Si llegamos a cumplir 40 (serie Viajeras en el tiempo 4) de Aitana Sánchez Blanco
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Pero sobre todo, la confianza en mí para que me haya dejado volver a conocer su pluma una vez más. Y por eso, también poder saber cuál es el final que se les da estas peculiares viajeras, el cual he de decir que sentía mucho interés.
Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Si llegamos a cumplir cuarenta, el cuarto volumen de la serie Viajeras en el tiempo, escrito por Aitana Sánchez Blanco.
SINOPSIS
¿Y si no pudieras cambiar el final?
Septiembre de 2012. Blanca por fin ha alcanzado el futuro al que tantas veces soñó con volver. Tras la boda, su relación es perfecta en esta dimensión, incluso mejor de lo que recordaba.
Sofía está preocupada por sus hijas: por fuera, parecen las mismas, pero hay algunos detalles que no le acaban de cuadrar.
¿No deberían confesar a los demás que han viajado en el tiempo?
Vega no quiere ni oír hablar del tema. Se acerca la noche de la tormenta y no piensa poner su felicidad en riesgo. ¿Qué ocurrirá esa segunda vez? ¿Volverán a viajar al pasado o saltarán al futuro de la otra dimensión?
A Martín, por su parte, las cosas con Gloria no le van demasiado bien, aunque Blanca siga empeñada en que tienen que arreglarlo. ¿Cuál es el motivo de tanta insistencia?
Cuando Blanca recupera ciertos recuerdos, comenzará a dudar de si tomó la decisión correcta.
A lo mejor, todavía está a tiempo de cambiarlo todo… ¿O quizá no?
Porque el universo tiene sus planes y lo que tiene que pasar…
Siempre acaba pasando.
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, voy a contaros una pequeña anécdota acerca de cómo me enteré de la existencia de esta novela.
Como bien sabéis, el año pasado asistí a mi primer evento literario y por eso, pude desvirtualizar a algunas autoras y lectoras que seguía desde hace un tiempo y de las que me declaro fan. Estuvo chulo, la verdad y he de decir que aún conservo esa sensación de incredulidad por poder hacerlo. Entre ellas, pude saludar y hablar con Aitana, quien me entregó una imagen con las ilustraciones de los chicos.
Mi sorpresa fue mayúscula cuando, al girarle, de repente apareció la portada de este libro. Y corrí a preguntarle qué significaba y sobre todo, si estaba ya disponible para su compra porque sabía que me la iba a comprar entonces sí o sí. Pero no, no lo estaba. Así que tuve que esperar un ratín. Como el resto de los mortales.
Pero la espera ha concluido.
He de hacer sin embargo, otra advertencia porque, al ser una serie, he de decir que la historia se desarrolla en cada volumen y por tanto, tenéis que leerla en orden... a riesgo de spoilers. Porque, en lo que a relaciones y la profundidad de entendimiento entre los personajes sí que queda claro, independientemente de si se leen en orden o no.
Continuamos por tanto, con las aventuras y desventuras de las chicas, aunque en este caso, he de decir que es Blanca quien ocupa un rol predominante por encima del resto. Más porque ahora es feliz, tras haber conseguido aquello por lo que tanto luchó en el pasado/futuro y tras haber cons eguido esa segunda oportunidad de la que se cree merecedora junto a Jorge.
Pero, ¿es feliz? Y es que, este precisamente es uno de los temas que se repiten en más de un caso en la novela. La felicidad, la cual, asociada al ser humano es individual y por tanto, no podemos estandarizarla o imponerla al resto.
Lo que sí que hemos hecho como sociedad es haber olvidado que esta reside en las pequeñas cosas de la vida cotidiana y que normalmente no tiene valor material.
Tras esta premisa, por supuesto, la asociación con el amor propio, es inmediata. ya que este es el más importante de nuestras vidas. De ahí que, si no nos queremos a nosotros mismos, no solo no seremos felices, sino que además, tampoco podremos querer bien a los demás.
Por eso, a riesgo de quedar como egoístas o insensibles, tenemos que situarnos como prioridad, porque si las personas que están a nuestro alrededor nos quieren bien, nos apoyarán en la decisión como hemos tomado. Incluso en aquellos casos en los que, a posteriori, la propia persona sea consciente del error cometido. Porque el tema de los errores es otro que se repite en la novela, pero volveré más adelante sobre él.
