre puede que os suene de haberlo visto por aquí en más de una ocasión. Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Alguien mejor que tú de Isabella Marín:
SINOPSIS
Mi vida era perfecta hasta que a mis jefes se les ocurrió la estupidez de fichar al abogado más infame de la Costa Oeste.
Para que os hagáis una idea, Mark St. Clair es el típico cabronazo arrogante y prepotente que se cree superior a los demás.
No le veo ninguna cualidad que lo avale para trabajar aquí. ¡Ni siquiera era el duodécimo más brillante de nuestra promoción!
Lo cual no es de extrañar porque estaba tan ocupado en crearse un harem de animadoras que el pobre no tenía tiempo para destacar en nada más...
Es mediocre, además de un depravado. ¡Se tiró a medio Stanford! (¿No fue él quien empezó la epidemia de sífilis?).
Por si no os ha quedado claro todavía, ODIO a Mark St. Clair y de ningún modo voy a permitir que se cargue mi ascenso.
Si alguien piensa que los abogados corporativos somos competitivos, se equivoca. Nosotros Inventamos la competitividad.
Y no, no me atrae en absoluto.
Ni una pizca.
Soy la Resistencia.
Conmigo no funciona lo de ponerme ojitos.
Lo machacaré.
Bienvenido a la jungla, querido Mark
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, creo que a nadie le sorprenderá cuando diga que el cliché que se desarrolla en esta novela es el de enemies to lovers. Mi preferido de todos y que por eso, la he disfrutado mucho.
En esta historia conoceremos la historia de Izzie y Mark, rivales desde la universidad, pero... mucho más similares de lo que podrían parecer, haciendo ver que las apariencias engañan. Pero sobre todo, que antes de juzgar a nadie, debemos dejar rumores y comentarios malintencionado atrás y formarnos nuestra propia opinión por nosotros mismos. Podríamos sorprendernos... para bien. Como así le sucede a Izzie.
Además de eso, también recuerda que, si bien la primera impresión es inolvidable, tampoco tiene que ser la que valga siempre porque, las circunstancias de la situación influye muy y mucho en el desarrollo. Pero también, que un error o una acción puntual no tiene por qué definirnos como personas. Porque el ser humano evoluciona y por eso, tampoco está bien quedarse o anclarse en el pasado, porque en realidad, así no se vive, se sobrevive. Dos verbos que suelen ser considerados como sinónimos cuando distan mucho de serlo.
Por eso, Izzie a priori parece que tiene la vida perfecta, pero en realidad, está pelín obsesionada con Mark, al que toma de punto de referencia vital... sin darse cuenta de todo lo bueno que le pasa a su alrededor. Y aquí la autora critica el modo de vida contemporáneo, muy ambicioso y mucho más centrado en el ámbito laboral como signo de éxito y reconocimiento que en las pequeñas cosas de la vidas, las cuales son las que realmente nos hacen felices.
Pero, además de eso, con el campo laboral donde ella ejerce; el de la abogacía, la autora también critica el machismo de nuestra sociedad. Al menos en lo que a la validez en un puesto de trabajo se refiere. Porque, independientemente de nuestro trabajo, siempre vamos a tener que esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos. Es triste, pero es así.
Aunque un detalle también que contribuye a esa mala imagen que tiene ella de Mark.
Otro detalle que tiene que ver con nuestra sociedad es el clasismo de nuestra sociedad. Porque, si no se pertenece a un determinado estatus social, parece que el tema de la inclusión y sobre todo, la aceptación social está mucho más complicada. Así se revela también la enorme presión que tienen nuestros círculos más cercanos a la hora de orientarnos hacia un extremo u otro a la hora de tomar una decisión.
Como le sucede a Izzie, quien, por culpa de una mala experiencia previa de alguien similar a Mark, ha encerrado a todo el mundo en el mismo saco. Siendo esto un error, aunque bastante común he de decir. Porque, en primer lugar tenemos que respetar la individualidad de cada persona.
Además de que así también indica de una manera muy precisa el profundo impacto que tienen nuestros primeros amores en nuestras vidas, tanto para bien como para mal. Y por eso, no debemos olvidar que, de la misma manera que el ser humano evoluciona, los sentimientos también lo hacen. Por eso, no debemos usarlas como vara de medir o punto de referencia o comparativa con las que vendrán después, ya que todas las relaciones sentimentales son importantes en nuestras vidas.
Un aspecto que sí que me ha gustado del ambiente laboral es que, a pesar de la competitividad, las mujeres del bufete son más compañeras que rivales. Y amigas. Por eso, un canto maravilloso a la sororidad, demostrando que, si nos apoyásemos más entre nosotras, el mundo sería un lugar mejor para todos.
