Aquel verano contigo (bilogía mar y cierzo 1) de Marina Phoenix
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que han llegado a mi casa en días pasados. En este caso, he de confesar que tenía muchas ganas de esta novela y aproveché así también para conocer la pluma de su autora, con lo cual, puedo hacer lo propio con vosotros.
Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Aquel verano contigo, el primer libro de la bilogía Mar y Cierzo, escrito por Marina Phoenix.
SINOPSIS
Un verano. Dos mundos muy distintos. Un amor. Sofía ha tenido un curso horrible: ha sufrido una dolorosa pérdida y su madre hace tiempo que dejó de actuar como tal.
Por este motivo, pasar todo el verano en un turístico pueblo de la costa mediterránea le parece un plan estupendo. Desconectar, tomar el sol, salir de fiesta con su amiga Andrea y atiborrarse a helados es la mejor terapia que se le ocurre.
Solo quiere vivir el presente. Ha encerrado sus sentimientos en una cajita de cristal, y no dejará que nadie la rompa; no está dispuesta a volver a sufrir.
Sin embargo, no contaba con la aparición de un misterioso chico con unos impresionantes ojos azules que parece empeñado en interponerse entre ella y su propósito.
Y es que Iván es experto en complicarlo todo…
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, es el primer volumen de una bilogía, y que la historia se desarrolla en ambos volúmenes. Pero, tengo también buenas noticias para vosotros ya que, la bilogía está publicada al completo y por tanto, no os vais a tener que quedar con el gusi gusi o el ansia por querer saber más.
En este caso, conoceremos la historia de Sofía e Iván y de cómo se enamoran en verano. A pesar de todo, realizando por tanto un paralelismo bastante inteligente con esa idea de que todos tenemos un verano inolvidable, así como que los primeros amores nunca se olvidan. Amén de que en más de una ocasión, ambas cosas coinciden.
Además de ser una historia de opuestos que se atraen, esta no es la típica novela romántica juvenil ambientada en verano. Puesto que se desarrollan una serie de temas dignos de ser comentados en mayor profundidad. Y por eso, quizás me ha gustado tanto, porque así ha convertido a la literatura en un arma de denuncia de aquellos aspectos de nuestras vidas o nosotros, como sociedad, que no son tan bonitos o brillantes y que por eso, tendemos a omitir convenientemente.
Si tuviera que describirla esta sería, sentimental. Ya que el primer gran tema que se desarrolla entre sus páginas, no es otro que el del duelo. Y la gestión del mismo.
Aquí, además vuelve a trazarse otro paralelismo con el amor, el segundo sentimiento imperante de la novela. Porque en ambos casos cada uno lo vive y experimenta de manera individual, por eso, no debemos estandarizarlo.
Sin embargo, también se nos advierte de los peligros que un sentimiento mal gestionado como este puede tener en nuestras vidas. Y también cómo impacta y afecta a quienes nos rodean. Porque si permitimos que este tome el control, a la larga no vivimos, sino que sobrevivimos y así, a posteriori, no somos felices, el cual ha de ser nuestro objetivo vital. Y lo que es peor, contagiamos esa infelicidad - en ocasiones sin ser muy conscientes de ello - a quienes están a nuestro alrededor.
Y esto también es peligroso, ya que, el hecho de no saber superarlo puede derivar en problemas mentales mucho más peligrosos como puede ser la depresión. Y aquí por tanto, se pone de relieve la importancia de la salud mental, sirviendo así de pretexto para darle el lugar que todos deberíamos de darle en lo que a prioridades se refiere. Sin embargo, como aún hoy hay mucho estigma y malentendido al respecto de la misma, solemos no acudir a este tipo de profesionales, agravando así el problema.
Por eso, me ha sorprendido que ninguno de los personajes principales con serios problemas o temas que tratar al respecto del mismo, no hayan acudido a un profesional de la rama. Cuando era más que evidente que lo necesitaban. Así que por eso, siento que el arco argumenta de Sofía no está del todo cerrado en ese sentido. Más allá del final abierto de la bilogía, por supuesto.
Y al respecto del duelo, también he de decir que nadie se marcha del todo hasta que lo olvidamos. Así que sí que es una ausencia dura y desagradable, pero se puede sobrellevar algo mejor si pensáramos más en esos pequeños aspectos positivos de la vida cotidiana.
También hace una crítica brutal a la sociedad en lo que a prejuicios por desocnocimiento y miedo se refiere. Y aquí hago alusión a los centros de menores, los cuales, en más de un caso, se piensan como la antesala de la cárcel de los adultos y por tanto, concentrarían en ellos a lo mejor de cada casa y, hablando en plata a "la carne de cañón" cuando, si nos atreviéramos a perder ese miedo y sobre todo, a ser lo suficientemente autosuficientes a la hora de elaborar nuestra propia opinión, seríamos capaces de dejar atrás rumores y malentendidos varios, y así darnos cuenta de cuán errados estábamos al respecto.
