Nacida de Venus de Sònia Lleonart Dormua
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con editorial Grijalbo, a quienes agradezco el envío del ejemplar enormemente y así poder colaborar juntos la primera vez.
En este caso, voy a ser sincera y he de decir que, esta novela llamó mi atención desde el momento en que la vi por redes publicada en catalán y, en mi fuero interno, pedía que se tradujera al español porque, Florencia es mi casa y por eso, cualquier novela que esté ambientada allí me permite regresar a ella una y otra y otra vez.
Además de eso, entre mis pinturas preferidas está El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli, la cual tuve la suerte de poder disfrutar en mi primera visita a los Uffizzi sin que la sala estuviera abarrotaa de gente y por tanto, poder apreciar más o menos todos los detalles y mensajes ocultos que esta narra. Como sabéis, yo soy mucho de portadas y, por eso, en cuanto vi a la preciosa Simonetta en ella, me dije a mí misma que sí o sí tenía que leer esta historia.
Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria - que me ha salido pelín extensa - y y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Nacida de Venus de Sònia Lleonart Dormua.
SINOPSIS
Tres historias de amor unidas en el tiempo por la obra de Sandro Botticelli y un secreto que podría cambiarlo todo.
Un apasionante retrato de la Florencia del Renacimiento y de una de las familias más poderosas que ha existido jamás: los Médici.
Florencia, 1510. En el lecho de muerte, el gran maestro Sandro Botticelli le pide a su confesor que entregue un mensaje y un cuadro inédito al hijo de su musa, la hermosa Simonetta Vespucci. Pero el sacerdote no cumplirá su promesa y el lienzo jamás llegará a su destino.
Barcelona, 2023. Carla, una joven licenciada en Bellas Artes que trabaja como restauradora, recibe una propuesta para ser subcomisaria en una exposición sobre Botticelli en la galería de los Uffizi. Después de sufrir un desengaño amoroso decide marcharse a Florencia, la tierra de su abuela materna, donde conocerá a un venerable conde italiano y terminará envuelta en la búsqueda del cuadro perdido. La aventura la llevará a descubrir su verdadera esencia y un secreto que ha permanecido oculto durante siglos.
Pasión, misterio y fascinación por la belleza se dan cita en este deslumbrante debut literario que nos acerca a uno de los momentos más sublimes de la historia del arte.
OPINIÓN
Antes de proceder con la opinión propiamente dicha, he de decir que la lectura de este libro es muy ágil y fluida, pero no es sorprendente. Porque, con la inclusión de esas tres historias narradas de manera paralela, casi desde el principio - o al menos, ese fue mi caso - el lector puede imaginarse cuáles van a ser los derroteros y los acontecimientos que sucederán.
Aunque, eso no es excluyente de que se reduzcan las ganas de continuar con la lectura. Y es más, he de añadir que sí que hubo alguna que otra sorpresa incluida en las mismas.
Junto a ello, con la introducción de esas historias paralelas, la autora juega muy bien con la idea de que, la vida es una cadena y por eso, adaptadas a las circunstancias en las que cada uno de los personajes vive, la situación se repite.
Además de eso, hay mucho amor entre las páginas de novela, pero también se extrae y subyace la admiración que esta siente no solo por el período histórico artístico del Renacimiento italiano, sino por la propia figura del artista. Quien, si bien no es un personaje muy activo en ninguna de las tres tramas narrativas temporales, sí que es cierto que subyace durante todas y cada una de las páginas del libro. Recurso un tanto complejo que ha superado con creces.
Por otra parte, me ha gustado que esta sea una novela muy femenina. Porque, es cierto que hay muchos personajes masculinos con un relativo peso en la historia. Sin embargo, son Simonetta, Graziela y Carla los ejes pivotantes alrededor de lo cual se desencadenan los acontecimientos. Y en el caso de Simonetta, me ha gustado que le haya dado un giro de tuerca al poner en el foco no en el artista, pero sí en su musa.
Una musa que, sin tener una participación muy activa en su parte de la trama, deja huella. Y que, a su vez, sirve para introducir uno de los amores presentes en la novela; el amor platónico, prácticamente heredado del amor cortés medieval Y cómo este amor en ocasiones debe tomarse como punto de referencia para el amor romántico ya que, la musa inspiradora sacaba la mejor versión del artista. Que es justo lo que debe hacer la persona de la que estamos enamorados.
