La otra hermana Bennet de Janice Hadlow

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la editorial, 
Libros de Seda, a la que agradezco el envío del ejemplar en físico. Y también, una vez más, la confianza en mí para que les dé mi opinión al respecto de una de sus obras publicadas.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de La otra hermana Bennet escrito por Janice Hadlow:

SINOPSIS

Mary es el patito feo de las cinco hermanas Bennet. ¿Qué pasaría si su vida tomara un rumbo distinto al que Jane Austen trazó para ella en Orgullo y prejuicio. Janice Hadlow lo recrea en esta deliciosa historia para las amantes del «qué pasó después».
Mary es la fea, la intelectual frustrada de la familia Bennet, la hija marginada, la jovencita que se refugia en sus libros… ¿Tendrá algún futuro entre sus hermanas, todas más bonitas y más seguras de sí mismas que ella? En última instancia, su viaje en esta historia será como el de todas las heroínas de Jane Austen: aprenderá que la alegría solo estará a su alcance cuando descubra y acepte quién es en realidad. Para eso, Mary tendrá que deshacerse de las falsas expectativas y de las ideas erróneas que, en conjunto, han acabado por oscurecer su vida e impedido que sea feliz. Solo cuando lo logre, alcanzará la realización personal y sabrá que, para ella, también hay algo. Algo que no va de tierras o grandes casas. Porque ella, también, es digna de amar y ser amada.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, tengo que hacer dos cosas. Y ambas tienen que ver con la autora. La primera, por supuesto, darle las gracias por contar qué pasó después de la obra de Orgullo y Prejuicio, y al mismo tiempo, aplaudir su valentía, porque creo que no todo el mundo se hubiera atrevido a dar ese paso. Sobre todo por la tremenda legión de Janeites o Austenitas en el mundo. Y claro, ahí es donde está la dificultad. Escribir hoy una novela que esté a la altura de las obras de la autora original, que sean respetuosas y coherentes con el texto que les sirve de base y sobre todo, que guste. Y según mi opinión de ignorante ilustrada, aquí se confirma que el mundo es para los valientes y que a la autora le ha salido muy bien la jugada. Porque todos esos objetivos están conseguidos.

En este comentario inicial por tanto, también he darle las gracias a la editorial por traducirlo al castellano y permitir así que las apasionadas de Jane también podamos disfrutar de esta lectura... antes de poder comprobar si la adaptación para televisión de la misma estará a la altura.
Lo cierto es que, hablando de la adaptación, la noticia no me sorprende. No solo porque el año que viene es el aniversario de la publicación de Orgullo y Prejuicio, libro que sirve de base para una de las partes de esta novela. Y por eso, me parece un homenaje diferente y como tal, meritorio. Pero es que Jane y todo su magnífico universo nunca pasan de moda. Y junto a todo ello, en mi caso, he de admitir que no me supuso ningún problema imaginarlo como si de una película o una serie de tratase. Así de visual es la manera de narrar que tiene Janice.

Por otra parte, es cierto que la autora es valiente... hasta cierto punto. Porque, evidentemente, por mucho que se hayan puesto de modas los retellings y universos alternativos, hay personajes que son universales, inconmensurables y por tanto, no es muy conveniente el hecho de tratar de acercarse a ellos y/o modificar mucho lo que les sucede en la historia original. Así que dicho de otro modo, no te metas con mi Darcy o con Lizzie. Son, parafraseando al otro gran señor Darcy de la cultura del entretenimiento <<Perfectos, tal cual son>>.

Además, he de confesar que, aunque atípica y por tanto, sorprendente, me ha gustado que se haya decantado pro Mary como la protagonista indiscutible de esta novela. Porque, la realidad es que queda opacada en la novela original al ser tan coral. Y por lo tanto, pasa desapercibida. Lo cual, a su vez, abona el campo para tener mucha más libertad acerca de poder imaginar qué le sucedió en la vida. Amén de que, permite completar la historia y conocerla desde otro punto de vista. Y por tanto, da así la posibilidad a otros personajes mucho más famosos a que actúen e interactúen, pero dándoles la perspectiva desde el otro punto de vista narrativo; el de ser un secundario.

