Change: Cambiar 1 de Luis DH
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con el autor, Luis DH, a quien agradezco el envío del ejemplar en físico y poder así conocer su pluma. Una acción que ya sabéis cuánto me gusta realizar, ya que así, puedo hacer lo propio con vosotros.
Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Change: el primer volumen de la trilogía Cambiar escrito por Luis DH.
SINOPSIS
«Me llamo C.R. Y no soy como el resto»Después de sobrevivir a un traumático evento a manos de su expareja, Dana recibe una invitación por parte de una peculiar chica para acudir a un festival de música en una localidad secreta: CHANGE.
Detrás de la música, los neones y el baile, Dana descubre en Change una comunidad llena de rituales, extrañas costumbres, secretos y a un carismático líder a la cabeza a quien todos conocen como X.
Change es un lugar de transición en donde se deja el sufrimiento atrás para dar paso a lo nuevo. Un sitio donde Dana deberá luchar contra todo para conocerse a sí misma, pero sobre todo para sobrevivir. Porque para salir de ahí habrá que dar algo a CAMBIO.
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de la portada y de la propia novela en sí.
Con respecto al primer punto, ¿No se parece la chica de la portada a la actriz y cantante Dulce María de Rebelde? Quizás la referencia sea demasiado millenial para vosotros, pero si no la conocéis... os invito a que la busquéis y me digáis si pensáis o no lo mismo que yo.
Y en cuanto a la novela en sí, tengo que deciros que es el primer volumen de una trilogía inconclusa en la que la historia se desarrolla en cada entrega. Es más, se acaba de publicar recientemente el segundo volumen. Así que, si sois lectores ansiosos o con gusi devorador de libros demoniaco... tengo que decir que, para saber qué sucede al final, tendréis que esperar un poco.
Entrando ya en materia de opinión, en este libro - y en la trilogía - conoceremos a Dana y la acompañaremos en su viaje de autoconocimiento y autodescubrimiento. Por fases y etapas, muy evidentes en cada libro de la trilogía y sobre todo, porque el título del segundo es Grow, que significa Crecer.
Pero además de este, este viaje de amor propio sirve de excusa, premisa y pretexto para analizar determinados temas propios de nuestra sociedad contemporánea.
Así, uno de los temas que más se repite entre sus páginas es el de la comunicación. Y además, realiza una metáfora de lo más interesante al respecto de la misma, ya que recuerda cuán importante es en todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas. Y además, también pone así el poder que las palabras tienen... tanto para bien como para mal.
Porque estas pueden hacer mucho beneficio, pero también mucho daño ya que sus efectos no se aprecian con tanta claridad de cara a los demás y por eso, son mucho más prolongados en el tiempo. Y por eso, nos da miedo emplearlas y practicarlas.
Sin embargo, es un error porque lo que realmente tenemos que hacer es justo lo contrario. Es decir, hablar siempre. De todo y con todo el mundo. Y ya no solo porque así dejaremos de perderle el miedo, sino porque también el mero hecho de no hablar es lo que provoca la aparición de malentendidos, situaciones desagradables e incluso las rupturas sentimentales en nuestras relaciones.
Sobre todo, porque hay más de un modo para comunicarse. Con gestos, sí. Pero también con palabras. Y por eso, esas palabras pueden ser nuestras o no. De ahí que me parece muy interesante el homenaje que se realiza a la palabra como entretenimiento y parte de la cultura. Ya que literatura y música gracias a cantautores y artistas varios han sabido cumplir ese objetivo y ayudarnos en ese sentido. Por eso, no me parece baladí que buena parte de la acción inicial suceda en un festival de música. Amén de que el autor también es cantante, con lo cual aprovecha para dar el lugar que esta merece.
Principalmente porque la literatura y las palabras en cualquiera de sus modos es un arma - y muy poderosa además - de denuncia y crítica de aquellos aspectos menos brillantes de nosotros como individuos y como sociedad, la cual cada vez es menos empática y más deshumanizada. Chocando así con la propia definición del ser humano. Y esto queda muy bien reflejado aquí. Sobre todo, porque me ha parecido un homenaje más que original del autor de cara a su profesión.
