Pecas y el maldito match de Christine Lage
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que llegaron a mi casa en días pasados. Y puede que este encabezado os resulte familiar, pero, es que me apunté a tantos que, poco a poco irán apareciendo por casa y de ahí su consecuente opinión.
En este caso además, es mi primer contacto con la pluma de la autora, y por eso, no me voy a entretener mucho más en esta parte introductoria de la publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Pecas y el maldito match de Christine Lage:
SINOPSIS
Pecas es una joven marcada por sus inseguridades y un pasado lleno de cicatrices emocionales, mientras que Gabriel es un hombre misterioso y poderoso, con un oscuro mundo que mantiene cuidadosamente oculto. Cuando sus caminos se cruzan, una atracción desbordante da lugar a una relación intensa apasionada y peligrosa.
Mientras ambos luchan por encontrar un equilibro sano entre el deseo y la destrucción, ciertas fuerzas externas comienzan a desmoronar lo poco que han construido juntos. Pecas se verá arrastrada a un abismo que desafiará su fortaleza mental y emocional, mientras Gabriel deberá enfrentar los fantasmas de su pasado y los peligros que amenazan con destruir todo lo que ama.
En un escenario de secretos, obsesiones y alianzas inesperadas, ambos deberán decidir hasta dónde están dispuestos a llegar por amor, por redención y sobre todo, por sobrevivir.
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario o reflexión al respecto de este libro porque, es sin duda, una de las opiniones más difíciles que voy a compartir por estos lares.
Y no porque el libro no me haya gustado, porque al contrario, lo ha hecho, y mucho. Sino por todo lo que me ha hecho sentir - para mal en buena parte de las ocasiones - mientras lo leía. Ya que mis enfados con un cierto personaje no pararon de producirse.
¿Sabéis lo de la frase que no hay que juzgar un libro por su portada? Pues esto mismo me ha pasado a mí, y a su vez pasará al lector con los personajes protagonistas de la novela.
Me explico, la portada puede llevar a pensar - a mí me pasó - que esto es una novela romántica con toques de enemies to lovers, pero "vainilla" en lo que al amor se refiere. Y sin embargo, para nada. Porque creo que no he leído una novela en la que se ponga de manifiesto de un modo más evidente que la literatura es algo que trasciende más allá que un mero entretenimiento o hobby y que puede servir de instrumento de apertura de ojos y reacción ante determinados aspectos de nuestra sociedad que para nada son bonitos o brillantes, sino que son la cara b y más sucia de la misma.
De ahí que aplaudo la valentía de la autora porque, puede que algún lector se acerque a esta novela y se dé cuenta de que lo que está viviendo no es sano, y por eso, le sirva de estímulo para ponerle punto y final y alejarse lo más rápido de toda la causa de su sufrimiento. Porque choca de lleno con la felicidad, que es sin duda el objetivo principal de nuestras vidas.
Además de todo esta premisa de partida, se han desarrollado varios temas que también son susceptibles de desarrollo. Y que por eso, paso a desgranar con más profundidad por aquí también. Aunque, en cierto modo, también tienen que ver con el amor. Ya que es el sentimiento que no para de repetirse de maneras múltiples y variadas en todas las páginas de esta historia.
El primer amor y que también es fundamental para alcanzar la felicidad es el amor propio. Y aquí, la autora vuelve a ser crítica porque vuelve a poner de relieve la presión de la sociedad acerca de las mujeres. Porque, se nos exige una perfección física y mental que no existe y que, fuera de control o aprovechando una baja autoestima retroalimentada por la sociedad y la falta de sororidad, puede derivar en una espiral de autodestrucción bastante peligrosa. Que es justo lo que le sucede a Atenea.
Una chica que no entra en los cánones de belleza actuales a causa de sus curvas y que además, tampoco "encaja" dentro de los ambientes de reunión contemporáneos porque es autista. En este segundo caso, sí que me hubiera gustado que se desarrollase ese espectro algo más, porque lo trata de manera superficial y casi de un modo anecdótico, cuando hubiera sido mucho más enriquecedor para su personaje y la historia que lo sacara a relucir en más de un caso y de un modo más evidente. Aunque sí que es cierto que, grados del espectro autista hay muchos y están más o menos desarrollados. Por supuesto.
Por eso, no se puede estandarizar. Paralelismo y símil idéntico al de la belleza, porque todos los cuerpos son diferentes y bonitos en su exclusividad. Porque la diferencia enriquece y no tiene por qué separar, amén de que las comparaciones son siempre odiosas. Incluso las que se hacen con buena intención.
Más que nada porque, en más de un caso, estas suelen estar llenas de daño. Sobre todo porque las palabras son mucho más peligrosas de lo que podríamos pensar, ya que sus secuelas son más invisibles en el tiempo. De ahí debamos pensar antes acerca de lo que decimos y de cómo lo decimos.
