¿Me haces un hueco? de Andrea García Echeberria
¡Buenos días!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que llegaron a mi casa en días pasados. Sí, otro más. Pero lo avisé, así que no podéis decirme que os haya pillado de sorpresa.
En este caso, me estreno con la pluma de la autora, Andrea, así que por eso, os voy a compartir mis impresiones al respecto de la misma.
Por eso, no me entretengo mucho más y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de ¿Me haces un hueco? de Andrea García Echeberria.
SINOPSIS
Ericka es una mujer de California que lo ha perdido todo en la vida: su familia, su prometido, su felicidad, etc. Para salir del abismo en el que se halla inmersa, acude a una psicóloga que le aconseja dar un giro de 180 grados a su vida… Por lo que decide mudarse a Alaska. Rodeada de nieve y de paisajes paradisíacos, se enfrentará a su mayor miedo, volver a tener vínculos emocionales con otras personas, pero para ello contará con ayuda, incluso con ayuda animal. ¿Me haces un hueco? es una novela romántica que ahonda en las reflexiones sobre el amor propio y las relaciones con otras personas, una obra en la que el romance slow burn consigue atrapar desde el primer instante.
OPINIÓN
En esta novela breve vamos a acompañar a Ericka en su viaje de autodescubrimiento y autoconocimiento, literal y metafórico, en busca de la felicidad. Viaje que todos deberíamos emprender, a pesar de que pensemos que, la travesía es dura y difícil y de que podamos pasarlo mal durante la misma. Porque, a la larga, merece la pena. Y sobre todo porque, el destino final es la felicidad, de la cual todos somos merecedores.
La premisa de partida de Ericka no es nada agradable, porque, es la definición perfecta de tener un annus horribilis, aunque he de decir que, en la traca final, ella ha contribuido y mucho a que tenga dicha conclusión.
Y aquí ya se introducen dos conceptos que se van a repetir en más de una ocasión durante la novela, y que pueden ser contrapuestos y por lo tanto, anónimos, aunque al mismo tiempo, también son complementarios. Como son el amor por la vida, la cual puede cambiar de un momento a otro. Pero también, el duelo.
Y este, es un sentimiento, y por lo tanto, cada persona lo gestiona y maneja de una manera diferente, ya que lo concibe a su propio parecer. Por eso, la estandarización del sentimiento nunca es buena idea. Pero, lo que tampoco se puede hacer es vivir completamente en él, porque entonces se convierte en el dueño gestor y controlador de nuestras vidas, impidiendo por tanto que, al final no vivamos, sino que sobrevivamos. Dos verbos que pueden ser considerados sinónimos, pero que no lo son y por eso, cuanto antes aprendamos a diferenciarlos, antes podremos ser felices.
Por eso, me ha parecido interesante que también se introduzca aquí la versión de la gestión del duelo y cómo también afecta a quienes están a nuestro alrededor. No siendo fácil para la persona más afectada, pero tampoco para ellos. De ahí que, si ellos no quieren ayuda, difícilmente podremos prestársela. Y sí que es cierto que un buen amor ha de incluir entre las características que le definen la paciencia. Pero esta es tampoco infinita.
De ahí que si no hay el mismo grado de implicación entre los miembros de dicha relación y tampoco una buena comunicación fluida, la realidad es que terminan por desgastarse. Como aquí sucede. Y si bien las formas y maneras no son las mejores, sí que entiendo perfectamente cómo reacciona esa otra parte. De ahí que, como he dicho, me haya gustado conocerla, porque solo al conocer las dos perspectivas de una historia podremos formarnos nuestra propia opinión y expresarnos tanto a favor, como en contra, como diciendo los aspectos positivos o negativos de uno u otro.
Relacionado con este tema, a su vez, se desarrolla otro aspecto interesante de esta novela, como es el de la importancia de la salud mental. Por ello, aquí vuelve a confirmarse que, en más de un caso, la literatura va mucho más allá de un mero entretenimiento o hobbie, sino que trasciende en algo que va mucho más allá y sirve también para poner de relieve aquellos rasgos o aspectos de nuestra sociedad que no son ni tan bonitos ni tan brillantes.
Me ha gustado por tanto, que se le conceda que realmente merece. Y sobre todo, porque la opinión inicial que Ericka tiene al respecto es bastante común en la población. Y es errónea, porque, de la misma manera que cuando tenemos un dolor corporal, acudimos a un especialista sin ningún tipo de vergüenza o problema, debemos hacer lo propio, cuando nos duele la mente. Y saldríamos bastante beneficiados Porque conocerse bien a uno mismo, no es otra cosa que aprender a querernos. Y a partir de ahí podremos querer bien a los demás.
Además de eso, gracias a la relación sólida que construye con su psicóloga, se han desmitificado más de un estereotipo erróneo al respecto de los mismos. Y sobre todo, también ha quedado bien demostrado que, si el interés por ambas partes es el mismo, la relación puede salir adelante. Sin importar o no la distancia entre ambas personas implicadas.