Es que, de otro modo, conviene tomar una decisión y aceptar las consecuencias que después quedarse con la duda y el ¿y si...? constante, porque a la larga, se convertirá en un escollo difícil de superar.
Afortunadamente, Blanca tiene un círculo fuerte que la rodea y la apoya, en sus amigas y en Martín. Quien se sacrifica por ella, aunque es también un poco cobarde para consigo mismo en lo que a su futuro se refiere.
Aunque, ejerzo de abogada del diablo para con él, no solo porque me ha conquistado y ha provocado que me cambie de bando - que también - sino porque, su comportamiento y actitud es heredado en cierto modo por imposición social.
Me explico, nos han inculcado la idea de la seguridad y la estabilidad de por vida. En todos los aspectos de la misma, de ahí que entienda que se haya "acomodado" en su puesto fijo de trabajo y haya aparcado sus sueños de ser escritor. Y así ha provocado que la monotonía aparezca en la pareja y que estén en puntos diferentes de la relación. De ahí el agobio y la crónica de una muerte anunciada.
Sin embargo, se termina revelando como un movimiento erróneo porque, la sociedad ha evolucionado en una dirección completamente opuesta a la de este tipo de sentimiento de seguridad y sobre todo, porque al no ponerse como prioridad, la realidad es que no vive, sobrevive. Dos verbos que, aunque pueden parecer sinónimos, para nada lo son. Y por eso, al no haber aprendido la diferencia, no es feliz.
Junto a ello, también se aprecia en él - y por eso le entiendo tanto - el hecho de que también sufre un síndrome del impostor considerable. Porque, aún hoy no se considera la del escritor como una profesión, y por lo tanto, como buena parte de las profesiones que tienen que ver con el mundo de las letras y la literatura, son menospreciadas y criticadas. Cuando no tendría por qué ser así, porque la literatura va más allá de un entretenimiento. Y también, porque conviene que tengamos presente que no a todo el mundo se nos dan bien las mismas cosas. Y por eso, deberíamos dejar de asociar el triunfo y el éxito con una buena profesión o estatus laboral, porque no es así.
La crítica, por tanto, a la sociedad, está bien presente y evidente con el personaje de Jorge.
Otro tema que también se repite de manera muy evidente a lo largo de las páginas de la novela es el de la idealización. Y cuán peligrosa es ponerla en práctica con cualquier aspecto de nuestras vidas. O incluso personas. Porque idealizar no es otra cosa que un sinónimo de perfeccionar. Y la perfección no existe. Por eso, tratar de perseguirla incansablemente provoca la insatisfacción por no ver alcanzado nuestro objetivo. Y sobre todo, la tristeza al ser conscientes del tiempo perdido en esa persecución. A causa de nuestra cabezonería. Porque sí, Blanca en este caso, es también pelín cabezona.
Aunque podría decirse también que, cumple con esa premisa de que no hay más ciego que quien no quiere ver. Porque las señales están ahí, bien visibles y presentes desde el principio, pero ni siquiera tal que así, es con una segunda lectura cuando se da cuenta de que quizás, quizás siempre estuvo equivocada.
Eso sí, me ha gustado el mensaje que se envía con esta actitud porque, queda demostrado que saber asumir nuestros errores y nuestras faltas no es síntoma de debilidad, sino de fortaleza. Por ahí también por tanto, se le da la importancia que tiene a la comunicación.
Relacionado en este sentido, otro aspecto muy bien desarrollado, más en esta serie es que tengamos mucho más presente el tiempo. Como objeto y regalo valioso. Porque la vida solo es una y por eso, si bien es cierto que conviene dar segundas oportunidades en la vida, la realidad es que se tiene que hacer cuando merezca la pena. Porque tiene fecha de caducidad. Así que la filosofía del Carpe Diem está bien patente, una vez más.
De ahí que, menos lamentos y lamentaciones en el pasado ya vivido que nunca fue y conviene por tanto, focalizarnos en el presente y así dejarnos de preocuparnos o imaginar un futuro que no sabremos cómo será. Más si, como he mencionado, no le damos al presente, la importancia que merece.
Así que, en este sentido, saber aceptar el paso del tiempo es una acción que deberíamos realizar e incorporar con mucha más naturalidad que la que tenemos ahora, ya que así dejaríamos de tener y sentir miedo al respecto del mismo.