Además de eso, también la usa para poner de relieve cómo era la vida en la Florencia de la época - nada sencilla - desde el punto de vista de lo cotidiano y sobre todo, de lo político. Poniendo el foco por eso, en aspectos que, a día de hoy pueden parecernos muy normales o lógicos, pero que en aquel momento no lo eran tanto, como los matrimonios por amor. Detalle que se ha seguido repitiendo prácticamente hasta no hace mucho tiempo. Así, podemos entender muy bien por qué obras como Romeo y Julieta sigan teniendo la misma vigencia hoy día. O que el autor no tuviera que realizar un enorme esfuerzo para inspirarse en tan trágico amor.
Y refleja muy bien cómo, a pesar de que tengamos todo en la vida, si no hay amor, no estaremos del todo completos. Y por ende, seremos infelices.
Incluso otros aspectos como la "endogamia social" aún hoy corren a sus anchas por nuestro modo de comportarnos y relacionarnos porque, el clasismo sigue siendo muy potente y fuerte en nuestro imaginario colectivo. De ahí que, por desgracia, aún pensemos que, el estatus económico o la familia en la que hemos nacido es la que nos define y por tanto, convendrá así relacionarnos o no de un modo más o menos directo con personas que son similares a nosotros.
Craso error. No solo porque la diferencia enriquece y no tiene por qué separar, sino porque además, cuanto mas diferentes a nosotros mismos sean las personas que nos rodean, más ricos seremos. Sobre todo, porque todas las profesiones y estudios son exactamente igual de importantes.
Este detalle me sirve a mí para relacionarlo con otro tipo de amor bien presente y repetido en la novela. El del amor al arte, un campo de estudios bastante denostado, precisamente porque pertenece al campo de lo humanístico y, como aún hoy se piensa que los estudios científicos son los que realmente son "útiles", todo aquello que no le pertenezca, es considerado de menor categoría. Y nada que ver.
Porque el arte también puede considerarse que pertenece al campo de la psique y como tal, enriquece el alma. Amén de que no todo el mundo tiene ni las condiciones ni la suficiente maestría como para ponerse a pintar un cuadro y que le salga bien. Además de que, esta subestimación es bastante errónea porque el arte - incluyendo así también a la literatura - es muy sutil e inteligente y por eso, se puede convertir en una arma e instrumento de denuncia acerca de aquellos aspectos de la sociedad del momento que no son del todo brillantes o positivos a destacar. De ahí que, por eso, haya sido víctima una y otra y otra vez de desprestigio y sobre todo, de desapariciones cuando no, de eliminación total.
Y es muy triste porque el lector que realmente la aprecie en cualquiera de sus expresiones, se da cuenta y es consciente a posteriori del enorme caudal y cantidad de conocimientos y obras artísticas perdidas por haberla usado también como arma arrojadiza o advertencia acerca de cómo no hay utilizarla.
Un mal uso o comportamiento que, en la contemporaneidad se indica con las falsificaciones o con el mercado negro, el cual rechazo de pleno. Porque yo considero que el arte es un tesoro de la humanidad que hay que compartir y por tanto, convertirlo en accesible para todos.
Sin embargo, no todo el mundo piensa así y por eso, con la picadura venenosa del amor por el poder y el dinero, hay personas dispuestas a todo con tal de conseguir ese poder asociado a las actividades ilegales. Es muy fácil caer por tanto en la tentación de un amor tan tóxico como es este.
Así que, no sé vosotros, pero si esto no es considerarla como importante, no sé yo qué podría hacer.
En este caso además, la inclusión e importancia del arte ha sido muy inteligente porque ha realizado una metáfora bastante inteligente entre esta y los tipos de amor que se han incluido en las páginas de la novela. Pero, es más, también de cuáles son los pasos y etapas de una relación sentimental y su enamoramiento. Así descubrimiento, cuidado, atracción, mimo repulsión o incluso, fascinación son palabras que pueden aplicarse tanto a una como a otra.
Incluso diré que mi mensaje favorito transmitido a través del arte no es otro que no se puede plantar batalla al amor, ya que siempre terminaremos perdiendo la batalla. No voy a decir por qué, pero el lector que se aventure en sus páginas, entenderá de lo que hablo.
