Hechízame (Los poderes ancestrales II) de Jara Herondale

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. O mejor dio de los ejemplares en digital, ya que es un bilogía.

El volumen uno lo opiné no hace demasiado por estos lares, así que por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, os dejo con la sinopsis y mi opinión de Hechízame, el segundo volumen de Los poderes ancestrales, escrito por Jara Herondale.

SINOPSIS

UN BRUJO OSCURO. UNA ENTRENADORA. UN AMOR QUE NO DEBERÍA EXISTIR.

Hace seis años, un nuevo brujo fue marcado, pero la oscuridad en su sangre ha desatado la furia de los cielos. Para los arcángeles, Adrian Bas es una aberración, un ser que nunca debería haber existido. Su poder es demasiado inestable. Su destino, una amenaza.

Sarah White lo sabe. Como entrenadora de alter egos, su misión es ayudar a los nuevos marcados a controlar sus habilidades. Pero Adrian no es un caso común. Él no debería estar aquí. Él no debería existir.

Ahora, Sarah es la única que puede evitar que su poder lo consuma y lo convierta en un arma letal en la inminente guerra entre el cielo, el infierno y Nuevo Edén. Pero entrenarlo significa enfrentarse a algo más peligroso que la magia de Adrian: la atracción prohibida que amenaza con consumirlos a ambos.

¿Podrá Sarah enseñarle a controlar su poder o perderá ella el control por él?

OPINIÓN


Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario al respecto del libro y la serie en sí. Porque las historias son autoconclusivas y por lo tanto se pueden leer de manera independiente. Pero, para entenderlo todo mucho mejor y sobre todo, para evitar spoilers... conviene leerlos en orden.

Para mi suerte, en este volumen, el shippeo que ya vi venir en el libro anterior, se confirma. No sin dificultades, he de decir.

Y es que, una vez más, nos encontramos ante un enemies to lovers, aunque en este caso, el triángulo amoroso también aparece como trope. Y en este sentido, he de decir que me ha gustado su desarrollo, porque ya sabéis que no soy muy fan de los mismos porque, no suele explicarse todo lo bien que debería y, en más de un caso también, se corre el riesgo de que resulten casinos por su indecisión y por ser perros del hortelano.

En este caso, no ha sucedido así y el triángulo estaba equilibrado, aunque, es verdad también que, un poco perro del hortelano sí que ha sido Sarah. Actitud y comportamiento que no entendía, más que nada porque no se correspondía ni con su personalidad, ni sobre todo con la edad que tiene su personaje en esta novela.

Por eso, en más de una ocasión era más una niñata adolescente, antes que una mujer hecha y derecha. Y es cierto que la madurez no va asociada a una edad, sino a una determinada actitud y personalidad y que el miedo al sentimiento es lo que provocó en más de una caso determinadas reacciones, pero me pareció feo el modo en que actuó.

Eso sí, ha quedado demostrado cómo en todos y cada uno de nosotros se libra de manera constante una batalla entre razón y corazón y cómo por eso, no nos conviene presentar batalla al sentimiento. Porque es una guerra perdida de antemano.

No es la única guerra que se libra en esta novela, por supuesto. Ya que la batalla entre el bien y el mal, de manera pública y privada también tienen lo suyo. Lo cual pone de relieve dos cosas:

- La primera, que el poder, independientemente de la criatura a la que afecte es bien tóxico y por eso, estamos dispuestos a todo, con tal de alcanzarlo y sobre todo, mantenerlo durante el mayor tiempo posible en nuestras manos, independientemente de a quién tengamos que llevarnos por delante. Más si en algún momento lo tuvimos.

- Y la segunda que, el bien y el mal, no son opuestos, sino complementarios y que forman parte de un todo en el que nos incluimos a nosotros mismos. Un equilibrio que, a veces es difícil de mantener porque cualquier noticia o estímulo puede provocar que la balanza se incline finalmente hacia uno u otro lado.

Pero a su vez, esta dualidad o división también ha de servir como aliciente de cara al amor propio, que es le más importante de nuestras vidas. Por eso, si nos queremos bien a nosotros mismos, no podremos hacer lo propio con los demás. Tema que, en más de un caso Sarah ha ejemplificado muy bien, aunque aún más Uriel.

Pero además de eso, es una novela romántica. Con más de un tipo de amor, aunque no siempre sano.

Así, hay amor entre los miembros de una familia, la cual puede ser de sangre o no. Y en este caso, he de decir que me ha encantado, de nuevo, la especial y estrecha relación entre los hermanos Bas.

Pero que también haya servido para poner de relieve que, la paternidad nunca es fácil, pero que, una vez estos llegan a nuestras vidas, los padres han de poner a sus hijos por encima de lo demás y ni vivir sus vidas a través de ellos ni tampoco compararles. Al revés, han de buscar su individualidad y que así, finalmente puedan ser felices.

