Los despojos de la ira de Estela Melero
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien agradezco el ejemplar en digital, permitiéndome así conocer su pluma. Y a su vez, permitiéndome también compartir mis impresiones con vosotros.
Si sois amantes del thriller, estad pendientes porque justo ese es el género de la novela de la que os vengo a hablar hoy. Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria del blog y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Los despojos de la ira de Estela Melero.
SINOPSIS
Hay tragedias que suceden en unos segundos, pero duelen toda una vida. Una mujer desaparece de su casa en la zona del Mercado de Colón en Valencia. La inspectora Victoria Cuevas y el subinspector Álvaro Ferrer acuden al aviso y encuentran un escenario grotesco. Comienzan una investigación en la que la apariencias, los secretos y los prejuicios empañan la verdad. Personas que ocultan secretos que podrían resolver todos los enigmas. En otra línea temporal, íntima y desoladora, Eva narra, llena de dolor, la tragedia de la que fue víctima unos meses atrás. ¿Cuánto tiempo puede vivir una madre sin su hijo?¿Cuánta ira puede despertar ese dolor?¿Qué es la ira, sino una pasión capaz de dejar despojos a su paso?
OPINIÓN
Ha sido una sorpresa agradable esta novela, sobre todo porque, y aunque sé que esto puede parecer extraño, he estado muy perdida a lo largo y ancho de todo lo que sucede en la novela. Y es que nunca supe por dónde podían venir los aires.
En Los despojos de la ira, conoceremos dos historias paralelas en las que todo está relacionado de un modo milimétrico, pero que es solo al final de la historia cuando nos daremos cuenta de hasta qué punto es así. Y además de eso, hay varios temas que se desarrollan y que son bastante interesantes.
Como por ejemplo, que toda acción tiene su consecuencia y que por tanto, tenemos que pensar muy y mucho qué hacer y cómo hacerlo porque, a pesar incluso de que nuestras intenciones sean buenas, podremos causar mucho daño a la otra persona. De ahí la importancia de la comunicación también.
Pero relacionado con esto, lo relaciona con la acción planeada al milímetro. Y eso no es otra cosa que, la venganza. La venganza que también pertenece al campo de la psique y que por tanto, cada persona la entiende de manera habitual. Pero, que tampoco podemos o debemos pretender que esta sea el motor único de nuestras vidas porque, si así sucede raya en la obsesión. Y ya sabemos qué tan malas son todas y cada una de ellas.
Aunque, he de decir que, en este caso, y si bien no soy partidaria de tomarse la justicia por nuestra mano, la realidad es que entiendo las motivaciones del personaje. Amén de que ese síndrome de Estocolmo que ella se empeñaba en negar pero que era evidente ha estado muy bien desarrollado a lo largo de toda la novela.
Apela también a sentimientos como la maternidad o la paternidad a lo largo de las páginas de la misma, desde puntos diferentes. Otorgando así ese toque enriquecedor.
Porque evidentemente la paternidad no es sencilla, pero no puede estandarizarse y aplicarse del mismo modo a todos nuestros hijos, sino que tenemos que respetar su individualidad y conseguir así que sean felices, el cual ha de ser el objetivo que todos debemos alcanzar en nuestras vidas. Y eso, que parece sencillo, en ocasiones no es, porque, sin darse cuenta, les presionan y al mismo tiempo, se convierten en el espejo en que mirarse . De ahí que, en muchas ocasiones, no todos los hijos son capaces de soportar la presión de ser "el heredero", como bien le sucede a Nacho, uno de los protagonistas.
Todo ello es fruto de esa idealización como sinónimos de perfección, que es inexistente y por eso, tratar de empeñarnos por perseguirla incansablemente, provocará tristeza al ser conscientes a posteriori por haber perdido un tiempo valioso de vida y también, rabia no haber alcanzado nuestro objetivo.
Pero también juega muy bien con la idea de que padre se hace y no se nace. Y por eso, el mero hecho de compartir un vínculo sanguíneo con otra persona no conlleva el brote o el surgimiento instantáneo del amor entre los implicados. No es así. Al igual que el resto de relaciones importantes de nuestras vidas, tenemos que darle la importancia que merecen. Y cuidarlas a diario.