La autora lanza una advertencia también acerca de que, si bien conviene arriesgarse, toda acción tiene su consecuencia. Y, a su vez, también da la importancia que las palabras tienen porque, queda demostrado que, no importa el tiempo que pase, la verdad siempre terminará por salir a la luz. De ahí que en muchos casos, los secretos, y sobre todo, tratar de mantener que sigan así, será la motivación vital de más de uno de los personajes. Sobre todo, porque no conviene que la cosa cambie.
En este sentido como he dicho anteriormente, intuí el secreto más o menos casi desde el primer tercio de la novela. Sin embargo, tan poco acostumbrada como estoy a acertar los hechos que suceden en una novela, que me sorprendí a mí misma al darme cuenta de que esta vez no había suposiciones erradas.
Hay otros amores como por ejemplo el amor entre los miembros de una familia.
Y en este caso, el conde es quien mejor define que no siempre el amor entre los miembros de una familia es del todo sano. Al contrario, en más de una ocasión es más tóxico y negativo que positivo. Especialmente en aquellas ocasiones en las que, pensamos que, por hacer querer un bien, a la larga, lo que estamos provocando es un mal a nuestro familiar. Porque querer bien es desear que sean felices y, de ahí que tengamos que respetar su individualidad.
Pero también se habla del amor que se crea forjando lazos con la familia que se escoge. Y sobre todo, cómo, en más de un caso, esos amigos son la persona refugio y la persona a quien recurrir en caso de necesidad. Por eso, no tenemos que renegar de su aparición o llegada a nuestras vidas y sí aceptar su presencia y la riqueza que su diferencia de nosotros mismos nos aporta. De ahí que me ha gustado mucho la relación tanto con quien fue su profesor de Erasmus, pero sobre todo, la especial complicidad con el conde. Amén de que, he de decir que, en este caso, sí que me sorprendió la revelación final al respecto de los motivos por los cuales no dejaban de mencionar a Graziela al referirse a Carla.
Junto a ello además, también me ha gustado que, con este triángulo amoroso, se haga referencia a la importancia que tiene poder cerrar círculos para continuar con nuestras vidas. Y, una vez más, poder ser felices de este modo.
Este cierre de capítulos lo asocia también con Max, recordando la importancia así de los primeros amores de nuestras vidas. Y sobre todo, que no hay que hacer de menos a las historias de amor vividas, porque todas son importantes. A su vez, que idealizar tiene sus riesgos y que no podemos vivir anclados en el pasado porque, el amor, al igual que el ser humano que lo siente, evoluciona o muta. Y que idealizar no es otra cosa que perfección, la cual no existe.
Por último, he de decir que, por supuesto, un amor sano es aquel que siempre saca la mejor versión de nosotros mismos, pero que tampoco hay que convertirlo en el eje pivotante de nuestra existencia ni aferrarnos a él como si de un bote salvavidas se tratase, ya que tampoco es así. En este sentido, Álex ejemplifica muy bien cuán fácil es dar el paso más allá entre buen amor y obsesión. Y sobre todo, me ha caído fatal su comportamiento de perro del hortelano, porque en mi opinión, así no se trata a una persona de la que supuestamente estás enamorado.
Aunque, sin querer ejercer de abogado del diablo, en cierto modo, es un fiel reflejo de sus circunstancias y por eso, también demuestra el enorme peso que tienen las circunstancias en las que hemos sido criados para entender y aplicar comportamientos y actitudes que distan bastante de ser sanas, pero que las tenemos tan metidas dentro de nosotros, que las vemos como tal.
No puedo no concluir sin la subtrama en cierto modo misteriosa que se incluye en esta novela y que es la que incluye esa revelación que, a mí me dejó bastante asombrada por supuesto. Y tampoco puedo concluir esta opinión sin decir que, creo que los acontecimientos se suceden de manera demasiado precipitada a partir del último tercio de la historia. Entiendo que pueda ser para darle un mayor ritmo narrativo, pero, me hubiera gustado que, en algunos aspectos se hubiera profundizado mucho más. Y sobre todo, el final.
Si bien estoy de acuerdo con la elección que Carla hace, priorizándose y poniendo como lo más alto en su pirámide de la felicidad el amor propio, en mi caso, es demasiado abrupto. Y me hubiera gustado leer un epílogo con algún indicio extra al respecto de cómo es el futuro de los personajes. O sobre todo si, como finalmente espero que así sea, Venus haya triunfado sobre Marte.
¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!
