El club de los ex de José de la Rosa

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
editorial, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en físico. Pero sobre todo, que haya vuelto a confiar en mí para que le dé mi opinión acerca de su más reciente y novedosa publicación.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de El club de los ex de José de la Rosa.

SINOPSIS

SE BUSCA NOVIA FUGITIVA.

Viva, con resaca y talento para cagarla a lo grande.

Dejar plantado a tu prometido en el Ritz de París es un escándalo.

Hacerlo delante de toda la élite del Ibex 35, con un vestido de diseñador enganchado en un jarrón carísimo, ya es otra liga. Clara Volterra es una experta en huir. Del altar, de las relaciones estables y, en general, de cualquier decisión adulta que implique compromiso. En teoría, tenía la vida perfecta: un novio ideal, un anillo de tres quilates y un futuro de yates y brunches interminables. Hasta que, en plena fiesta de compromiso, su cerebro gritó: " Huye, insensata". Ahora, con media España debatiendo si lo suyo es un trastorno o simplemente mal gusto en el amor, con su hermano intentando incapacitarla legalmente y su madre fingiendo que no la conoce, su terapeuta decide darle el castigo definitivo: una terapia de grupo con gente que ha sido abandonada sentimentalmente. Bienvenida a EL CLUB DE LOS EX. Un grupo de apoyo para corazones rotos…en el que Clara es, sin duda, la villana. Si el amor es un campo de batalla, Clara Volterra es la artillería pesada. Entre compañeros de terapia con traumas dignos de telenovela, un terapeuta que parece líder de una secta y un guapísimo compañero que la confunde con una víctima más del desamor, Clara solo quiere una cosa: salir de ahí con su informe psicológico y su dignidad intacta. El problema es que no tiene ni idea de cuál de las dos cosas va a conseguir primero.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que no es la primera vez que conozco la pluma de osé. De hecho, adoro su novela Gigolo. Si bien es cierto que, de un tiempo a esta parte, lo he leído más en su vertiente romántica histórica que en su vertiente cómica. Así que, me me apetecía regresar a estos orígenes con él.

Y he de decir que ha sido un regreso por todo lo alto, porque es una comedia romántica, sí. Pero es también una novela que va mucho más allá y que vuelve a demostrar que la literatura es mucho más que un mero entretenimiento, sino que es un arma de denuncia de aquellos aspectos de nuestra sociedad que no son tan bonitos y tan brillantes y que por eso, conviene prestarles más atención.

Por eso, serán numerosos los temas que se irán desarrollando y analizando a lo largo de sus páginas. Aunque, de entrada e inicio, es todo un tremendo viaje de autodescubrimiento y autoconomiento de nuestra protagonista, Clara.

Una mujer que demuestra que, las apariencias engañan, y que por eso, antes de emitir cualquier juicio o crítica al respecto de cualquier persona o tema, tenemos que conocer todas las versiones de la misma. Porque podríamos sorprendernos y sobre todo, nos costará reconocer cuán equivocados estábamos inicialmente.

Pero, además de esto, con la situación de privilegio de Clara, se nos indica que la verdadera riqueza no se encuentra en una buena posición económica. Por mucho que nos hayan hecho creer lo contrario. Al revés, la verdadera riqueza se haya en las pequeñas cosas del cotidiano y que, generalmente tienen valor inmaterial. Pero, como parece que nos ha grabado a fuego que el éxito y la felicidad están asociados con el éxito y la riqueza, así nos descubrimos como una sociedad triste y sola. Amén de que, aprendemos esto de la peor manera posible. Y con bastante retraso, cuando ya el tiempo empleado - o mejor dicho, perdido - para tal fin es irrecuperable.

Como bien le sucede a Clara, quien se da cuenta de que vive en una cárcel de oro donde realmente no es dueña de sí misma y su vida y por eso, no importa lo caras, lujosas o bien confeccionadas las prendas con las que visten, son extremadamente pesadas y le ahogan. Características que pueden aplicarse a cualquier tipo de amor tóxico existente en nuestras vidas, porque quien bien te quiere, lo hará libre.