De ahí que yo piense que, al final, el padre de Nacho sabe que, en el fondo, no lo ha hecho del todo bien desde el punto de vista familiar y por eso, se desquita y suple los errores cuidando a Bibi como si de su propia hija se tratase. Y con esto, la autora critica el modo de vida contemporáneo porque, estamos empeñados en el éxito en el campo del trabajo. Y solo ese es el aspecto que usamos como vara de medir para considerarnos como exitosos, cuando no es así y por eso, la verdadera riqueza de nuestras vidas se halla en las pequeñas cosas de la mismas.
Una metáfora que, a su vez está muy bien traída porque, algunas de las víctimas gozan de una buena posición social. Hasta la propia inspectora, demostrando a su vez que las apariencias engañan y que por eso, antes de juzgar u opinar al respecto de los demás, debemos conocer su propia historia. Podríamos sorprendernos, para bien.
Con todo ello, lo que se extrae es que, si no somos felices, no vivimos, sobrevivimos. Dos verbos que suelen ser confundidos de manera bastante habitual, pero que distan mucho de ser similares. Y será precisamente la diferencia la que nos ayude a encontrar esa felicidad que todos merecemos y poder salir así de la cárcel de oro en la que estamos viviendo. Una vez más, Nacho es quien mejor lo encarna porque, aparentemente lo tiene todo, pero en realidad no es nada feliz. Y entre unos y otros, poco a poco le van minando la felicidad y la autoestima así como la sensación de ser válido.
También me ha gustado mucho la crítica al machismo de nuestra sociedad en lo que al doble rasero al respecto de determinados aspectos, comportamientos y actitudes. Sobre todo si el género de la persona implicada es femenina o masculina. Y más si tiene que ver con las relaciones sexuales. Porque, pretendemos ir de liberales, y la realidad es que no lo somos tanto.
Aquí, por eso, el personaje de Pilar lo ejemplifica muy bien porque, tras enviudar y alcanzar una edad madura, está disfrutando plenamente de su sexualidad. Para escándalo y horror de todos los que le rodean. Y especialmente de las mujeres, lo cual dice mucho también al respecto de la sororidad.
Inexistente en más de un caso, sobre todo cuando hay hombres de por medio, ya que nos consideramos más enemigas que amigas, cuando la realidad es que tendríamos que comportarnos justo al revés. El mundo sería entonces un lugar mucho mejor para todos.
Además de eso, también lo relaciona con el edadismo, lo cual es muy interesante y, de nuevo, vuelve a criticar a la sociedad al respecto de un pensamiento común que tenemos al respecto de las mujeres, las cuales, al parecer, al alcanzar una determinada edad, parece que se convierten en invisibles e inútiles. Y no es así.
Un segundo tema interesante que se desarrolla en esta novela es el hecho de que somos herederos de nuestro pasado, el cual nos define, pero que no tiene por qué hacerlo para siempre. Porque un error tampoco nos define como personas, más si hay voluntad de cambio por nuestra parte. De ahí que, una vez más, seamos más benevolentes y sobre todo, reflexivos al respecto de lo que decimos de los demás.
Porque la importancia de las palabras es otro de los grandes temas de esta novela, cuya potencia es mucho mayor de lo que podríamos pensar. Porque sus efectos son mucho más prolongados en el tiempo, así como sus efectos mucho más invisibles. De ahí que tengamos que aprender a usarlas mucho mejor.
Y con esto también se pone el foco en los secretos, porque son mucho más difíciles de guardar de lo que podríamos pensar a priori. Y por eso, no todo el mundo está preparado o es bueno guardándolos. Relacionando así este comportamiento con la confianza, la cual ha de ser uno de los pilares básicos de cualquier relación, independientemente de su tipología.
Junto a ello, también hace alusión al daño que hace la ausencia de comunicación, sobre todo porque la verdad siempre terminará por salir a la luz. Es más, suele hacerlo en el momento menos oportuno y por tanto, provocando así mucho más dolor y daño a quienes están a su alrededor. Pudiendo incluso, cambiarnos la vida.
Y por último, en esta novela hay mucho amor. Sano y tóxico.
Sí que es cierto que, en lo que respecta al amor sano entre dos personajes, no estoy de acuerdo en el modo en que desarrolla. Porque yo, no estoy a favor de una infidelidad, ya que se rompe esa confianza en la pareja de la que he hablado antes y que tan importante me parece. Especialmente porque, en el caso del afectado, queda bastante claro qué es lo que tiene que hacer para ser feliz.