Y es que las apariencias engañan y solo en las distancias cortas es cuando se conoce a una persona, como bien queda demostrado aquí. Amén de que a veces, las primeras impresiones pueden ser bastante erróneas.
Junto a ello, también me ha gustado mucho la contraposición de este par porque, vuelve a criticarnos ya que no somos conscientes de que la verdadera riqueza de la vida está en las pequeñas cosas del cotidiano y en aquellas que carecen de valor económico. Sin embargo, como el amor hacia lo material y el consumismo tiende a ser una de nuestras señas de identidad, no lo valoramos lo suficiente y por eso, tienen que ser otras personas que vienen de fuera y con situaciones bien difíciles las que nos hacen que nos demos de bruces con la cruda y dura realidad.
Como digo, hay mucho amor en esta novela, no siempre del todo sano. Y por eso, paso a relatarlo.
El primero amor que encontramos es que el que se produce entre los miembros de una familia. Y ahí ya comienzan las discrepancias porque, no siempre nuestros familiares son las personas que mejor nos quieren del mundo. Porque padre se hace y no se nace y por eso, el mero hecho de compartir un grupo o vínculo sanguíneo con otra persona tiene por qué acarrear o conllevar la aparición del sentimiento de manera inmediata. Y tampoco debemos valernos de esa idea de que, al ser familiares todo se nos va a ver perdonado, no es así. Quien algo quiere, algo le cuesta, así que hay que trabajárselo.
Por eso, sí, estoy de acuerdo con la definición que Iván hace de su padre. Muy muy adecuada.
Relacionado con eso, las circunstancias en las que hemos sido criados, tienen un profundo impacto en nosotros. Puesto que tomamos a nuestros padres como referencia. Y estos contribuyen a que nos comportemos o pensemos de una manera determinada u otra al respecto de una determinada situación. Por eso, contribuyen también a la madurez o al desarrollo de un niño antes de tiempo.
Aquí, a priori, podría parecer que es Iván quien peor lo tiene. Y es verdad, pero también Sofía sufre lo suyo y por tanto, aunque pueden y son opuestos, la realidad es que también son más parecidos de lo que pudieran pensar. Es por eso que, considero que ambos se reconocen el uno en el otro desde el principio y que por ahí en interés camuflado en odio.
Sí que hay un buen amor de Iván para con Cris, a pesar de que eso le provoque angustia y sufrimiento. Pero sobre todo, destacaré en este punto de la entrada, el homenaje más que necesario hacia los abuelos, encarnado en este caso en el de Sofía. Y así, una vez más se les da el rol real que ellos tienen en la sociedad, en la que son mucho más importante de lo que se pudiera pensar. Porque son "perros viejos" y por eso, su sabiduría proviene de sus experiencias vitales, de ahí que la compartan y enseñen y a nosotros no nos quede de otra que aplicar y aprender. Amén de que, como vienen de vuelta de la vida, tienen la potestas y la prioridad de decir y hacer lo que les venga en gana. Y es más, tenemos que agradecerlo porque, en más de un caso, queda demostrado que, o nos hablan claro y nos zarandean o seguimos estáticos, sobreviviendo.
Dada la edad de los protagonistas, también se pone de relieve el amor entre la familia que se elige, los amigos. Y me ha encantado esa simbiosis entre la pandilla de él, y la pandilla de ella. Porque queda demostrado que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Es más, que cuanto más diversos y diferentes sean de nosotros mismos, más ricos seremos. Porque harán que se nos caiga el velo de la cara. Ese mismo que nos impedía ver todo lo que estaba a nuestro alrededor.
Unos amigos que también pueden ser tóxicos y que, a veces, por presión de grupo, nos lleven a realizar actos o acciones que en realidad no queríamos. Así de fuerte es la sensación de sentirse parte de o la necesidad de buscar un mínimo de amor y comprensión. Como bien refleja Iván.
Sin embargo, este propio Iván, un luchador nato por naturaleza, un chico muy maduro a base de trompicones mentales y sobre todo, un señor caballero, demuestra que, un error no tiene por qué definirnos como personas, más si hay voluntad de cambio. Y que por eso, es tan fundamental conceder segundas oportunidades. A las personas, y a la vida. Podríamos sorprendernos.