¡Nos leemos pronto!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con editorial Grijalbo, a quienes agradezco el envío del ejemplar enormemente y así poder colaborar juntos la primera vez.
En este caso, voy a ser sincera y he de decir que, esta novela llamó mi atención desde el momento en que la vi por redes publicada en catalán y, en mi fuero interno, pedía que se tradujera al español porque, Florencia es mi casa y por eso, cualquier novela que esté ambientada allí me permite regresar a ella una y otra y otra vez.
Además de eso, entre mis pinturas preferidas está El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli, la cual tuve la suerte de poder disfrutar en mi primera visita a los Uffizzi sin que la sala estuviera abarrotaa de gente y por tanto, poder apreciar más o menos todos los detalles y mensajes ocultos que esta narra. Como sabéis, yo soy mucho de portadas y, por eso, en cuanto vi a la preciosa Simonetta en ella, me dije a mí misma que sí o sí tenía que leer esta historia.
Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria - que me ha salido pelín extensa - y y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Nacida de Venus de Sònia Lleonart Dormua.
SINOPSIS
Tres historias de amor unidas en el tiempo por la obra de Sandro Botticelli y un secreto que podría cambiarlo todo.
Un apasionante retrato de la Florencia del Renacimiento y de una de las familias más poderosas que ha existido jamás: los Médici.
Florencia, 1510. En el lecho de muerte, el gran maestro Sandro Botticelli le pide a su confesor que entregue un mensaje y un cuadro inédito al hijo de su musa, la hermosa Simonetta Vespucci. Pero el sacerdote no cumplirá su promesa y el lienzo jamás llegará a su destino.
Barcelona, 2023. Carla, una joven licenciada en Bellas Artes que trabaja como restauradora, recibe una propuesta para ser subcomisaria en una exposición sobre Botticelli en la galería de los Uffizi. Después de sufrir un desengaño amoroso decide marcharse a Florencia, la tierra de su abuela materna, donde conocerá a un venerable conde italiano y terminará envuelta en la búsqueda del cuadro perdido. La aventura la llevará a descubrir su verdadera esencia y un secreto que ha permanecido oculto durante siglos.
Pasión, misterio y fascinación por la belleza se dan cita en este deslumbrante debut literario que nos acerca a uno de los momentos más sublimes de la historia del arte.
OPINIÓN
Antes de proceder con la opinión propiamente dicha, he de decir que la lectura de este libro es muy ágil y fluida, pero no es sorprendente. Porque, con la inclusión de esas tres historias narradas de manera paralela, casi desde el principio - o al menos, ese fue mi caso - el lector puede imaginarse cuáles van a ser los derroteros y los acontecimientos que sucederán.
Aunque, eso no es excluyente de que se reduzcan las ganas de continuar con la lectura. Y es más, he de añadir que sí que hubo alguna que otra sorpresa incluida en las mismas.
Junto a ello, con la introducción de esas historias paralelas, la autora juega muy bien con la idea de que, la vida es una cadena y por eso, adaptadas a las circunstancias en las que cada uno de los personajes vive, la situación se repite.
Además de eso, hay mucho amor entre las páginas de novela, pero también se extrae y subyace la admiración que esta siente no solo por el período histórico artístico del Renacimiento italiano, sino por la propia figura del artista. Quien, si bien no es un personaje muy activo en ninguna de las tres tramas narrativas temporales, sí que es cierto que subyace durante todas y cada una de las páginas del libro. Recurso un tanto complejo que ha superado con creces.
Por otra parte, me ha gustado que esta sea una novela muy femenina. Porque, es cierto que hay muchos personajes masculinos con un relativo peso en la historia. Sin embargo, son Simonetta, Graziela y Carla los ejes pivotantes alrededor de lo cual se desencadenan los acontecimientos. Y en el caso de Simonetta, me ha gustado que le haya dado un giro de tuerca al poner en el foco no en el artista, pero sí en su musa.
Una musa que, sin tener una participación muy activa en su parte de la trama, deja huella. Y que, a su vez, sirve para introducir uno de los amores presentes en la novela; el amor platónico, prácticamente heredado del amor cortés medieval Y cómo este amor en ocasiones debe tomarse como punto de referencia para el amor romántico ya que, la musa inspiradora sacaba la mejor versión del artista. Que es justo lo que debe hacer la persona de la que estamos enamorados.
