Lady Soberbia de Alissa Bronte
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Pero sobre todo, que haya confiado en mí una vez más para saber mis impresiones al respecto de su nueva novela.
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Pero sobre todo, que haya confiado en mí una vez más para saber mis impresiones al respecto de su nueva novela.
Más ahora que ha decidido cambiar de género y se adentra en la romántica histórica.
Por todo ello, no me entretengo mucho más en la parte introductoria de esta novela y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Lady Soberbia, el primer volumen de la serie Hermanas Pecado de Alissa Brontë.
SINOPSIS
Siete pecados, así las llaman. Son la deshonra de su padre, Lord Ashford, duque y miembro de la Cámara de los Lores, y la comidilla de todo Londres. No, no solo de Londres, de toda Gran Bretaña.
Con el fin de desposarlas a todas, Lord Ashford va a celebrar siete bailes en siete semanas en las que espera encontrar un pretendiente para cada una de ellas. Lo que no sabe es que ninguna está dispuesta a caer rendida a los pies de ningún noble y han decidido que, si su padre quiere jugar… pues que comience el juego.
¿Estáis listas para pecar?
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer una aclaración al respecto de esta novela y la serie. Todas tienen una historia autoconclusiva relacionada con cada una de las hermanas. Y por lo tanto, se pueden leer de manera independiente.
Pero, si yo fuera vosotros, las leería en orden y comenzaría por este porque, creo que, además de contar la historia de nuestra lady Soberbia Alexandra, también sirve de volumen introductorio para con el resto de hermanas. Y por eso también, si no lo leéis en orden, os vais a perder parte del sentido que explica por qué la relación entre ellas es como es.
Hecha la aclaración, aquí conoceremos a Lady Alexandra y a cómo se enamora de Lord Blackwood, por lo que es una novela romántica, por supuesto. Sin embargo, esa es solo una de las subtramas que esta novela contiene. Y por eso, paso a relatar el resto con más profundidad.
Al ser de este género, la autora pone de relieve y hace hincapié a su vez en cómo ha evolucionado la situación de la mujer en la historia y también la concepción del matrimonio. Porque, ambos conceptos están relacionados ya que ella solía ser el instrumento para alcanzar un fin mediante el matrimonio. De ahí que fuera considerado un mero contrato más que se usaba para expandir patrimonio o mejorar la economía de la familia con la que se creaba la alianza ya que, la mujer tenía asociada una dote. Así que, las mujeres eran consideradas también un mero objeto y el amor no solía estar entre los motivos habituales para que un matrimonio se celebrase. Al contrario, si llegaba, aparecía a posteriori.
Por este motivo, tener hijas no solía ser una bendición, ya que tenía que hacerse un enorme desembolso para casarla bien. Y de ahí que, a su vez, esa era una de las funciones de la mujer en sociedad. Junto a proporcionar herederos al matrimonio. Masculinos, por supuesto.
De ahí que el padre, lord Ashford esté loco por casarlas a todas... a pesar de lo que le suponga en un período muy breve de tiempo. Porque, una vez casadas, ya no son su responsabilidad - económica -. Esto sirve también para tener bien presente uno de los temas que se repiten en la novela. Como es el de la paternidad y sobre todo, cómo, las buenas intenciones están llenas de daño en ocasiones.
Más que nada porque, con una prole tan extensa, es difícil descubrir y encontrar su individualidad. Y por eso también, los padres incurren en un error ya que, tratan de aplicar esa uniformidad a todas sus hijas. De ahí que, en más de una ocasión, ellas realizan y comenten algunas de las acciones que hacen - y que les otorgan esa infame fama - porque están perdidas y tratan de buscar y llamar la atención.
Y por eso, a pesar de saben que es su rol en sociedad, el hecho de que se lo recuerden de una manera tan clara y evidente como son siete bailes en siete semanas... por supuesto, no es plato de buen gusto para nadie.
Por eso, me pareció muy refrescante y acertado el pacto que las hijas realizan, oponiéndose y revelándose a ese destino más que seguro para todas ellas. Además de que, gracias a él, se juega con otro de los temas que se repiten en las páginas de esta novela. Como es el de la sororidad.
Y es que, si las mujeres nos apoyásemos más entre nosotras y dejáramos de compararnos o considerarnos enemigas, el mundo sería un lugar mejor para todo el mundo. Especialmente porque también tenemos que tener presente que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Sin embargo, son precisamente aquellos comportamientos o actitudes que son alternativos o se salen de la norma los que suelen ser el blanco de todas las críticas. Principalmente, femeninas. De ahí que, e sta relación es muy real porque, sí que es cierto que se quieren, pero también se dedican determinados comentarios que, para nada son sanos... valiéndose del hecho de que son familia y creyendo, por tanto, de manera errónea, que por ahí todo se le va a perdonar.
