El castillo MacLaine: una herencia en las Highlands de Carla Marpe y Silvia P. Martín

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que pertenece a la batalla de 
escritoras que surgió fruto de una idea loca que, al final, fue la más votada.

Una idea de la que surgieron dos novelas que paso a relataros porque, he leído ambas. Así que, de a poco, os la traeré por aquí y por el feed de Instagram.

La premisa era la misma: crear una historia en la que hubiera un cliché enemies to lovers, mi preferido de todos. Debía además ambientarse en un castillo escocés y por último, un fantasma maldito por una bruja tenía que necesitar la ayuda del heredero del castillo para que dicha maldición se rompiese.

Por todo ello, puestos en antecedentes, no me entretengo mucho más y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de El castillo MacLaine escrito por Carla Marpe y Silvia P. Martín.

SINOPSIS

Olivia debe entregar su próxima novela, pero ha perdido la inspiración. Sin embargo, una herencia le brindará la oportunidad de viajar a Escocia para buscar a las musas. Lo que no sabe es que tranquilidad es lo último que va a encontrar.¿Te atreves a descubrir el secreto del castillo de los MacLaine?

OPINIÓN

En esta novela conoceremos la historia de Olivia, una chica italiana con raíces escocesas que hereda un castillo en Escocia. Y como tal, con esta premisa de entrada. ya tenemos un personaje que sufre un viaje de autoconocimiento y autodescubrimiento literal y metafórico.

Pero además, también sirve de punto de referencia y premisa para que tomemos en cuenta que, solo conociendo nuestro pasado, entenderemos nuestro presente y seremos más conscientes de nuestro futuro. Y en este sentido, se aplica también de un modo muy directo con el cuidado o no que le damos a nuestro patrimonio histórico. Así que me ha gustado la crítica en ese sentido a la sociedad contemporánea, mucho más partidaria y favorable de la inmediatez y de sacar beneficio económico, olvidando el argumento que he mencionado anteriormente y sobre todo, porque tendemos a olvidar que las cosas más importantes de la vida suelen tener valor inmaterial. Como inmaterial puede ser también nuestro patrimonio, asociando así con la cultura y nuestras raíces.

Esta idea también se asocia con la situación de Olivia porque, es escritora y, como tal la inspiración se asocia con el sentimiento romántico, al cual no hay que presionar porque puede aparecer cómo, cuándo y con quién menos se le espera. No hay que presionar o forzar porque entonces nada saldrá bien.
Sin embargo, como he mencionado anteriormente, tendemos a extraer un beneficio económico inmediato y por eso, poco o nada nos importan las circunstancias o la situación personal del hombre o mujer que hay detrás de la pluma.

Con la ambientación en Escocia además, juegan muy bien con esa idea de que la magia y las leyendas tampoco han de menospreciarse porque, forman parte de nuestro folclore y nuestra cultura. Y por lo tanto, al hacer esto, realmente lo que estamos haciendo es echarnos piedras sobre nuestro propio tejado. Sobre todo porque toda leyenda tiene su base de verdad. Personalmente, la aquí incluida y el modo en que han jugado con el lector, me ha gustado mucho.

Un hecho que es más evidente en pueblos pequeños, donde se narra bastante bien cuáles son las ventajas y desventajas de vivir en una pequeña población. Porque el sentimiento de pertenencia y la ayuda es mucho más rápido e inmediato. Sin embargo, la sensación de privacidad es menor y por lo tanto, se convierten también en caldo de cultivo estupendo para que rumores, noticias falsas y palabras hirientes campen a sus anchas. Y se perpetúen generación tras generación. Como por ejemplo, lugares encantados. AKA el castillo, una herencia más bien envenenada.

Aunque, con esta premisa, las autoras nos emplazan a que seamos valientes y dejemos atrás esos ruidos atrás y nos formemos siempre nuestra opinión por nosotros mismos, porque las apariencias engañan y podríamos sorprendernos...para bien o para mal. Amén de que, en más de una ocasión, hay determinadas acciones hechas con muy mala intención cuyo objetivo prioritario es provocar el mayor daño posible.

Así sucede con Lachlan, un inquilino previo que es extraño y que oculta un secreto cuyo arco argumental me recordó en cierto modo a la película de El sexto sentido. Y que aunque educado o fuera de tiempo en lo que a maneras se refiere, es todo un señor Highlander. Y tras muchos encontronazos, termina por revelarse en la convivencia tal cual es; alguien muy educado. Y además de eso, él también sirve para que tomemos en cuenta que el ser humano se caracteriza por ser evolución. De ahí que un error no tiene por qué definirnos como personas. Más cuando hay voluntad real de arrepentimiento.

Y Elisabeth me ha gustado como personaje femenino porque reivindica cómo las mujer han sido usadas como arma arrojadiza o instrumento en favor del beneficio o la crítica de los hombres del poder. Ha estado muy bien esa crítica porque han sabido subrayar cómo el machismo sigue bien presente aún hoy. Aunque arroja algo de luz y esperanza porque antes solíamos ser consideradas brujas y como tal, asesinadas por ello. Éramos un estorbo para nada fácil de gestionar. Ahora "en cambio" solo tenemos que esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos para ser consideradas igual de válidas que ellos. Y seguir soportando su paternalismo.

Este comportamiento se ha repetido y perpetuado tanto en el tiempo que, ha terminado por provocar que casi no exista la sororidad entre nosotras y que por eso, tendemos a considerarnos más enemigas que amigas. Cuando, al contrario, si nos apoyásemos más entre nosotras, el mundo sería un lugar mejor para todos. Y este tema, en la relación Elisabeth-Olivia ha quedado muy bien reflejado.

Por último, ya he dejado atisbar que es una novela romántica y que, con estos tintes, pone de relieve también no solo cómo el ser humano evoluciona al respecto de su relación con el sentimiento. Pero cómo este en sí también lo ha hecho a lo largo del tiempo. Y que, por eso, no debemos darlo por descontado ya que, hasta no hace demasiado tiempo, no era requisito indispensable para que se produjera un matrimonio. Al contrario, era lo último a tener en cuenta.
Principalmente porque el matrimonio se entendía como un contrato para aumentar posesiones materiales y económicas, así como para crear alianzas territoriales.

Pero, nos advierte que, sin importar experiencias previas, no podemos oponernos a la llegada del amor en nuestras vidas, porque es una batalla perdida de antemano. Un sentimiento que es tan poderoso que, incluso puede convertirse en la luz que nos guie a través de nuestra propia oscuridad y que por tanto, puede servir de motor para que nos inspire la más bella historia de amor, pero también que nos advierta que jamás debemos dejar de ser el protagonista de la misma.

¡Nos leemos pronto!


Comentarios

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Destino en común de Ángel Gutiérrez

Only work, no play de Cora Reilly