Así que, ha sido un disfrute poder encontrarme con personajes como Lizzie, Darcy, Jane, Charlotte Lucas o incluso el señor Collins desde otra perspectiva. Y no lo ha sido tanto el toparme con la señorita Bingley o la señora Bennet, quienes han terminado por confirmar esos presentimientos e ideas negativas que tuve para con ellas en su momento y en el formato original. Aunque, en este sentido tengo que decir que ha sido muy inteligente el recordatorio que antes de formarnos una opinión al respecto de cualquier persona o historia, hemos de conocerla desde todas las perspectivas. Pero aún más me ha gustado ese baño de humanidad que ha dado a determinados personajes, que, por el hecho de ser universales, todos tenemos más o menos idealizados y por eso, con determinados comportamientos y actitudes incluidos y narrados aquí, lo que se nos recuerda es que todos, en algún momento somos el villano en la historia de otra persona. A veces de manera más o menos intencionada. Pero, en cualquier caso, el grado de daño es el mismo. Y por lo tanto, está hecho.

Esto me sirve desde ya para introducir una de las ideas que se desarrollan en las páginas de esta novela. Y es el continuo menosprecio camuflado de buenas intenciones, eso sí, que tiene el resto de la familia para con ella. Me ha parecido fatal, la verdad. Y en más de un caso, me ha dado mucha pena y muchas ganas de abrazarla. Porque, aunque transcurre en el siglo diecinueve, aún hoy, más de una persona y un miembro de la familia continúa creyendo que, por el mero hecho de ser familia, no nos da derecho a inmiscuirnos o hacer determinado tipo de comentarios, pensando que no van a provocar daño. Porque sí lo hacen. Y al mismo tiempo, tampoco tenemos por qué pensar que, precisamente por el mero hecho de ser familia, esas actitudes, comportamientos e incluso comentarios vana ser perdonados y/o olvidados con facilidad, ya que no tiene por qué ser así. Y es que la familia también puede ser tóxica.

Mary Bennet, y aviso desde ya, es un personaje del que os vais a enamorar. Porque es el sueño y la encarnación de toda lectora. Tímida, callada y muy intelectual porque ha encontrado en los libros aquel afecto que tanto le falta en su vida diaria y cotidiana. La cual, puede considerarse y calificarse de tranquila.

Sin embargo, Mary es también un personaje que queda subestimado precisamente por ese pasar desapercibida y por ser tranquila. Porque, incluso hoy, tendemos a pensar que, por el hecho de ser buenos, somos "tontos" o que carecemos de carácter. Cuando no es así. Y es más, ojo cuidado con las personas a las que no vemos venir porque, precisamente, esa suposición e imaginación, en la inmensa mayoría de los casos, será errónea y de ahí que, la reacción será del todo inesperada. En este sentido, he de decir que, en aquellos escasos momentos en que Mary ha alzado la voz, sus réplicas han sido más que merecidas, también maravillosas. Brava en ese sentido.

Porque sí, Mary es buena y tranquila, pero es ella y solo ella quien es la dueña de su destino. Y como tal, tiene que ser ella quien decida acerca del mismo. Puede escuchar sugerencias y opiniones, por supuesto. Pero no se tiene que inmiscuir nadie. De ahí que, en mi opinión, uno de los momentos que más he adorado de ella como personaje y en el que revela la verdadera fortaleza de carácter que tiene es cuando planta cara a Catherine de Bourgh. Sí señor, a la nada más y nada menos que todospoderosa señora.

Su problema principal, en cambio, es que carece de autoestima. Minada por las personas a su alrededor. Sobre todo por su madre. Mucho más empeñada en señalar sus defectos y compararla con sus hermanas. Cuando, si por algo se caracterizan las hermanas Bennet es por su particular carácter muy marcado. Lo cual sirve para recordar que nuestra individualidad es precisamente lo que nos hace bellos. Y por eso, los padres han de evitar las comparaciones, que siempre son odiosas.