Es ella por tanto, quien le da el mejor consejo que jamás pudo recibir. El de empezar de cero y comenzar a concederse por tanto, una segunda oportunidad. Total. La cual viene a confirmarle que, sí que sabe a amar, a pesar de que ella lo considere a la inversa. Apareciendo aquí otro nuevo tipo de amor, el que se puede sentir por los animales y que, sin que seamos muy conscientes, dice mucho de nosotros el modo en que nos comportamos con ellos y los cuidamos. Amén de que, el mensaje a favor de la adopción y sobre todo, del no abandono de los mismos es algo muy positivo de la novela. Pero como vivimos con miedo a expresarnos, porque así concedemos mucho poder y juicio externo a los demás, preferimos no hacerlo y callarnos todo lo que sentimos antes de dar ese paso que tantos beneficios nos reportaría.
Porque con el amor, pasa lo mismo que con la salud mental. Hay mucho estereotipo y nos da miedo. Amén de que seguimos considerando que es un síntoma de debilidad, cuando al revés, lo es, pero de fortaleza. De ahí que, una vez más, si queremos ser felices, tenemos que ponerlo en práctica sin dudar.
Y así evitaríamos también esas primeras malas impresiones, las cuales son erróneas. Más que nada porque, a veces son erróneas. Solo por eso, merece la pena acercarnos y conocerlas por nosotros mismos. Dejando atrás rumores, malentendidos y comentarios malintencionados. Podríamos sorprendernos por tanto. El mejor ejemplo en este caso, es nada más y nada menos que Alex.
Personaje que además sirve para poner de relieve cuán importante es la sororidad en nuestra sociedad, porque si todas las mujeres nos apoyásemos más entre nosotras, el mundo sería un lugar mejor para todo el mundo. Pero, como seguimos considerándonos más enemigas que amigas, más cuando hay hombres de por medio, seguimos sufriendo esas consecuencias.
Pero también aparece la sororidad pero bien ejecutada con la madre de Jacob, haciendo ver también que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Al contrario, cuanto más diversas sean de nosotros mismos las personas a nuestro alrededor, más ricos seremos. De ahí que tampoco podemos negarnos a la aparición de nuevas personas en nuestras vidas, porque nunca sabremos cuán importantes resultarán en ella. Que es justo lo que hace Ericka y lo que buena parte de nosotros también hacemos; ponernos la tirita antes de hacernos la herida. Sin saber si será leve o grave.
La mudanza y traslado de California a Kenai en Alaska. es una metáfora muy interesante de su propia vida, amén de un trazado de un círculo más que perfecto de la misma. Porque de la soleada California se traslada a la fría Alaska, cuando el sol, el calor y sobre todo, la sensación de hogar la trasladamos con nosotros. Y a su vez, contribuyen a ella muy y mucho las personas que habitan en dicho lugar. De ahí, nuevamente el mensaje que he mencionado anteriormente.
Sin embargo, también esta mudanza pone de relieve las ventajas y las desventajas de vivir en comunidades pequeñas, donde el sentimiento de ayuda y pertenencia es mucho más rápido en caso de necesidad. Pero el respeto a la intimidad y la privacidad también es más difícil de conseguir. Por eso, hay personas que no están acostumbradas a la misma y por eso, prefieren no vivir en ellos.
Y además también se pone de relieve que, incluso en pequeñas comunidades podemos hallar y encontrar el amor romántico. Del cual no se puede huir, de ahí que plantarle cara o batalla de inicio es una batalla perdida de antemano. Porque aparece dónde, cuándo y con quién menos lo esperamos.
Sea en forma de amigos, como es Alex - de quien me gustaría saber más - y Pit, un personaje que me ha encantado y que vuelve a conformar que, en más de un caso, los amigos son la familia que se escoge también.
Pero también en forma de relación romántica. Y es aquí donde entra Jacob, un personaje que en principio me confundió porque, me pareció ver atisbos de que iba a tener también un trauma o un problema más serio, cuando la realidad no fue así. Y en este sentido, he de decir que me pareció muy precipitado en la aparición, en el desarrollo y sobre todo, también en el final.
A pesar de todo eso, es un libro que se lee muy fácilmente y no solo por el número de páginas. Sino que es mérito de la manera de escribir de Andrea. Lo cual la convierte así en un libro estupendo para descansar entre lecturas más densas. Id haciéndole hueco, por tanto.
El libro ya sigue dirección su siguiente parada.
¡Nos leemos pronto!
Más que nada porque, en más de un caso, el miedo, los malentendidos y el impacto de sus relaciones anteriores, así como la mochila sentimental pesada que ambos cargan, les han permitido conocerse mejor y sobre todo, les ha impedido concederse la oportunidad de hablar y comunicarse con total efectividad. Por eso, en este sentido, me ha faltado mucho más profundidad en ello.
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