Una Clara que también es un poco contradictoria, aunque sirve para reforzar esa idea tan presente del clasismo que nos define como sociedad, porque aunque en ocasiones no está del todo cómoda, sí que cree que el dinero lo puede todo. De tan poderoso como es el veneno que inocula una vez llega a nuestras vidas - casi tanto como el poder - y por eso, como muchos, está convencida de que, no importa lo grave o las consecuencias que conlleven una acción que ella ha cometido. Por el hecho de ser quien es, y sobre todo, por una módica cantidad monetaria, terminará por escaquearse. Y no es así.

De ahí que, uno de los mensajes más importantes que el autor envía en esta novela es el de que la diferencia enriquece. Y solo seremos realmente ricos cuanto más diversos de nosotros mismos sean quienes estén a nuestro alrededor. Porque así, ellos nos mantendrán los pies en el suelo todo el tiempo, pero también pueden abrirnos los ojos hacia otras realidades que, hasta su llegada a nuestras vidas, nos habían pasado desapercibidas por completo.

Y por eso, el club de los ex, es tan importante hasta el punto de servirle de título a la novela. Y es que no debemos oponernos a la llegada de nuevas personas a nuestras vidas, independientemente del modo en que lo hagan, porque nunca sabremos cuál será la importancia en la misma.

Un segundo tema que también es muy importante en la novela y que a mí, personalmente me ha gustado mucho su inclusión es el rasgo feminista de la misma. Poniendo de relieve cómo aún hoy, las mujeres tenemos que esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos para ser consideradas igual de válidas que ellos. Pero además, se subraya de un modo que es alarmante, el escaso número de mujeres en puestos de responsabilidad o altos cargos en el mundo empresarial y sobre todo, cómo, incluso en aquellos casos en los que se consiguen por méritos propios, la sombra de la duda acerca de los modos en los que los hemos conseguido permanecerán ahí.

E incluso el paternalismo tampoco dejará de abandonarnos del todo. Y eso por no hablar de cómo se van a valer en más de una ocasión de nuestra condición femenina para usarlo como arma arrojadiza y poner en credibilidad, una vez más, nuestra validez. única y exclusivamente porque se sienten amenazados. Como, nuevamente, le sucede a Clara, y en esta ocasión por parte de su hermano Hugo, con lo que la puñalada es aún más trapera si cabe.

Pero el club de los ex también sirve para poner de relieve lo importante que es la salud mental. Más en una sociedad contemporánea como la nuestra donde vivimos estresados y concentrados en los objetivos, olvidándonos de disfrutar del proceso. Por eso, es tan fundamental el detenerse a hablar y sobre todo, conocernos a nosotros mismos, porque somos el amor más importantes de nuestras vidas. De ahí que, solo aquel que se conoce, se valora y se gestiona bien, podrá querer bien a los demás e identificar aquellas partes de sí mismo que necesitan de un trabajo de desarrollo.

Sin embargo, queda bastante bien reflejado cómo nos da miedo la comunicación, porque no nos gusta exponernos de cara a los demás. Y tampoco que nos juzguen, ya que el poder de las palabras es mucho más poderoso que el de los gestos. Porque sus efectos se prolongan más en el tiempo al ser menos visibles. Aunque, es curioso cómo, puestos a abrirnos a los demás, preferimos hacerlo a desconocidos porque así da la sensación de que el proceso es más transparente.