Por eso, ella ha terminado por terminar pensando que no es digna de amor, cuando, como todos nosotros, sí que lo somos. Eso sí, pero antes de poder querer bien a los demás, tenemos que querernos bien a nosotros mismos. Porque solo así, la vida que es muy sabia, encontrará el modo para hacernos llegar ese buen amor que todos merecemos vivir. De ahí que, en ese sentido, esta novela también puede considerarse como una de un tremendo viaje de autoconocimiento y autodescubrimiento del personaje de Mary, la cual tendrá un recorrido y una travesía dura, difícil y llena de situaciones a solventar.... pero que temrina por demostrar que, por complicado o largo que sea, ese viaje siempre merece la pena. Ya que la meta es siempre la felicidad.

Sin embargo, sí que es cierto que la felicidad en este caso para Mary es más compleja, porque se añade la dificultad del momento en que vive. Porque, al ser hija de un caballero, solo puede conformarse con otra persona que sea de su mismo estatus. O superior, pero no inferior. Ya que, si bien romántica, es una novela real y respetuosa con la sociedad de la época. Y por tanto, nos recuerda que los matrimonios por amor hasta no hace mucho tiempo no eran lo más habitual, sino que eran entendidos como una mera transacción comercial. Si llegaba, lo hacía a posteriori y solo después de haberse casado.

Pero, aunque si por algo se caracteriza Mary - en una contradicción más que constante con Kitty, ex profeso diría yo - es por ser racional y tener cabeza, la realidad es que, como tiene a su alrededor tantas y tan bonitas historias de amor romántico, no es de extrañar que también lo desee para sí misma.

Eso sí, otro de los mensajes muy importantes de esta novela es lo fácil que es confundor amor con otro tipo de sentimientos. Sobre todo cuando la ausencia de este sentimiento está tan marcada y acentuada como es su caso. Sí que es cierto que tener intereses comunes puede ser un buen punto de partida para que florezcan otro tipo de sentimientos. Pero la realidad es que no saber distinguir qué es amistad de lo que es amor, también provoca a la larga daño. Incluso de manera inintencionada. Pero así se confirma que Mary es también humana. Además de que, en este viaje por etapas, a posteriori se da cuenta de que, conviene centrarse en el presente y no preguntarse o plantaerse el pasado con el ¿y si...? porque eso, a la larga, lo que termina provocando es también infelicidad en nosotros mismos.

En este sentido, la subtrama con el señor Collins y con Charlotte Lucas adquiere toda la coherencia del mundo. Aunque, personalmente, si bien es cierto que esa caricatura y crítica que se hace de los sacerdotes, está más atenuada, a mí no me hubiera gustado que terminase Mary con él. Eso sí, aprecié que le abriese los ojos y que le hiciera darse cuenta de que, su intelectualidad y ansias de conocimiento que, hasta ese momento, había sido criticada, al contrario, puede ser considerado como algo interesante y digno de despertar interés.

Pero, sobre todo, lo que más me ha gustado y como tal destaco es que, cuando todo parece indicar que, Mary va a seguir un destino similar al de Charlotte, ambas sacan a relucir su personalidad y su carácrer, permitiéndoles darse cuenta de que, si bien similares, la realidad es que son diferentes. Y que por tanto, los gustos y aspiraciones de una y otra no son tan coincidentes como hubiéramos podido pensar en su momento.

Retomo de nuevo el tema de la familia y la sociedad porque, una vez más, la posición que ocupa dentro de la familia. Porque, aunque alguno fuera caballero, los hijos menores podrían no serlo y por tanto, emparentar con otros miembros de la sociedad menos aristocráticos. Y por tanto, tiene que buscarse la manera para sobrevivir y subsistir. O dicho de otro modo, un empleo. Es aquí donde entran de lleno los Gardiner, tíos de Mary.

¡Qué bien que fuera con ellos! No solo porque así permite mostrar una parte de la sociedad no tan habitual como portagonistas en la literatura de la época y posterior. sino que realiza a su vez, un retrato de ese Londres no tan conocido.

