Encuentro de almas: por Clara de Sonia R. Salvante

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí hace un tiempo, pero cuya 
opinión tuve que ir postergando por libros viajeros, colaboraciones y beteos varios. Pero, como ay un lugar y un momento para cada cosa, hoy es el día para ella.

Además, en este caso es especial porque es mi estreno con la pluma de la autora, así que yo conozco su pluma y vosotros también lo haréis a través de mí. Una actividad que ya sabéis cuánto me gusta realizar.

Por eso, no me entretengo mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Encuentro de almas: por Clara, escrito por Sonia R. Salvante.

SINOPSIS

El Pilar, un pueblo en el que todos se conocen, es el lugar que verá crecer un amor. O dos.

Clara habría sido feliz si hubiese nacido uno o dos siglos atrás. Romántica, dulce y tímida, su familia lo es todo para ella. Quizá por eso su mayor sueño sea crear una propia. Y con él.

Chema es una persona sencilla que solo aspira a una vida normal. Seguro de sí mismo, sabe lo que quiere y va a por ello. Claro que siempre ha tenido una vida relativamente fácil, en la que nunca ha conocido el amor ni la desesperación. Hasta que se fijó en ella.

Y luego está Laura. Divertida, directa e impulsiva… Su carácter explosivo esconde un enorme corazón y unas ideas inamovibles. Ser independiente, vivir en una gran ciudad y dedicarse a su gran pasión: la decoración.Tres jóvenes con sueños, tres almas entrelazadas y un destino que los atropellará.
Amor, risas, respeto, fidelidad, deseo, pasión y dolor. Y, entre todo ello, la búsqueda del perdón. A uno mismo, tal vez el más difícil.
Porque la lealtad y el corazón no siempre siguen las mismas normas. Porque uno no elige a quién amar, a quién desear, a quién perder. Porque, a veces, simplemente, algo superior decide por nosotros.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario al respecto de esta novela. Y ese no es otro que, es el primero de una bilogía cuya historia se desarrolla en ambos volúmenes y que por eso, a riesgo de spoilers o de no entender qué está sucediendo, es obligatorio que los leáis en orden.

Además de eso, también os aclaro que la historia, aunque se menciona el nombre de Clara, ella no es la única narradora, sino que lo hacen los tres vértices del triángulo amoroso, permitiendo así que el lector empatice - o no - con ellos, lo cual es de agradecer.

Por supuesto que es una historia de amor, o dos, las que se narran aquí, pero también se desarrollan otros temas que son bastante interesantes y que por eso, susceptibles de desarrollo y que paso a desgranar aquí.

La acción principal se desarrolla en el pequeño pueblo de El Pilar, el cual tiene mucha importancia en el desarrollo de los acontecimientos y en el modo en que los personajes se comportan o actúan. Porque, de entrada, se habla y se parte de las ventajas y desventajas de vivir en pueblos y comunidades pequeñas.

Porque, a pesar del tiempo transcurrido, aún hoy, las antiguas figuras y personas de poder, continúan ejerciéndolo de manera más o menos evidente. Del mismo modo que lo hacen sus familiares de manera indirecta, influenciando así en el modo en que el resto se acerca y se comporta con ellos. Como bien reflejan Laura y Clara, quienes son hijas de un Guardia Civil.

Relacionado con ello, se pone de relieve que el sentimiento de pertenencia y ayuda en caso de necesidad es mucho más directo e inmediato. Aunque, al mismo tiempo, la sensación de falta de privacidad y respeto a la intimidad es más difícil de gestionar. Por eso, poca gente es capaz de soportarlo. Y junto a ello, los rumores, comentarios maliciosos y las malas famas inventadas se propagan con mucha mayor rapidez y facilidad. Incluso a pesar de que sean falsas.

Por eso, uno de los mensajes que se pueden extraer de esta historia es el de que antes de juzgar o criticar a los demás, debemos escuchar todas las versiones de la historia. Podríamos sorprendernos. Junto a este mensaje inicial, además se pone de relieve cuán machismos seguimos siendo aún hoy, ya que las mujeres aún hoy solemos ser un blanco de críticas mucho más recurrente. Tanto nosotras mismas, como en aquellos casos en los que estamos envueltas en una situación más o menos peliaguda junto con un hombre, o que nos comportemos del mismo modo que ello. La vara de medir nunca será la misma y por tanto, siempre resultaremos peor paradas.

Y lo más triste de todo es que, en buena parte de las ocasiones, esos comentarios hirientes suelen proceder de mujeres, explicando de un modo muy coherente cuánta sororidad falta aún en nuestra sociedad y cuán erróneo es ese comportamientos. Porque, si las mujeres nos considerásemos más amigas que enemigas, el mundo será un lugar mejor. Para todos.