Aquí, por tanto, ya aparece recogido uno de los tipos de amor bien presentes en la novela. Pero no es el único, ya que, por sorprendente e increíble que pueda pareceros, yo sí que la considero una novela romántica... poco al uso, eso sí.
Se habla por tanto, del amor entre los miembros de una familia. El cual en ocasiones es sano y tóxico. Y sobre todo, se hace hincapié en lo difícil que, en ocasiones es mantener ese buen vínculo de unión, especialmente cuando aparece la brecha generacional. Junto a ello, también se pone de relieve lo difícil que es el ejercicio de la paternidad, ya que, desafortunadamente, estamos creando pequeños dictadores en forma de vástagos, los cuales, no están acostumbrados a recibir negativas, entendidas siempre como una crítica o castigo.
Cuando no siempre es así, porque en ocasiones, esa negativa puede ser una nueva manera y una segunda oportunidad de mejora y de cambio. Pero, como no suele gustarnos el implicarnos, preferimos evitar esa posible cercanía, supliendo con objetos materiales.
Otro error porque, no es más rico quien más tiene, además de que el amor tampoco se puede comprar. Al revés, las cosas más valiosas e importantes en la vida suelen tener valor inmaterial. Y por eso, cuando intentan suplirse con algo que no corresponde, a la larga el problema se hace más grande y más difícil de gestionar y solucionar. Justo lo que le pasa a Dana para con su padre. Una relación que, evidentemente, al ser un volumen inicial, se me ha quedado escasa y me hacen falta muchos más detalles para poder entender bien por qué esa sensación de abandono termina de ser el punto de quiebre de la protagonista.
Otro amor bien presente es el de la familia que se escoge, que no es otro que el de los amigos. Pero, también advierte que, al igual que con otro tipo de amores, no debemos cerrarnos puertas a la llegada y aparición de nuevas personas a nuestras vidas, porque nunca sabremos cuán importantes podrían llegar a ser... de nuevo, para bien o para mal.
Como le sucede a Dana, una vez más. Eso sí, en este caso además lo relaciona con otro aspecto a criticar de nuestra sociedad, como es el de la poca sororidad existente entre nosotras.
Y es que las mujeres, aún hoy, tendemos a considerarnos más enemigas que amigas. Y por eso, no dudamos en criticarnos o incluso hacernos daño, en lugar de apoyarnos más. Cuando, justo lo que deberíamos hacer sería lo contrario. Es decir, apoyarnos más. Porque la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Un tema que además, también se aplica en este caso a la sociedad en su totalidad. Y esta ausencia de sororidad es aún más evidente cuando hay hombres de por medio.
Sin embargo, antes de hablar del amor romántico, porque también tiene su cuota de protagonismo en ella, voy a hablar del gran amor tóxico que se representa en la novela. Y ese no es otro que el del amor por el poder.
Un poder y un éxito cuyo brillo es tan poderoso que puede dejarnos ciegos. De ahí que, como cualquier otro tema, haya que tratarlo con mesura. Pero, como esta poco empática sociedad también se caracteriza por la hipercompetitividad, entendemos felicidad con éxito y triunfo y por tanto, estamos dispuesto a hacer de todo, no solo para conseguir ese poder. Sino también para mantenernos el mayor tiempo posible en él.
Como bien hace X, un carismático líder que confirma cuán fácil es la manipulación social basada en las palabras y en una apariencia enigmática y que a su vez la convierte en atractivo. Y por eso, cómo, esta sociedad que se caracteriza por vivir en la era de la comunicación y la información, se caracteriza precisamente por lo fácil que es tratarnos como borregos y manipularnos, de múltiples modos... convirtiéndonos así en los conejillos de Indias de otros.
De este tema además, se extrae por tanto, que no se vale el todo por el todo y que la cordura en la imposición de límites tiene que aparecer de manera más repetida.