Además de eso, también la usa para poner de relieve cómo era la vida en la Florencia de la época - nada sencilla - desde el punto de vista de lo cotidiano y sobre todo, de lo político. Poniendo el foco por eso, en aspectos que, a día de hoy pueden parecernos muy normales o lógicos, pero que en aquel momento no lo eran tanto, como los matrimonios por amor. Detalle que se ha seguido repitiendo prácticamente hasta no hace mucho tiempo. Así, podemos entender muy bien por qué obras como Romeo y Julieta sigan teniendo la misma vigencia hoy día. O que el autor no tuviera que realizar un enorme esfuerzo para inspirarse en tan trágico amor.
Y refleja muy bien cómo, a pesar de que tengamos todo en la vida, si no hay amor, no estaremos del todo completos. Y por ende, seremos infelices.
Incluso otros aspectos como la "endogamia social" aún hoy corren a sus anchas por nuestro modo de comportarnos y relacionarnos porque, el clasismo sigue siendo muy potente y fuerte en nuestro imaginario colectivo. De ahí que, por desgracia, aún pensemos que, el estatus económico o la familia en la que hemos nacido es la que nos define y por tanto, convendrá así relacionarnos o no de un modo más o menos directo con personas que son similares a nosotros.
Craso error. No solo porque la diferencia enriquece y no tiene por qué separar, sino porque además, cuanto mas diferentes a nosotros mismos sean las personas que nos rodean, más ricos seremos. Sobre todo, porque todas las profesiones y estudios son exactamente igual de importantes.
Este detalle me sirve a mí para relacionarlo con otro tipo de amor bien presente y repetido en la novela. El del amor al arte, un campo de estudios bastante denostado, precisamente porque pertenece al campo de lo humanístico y, como aún hoy se piensa que los estudios científicos son los que realmente son "útiles", todo aquello que no le pertenezca, es considerado de menor categoría. Y nada que ver.
Porque el arte también puede considerarse que pertenece al campo de la psique y como tal, enriquece el alma. Amén de que no todo el mundo tiene ni las condiciones ni la suficiente maestría como para ponerse a pintar un cuadro y que le salga bien. Además de que, esta subestimación es bastante errónea porque el arte - incluyendo así también a la literatura - es muy sutil e inteligente y por eso, se puede convertir en una arma e instrumento de denuncia acerca de aquellos aspectos de la sociedad del momento que no son del todo brillantes o positivos a destacar. De ahí que, por eso, haya sido víctima una y otra y otra vez de desprestigio y sobre todo, de desapariciones cuando no, de eliminación total.
Y es muy triste porque el lector que realmente la aprecie en cualquiera de sus expresiones, se da cuenta y es consciente a posteriori del enorme caudal y cantidad de conocimientos y obras artísticas perdidas por haberla usado también como arma arrojadiza o advertencia acerca de cómo no hay utilizarla.
Un mal uso o comportamiento que, en la contemporaneidad se indica con las falsificaciones o con el mercado negro, el cual rechazo de pleno. Porque yo considero que el arte es un tesoro de la humanidad que hay que compartir y por tanto, convertirlo en accesible para todos.
Sin embargo, no todo el mundo piensa así y por eso, con la picadura venenosa del amor por el poder y el dinero, hay personas dispuestas a todo con tal de conseguir ese poder asociado a las actividades ilegales. Es muy fácil caer por tanto en la tentación de un amor tan tóxico como es este.
Así que, no sé vosotros, pero si esto no es considerarla como importante, no sé yo qué podría hacer.
En este caso además, la inclusión e importancia del arte ha sido muy inteligente porque ha realizado una metáfora bastante inteligente entre esta y los tipos de amor que se han incluido en las páginas de la novela. Pero, es más, también de cuáles son los pasos y etapas de una relación sentimental y su enamoramiento. Así descubrimiento, cuidado, atracción, mimo repulsión o incluso, fascinación son palabras que pueden aplicarse tanto a una como a otra.
Incluso diré que mi mensaje favorito transmitido a través del arte no es otro que no se puede plantar batalla al amor, ya que siempre terminaremos perdiendo la batalla. No voy a decir por qué, pero el lector que se aventure en sus páginas, entenderá de lo que hablo.