Además de que, también es erróneo porque la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Es más, cuanto más diversas de nosotros mismos sean las personas que nos rodean, más ricos seremos. Por eso, tenemos que evitar las comparaciones, que son siempre odiosas. Al contrario, tenemos que respetar más la individualidad de cada uno de nosotros. Porque con nuestras virtudes y defectos, así somos únicos. Y por lo tanto, eso es lo que nos hace bellos y por tanto, dignos de ser amados.

Esta diversidad y comparativa queda bien reflejada en las hermanas. Al mismo tiempo que ambas representan cómo poco a poco el rol de la mujer está cambiando. Y sobre todo, cómo está perfectamente bien ser de un modo u otro... siempre que no hagamos mal a nadie.

Así, Clara es el prototipo de la mujer tradicional, que quiere quedarse en casa, formar una familia y tener hijos. Así como una romántica empedernida de manual. Dicho de otro modo, un paradigma de la perfección. Y es precisamente ese el fallo que le hallo como personaje. Ya que, llega un punto de la narración en la que ella no reacciona, ni para bien ni para mal. Cuando, visto lo vista y observando lo que está sucediendo, debería tener una reacción "explosiva" o incontrolable. Y la hubiéramos entendido a la perfección, ya que ella es a la vez, un daño colateral y la creadora de la situación.

Mientras que Laura es una mujer fría, dura, un tanto inaccesible y que desea triunfar en un puesto de trabajo. No está muy interesada entonces la parte más personal de su vida. Al menos, eso es a priori. Porque la realidad es que también desea una familia propia, ser feliz y sobre todo, ser querida. Así que, de fría no tiene absolutamente nada. Al contrario, son los sinsabores que ha sufrido en la vida, los que han provocado que sea así.

Hasta el punto de minar tanto su autoestima de no quererse nada bien y considerar que solo es deseada para el sexo y nada más. Aunque, al mismo tiempo, de manera interna, sí que deseaba que alguien la quisiera por sí misma y para algo más allá. Entrando en una espiral y dinámica nada sana y muy dañina para ella que, como lectora, en más de una ocasión, me ha provocado mucha angustia, pena y ganas de abrazarla.

Porque ella sí que ha entendido lo que es un buen amor. El cual, está relacionado con el sacrificio. Y por eso, a pesar de que puede que no se entienda a ojos de los demás, ha dado un paso atrás y se ha alejado porque sabe que, aquellos a quienes más quiere, tienen derecho a ser feliz.

Una enseñanza a modo de recordatorio que nos deja esta novela es que toda acción tiene su consecuencia. Y por eso, incluso cuando pensamos que la hacemos de buena fe o sin mala intención, a la larga terminaremos provocando mucho daño. Junto a ello, también se juega de un modo precioso, aunque en cierto modo también cruel con esa frase de que el es el destino quien baraja las cartas, pero somos nosotros quienes jugamos. Aunque, también pienso que esta es una novela muy kármica y por eso, cada uno al final terminará recibiendo lo que merece.

Por eso, esta novela incluye entre uno de sus muchos amores, el existente por la vida, la cual puede cambiar de un día para otro. E incluso en un instante. Por eso, tenemos que apreciarla como se merece, pese a su valor inmaterial. Porque, como buena parte de lo que nos rodea, es aquello más básico y fundamental a lo que no se le puede poner un coste económico.

Este amor y esta apreciación por la misma, conlleva asociado también el sentimiento del duelo. El cual, al pertenecer al campo de la psique no se puede estandarizar y cada uno tiene sus tiempos para entenderlo y gestionarlo. Pero, tampoco podemos regodearnos en él y que este dure eternamente. Porque así no vivimos, sino que sobrevivimos. Y si bien entiendo a Chema, es cierto que él mejor que nadie debía ser consciente de que no podía derrumbarse porque tenía personas a su alrededor que dependían de él.

Otro amor bien presente entre todas las páginas de esta novela es el del amor por la familia, el cual puede ser sano o tóxico. Pero se pone de relieve lo erróneo que es darlo por descontado y mostrar apatía o desinterés al pretender que se nos perdone o acepte todo solo por el mero hecho de ser familia. Porque la cosa no funciona.
Sin embargo, más que eso, la realidad es que en esta novela, se pone de relieve cómo ha evolucionado el concepto. Y esto no quiere decir que uno sea mejor que otro, porque todas las familias son igual de válidas.

Y asociado a esto, recuerda no solo que la paternidad no es nada fácil, sino que padre se hace y no se hace. Y que por eso, los niños y su bienestar han de ser siempre la prioridad. Y jamás usarlos como arma arrojadiza o instrumento para causar más daño. Al contrario, es más. Tenemos que respetar siempre su individualidad y sobre todo, evitar las comparaciones. Que son siempre odiosas. Por eso, me ha gustado la especial relación de Clara y Laura y cómo ese impacto sano se refleja y se perpetúa en la generación posterior. Porque la vida es una cadena.

