Fotógrafa y mentirosa de Natalí Navarro.
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de un libro que leí hace un tiempo, pero que, entre libros viajeros y beteos varios, hube de postergar en lo que a publicación de la opinión se refiere.
Pero, ya sabéis que todo tiene su lugar y su momento. Y por eso, no me voy a entretener mucho más en esta parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Fotógrafa y mentirosa escrito por Natalí Navarro.
SINOPSIS
¿Qué pasa cuando la ayudante que contratas no es para nada lo que esperabas?
La fotografía es mi mundo y para el mundo yo soy su fotógrafa. Así, tal y como lo oyes. He tardado muchos años en ostentar el título de mejor fotógrafa mundial en el sector de la moda, pero ahora que lo he alcanzado, nada, ni nadie, va a destronarme. Todo en mi vida ha tenido y tiene una única meta, SER LA MEJOR.
Soy Allison Mendoza, y si crees que soy una vanidosa, deja que te diga que: «Me importa una mierda, lo que tú y el resto del mundo creáis».
Bueno, eso es lo que pensaba hasta que…
Unas Navidades, un padre de lo más variopinto, un hermano con el que reencontrarme, un cuñado bocazas, una sobrina más descarada que yo y en especial… ÉL, desestabilizan mi vida.
Lo nuestro es una insensatez, pero «ÉL» no opina lo mismo y ha decidido entrar en mi vida para hacerse un hueco imborrable.
¿Podrá el amor salvar todos los obstáculos que nos imponemos con nuestros propios prejuicios?
OPINIÓN
En esta historia romántica vamos a conocer a Allison y Noah y les acompañaremos en su proceso de enamoramiento, del cual seremos testigos de primera mano. Aunque sí que es cierto que, a uno de los dos más que al otro le costará más reconocer sus sentimientos.
Sin embargo, es una historia que trasciende esa premisa romántica y guarda muchos más mensajes interesantes, dignos de ser explicados con mayor profundidad.
De entrada, sí que me gustaría decir que me gusta el nombre del protagonista, el cual está muy bien elegido. Más que nada porque soy de ese tipo de personas que cree que Noah es un nombre masculino - el Noé bíblico - y por eso, para nada me gusta escuchar cuando una niña se llama así. Aunque puede dar mucho juego y también llevar a equívocos... justo lo que aquí ocurre.
Además, Allison nos hace ver que las apariencias engañan y que la fiera no es tan peligrosa como pudiéramos pensar. Por eso, tras esa apariencia fría, inalcanzable e incluso a veces, pelín insoportable, se encontraba una mujer bastante insegura. Como suele suceder.
Por eso, el mensaje asociado a esto es bastante coherente porque, antes de decir o forjarnos nuestra opinión al respecto de una persona o un tema, debemos conocer todas las versiones de la historia. Podríamos sorprendernos.
Amén de que, tenemos que ser conscientes también del tremendo impacto y poder que tienen las palabras. Cuyas secuelas pueden mantenerse mucho más tiempo en nuestras vidas si se lo permitimos. Porque el daño es menos apreciable que las acciones y por este motivo, hacen más daño. Incluso en aquellos casos en las que las decimos sin ningún tipo de mala intención. Ya que, las buenas intenciones están llenas de daño. Y todos cargamos con unos demonios que no solemos compartir con los demás.
En este sentido, también me ha gustado mucho que la autora haya sido crítica con la situación de la mujer, Porque, somos de una manera mucho más habitual el blanco de las críticas e insultos. Tanto por hombres, como por mujeres. Incidiendo así en la ausencia de sororidad en nuestra sociedad y cómo también, eso refleja cuán potente sigue siendo el machismo entre nosotros. Y es que, cuando hay dos personas envueltas en una situación y esta puede ser difícil o peliaguda... la mujer resultará siempre peor parada.
A la mujer siempre se le exigirá poco menos que la perfección. Un imposible e inalcanzable que no existe, ni físico ni mental. Por eso, tenemos que apreciar que la belleza es un concepto subjetivo y por eso, cada uno es bello a los ojos de alguien. Porque la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Pero, por supuesto, si no somos bellos a nuestros propios ojos ni nos queremos bien a nosotros mismos... no podremos hacer lo propio para con los demás.
En este sentido, he de aplaudir la valentía de la autora al acercarse al complejo y complicado mundo de los trastornos alimenticios. Sin embargo, y aunque aparece reflejado, a mí me hubiera gustado que ella lo mencionara más veces y sobre todo, que hubiera quedado de un modo mucho más patente la importancia de la salud mental en lo que al acudir al psicólogo se refiere. Así, su personaje hubiera quedado mucho más cerrado y redondo.
Un concepto, el del amor propio, que se repite en más de un caso entre las páginas de esta novela y que por tanto, puede asociarse con más de un concepto diferente. Como puede ser por ejemplo el de la felicidad. La cual ha de ser nuestro objetivo fundamental a conseguir. Siempre.
Una felicidad que también puede aparecer de múltiples y variadas formas. Pero que siempre debemos perseguir si queremos tener una vida plena. Por eso, al inicio de la novela, Allison no es feliz, ya que no vive, sobrevive. Dos verbos que suelen confundirse y que la gente tiende a pensar como sinónimos y nada que ver. Al contrario el saber distinguirlos será clave para que nuestras vidas sean plenas.