La autora lanza una advertencia también acerca de que, si bien conviene arriesgarse, toda acción tiene su consecuencia. Y, a su vez, también da la importancia que las palabras tienen porque, queda demostrado que, no importa el tiempo que pase, la verdad siempre terminará por salir a la luz. De ahí que en muchos casos, los secretos, y sobre todo, tratar de mantener que sigan así, será la motivación vital de más de uno de los personajes. Sobre todo, porque no conviene que la cosa cambie.
En este sentido como he dicho anteriormente, intuí el secreto más o menos casi desde el primer tercio de la novela. Sin embargo, tan poco acostumbrada como estoy a acertar los hechos que suceden en una novela, que me sorprendí a mí misma al darme cuenta de que esta vez no había suposiciones erradas.
Hay otros amores como por ejemplo el amor entre los miembros de una familia.
Y en este caso, el conde es quien mejor define que no siempre el amor entre los miembros de una familia es del todo sano. Al contrario, en más de una ocasión es más tóxico y negativo que positivo. Especialmente en aquellas ocasiones en las que, pensamos que, por hacer querer un bien, a la larga, lo que estamos provocando es un mal a nuestro familiar. Porque querer bien es desear que sean felices y, de ahí que tengamos que respetar su individualidad.
Pero también se habla del amor que se crea forjando lazos con la familia que se escoge. Y sobre todo, cómo, en más de un caso, esos amigos son la persona refugio y la persona a quien recurrir en caso de necesidad. Por eso, no tenemos que renegar de su aparición o llegada a nuestras vidas y sí aceptar su presencia y la riqueza que su diferencia de nosotros mismos nos aporta. De ahí que me ha gustado mucho la relación tanto con quien fue su profesor de Erasmus, pero sobre todo, la especial complicidad con el conde. Amén de que, he de decir que, en este caso, sí que me sorprendió la revelación final al respecto de los motivos por los cuales no dejaban de mencionar a Graziela al referirse a Carla.
Junto a ello además, también me ha gustado que, con este triángulo amoroso, se haga referencia a la importancia que tiene poder cerrar círculos para continuar con nuestras vidas. Y, una vez más, poder ser felices de este modo.
Este cierre de capítulos lo asocia también con Max, recordando la importancia así de los primeros amores de nuestras vidas. Y sobre todo, que no hay que hacer de menos a las historias de amor vividas, porque todas son importantes. A su vez, que idealizar tiene sus riesgos y que no podemos vivir anclados en el pasado porque, el amor, al igual que el ser humano que lo siente, evoluciona o muta. Y que idealizar no es otra cosa que perfección, la cual no existe.
Por último, he de decir que, por supuesto, un amor sano es aquel que siempre saca la mejor versión de nosotros mismos, pero que tampoco hay que convertirlo en el eje pivotante de nuestra existencia ni aferrarnos a él como si de un bote salvavidas se tratase, ya que tampoco es así. En este sentido, Álex ejemplifica muy bien cuán fácil es dar el paso más allá entre buen amor y obsesión. Y sobre todo, me ha caído fatal su comportamiento de perro del hortelano, porque en mi opinión, así no se trata a una persona de la que supuestamente estás enamorado.
Aunque, sin querer ejercer de abogado del diablo, en cierto modo, es un fiel reflejo de sus circunstancias y por eso, también demuestra el enorme peso que tienen las circunstancias en las que hemos sido criados para entender y aplicar comportamientos y actitudes que distan bastante de ser sanas, pero que las tenemos tan metidas dentro de nosotros, que las vemos como tal.
No puedo no concluir sin la subtrama en cierto modo misteriosa que se incluye en esta novela y que es la que incluye esa revelación que, a mí me dejó bastante asombrada por supuesto. Y tampoco puedo concluir esta opinión sin decir que, creo que los acontecimientos se suceden de manera demasiado precipitada a partir del último tercio de la historia. Entiendo que pueda ser para darle un mayor ritmo narrativo, pero, me hubiera gustado que, en algunos aspectos se hubiera profundizado mucho más. Y sobre todo, el final.
Si bien estoy de acuerdo con la elección que Carla hace, priorizándose y poniendo como lo más alto en su pirámide de la felicidad el amor propio, en mi caso, es demasiado abrupto. Y me hubiera gustado leer un epílogo con algún indicio extra al respecto de cómo es el futuro de los personajes. O sobre todo si, como finalmente espero que así sea, Venus haya triunfado sobre Marte.
¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!
¡Nos leemos pronto!
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