A su vez, ellos demuestran que la verdadera riqueza de la vida no se haya en la riqueza material, sino en la vida cotidiana y sobre todo en el amor. Un amor que es una fuerza tan poderosa que nos da la fuerza suficiente para cambiarnos. Siempre para bien por tanto, y por ese motivo, más que bienvenido. Un amor que, será también la fuerza y el motor de ese cambio. Externo, que si bien es importante, no fundamental, sí interno. Y ese sí que es bueno, poderoso. Y por tanto, necesario. Por eso, la transformación bien presente una vez comienza a relacionarse con ellos, tanto literal como metafóricamente hablando, ha sido fantástica.

Por último, pero no menos importante, el triángulo amoroso aquí incluido ha sido inesperado - nadie pensaría ella sería protagonista de este tipo de cliché - pero sí que ha sido delicioso. Y a su vez, un homenaje más que merecido y meritorio a todos los héroes de las novelas de Jane... y a los estereotipos de los caballeros de la época también. De ahí que, Mary, al igual que todas y cada una de nosotras, solemos y tendemos a sentirnos atraídas de primeras por esa personalidad chispeante que puede tener una persona a nuestro alrededor. Más cuando somos tímidas, porque la diferencia enriquece y, a su vez, nos complementa. Pero, advierte de que, como todo, ha de ser con mesura.

Por eso, he adorado a Tom como héroe atípico, demostrando que también los hombres pueden ser tímidos. Pero poniendo en valor que las acciones hablan más que las palabras. Eso sí, al mismo tiempo dando la importancia que las palabras que estas tienen. Porque si bien es cierto que la intuición acerca del cariz de los sentimientos que tiene para con ella siempre ha estado ahí. Y es evidente para todos los que están a su alrededor. Sin embargo, pronunciarlos en voz alta, nunca está de más. Principalmente para aclarar así cualquier tipo de dudas que pudieran surgir al respecto.

Su friends to lovers ha estado desarrollado de manera muy natural, sobre todo en la evolución en el caso de ir y dar un paso más allá. Y porque su personaje demuestra que, aunque racionales, el amor es como la poesía. Y por tanto, conviene rascar la superficie y aventurarse en sus versos, el resultado siempre merece la pena. Precisamente ese homenaje al género literario y al poder que las palabras tienen es muy necesario. Amén de una metáfora más que acertada para el desarrollo de su relación.

Porque la poesía no es otra cosa que exposición de nuestro mundo interior para con los demás, a riesgo de juicio o escarnio público. Un acto que no está todo lo bien apreciado que debería, cuando al revés, debería de aplaudirse más, porque solo aquellos que son verdaderamente valientes son quienes dan ese paso. Y esa valentía, a la larga, siempre merece la pena.

Pero el amor también es como la justicia, y sabe siempre enfocar el veredicto más adecuado para los implicados. Por eso, la profesión de Tom está tan bien traída. Y, aunque tarde, la sentencia será siempre justa y provocará la felicidad. Por eso, no hay que sentirse culpables por sentir un buen amor hacia el otro. O sacrificarnos para que el otro sea feliz, ya que de eso se trata precisamente ese tipo de amor.
Lo que sí que hay que hacer siempre es luchar para que imponga su justicia y por ello, también tener bien presente que, siempre que sea de este tipo hay que aceptarlo y explorar todas las posibilidades y apasionantes cambios que nos ofrece. Como hace Londres, de ahí que la ambientación también esté tan bien traída en este caso. Y la metáfora, para con la vida de Mary, en este caso también.

Para concluir, un más que digno homnaje a la autora de la familia Bennet y a todas sus novelas universales que el lector entendido dusfrutará al ver a los personajes desde otra perspectiva y los guiños a esas novelas. Pero que el lector que no sea consumidor de la misma también va a disfrutar porque es una novela del género más que entretenida y de lectura muy ágil.

¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!

¡Nos leemos pronto!



Comentarios

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Destino en común de Ángel Gutiérrez

Only work, no play de Cora Reilly