Además de la familia de sangre, en este libro también se hace una mención destacada a la familia que elegimos, es decir, nuestros amigos. Y por eso, no tenemos que cerrarnos puertas o negarnos a la aparición de nuevas personas a nuestras vidas, ya que no sabremos cuán importantes llegarán a ser.

Personalmente, me ha encantado la relación Laura y Pedro. Ya no solo porque son muy parecidos, ya que en ambos casos, las apariencias engañan y en realidad son más de lo que muestran. Sino porque ha plantado la semilla fuerte de la duda acerca de quién puede ser la mujer que le trae por la calle de la amargura.

Y por supuesto, hay presencia del amor romántico en la novela. En más de un caso, porque, resumiendo este tema sería una historia de primeros amores y segundas oportunidades.

De hecho, quiero mencionar lo de las segundas oportunidades en primer lugar porque el padre de las chicas lo hace en su madurez. Y con ello, demuestra que el amor aparece dónde, cuándo y con quién menos lo esperamos. Por eso, no tenemos que plantarle cara ni enfrentarnos a él en batalla, porque será perdida de antemano. Amén de que, me ha parecido incluso gracioso ver cómo, a pesar de que pudiera ser tomado como punto de referencia y comportamiento a seguir por parte de las generaciones posteriores, estas son más comedidas y menos valientes.

Pero, tenemos miedo al amor. Del mismo modo que tenemos miedo a la comunicación. Y por ahí los menospreciamos, porque aceptarlo no es un síntoma de debilidad, sino de fortaleza. Cuando al contrario, solo los más valientes se atreven a dar ese paso al frente y a exponerse al juicio externo del otro, a sabiendas del poder de las palabras y del daño que estas pueden hacer.

Por eso, Chema en más de una ocasión no me ha caído del todo bien. Si bien sí que refleja bien que solemos pagar el pato de la ira y la frustración con quien más cerca está de nosotros. Porque podemos perdonar, ya que un error no nos define como personas, aunque si hay voluntad de arrepentimiento. De ahí que piense que necesita ir a terapia para esa gestión de todo lo que le pasa y no alcanza a comprender. No sé si lo hará de cara al segundo volumen, pero considero que su personaje así tendría un arco argumental coherente y sobre todo, usaría la literatura en algo que trascienda el entretenimiento para ser un arma de denuncia.

Y por eso también preferimos refugiarnos en el sexo antes que tener relaciones sentimentales. Otro error común porque, si bien es cierto que las relaciones sexuales son importantes en una relación, la realidad es que la intimidad compartida en más de un caso puede derivar y dar lugar a algo de un cariz diferente. De ahí que, una vez más, cuando se produzca el cambio, tenemos que hablar. Antes de que el daño esté hecho y sea irreparable.

Para concluir, se habla también del impacto de los primeros amores en nuestra vida y cómo, de manera consciente o inconsciente los usamos como vara de medir y comparativa del resto de relaciones importantes de nuestras vidas. Lo cual es un error, porque el sentimiento, al igual que el ser humano evoluciona.

Pero además, es un error doble porque al plantear eso, en realidad lo que estamos haciendo es menospreciar al resto de relaciones sentimentales de nuestras vidas, las cuales son todas muy importantes. Y sobre todo, convertir en perfecto al otro. Ahí está el verdadero problema porque la perfección no existe. Por eso, tratar de perseguirla y alcanzarla continuamente, lo único que provoca y proporciona es la infelicidad más grande y absoluta al no ver alcanzadas nuestras expectativas y deseos. Después, aparecerá la tristeza porque a posteriori nos daremos cuenta de que, hemos perdido un tiempo valiosísimo en el presente buscando y persiguiendo esa utopía.

Por eso me ha gustado cómo se desarrolla todo con respecto a Laura y su crush. Porque se ha dado cuenta de que, es en la convivencia donde realmente se conoce a una persona. De ahí que podamos entender perfectamente que, a pesar de estar enamorada, tiene todo el derecho del mundo a enfadarse con ella por sus actitudes, comportamientos, comentarios y sobre todo, por sus menosprecios. Ya que en más de un caso, parece que no valora el inmenso sacrificio que ha hecho dando un vuelco radical a su vida y obligarse a compartir espacio, tiempo y lugar con una persona que es inalcanzable a sus ojos.

De ahí que, si bien no del todo desarrollado - imagino que continuará en el segundo volumen - quede claro que, solo podremos querer bien a otra persona cuando nos queramos bien a nosotros mismos. Porque somos el amor más importante de nuestras vidas. Y por eso, aunque quedemos de fríos o egoístas, cuanto más claro tengamos esta idea, antes dejaremos de tolerar o consentir acciones y comportamientos tóxicos hacia nosotros.
Porque no tenemos por qué sentirnos mal o culpables por amar, al contrario. El amor, ha de ser siempre bienvenido.

Todo queda en el aire y, espero que mi tocaya encuentre el final feliz que, evidentemente merece.

¡Nos leemos pronto!

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