Y en lo que al poder de las palabras se refiere, también queda muy bien reflejado cómo, en más de una ocasión, la línea entre la sinceridad y la ofensa es muy difusa. De ahí que, en ocasiones, las buenas intenciones están llenas de daño y por eso también, como hay falta de costumbre en la comunicación, causamos más daño del que pretendíamos. Pero, eso no significa que también tengamos que temerla. Porque al revés, solo al hablar evitaremos malentendidos, discusiones incluso rupturas sentimentales temporales o permanentes. Así que, aunque suponga un enorme esfuerzo, hay que hablar siempre, los beneficios serán siempre mejores. Más que nada porque, la comunicación es uno de los pilares básicos de cualquier relación, si queremos que sea duradera.

Pero sobre todo, y en cierto modo se relaciona con el miedo a la comunicación, existe el miedo al amor. Lo cual es paradójico porque, si hay un tema que se repite de más de un modo es el amor. A veces sano y a veces tóxico, por supuesto. Sirviendo así de un perfecto y fiel reflejo de nuestra sociedad y cómo nos interrelacionamos entre nosotros.

Así, como ya he indicado antes, se alude al amor por el poder, el cual puede ser tóxico hasta el punto tal de estar dispuestos a todo con tal de alcanzarlo y sobre todo, mantenerlo durante el mayor tiempo posible en nuestras manos.

Pero también hay amor entre los miembros de una familia, el cual puede ser sano o tóxico también. Aunque en más de un caso, este se produce porque lo damos por descontado y porque tendemos a pensar que, por el mero hecho de compartir un grupo sanguíneo con otra persona, esto conllevará el brote o el surgimiento espontáneo del sentimiento, que perdurará. Y no es así, quien algo quiere, algo le cuesta.

Del mismo modo que, he de decir que, aunque Hugo es un personaje que tiene sus luces y sus sombras, como todos y cada uno de nosotros, sí que tampoco me gustó que condicionara al resto de su familia para que procediera como él con su hermana. Porque, vuelvo a lo de antes, para querer bien a alguien, tenemos que darle la libertad de pensamiento y actuación. Así como la decisión.

Eso por no hablar de que, no debemos privar a nadie del hecho de tener contacto con parte de la familia, más si son niños.

Hay otro amor muy importante que tiene que ver con nuestra segunda familia, que son los amigos. Y ella en este caso, tiene dos familias de lo más variopintas: la del grupo de amigos pijos, pero el del club de los ex.

Ellos ponen, como dije antes, que no existe un único modo de relacionarse e interrelacionarse entre nosotros, ni tampoco el de mantener relaciones, sea del tipo que sea. Porque todas las familias son igual de válidas, independientemente del número de miembros que posee. Y porque todas las historias de amor son igual de importantes, sin importar tampoco el tiempo que duren y perduren en nuestras vidas.

Por eso, no hay que juzgar el modo en que actúan o se comportan, porque la madurez no va asociada a una edad, sino a una personalidad determinada. Y porque, en más de un caso, existe un problema o una causa justificada que lo explica.

Así, por ejemplo, gracias a Jorge y Mario y al modo en que se conocen se introducen las apps de ligar, las cuales, generalmente son usadas para encuentros sexuales, pero que, como ellos demuestran, estas son más importantes de lo que pudiéramos pensar en una relación sentimental. Porque a base de repetirlas, se pueden derivar en en sentimientos de un cariz bastante diferente.

Pero, no es la única de las amigas de Clara quien sirve para presentar una actitud y tipo de comportamiento bastante erróneo en lo que a ellas se refiere. Porque, al considerarla más sencillas en lo que a implicación, esfuerzo y manutención en el tiempo se refiere, tendemos a pensar que no saldremos indemnes de las mismas, cuando no es así. Al mismo tiempo que, sirve para recordar que no podemos huir del amor, porque puede presentarse en nuestras vidas de la manera y el modo más diverso e inesperado. De ahí que debemos perderle el miedo. Y arriesgarnos.