Un tema que también me ha gustado la inclusión gracias a la profesión de Blanca. Y sobre todo, por comparativa con las amigas, es el edadismo que siempre sufre la mujer. Pero sobre todo, más evidente e incisiva - hiriente incluso - si esta se dedica al mundo del espectáculo. Porque el foco - nunca mejor dicho - siempre estará sobre ella. Y nunca será lo suficientemente bella, flaca o joven.
Además, también se la criticará por el hecho de ser madre. O no serlo.
Tanto hombres como mujeres. Y de nuevo, la crítica aparece. Porque el hecho de convertirse en padres no es una decisión que deba tomarse a la ligera, sino que además, también tenemos que recordar que una mujer no es menos que otra por el hecho de querer ser madre o no.
En cualquier caso, si se da el paso, tenemos que tener bien presente que los hijos han de ser siempre la prioridad y que por tanto, no tienen que ser usados como bote salvavidas de la misma. Por eso, se han de evitar las comparaciones y respetar su individualidad. En lo que a gustos y profesiones se refiere.
Gracias a las viajeras, la sororidad es otro de los temas bien presentes y evidentes en esta novela. Pero aquí me ha gustado que la plantee tanto para bien como para mal. Porque así, queda demostrado que, si las mujeres dejamos de considerarnos más enemigas que amigas, el mundo será un lugar mejor para todos.
Pero, a la inversa, con el enfrentamiento - por parte de los demás - entre Gloria y Blanca, queda demostrado que las comparaciones son siempre odiosas y se ve por eso, la sororidad mal entendida. Pero, interesante ha sido poner de relieve la escala de grises al respecto de este tema. Ya que, la realidad es que tampoco es fácil estar en su pellejo, ya que no todo el mundo sería capaz de soportar ser siempre la otra pese a ser la oficial y sentir por tanto, la alargada sombre de quien nos precede.
Así que, creo que en el fondo, sí que sucumbe a la tentación que se le plantea. Y, aunque no comulgo con esa actitud, la realidad es que, en este caso, lo entendería.
En cualquier caso, queda demostrado que, solo una pareja es la que conoce la verdadera intimidad entre sus miembros. Y por eso, antes de juzgar o emitir una opinión rápida o sin pensar, tenemos que escuchar todas las versiones de la misma historia. Podríamos sorprendernos.
Hay también amor romántico en esta novela. Y mucho.
Es más, habla de primeros amores y segundas oportunidades. Y hace un magnífico homenaje a que, si bien el amor es poderoso, tiene también su lugar y su momento. Pero para ello, ambos miembros de la pareja han de estar en el mismo punto de la relación.
Y para ello, una buena comunicación es fundamental. Porque, incluso en aquellos casos en los que no la ejecutamos de manera correcta, a la larga provocaremos un mal. A pesar también de que la intención sea precisamente la de querer buscar un bien. Así que esta historia está lleno de idas y venidas. Y de salseo. Con lo que yo he estado living todo el libro, el cual me ha durado dos días, he de apuntar.
Sin embargo, al igual que al paso del tiempo y del amor, debemos dejar de perderle miedo. Porque no es un síntoma de debilidad, sino al contrario, de fortaleza. Porque solo así evitaremos malentendidos, disgustos, rupturas sentimentales. E incluso, aprovecharemos el tiempo, el cual tampoco debemos perder.
Más cuando nuestra felicidad es lo que está en juego.
Y sobre todo, porque tenemos que tener bien claro también que, si está destinado a ser, será. Sea en la dimensión que sea, porque el universo es sabio y por ello, conspirará para que suceda.
No voy a decir más al respecto de la historia, al menos más allá de que el giro me ha convencido por completo y estoy muy feliz por la evolución de la serie en sí. Y por todo lo que aquí sucede en este volumen también, ya que en ningún momento, ningún libro pierde calidad.
Tampoco me cuesta nada reconocer que he cambiado de bando. Porque si bien queremos un malote empotrador, es a la larga, un buenazo que nos quiera siempre bien lo que al final termina por conquistarnos de cara al futuro y a largo plazo.
La pluma de Aitana por eso, también es de las que conquista a largo plazo también.
Y yo por supuesto, quiero seguir conociéndola.
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!
Muchísimas gracias por la reseña y por el análisis de todos los temas. Es maravilloso leerte ❤️
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