Como hacen Dante e Ishtar, pero como no hacen los ángeles ni Náamah.

Amén del hecho de que, casi al final del libro queda demostrado que padre se hace y no se nace. Y que por tanto, no hay que dar el amor por descontado. Al contrario, quien algo le quiere, algo le cuesta.

Por supuesto, también se ha puesto de relieve cómo los amigos pueden ser la familia que se elige y que en más de un caso, ellos sí que se comportan como solemos asociar a un familiar.

Unos amigos que, en más de un caso, también pueden derivar en algo más. Y por eso, el miedo al sentimiento amoroso. Porque en el caso de que la cosa no funcione ni salga bien, la pérdida en ese caso, sería doble. De ahí que ya se sugiera la importancia de la comunicación.

Pero además también se hace énfasis en la importancia de la misma porque, no hay que confundir amor con otro tipo de sentimientos, ya que, en ese caso, y a pesar de que nuestra intención diste de hacer un mal, terminaremos por provocarlo. Por eso digo que, el modo en que se ha comportado Sarah me enfadaba con ella y me provocaba una enorme y tremenda pena para con otro personaje porque, era evidente que no estaba enamorada de él. Y sin embargo, prefería conformarse con esas migajas y algo parecido al cariño antes que renegar del otro. Generando así por tanto, una dinámica en su relación bastante tóxica.

Relacionado en parte con ello, es una novela con mucho spicy y que sirve por tanto, para poner de relieve la importancia de las relaciones sexuales dentro de una relación. Y cómo, en más de un caso, solemos preferirlas a las relaciones sentimentales porque suponen menos riesgo al tener un riesgo menro de implicación. Aunque, es un error el hecho de considerarlas así puesto que, a base de repetir y compartir intimidad, esa química sexual puede derivar en algo más.

De ahí que, como he mencionado anteriormente, tenemos que hablar. De todo y con todo el mundo, porque solo así evitaremos malentendidos, discusiones e incluso rupturas sentimentales. Sin embargo, como tenemos tanto miedo al sentimiento casi como al hecho de ejercer la comunicación se refiere, preferimos callar y no comentar lo que pensamos o sentimos al respecto antes que ejecutarla en sí.

Ahí está el poder de las palabras, casi inigualable con otra cosa. Porque pueden hace mucho daño, ya que sus efectos son más prolongados al ser el tiempo, por ser invisibles. Pero también porque las asociamos como un síntoma de debilidad, porque no nos gusta exponernos con los demás. Y al contrario, no es debilidad sino fortaleza. Solo aquellos que son verdaderamente valientes son quienes se abren y exponen para con los demás. Y eso, con el mundo de los demonios y la magia oscura... está muy bien traído y desarrollado.

Aunque si poderosas son las palabras, poderoso es el amor. De ahí que me haya gustado lo clara que tiene las cosas Adrian desde el principio y sobre todo, lo inquebrantable que es su fe y su confianza en la relación. Hasta el punto de humanizarle y de querer que sea feliz, aunque no esté con él. Porque es así, quien bien te quiere, lo hará libre.

Es una novela con mucha más acción y por tanto, más vibrante que la primera.

Una historia que recuerda que toda acción tiene su consecuencia. Y por eso, conviene reflexionar en más de un caso, antes de atrevernos a comportarnos de una determinada manera ya que, esa decisión en caliente puede repercutirnos por siempre... y provocar la infelicidad, justo lo opuesto a lo que hemos venido a este mundo.

Eso sí, también conviene recordar que conviene dar segundas oportunidades en la vida, porque a veces las apariencias engañan y sobre todo, que un error no tiene por qué definirnos como personas. Más cuando hay voluntad de cambio.

Por eso, es de primeros amores y segundas veces. Como dije con anterioridad. Una pareja en la que me ha gustado también que ella sea mayor que él, aunque no demasiado. Más que nada porque, incluso en esos casos, la mujer ha de enfrentarse a la crítica y a los comentarios que tienen relación con el edadismo. Un debate que ni siquiera se plantea cuando la situación es a la inversa, demostrando así cuán machistas seguimos siendo y también cómo, a pesar de que hemos recorrido un amplio camino, aún queda un largo trecho por recorrer.

Para concluir, si bien es cierto que queda cerrado, la realidad es que se descubre un cierto detalle sorprendente al respecto de un personaje, cuya importancia al parecer es mayor de la pensada en un principio. Y que da pie a la posibilidad de una tercera parte de la serie.

Más que nada porque sí que es cierto que, en este volumen, podría decirse que hay un intermedio o un break. Una especie de calma tensa antes del enfrentamiento final... el cual estoy deseando leer.

Por supuesto.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!



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