Y esto de la diversidad también me ha gustado porque, lo relaciona con la empatía en primer lugar. Pero también con la sororidad, ya que las tres amigas: Sofía, Emma y Andrea, son bastante diferentes entre sí. Y aunque en puntos y ritmos diferentes vitales de la vida, se apoyan. Incluso en aquellas ocasiones en las que sin ser conscientes, por determinadas palabras que dicen, son quienes provocan daño. Y sobre todo, no intentan cambiarlas, porque hay que saber distinguir entre sacar la mejor versión de uno mismo y cambiarlo. Ahí aparece la toxicidad.
Por ello, queda demostrado con el trío la la la que, si las mujeres fuéramos más sorores con nosotras mismas, más a edades bien tempranas, el mundo sería un lugar mejor para todos.
La diversidad entre las chicas me sirve además para enlazar con otro tema importante en la novela, como son las relaciones sexuales. Las cuales, al igual que los sentimientos como el amor o el duelo, han de vivirse de manera individual y sin tratar de estandarizarla. De ahí, dada la importancia que le concedemos a las relaciones sexuales a día de hoy, por ser en apariencia más inocuas y por tanto, tener menos riesgo de causarnos daño o dejarnos secuelas, el hecho de haber introducido la asexualidad como tema es muy interesante. Ya que así, como con el tema de los centros de menores contribuye a dejar de estigmatizarlos, porque el conocimiento es poder.
Amén de que, una mujer, independientemente de la edad que tenga, tiene el mismo derecho de acostarse con cuantos hombres le plazca, sin que ello tenga que ser motivo de crítica o escarnio público. Eso sí, siempre que sea consentido. Porque NO es NO.
Porque, una vez más, queda demostrado cuán machistas seguimos siendo en el fondo muy machistas y aún hoy, por desgracia continúan aprovechándose de su fortaleza física para imponer su autoridad a base de miedo y también, el machismo continúa bien presente en nuestro imaginario colectivo porque, en más de un caso, siempre que sucede una situación peliaguda en la que hay involucrados dos personas, si una es de sexo femenino, resultará siempre peor parada.
Y por supuesto, hay amor romántico. Tanto sano como tóxico.
Por eso me ha gustado que recuerde que, en cuanto se pierde el respeto, la confianza también va de su mano. Y por eso, tolerancia cero ante el más mínimo gesto o comportamiento de este tipo. Al contrario, hay que huir lo más rápidamente posible antes de que las consecuencias sean más graves.
Un amor contra el cual no se puede huir porque aparece dónde, cuándo y con quién menos lo esperamos. Incluso aunque al inicio pensemos que son de otro tipo de cariz. Y un amor al cual tampoco podemos temporalizar, por eso me daba ternurita en ocasiones el supuesto control en la gestión de los tiempos de una de las historias de amor paralelas.
Aunque, al mismo tiempo, me daba pena porque de relieve lo duro y difícil que es estar en una relación cuando los componentes de la pareja están en puntos diferentes de la misma. Y a su vez, también sirve para reflejar cómo las buenas intenciones están llenas de daño y cómo por esa supuesta buena intención, es bien sencillo confundir amor con sentimientos de otro cariz, provocando a la larga, ese mismo dolor. A pesar de que la intención estuviera bien lejos de la misma.
Por eso, la comunicación es fundamental en todas las relaciones. Porque hay que hablar. De todo y con todo el mundo, especialmente de aquellos temas que son peliagudos o más vergonzosos a tratar, ya que el no hacerlo es lo que provoca la aparición de malentendidos, discusiones y rupturas sentimentales. Tal es el poder de las palabras.
Antes de saber que era una bilogía, y a pesar de que estuve disfrutando enormemente de la bonita relación entre Iván y Sofía porque son bien tiernos, mi cabeza ya preveía que era la crónica de una muerte anunciada. Pero no porque no se quisieran lo suficiente, dado que no es así. El problema principal es que no se querían bien a sí mismos. Y por eso, cuando no hay amor propio, la relación con los demás tampoco puede funcionar bien.
De ahí que me haya gustado el toque realista que esta tiene. Porque el amor es poderoso, pero en ocasiones no todo lo puede. Más que nada porque también es inteligente, de ahí que sabrá encontrar su lugar y su momento para aparecer o incluso reaparecer en nuestras vidas.
Y es que es bien cierto que no podemos huir de nuestro pasado, pero tampoco podemos hacerlo del sentimiento. Así que dejemos que sople el viento para que este par pueda así volver a subirse a la ola del amor de sus vidas y se den cuenta de que, sí que hay que volver al lugar donde fuimos felices. Porque son las personas que viven o están en el mismo las que terminarán convirtiéndolo en hogar.
El viaje ya ha salido hacia la siguiente parada.
¡Nos leemos pronto!
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