La química entre ellos era palpable desde el primer encontronazo y ha jugado muy bien con la creencia de los que se pelean se desean. Pero, he de decir también que Mark me ha sorprendido. Y por eso, ha estado genial conocer su punto de vista, ya que si no, el personaje hubiera quedado flojo y más de un lector hubiera pensado que era un picaflor.
Cuando es mucho más. Y he de decir que yo también he caído con todo el equipo con él. Porque la realidad es que, si bien el momento en que se enamora de ella es un tanto "atípico", es mucho más fiel de lo pensado. Y sobre todo, se ha revelado como una persona muy fiel. A sus principios, a su trabajo, pero sobre todo a la mujer de la que ama.
Y aviso desde ya que, enamorarse de Izzie no es fácil ya que no hay más ciego que quien no quiere ver y por eso, a pesar de que los sentimientos aparezcan en su vida, siente miedo a que vuelvan a hacerle daño y sobre todo, como no sabe gestionar la intensidad de los mismos, prefiere morir atacando, antes que aceptar su llegada. Un error de manual también porque no se puede o se debe plantar cara o batalla al amor. Será una batalla perdida de antemano... porque el amor nos hace siempre perder el juicio. Literal y metafóricamente hablando. Así que, en este caso, esa metáfora está muy bien traída.
Para concluir, un último tema que me ha gustado y que está muy bien desarrollado en esta novela romántica es que el amor, si es sano, es fuerte. Y paciente. Por eso, tenemos que dejar de buscar una perfección que no existe. Ni para con nosotros mismos ni para con los demás, ya que eso solo provocará sinsabores, enfados y arrepentimientos por el tiempo perdido en tan infructuosa búsqueda y sí que tenemos que aceptarnos tal cual somos con nuestras virtudes y nuestros defectos, lindezas o rarezas (¡viva el orgullo friki!) porque solo así podremos querer bien a los demás.
Y es que, de cuando en cuando, nunca está de más perder el juicio para encontrar a esa persona que saque siempre la mejor versión de nosotros mismos... y ser felices. Porque es la felicidad la que tienen que motivarnos a conseguir una cadena perpetua ligada a ella.
A mí me ha gustado mucho este regreso a la comedia romántica, más, viniendo de la trilogía anterior y por tanto, os animo a que le deis una oportunidad. Se lee tan fácilmente que, en menos tiempo del que hayáis pensado, lo habréis devorado.
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital, pero sobre todo, la confianza en mí una vez más para que valore su novela.
Como podéis imaginar por tanto, no es la primera vez que la leo y, de hecho, su nombre puede que os suene de haberlo visto por aquí en más de una ocasión. Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Alguien mejor que tú de Isabella Marín:
SINOPSIS
Mi vida era perfecta hasta que a mis jefes se les ocurrió la estupidez de fichar al abogado más infame de la Costa Oeste.
Para que os hagáis una idea, Mark St. Clair es el típico cabronazo arrogante y prepotente que se cree superior a los demás.
No le veo ninguna cualidad que lo avale para trabajar aquí. ¡Ni siquiera era el duodécimo más brillante de nuestra promoción!
Lo cual no es de extrañar porque estaba tan ocupado en crearse un harem de animadoras que el pobre no tenía tiempo para destacar en nada más...
Es mediocre, además de un depravado. ¡Se tiró a medio Stanford! (¿No fue él quien empezó la epidemia de sífilis?).
Por si no os ha quedado claro todavía, ODIO a Mark St. Clair y de ningún modo voy a permitir que se cargue mi ascenso.
Si alguien piensa que los abogados corporativos somos competitivos, se equivoca. Nosotros Inventamos la competitividad.
Y no, no me atrae en absoluto.
Ni una pizca.
Soy la Resistencia.
Conmigo no funciona lo de ponerme ojitos.
Lo machacaré.
Bienvenido a la jungla, querido Mark
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, creo que a nadie le sorprenderá cuando diga que el cliché que se desarrolla en esta novela es el de enemies to lovers. Mi preferido de todos y que por eso, la he disfrutado mucho.
En esta historia conoceremos la historia de Izzie y Mark, rivales desde la universidad, pero... mucho más similares de lo que podrían parecer, haciendo ver que las apariencias engañan. Pero sobre todo, que antes de juzgar a nadie, debemos dejar rumores y comentarios malintencionado atrás y formarnos nuestra propia opinión por nosotros mismos. Podríamos sorprendernos... para bien. Como así le sucede a Izzie.
Además de eso, también recuerda que, si bien la primera impresión es inolvidable, tampoco tiene que ser la que valga siempre porque, las circunstancias de la situación influye muy y mucho en el desarrollo. Pero también, que un error o una acción puntual no tiene por qué definirnos como personas. Porque el ser humano evoluciona y por eso, tampoco está bien quedarse o anclarse en el pasado, porque en realidad, así no se vive, se sobrevive. Dos verbos que suelen ser considerados como sinónimos cuando distan mucho de serlo.