Porque, tenemos que tener claro que, para poder querer bien a los demás, debemos querernos bien a nosotros mismos. Y por eso, tenemos que ponernos siempre como prioridad. A pesar incluso de que eso suponga que tengamos que poner distancia de personas cercanas a nosotros, familiares incluso, y que habíamos entendido que aportaban algún beneficio a nuestras vidas cuando no era así.
Eso sí, hay un aspecto que sí que tengo que decir que es positivo al respecto de la historia de amor. Y es que los miembros de la pareja se mejoran mutuamente el uno al otro. Y esa sí que tiene que ser una característica básica y fundamental para que una relación sea positiva y beneficiosa para nosotros mismos.
Y a su vez, esta infelicidad personal puede enlazarse también con el amor tóxico. Y por ello, conviene recordar que, ninguna obsesión es buena. Y por eso, la que tiene que ver con el amor, tampoco. Por eso, tenemos que aprender a distinguir el uno del otro. Pero a su vez, incide en que tenemos que aclarar el momento en que ya no tenemos sentimientos de cariz romántico hacia el otro, ya que prolongar una relación inexistente, a la larga lo que terminará por provocar será más perjuicio que beneficio.
Este tipo de toxicidad, para concluir, sirve de ejemplo de hasta qué punto sentimos amor por el poder y cómo este también puede ser tan tóxico que nos deja ciegos con su brillo y la potencia de su luz tan poderosa que nos lleva a hacer de todo, eliminado de nuestro camino a quien pueda convertirse en un problema o un obstáculo hasta llegar al final. No solo con tal de conseguirlo, sino para provocar que esté con nosotros el mayor tiempo posible. Llevando, una vez más, a lo peligrosas que son las obsesiones.
Al respecto de la novela en sí, he de dar la enhorabuena a la autora porque ha jugado todo lo que ha querido no solo con la inspectora responsable del caso, también lo ha hecho conmigo. Porque jamás hubiera imaginado quién se escondía tras la identidad de los villanos en la historia.
Y a su vez, sin ser yo muy violenta, puedo entender los motivos por los cuales sentían ira, pero también, la sensación de vació y soledad cuando, la instantaneidad del sentimiento terminaba por abandonarles. Pudiendo incluso hacerles sentir un despojo igual que la persona que les ha provocado.
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien agradezco el ejemplar en digital, permitiéndome así conocer su pluma. Y a su vez, permitiéndome también compartir mis impresiones con vosotros.
Si sois amantes del thriller, estad pendientes porque justo ese es el género de la novela de la que os vengo a hablar hoy. Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria del blog y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Los despojos de la ira de Estela Melero.
SINOPSIS
Hay tragedias que suceden en unos segundos, pero duelen toda una vida. Una mujer desaparece de su casa en la zona del Mercado de Colón en Valencia. La inspectora Victoria Cuevas y el subinspector Álvaro Ferrer acuden al aviso y encuentran un escenario grotesco. Comienzan una investigación en la que la apariencias, los secretos y los prejuicios empañan la verdad. Personas que ocultan secretos que podrían resolver todos los enigmas. En otra línea temporal, íntima y desoladora, Eva narra, llena de dolor, la tragedia de la que fue víctima unos meses atrás. ¿Cuánto tiempo puede vivir una madre sin su hijo?¿Cuánta ira puede despertar ese dolor?¿Qué es la ira, sino una pasión capaz de dejar despojos a su paso?
OPINIÓN
Ha sido una sorpresa agradable esta novela, sobre todo porque, y aunque sé que esto puede parecer extraño, he estado muy perdida a lo largo y ancho de todo lo que sucede en la novela. Y es que nunca supe por dónde podían venir los aires.
En Los despojos de la ira, conoceremos dos historias paralelas en las que todo está relacionado de un modo milimétrico, pero que es solo al final de la historia cuando nos daremos cuenta de hasta qué punto es así. Y además de eso, hay varios temas que se desarrollan y que son bastante interesantes.
Como por ejemplo, que toda acción tiene su consecuencia y que por tanto, tenemos que pensar muy y mucho qué hacer y cómo hacerlo porque, a pesar incluso de que nuestras intenciones sean buenas, podremos causar mucho daño a la otra persona. De ahí la importancia de la comunicación también.