Así que el espíritu de las mosqueteras, todas para una y una para todas es genial. Más cuando la madre las apoya. Eso sí, la inspiración en la señora Bennet cinematográfica la hace a veces ser un tanto histriónica e hipocondríaca. Y me chocó. Aunque, sí que tengo que decir que no ha sido la única mención e inspiración literaria y de los medios del entretenimiento que he encontrado en estas páginas... y ha sido sorprendente.
Junto a ello, también se juega de manera muy inteligente con otra idea, que es la de que las apariencias engañan. Y que realmente solemos ser mucho más de esa primera imagen que mostramos de nosotros. Pero, que por miedo, por cumplir expectativas u otros motivos, la realidad es que está en el otro el descubrirnos tal cual somos. Dejando atrás ruidos y rumores sobre nosotros que más que beneficiar, perjudica. Más, cuando somos mujeres porque, en este caso, el deshacernos de esta mala fama que nos acompaña es mucho más difícil de desprendernos.
Porque sí, Alexandra es soberbia. Pero es frágil. E insegura, de ahí que haya utilizado esa mala fama incorrecta como armadura que la recubre y que la hace valerse de la misma para protegerse de malas intenciones o intereses. Además de que, a pesar de que es la gemela junto con otra, sabe que el peso de la familia recae principalmente sobre ella. Y por eso, por amor a la familia, no teme a sacrificarse con tal de que el resto alcance la felicidad que cree que merecen.
Sin embargo, no contaba con la aparición de lord Blackwood. Un señor que, hace bien a su nombre y desde la oscuridad, la ve. Más allá de la coraza y tal cual él - aspiración que comparte con el resto de las hermanas además - y por eso, dado que siente una especie de flechazo para con ella, no teme a nada ni a nadie, sabiendo exactamente qué es lo quiere. Sin dudar ni un ápice en su objetivo y además, usando todas las armas disponibles a su alcance para ello.
Como tentación e instrumento de representación de esa lucha entre ser nuestra prioridad y querernos bien a nosotros mismos para así poder querer bien a los demás, nuestro querido lord está muy bien. Sin embargo, sí que me hubiera gustado saber más de sus orígenes. Para así poder entenderlo mucho más.
Eso sí, dado el final atípico que tiene este par, espero que esos huecos sí que sean completados en futuras entregas.
Esta duda y esta encrucijada vital de Alexandra queda también muy bien representada con la aparición de dos pretendientes, entre los que tendrá que elegir. Y que a su vez servirán para que se introduzca otro de los temas importantes de esta novela: la libertad.
Libertad de ser, de comportarse y sobre todo, de amar. De manera sana, por supuesto. A los demás y sobre todo, a nosotros mismos.
Porque si no nos queremos bien a nosotros mismos, no podremos hacer lo propio a los demás. Por eso, en ese amor sano, el respeto ha de ser uno de los pilares y las bases de cualquier relación. Y por eso, en ese respeto también se incluye la libertad de decisión. Y por eso me gusta tanto el modo en que la quiere Blackwood.
Ya que es consciente y la atracción palpable entre ambos, pero no la fuerza, obliga o coacciona a que haga o tome decisiones al respecto de ninguna situación. Como debe ser. Por eso, a pesar de que, puede parecer una decisión equivocada, la realidad es que no puede haber encontrado un mejor pretendiente para sí misma. Y una magnífica adquisición para la familia, por supuesto.
Porque, del amor no se puede huir y la verdadera valentía se encuentra en saber aceptarle siempre. Al contrario el tratar de presentarle batalla es una batalla perdida de antemano que puede motivar que tomemos decisiones equivocadas cuyo único resultado será la tristeza e infelicidad. Nuestra y de quienes están a nuestro alrededor.
Y no es por nada, pero la felicidad siempre es soberbia.
Por último, no pudo no hacer referencia a un aspecto que he comentado al principio de esta parte de la publicación. Y es que, como es el inicio de una serie, ya se han entrevisto algunos futuros pretendientes para tan particulares hermanas. Lo cual me ha llevado a preguntarme quién será la siguiente que se desdiga del pacto hecho con el resto de la familia.
Normalmente no estoy en contra de romper e incumplir promesas, pero... no va a ser en este caso. Es más, estoy deseando saber más de todas y cada una de ellas. Así que sí, estoy dispuesta a pecar. Dos, tres o incluso las siete veces que hacen falta.
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!
Comentarios
Publicar un comentario