Por eso, Izzie a priori parece que tiene la vida perfecta, pero en realidad, está pelín obsesionada con Mark, al que toma de punto de referencia vital... sin darse cuenta de todo lo bueno que le pasa a su alrededor. Y aquí la autora critica el modo de vida contemporáneo, muy ambicioso y mucho más centrado en el ámbito laboral como signo de éxito y reconocimiento que en las pequeñas cosas de la vidas, las cuales son las que realmente nos hacen felices.
Pero, además de eso, con el campo laboral donde ella ejerce; el de la abogacía, la autora también critica el machismo de nuestra sociedad. Al menos en lo que a la validez en un puesto de trabajo se refiere. Porque, independientemente de nuestro trabajo, siempre vamos a tener que esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos. Es triste, pero es así.
Aunque un detalle también que contribuye a esa mala imagen que tiene ella de Mark.
Otro detalle que tiene que ver con nuestra sociedad es el clasismo de nuestra sociedad. Porque, si no se pertenece a un determinado estatus social, parece que el tema de la inclusión y sobre todo, la aceptación social está mucho más complicada. Así se revela también la enorme presión que tienen nuestros círculos más cercanos a la hora de orientarnos hacia un extremo u otro a la hora de tomar una decisión.
Como le sucede a Izzie, quien, por culpa de una mala experiencia previa de alguien similar a Mark, ha encerrado a todo el mundo en el mismo saco. Siendo esto un error, aunque bastante común he de decir. Porque, en primer lugar tenemos que respetar la individualidad de cada persona.
Además de que así también indica de una manera muy precisa el profundo impacto que tienen nuestros primeros amores en nuestras vidas, tanto para bien como para mal. Y por eso, no debemos olvidar que, de la misma manera que el ser humano evoluciona, los sentimientos también lo hacen. Por eso, no debemos usarlas como vara de medir o punto de referencia o comparativa con las que vendrán después, ya que todas las relaciones sentimentales son importantes en nuestras vidas.
Un aspecto que sí que me ha gustado del ambiente laboral es que, a pesar de la competitividad, las mujeres del bufete son más compañeras que rivales. Y amigas. Por eso, un canto maravilloso a la sororidad, demostrando que, si nos apoyásemos más entre nosotras, el mundo sería un lugar mejor para todos.
La química entre ellos era palpable desde el primer encontronazo y ha jugado muy bien con la creencia de los que se pelean se desean. Pero, he de decir también que Mark me ha sorprendido. Y por eso, ha estado genial conocer su punto de vista, ya que si no, el personaje hubiera quedado flojo y más de un lector hubiera pensado que era un picaflor.
Cuando es mucho más. Y he de decir que yo también he caído con todo el equipo con él. Porque la realidad es que, si bien el momento en que se enamora de ella es un tanto "atípico", es mucho más fiel de lo pensado. Y sobre todo, se ha revelado como una persona muy fiel. A sus principios, a su trabajo, pero sobre todo a la mujer de la que ama.
Y aviso desde ya que, enamorarse de Izzie no es fácil ya que no hay más ciego que quien no quiere ver y por eso, a pesar de que los sentimientos aparezcan en su vida, siente miedo a que vuelvan a hacerle daño y sobre todo, como no sabe gestionar la intensidad de los mismos, prefiere morir atacando, antes que aceptar su llegada. Un error de manual también porque no se puede o se debe plantar cara o batalla al amor. Será una batalla perdida de antemano... porque el amor nos hace siempre perder el juicio. Literal y metafóricamente hablando. Así que, en este caso, esa metáfora está muy bien traída.
Para concluir, un último tema que me ha gustado y que está muy bien desarrollado en esta novela romántica es que el amor, si es sano, es fuerte. Y paciente. Por eso, tenemos que dejar de buscar una perfección que no existe. Ni para con nosotros mismos ni para con los demás, ya que eso solo provocará sinsabores, enfados y arrepentimientos por el tiempo perdido en tan infructuosa búsqueda y sí que tenemos que aceptarnos tal cual somos con nuestras virtudes y nuestros defectos, lindezas o rarezas (¡viva el orgullo friki!) porque solo así podremos querer bien a los demás.
Y es que, de cuando en cuando, nunca está de más perder el juicio para encontrar a esa persona que saque siempre la mejor versión de nosotros mismos... y ser felices. Porque es la felicidad la que tienen que motivarnos a conseguir una cadena perpetua ligada a ella.
A mí me ha gustado mucho este regreso a la comedia romántica, más, viniendo de la trilogía anterior y por tanto, os animo a que le deis una oportunidad. Se lee tan fácilmente que, en menos tiempo del que hayáis pensado, lo habréis devorado.
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!
Muchísima gracias! Una reseña preciosa y muy compleja, como siempre
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