Sin embargo, ella ha preferido refugiarse en algo que se le da bien y que la aleja de tener que socializar y experimentar sentimientos: su trabajo. Y puede parece un comportamiento un tanto extraño, pero nada que ver. La triste realidad es que más de una persona se comporta exactamente igual que ella y por eso, el clasismo está bastante entendido en nuestra sociedad. Porque se tiende a pensar que, solo aquellos que tienen y gozan de una buena posición económica, son realmente felices. Y no es así.
Para empezar no a todos se nos dan bien las mismas cosas y por eso, también todos los empleos son igual de importantes, independientemente de su categoría laboral. Es más, son aquellos empleos que tienen una menor cualificación los que terminan por revelarse como los más fundamentales. Y por eso, si pensamos a la inversa, la realidad es que estamos diciendo mucho más de nosotros mismos de lo que querríamos.
Además de eso, también tiene que ver con el ámbito laboral, la mujer tampoco se libra del machismo en él. Ya que, la sociedad nos obliga a que tengamos que esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos para ser consideradas igual de válidas que nuestros colegas masculinos. Pero incluso más, ni siquiera nos libramos del paternalismo o de los comentarios maliciosos acerca de los medios y modos en los que hemos llegado hasta allí una vez hemos alcanzado una posición de responsabilidad.
Noah es su ayudante, un chico que es quince años más joven que ella y que pone de relieve también cómo a veces, la juventud es un hándicap para encontrar un empleo. Por el tema de la experiencia laboral. Amén de que también subyace ese pensamiento de que los jóvenes no son maduros. Cuando la madurez no va asociada a una edad, sino a una personalidad determinada.
En este caso, me ha gustado que se ponga de relieve cómo existe el amor por el trabajo. Y cómo él, está enamorado de ella desde el punto de vista platónico laboral y personalmente... con el peligro que eso supone. Porque las expectativas son, difícilmente alcanzables. Y de ahí, el golpe es más alto y doloroso. Un modo muy original también de que, debemos tener en cuenta y saber perfectamente cuál es la diferencia entre ser un buen líder y ser un buen jefe. Lamentablemente Allison no es una buena jefa. Una manera original, aunque no menos cierta de que, de nuevo, el amor propio y la paz y tranquilidad mental influyen muy y mucho en la creación o no de un buen ambiente laboral.
Y por eso, un buen jefe es del mismo equipo que una persona que siente un buen amor sano. Y por eso, tratará siempre de sacar la mejor versión de sí mismo y de los demás. Además es paciente y debe crear un buen ambiente de trabajo basado en la confianza como para que todos posean una buena capacidad de comunicación, evitando así malos rollos. Así que, el paralelismo con una relación de pareja es bastante evidente.
Más que nada porque, una persona puede provocar que nuestro lugar de trabajo sea feliz o convertirlo en un verdadero infierno. En este sentido, he de decir que me ha gustado que le dé una vuelta de tuerca a la situación y que sea él quien lo sufre en sus carnes propias. Porque así permite introducir el tema de la masculinidad frágil. También muy presente en nuestra sociedad, a causa de la tan presente y errónea asociación de que los hombres no pueden ser sensibles.
Ellos son opuestos que se atraen. Y esa atracción está bien presente desde el principio. A pesar de que, como he mencionado antes, ella sea un hueso duro de roer. Aunque, nuevamente esa diferencia les enriquece y también ha permitido al lector el darse cuenta de esto, gracias a las situaciones familiares de uno y de otro.
Queda demostrado que todas las familias son válidas, independientemente del número de miembros que la conformen. Basta solo con que haya amor sano entre sus miembros. Y sobre todo, que este no se dé por descontado, ya que así suele suceder.
Como he mencionado anteriormente, es una novela romántica en la que se hace un fiel reflejo y descripción de la sociedad contemporánea en lo que al sentimiento del amor se refiere. Y así, al igual que sucede con la comunicación, solemos tenerle mucho miedo. Por su tremendo poder y porque aún asociamos que sentir y expresarlos de manera pública es un síntoma de debilidad, y al revés, es fortaleza.
Pero, dado que nos da pereza esforzarnos en casi cualquier cosa, preferimos buscar subterfugios y cobijarnos en dinámicas similares, pero más sencillas. Como puede ser por ejemplo el sexo. Craso error, porque al comportarnos así las estamos menospreciando, cuando son mucho más importantes de lo que pudiéramos pensar en cualquier relación romántica.
Pero además, olvidamos también que, el hecho de compartir en repetidas ocasiones ese tipo de intimidad, puede derivar y desembocar en sentimientos de un cariz bien diferente. Por eso, debemos dejar de pensar así y sobre todo, desde el primer momento en que apreciamos ese cambio, debemos hablar. De todo y con todo el mundo, evitando así malentendidos, discusiones e incluso rupturas sentimentales. Por contraproducente que nos parezca de manera inicial.
Porque el amor es inteligente y paciente. Y por eso, nosotros tenemos que hacernos acompañar de aquellas personas que nos vean siempre. Porque eso significa que que se han detenido a fijarse en nosotros, yendo más allá de nuestra fachada. Porque habrán sabido capturar nuestra esencia y habrán sabido discernir qué es verdad de lo que es mentira.
Más que nada porque con el amor no se puede mentir.
¡Nos leemos pronto!

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