En este sentido, subyace la sororidad como tema también porque, en más de un caso, esos comentarios y esa falta de respeto vienen de las mujeres hacia las mujeres, poniendo así de relieve la falta de sororidad entre nosotras y cuán erróneo es ese comportamiento. Porque, si nos apoyásemos más entre nosotros, el mundo sería un lugar mejor para todos. Y en este sentido, por fortuna para Atenea, ella sí que tiene un grupo de amigas, siendo más una en concreto, quien la quiere, la apoya y le hace ver lo genial que es en su individualidad.
El paradigma afortunadamente está cambiando, pero como todos los cambios, estos requieren su tiempo. Y por eso, aún hoy nos siguen bombardeando con mensajes contrarios que, nos obligan a continuar persiguiendo ese ideal de perfección inexistente. Con los peligros que genera porque, nos convertiremos en personas tristes e infelices porque, perdemos mucho tiempo en esa persecución infructuosa y a posteriori, nos daremos cuenta también de todo el tiempo que hemos perdido a causa de nuestra testarudez y ceguera.
Sin embargo, lo que también queda claro de este tema es que, si no nos queremos bien a nosotros mismos, no podremos hacer lo mismo con los demás. Y si no sabemos, cómo hacerlo, tenemos que recurrir a la ayuda de un profesional.
En este caso, una vez más, he de decir que me hubiera gustado ver más presencia de los profesionales de la salud mental. Y con más de un personaje además. Sobre todo, porque me ha chocado que no sea tan concienzuda con este aspecto. Más que nada porque choca y rompe con la dinámica de los otros temas importantes que toca en ella.
Sino porque también, así hubiera contribuido a darle el lugar y la importancia que merece en nuestra sociedad, ya que el estigma aún persiste entre nosotros. Y al revés, tenemos que aprender a normalizarlo, por lo que es. Y así, del mismo modo que acudimos al médico cuando nos duele la cabeza, cuando nos duele el interior, el psicólogo puede ser justo la persona que mejor nos ayude.
Así que, me ha parecido sorprendente cómo, en casa del herrero, cuchillo de palo. Comportamiento muy habitual por otra parte del ser humano, porque ella quiere estudiar enfermería para poder ayudar y curar a los demás... siendo ella misma quien es la primera que la necesita.
Hay otro amor importante en esta novela, como es el amor por el poder y cuán tóxico puede llegar a ser. Porque, una vez nos inocula su veneno, estaremos dispuestos a todo con tal de obtenerlo y sobre todo, con tal de mantenerlo durante el mayor tiempo posible en nuestras manos.
Lo cual a su vez convierte a los poderosos en solitarios. Porque los convierten en personas desconfiadas ya que no saben si el interés es genuino o si también se acercan a ellos porque quieren extraer algún tipo de beneficio económico o personal de sí mismos. Y es que se cree el ladrón que todos son de su condición.
Se habla también del amor entre los miembros de una familia, el cual puede ser sano o tóxico. Y es un tipo de amor que se da por descontado, de ahí el error. Porque, quien algo quiere, algo le cuesta. Y es que, en más de un caso, solemos pensar que, por el mero hecho de ser un familiar y compartir por tanto, un mismo grupo sanguíneo, el amor brotará de manera espontánea y también se nos perdonará todo. Y al revés, quien algo quiere, algo le cuesta.
Amén de que, se pone de relieve el tremendo impacto que tienen las circunstancias en las que hemos sido criados, ya que consideramos a nuestros progenitores como nuestro punto de referencia y nuestro modelo a seguir. Por eso, continuamos aprendiendo y perpetuando determinados comportamientos y actitudes que no son sanos, como tal.
Y por supuesto, también se pone de relieve lo difícil que es la paternidad, pero incluso la luz que un hijo puede aportar a nuestras vidas. Porque, no es una decisión a tomar en caliente, sino que hay que pensar y reflexionar bastante al respecto de la misma. Ya que es una responsabilidad para toda la vida. Y por eso, desde el momento en que decidimos convertirnos en padres, estos han de ser siempre nuestra prioridad. En shock me quedé cuando leí por tanto la imitación a Medea de uno de los personajes de esta novela.
Amén de que, estas mismas circunstancias son las que pueden obligar o forzar a que una persona madure o crezca antes de tiempo, como es el caso de Eros. Un hombre que incluso, es naif en el sentido de que piensa que no sabe amar, cuando al contrario, sí que sabe hacerlo. Aunque tiene un concepto del sentimiento un tanto difuminado, eso sí. Porque, el amor se demuestra y se expresa con acciones y gestos, como él hace con su hermana Sara.
Y hay amor romántico. O bueno, no lo consideraría tal que así, porque es bastante tóxico entre ellos.
Pero, es interesante el modo en que se conocen porque lo hacen a través de una aplicación. Y así, se pone de relieve los nuevos modos de crear parejas, conocer a otras personas e incluso enamorarse en nuestra sociedad. Ya que las nuevas tecnologías han llegado para quedarse y por eso afectan a todos los ámbitos de nuestras vidas. Y como herramientas que son, depende del humano que las use y ejecute para inclinar la balanza hacia el beneficio o el prejuicio de la misma.
Y es que, amparados bajo el anonimato que nos proporciona una pantalla, podemos sacar a relucir nuestro verdadero yo o inventarnos una versión completamente diferentes de nosotros mismos, autoengañándonos en ese sentido.