Pero relacionado con esto, lo relaciona con la acción planeada al milímetro. Y eso no es otra cosa que, la venganza. La venganza que también pertenece al campo de la psique y que por tanto, cada persona la entiende de manera habitual. Pero, que tampoco podemos o debemos pretender que esta sea el motor único de nuestras vidas porque, si así sucede raya en la obsesión. Y ya sabemos qué tan malas son todas y cada una de ellas.
Aunque, he de decir que, en este caso, y si bien no soy partidaria de tomarse la justicia por nuestra mano, la realidad es que entiendo las motivaciones del personaje. Amén de que ese síndrome de Estocolmo que ella se empeñaba en negar pero que era evidente ha estado muy bien desarrollado a lo largo de toda la novela.
Apela también a sentimientos como la maternidad o la paternidad a lo largo de las páginas de la misma, desde puntos diferentes. Otorgando así ese toque enriquecedor.
Porque evidentemente la paternidad no es sencilla, pero no puede estandarizarse y aplicarse del mismo modo a todos nuestros hijos, sino que tenemos que respetar su individualidad y conseguir así que sean felices, el cual ha de ser el objetivo que todos debemos alcanzar en nuestras vidas. Y eso, que parece sencillo, en ocasiones no es, porque, sin darse cuenta, les presionan y al mismo tiempo, se convierten en el espejo en que mirarse . De ahí que, en muchas ocasiones, no todos los hijos son capaces de soportar la presión de ser "el heredero", como bien le sucede a Nacho, uno de los protagonistas.
Todo ello es fruto de esa idealización como sinónimos de perfección, que es inexistente y por eso, tratar de empeñarnos por perseguirla incansablemente, provocará tristeza al ser conscientes a posteriori por haber perdido un tiempo valioso de vida y también, rabia no haber alcanzado nuestro objetivo.
Pero también juega muy bien con la idea de que padre se hace y no se nace. Y por eso, el mero hecho de compartir un vínculo sanguíneo con otra persona no conlleva el brote o el surgimiento instantáneo del amor entre los implicados. No es así. Al igual que el resto de relaciones importantes de nuestras vidas, tenemos que darle la importancia que merecen. Y cuidarlas a diario.
De ahí que yo piense que, al final, el padre de Nacho sabe que, en el fondo, no lo ha hecho del todo bien desde el punto de vista familiar y por eso, se desquita y suple los errores cuidando a Bibi como si de su propia hija se tratase. Y con esto, la autora critica el modo de vida contemporáneo porque, estamos empeñados en el éxito en el campo del trabajo. Y solo ese es el aspecto que usamos como vara de medir para considerarnos como exitosos, cuando no es así y por eso, la verdadera riqueza de nuestras vidas se halla en las pequeñas cosas de la mismas.
Una metáfora que, a su vez está muy bien traída porque, algunas de las víctimas gozan de una buena posición social. Hasta la propia inspectora, demostrando a su vez que las apariencias engañan y que por eso, antes de juzgar u opinar al respecto de los demás, debemos conocer su propia historia. Podríamos sorprendernos, para bien.
Con todo ello, lo que se extrae es que, si no somos felices, no vivimos, sobrevivimos. Dos verbos que suelen ser confundidos de manera bastante habitual, pero que distan mucho de ser similares. Y será precisamente la diferencia la que nos ayude a encontrar esa felicidad que todos merecemos y poder salir así de la cárcel de oro en la que estamos viviendo. Una vez más, Nacho es quien mejor lo encarna porque, aparentemente lo tiene todo, pero en realidad no es nada feliz. Y entre unos y otros, poco a poco le van minando la felicidad y la autoestima así como la sensación de ser válido.
También me ha gustado mucho la crítica al machismo de nuestra sociedad en lo que al doble rasero al respecto de determinados aspectos, comportamientos y actitudes. Sobre todo si el género de la persona implicada es femenina o masculina. Y más si tiene que ver con las relaciones sexuales. Porque, pretendemos ir de liberales, y la realidad es que no lo somos tanto.
Aquí, por eso, el personaje de Pilar lo ejemplifica muy bien porque, tras enviudar y alcanzar una edad madura, está disfrutando plenamente de su sexualidad. Para escándalo y horror de todos los que le rodean. Y especialmente de las mujeres, lo cual dice mucho también al respecto de la sororidad.
Inexistente en más de un caso, sobre todo cuando hay hombres de por medio, ya que nos consideramos más enemigas que amigas, cuando la realidad es que tendríamos que comportarnos justo al revés. El mundo sería entonces un lugar mucho mejor para todos.