Aspecto que, a su vez, queda reflejado de manera muy patente con toda la subtrama de la secta y el líder, el cual se cree un Dios sobre la Tierra y como tal, debe ser tratado. Una metáfora también de lo más interesante porque lo asocia en cierto modo con el auge de los populismos, que se alimentan de las necesidades sociales y de las quejas y críticas de los mismos, dándoles una solución inmediata que, en apariencia, es la panacea. Cuando dista mucho de serlo.
Y ahí de nuevo, se traza la línea entre el bien y el mal y también en el libre albedrío. Porque todas las decisiones tienen sus consecuencias y además, los populismos y las sectas mal gestionadas no son otra cosa que un régimen totalitario camuflado y enmascarado. Pero, tendemos a olvidar que la verdad siempre sale a la luz y que basta con estar bien atento a lo que sucede a nuestro alrededor para darnos cuenta de aquellos aspectos que chirrían, porque la perfección no existe en ninguno de los ámbitos de nuestra sociedad.
De ahí que el hecho de no dar pie a la oposición o resistencia... cuando todos sabemos cuán importante es la libertad. Y por tanto, cómo, al igual que sucede con el poder, estamos dispuestos a todo por alcanzarla y compartirla. Más que nada porque es un derecho fundamental.
Por último, no puedo no hacer mención al amor romántico, tanto sano como tóxico.
En este caso, Dana - de momento - puede decirse que tiene una especie de ojo clínico para con los hombres. Pero, que sirve a su vez, para hacer bien presente el profundo impacto de los primeros amores en nuestras vidas... para bien y para mal. Y sobre todo, cómo es un error usarlos de vara de medir o comparativa con las relaciones posteriores. No solo porque al hacerlo en cierto modo le quitamos parte del protagonismo que todas la relaciones sentimentales de nuestras vidas han de tener en nuestras vidas, sino porque el ser humano se caracteriza por la evolución. Además de que, con este comportamiento y actitud, en realidad lo que estamos haciendo no es otra cosa que convertir al otro en perfecto. Una especie de Dios que no comete errores y que nos concede su gracia por el mero hecho de estar cerca de él. Muy X he de decir.
De nuevo, me faltan datos al respecto de la toxicidad de dicha relación porque, si se hubiera detenido un poco más en contarlo, yo hubiera entendido mejor, el punto de partida tan bajo que tiene Dana al principio de la historia y por eso, cómo se convierte en la víctima predilecta de quienes se aprovechan de ella.
En cuanto a X y todo el protagonismo que esta letra tiene a lo largo de la novela, me ha parecido muy inteligente e interesante porque X no es solo un modo que nos permite mantener el anonimato y resultar así atractivo o llamativo a los demás.
Es también un modo muy rotundo de hacer ver cómo, en esta sociedad cada vez más individual e individualista, tendemos a perdernos, engullidos por la masa. Y por tanto, es mucho más fácil confundirse y confundirnos en la masa. De ahí que, a su vez, sea esta misma X la que lleve asociada a sí misma la importancia del amor propio. Porque, si no nos queremos bien a nosotros mismos, no podremos hacer lo propio para con los demás.
Y sobre todo, lo que más me ha gustado es que recuerde gracias al título - convirtiéndolo así en uno muy inteligente - que, evolución es sinónimo de cambio, por supuesto. Y como tal esa puede entenderse como positiva. Y que el amor, puede ayudarnos a cambiar, sacando siempre la mejor versión de nosotros mismos. Pero eso no significar realizar un cambio al completo, porque entonces no es amor, es otra cosa. De ahí, una vez más, lo dicho en el párrafo precedente.
Eso sí, el amor es igual o incluso más poderoso que las palabras y por lo tanto, no podemos huir de él o presentarle cara, puesto que será una batalla perdida de antemano. Un amor que aparece cuándo, dónde y con quién menos lo esperamos. Y que por tanto, también puede ser moto de cambio... para bien. Así que ese punto esperanzador de cara al final de este volumen... indica que quizás también el ser humano tiene esperanza.
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!
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