En el caso de él, me ha parecido hasta tierno que saque su verdadero yo para con ella de este modo, porque así pone de relieve la importancia de la comunicación en todas y cada una de nuestras relaciones. Pero también lo enlaza con el miedo que esta nos provoca, asociándolo así con la masculinidad frágil, ya que en más de un caso, continuamos pensando que hablar es un síntoma de debilidad, ya que nos gusta exponernos o someternos al juicio externo. Cuando es al revés.
Solo aquellos que ejercen una buena comunicación conseguirán darse cuenta de lo importante que esta. Pilar fundamental incluso junto con la confianza si queremos que una relación prospere. O dicho de otro modo: hay que hablar. De todo y con todo el mundo, porque el mero hecho de no hablar es lo que crea la aparición de malentendidos, discusiones e incluso, rupturas sentimentales. Sin embargo, al no hacerlo, es cuando aparece justo lo que acabo de mencionar. Como bien ha puesto de relieve este par.
Otro tema importante e interesante es el de las relaciones sexuales dentro de una relación romántica. Porque estas suelen ser nuestra preferencia cotidiana por delante de las otras, ya que las consideramos más inofensivas y suponen un esfuerzo menor en lo que afecto se refiere. Craso error, porque la química y la compatibilidad sexual son muy importantes en ellas, hasta el punto tal de que, a base de compartir y repetir intimidad en ellas, se puede derivar en sentimientos de un cariz bastante distinto.
Una sexualidad que, al igual que el amor, se puede entender de manera diferente. Y por lo tanto no hay que imponer a los demás. Al contrario, hay que escuchar y una vez más comunicarse con el otro en esos casos. Por eso, una vez más, el modo en que él trata a Pecas... es otro síntoma más de lo erróneo o egoísta que tiene incrustado en su psique el concepto de amor.
Porque no la quiere bien, ya que quien bien te quiere, lo hace libre. Aunque eso suponga que nos tengamos que alejar definitivamente del otro, por doloroso que nos pueda parecer a nosotros mismos.
Un mismo amor sano que, a su vez, consigue que saquemos la mejor versión de nosotros mismos. Pero no nos cambia, eso sí que es toxicidad.
Por todo ello, esta pareja es bastante tóxica. Sobre todo porque ellos son perfectamente conscientes de lo que son y cómo son para el otro... y sin embargo, no cambian nada al respecto de esa situación. Sino que les gusta y parece que incluso, gozan en el regodeo del dolor. Lo cual es bastante alarmante.
Amén de eso, queda magníficamente reflejado qué es lo que sucede - con funestas consecuencias - cuando se inicia una relación y ambas partes están en puntos bastante diferentes de la misma. Porque él parte con ventaja y se aprovecha para manejar y tocar las teclas a sus anchas.
Y sí que es cierto que ella entre en el juego de manera voluntaria, recordando así que toda acción tiene su consecuencia, pero creo que no es consciente realmente de toda la oscuridad que le rodea. Al menos hasta el punto en que casi le roba la poca luz que la caracteriza.
Creo que, por eso, novelas y relaciones como estas, son necesarias ya que, desgraciadamente, son más habituales relaciones como esta. Y si se pierde el respeto y la confianza en una relación, esta está rota. Y hay rupturas que, son tan graves, que no se pueden arreglar.
Amén de que, me ha resultado muy interesante que use su relación como símil y metáfora de lo adictivo que puede ser un mal amor, como si de una sustancia tóxica más - drogas o alcohol - se refiere. Porque, es así. De ahí que podemos negar nuestro enganche y por eso, nos costará tanto desprendernos de la misma.
Sufrir, por eso, es un verbo que se me ha quedado corto mientras leía la difícil dinámica desarrollada entre este par. Y cómo no hacían nada para poder o querer cambiarla. Demostrando así que, aunque a priori eran bastante diferentes, la realidad es que eran bastante similares. Al menos en lo que a falta de amor propio se refiere... con los peligros que esto supone en su caso.
En cuanto al final, he de decir que, aunque realista, no es el que hubiera deseado para la historia.. Aunque, una vez más, la autora es realista a la hora de recordarnos el daño que ha hecho Disney y cómo por eso, aún hoy muchas de nosotras continuamos esperando la aparición de nuestro príncipe azul. Así que es duro y doloroso el golpe de realidad que nos da con lo que aquí sucede.
Sin embargo, el motivo por el cual no me ha terminado de gustar es porque, si bien sí que hay cierto grado de voluntariedad en lo que a cambiar y mejorar en sí mismos se refiere, la realidad es que las bases de la pareja no han sido reconstruidas del todo. Y por eso, la fuente de la debilidad, continúa ahí bien presente. De ahí que la posibilidad de que no termine del todo bien la cosa sigue siendo muy elevada.
Así que me hubiera gustado que ambos ahondasen más en su viaje de autodescubrimiento, autoconocimiento y redención y que este apareciera reflejado de un modo mucho más detallado en la novela, antes de tomar las decisiones que toman.
El libro continúa dirección su siguiente parada.
¡Nos leemos pronto!
Comentarios
Publicar un comentario