Además de eso, también lo relaciona con el edadismo, lo cual es muy interesante y, de nuevo, vuelve a criticar a la sociedad al respecto de un pensamiento común que tenemos al respecto de las mujeres, las cuales, al parecer, al alcanzar una determinada edad, parece que se convierten en invisibles e inútiles. Y no es así.
Un segundo tema interesante que se desarrolla en esta novela es el hecho de que somos herederos de nuestro pasado, el cual nos define, pero que no tiene por qué hacerlo para siempre. Porque un error tampoco nos define como personas, más si hay voluntad de cambio por nuestra parte. De ahí que, una vez más, seamos más benevolentes y sobre todo, reflexivos al respecto de lo que decimos de los demás.
Porque la importancia de las palabras es otro de los grandes temas de esta novela, cuya potencia es mucho mayor de lo que podríamos pensar. Porque sus efectos son mucho más prolongados en el tiempo, así como sus efectos mucho más invisibles. De ahí que tengamos que aprender a usarlas mucho mejor.
Y con esto también se pone el foco en los secretos, porque son mucho más difíciles de guardar de lo que podríamos pensar a priori. Y por eso, no todo el mundo está preparado o es bueno guardándolos. Relacionando así este comportamiento con la confianza, la cual ha de ser uno de los pilares básicos de cualquier relación, independientemente de su tipología.
Junto a ello, también hace alusión al daño que hace la ausencia de comunicación, sobre todo porque la verdad siempre terminará por salir a la luz. Es más, suele hacerlo en el momento menos oportuno y por tanto, provocando así mucho más dolor y daño a quienes están a su alrededor. Pudiendo incluso, cambiarnos la vida.
Y por último, en esta novela hay mucho amor. Sano y tóxico.
Sí que es cierto que, en lo que respecta al amor sano entre dos personajes, no estoy de acuerdo en el modo en que desarrolla. Porque yo, no estoy a favor de una infidelidad, ya que se rompe esa confianza en la pareja de la que he hablado antes y que tan importante me parece. Especialmente porque, en el caso del afectado, queda bastante claro qué es lo que tiene que hacer para ser feliz.
Porque, tenemos que tener claro que, para poder querer bien a los demás, debemos querernos bien a nosotros mismos. Y por eso, tenemos que ponernos siempre como prioridad. A pesar incluso de que eso suponga que tengamos que poner distancia de personas cercanas a nosotros, familiares incluso, y que habíamos entendido que aportaban algún beneficio a nuestras vidas cuando no era así.
Eso sí, hay un aspecto que sí que tengo que decir que es positivo al respecto de la historia de amor. Y es que los miembros de la pareja se mejoran mutuamente el uno al otro. Y esa sí que tiene que ser una característica básica y fundamental para que una relación sea positiva y beneficiosa para nosotros mismos.
Y a su vez, esta infelicidad personal puede enlazarse también con el amor tóxico. Y por ello, conviene recordar que, ninguna obsesión es buena. Y por eso, la que tiene que ver con el amor, tampoco. Por eso, tenemos que aprender a distinguir el uno del otro. Pero a su vez, incide en que tenemos que aclarar el momento en que ya no tenemos sentimientos de cariz romántico hacia el otro, ya que prolongar una relación inexistente, a la larga lo que terminará por provocar será más perjuicio que beneficio.
Este tipo de toxicidad, para concluir, sirve de ejemplo de hasta qué punto sentimos amor por el poder y cómo este también puede ser tan tóxico que nos deja ciegos con su brillo y la potencia de su luz tan poderosa que nos lleva a hacer de todo, eliminado de nuestro camino a quien pueda convertirse en un problema o un obstáculo hasta llegar al final. No solo con tal de conseguirlo, sino para provocar que esté con nosotros el mayor tiempo posible. Llevando, una vez más, a lo peligrosas que son las obsesiones.
Al respecto de la novela en sí, he de dar la enhorabuena a la autora porque ha jugado todo lo que ha querido no solo con la inspectora responsable del caso, también lo ha hecho conmigo. Porque jamás hubiera imaginado quién se escondía tras la identidad de los villanos en la historia.
Y a su vez, sin ser yo muy violenta, puedo entender los motivos por los cuales sentían ira, pero también, la sensación de vació y soledad cuando, la instantaneidad del sentimiento terminaba por abandonarles. Pudiendo incluso hacerles sentir un despojo igual que la persona que les ha provocado.
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!
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