Vuelvo a la pareja de amigos porque, ellos también demuestran que padre se hace y no se nace y que, la convivencia puede ser también la tumba y la muerte de una relación, porque puede desgastarla si no están en el mismo punto de la relación. Y sobre todo, porque también pueden servir para ver cómo el concepto de relaciones de pareja ha ido evolucionando con el tiempo. Y ninguno es mejor o peor que el otro. Solo que, para que termine por funcionar hay que hablar y clarificar las cosas... antes de que sea demasiado tarde. Más que nada porque, más de uno y más de una se aprovecha de la falta de conocimientos o la confusión a causa de tan nuevos conceptos para aprovecharse y camuflarlo de una cosa que no es. Haciendo daño al otro, de manera más o menos inconsciente.

Pero, a causa del club de los ex, es decir, la terapia a la que le obligan a asistir, también conoce nuevas realidades y circunstancias que tienen que ver con los sentimientos y las relaciones sentimentales y afectivas, de las cuales siempre extrae algún tipo de conocimiento y moraleja.

Principalmente, que el amor puede ser bastante tóxico y que si quieren cambiarnos, y ese cambio no tiene nada que ver con sacar la mejor versión de nosotros mismos, ahí no es y hay que huir. E incluso, como no hay más ciego que quien no quiere ver porque ese tipo de amor tóxico es adictivo y nos engancho, tenemos que ser lo suficientemente claros con el otro para hacerle ver lo que no está bien. Por eso, pese a la advertencia que se nos hace con respecto a Clara, sí que he de decir que, en algún momento sí que me he sentido identificada con ella y que, si estuviera en su misma situación en lo que a Lola se refiere, yo haría lo mismo.

Pero, a su vez, se nos recuerda que no podemos obligar a nadie a que nos quiera como nosotros queremos que lo hagan. E incluso aceptar también que el amor se acaba. Y que no pasa nada. Es más, ahí entra una vez más el amor propio para sostenernos y ayudarnos a ser conscientes de lo real que es al amor. Y que por eso, aunque es paciente, a veces se acaba. Del mismo modo que indica que, donde hay que mendigar el más mínimo resquicio de sentimiento, ahí no es.

E incluso Santi, sirve para que tengamos en cuenta el karma en nuestras vidas. Del cual puede parecer que hemos escapado, pero no es así. Siempre nos está esperando, porque es acumulativo, pero además también porque toda acción tiene su consecuencia. Y en lo que al mundo amoroso se refiere, normalmente suele devolvérnosla de la misma manera en que nosotros hemos actuado previamente.

Eso sí, también tenemos que tener bien presente. Y ahí es Santi nuevamente quien mejor lo representa, que el ser humano es evolución y que por eso, una acción puntual o un error, que también suele definirnos, no tiene por qué marcarnos para siempre. Más si hay voluntad de cambio por nuestra parte.

Porque, todos somos el villano en la historia de alguien. Basta solo con escuchar la versión de quien nos la esté contando. Eso sí, si todos tus ex hablan mal de ti, ahí empieza el problema y por tanto, conviene que nos lo hagamos mirar.

Y hablando de evolución, me ha gustado mucho la que Clara tiene en esta historia y cómo aterriza con un golpe de realidad de lo más necesario en su vida. Comenzando por su "empleo" de dependienta en el que se da cuenta de que son las profesiones de base y de menor cualificación las que son las más básicas y fundamentales para que el sistema económico funcione bien.

Pero también consigo misma, porque se da cuenta también de quién le aporta y quién no, pero al mismo tiempo aprende a usar y gestionar bien la empatía sabiéndose poner más en la piel y zapatos de los demás.

E incluso en lo fundamental que es saber cerrar capítulos y etapas de la vida que, al no hacerlo, se le habían enquistado y por eso, le impedían del todo ser feliz. Porque pedir perdón y asumir nuestros errores, no es síntoma de debilidad, sino de fortaleza y nos convertirán en seres humanos mucho más completos. Porque seremos felices. Y porque nuestro buen hacer será recompensado... de modos de lo más insospechados.

Porque la vida, al fin y al cabo es un camino de autoconocimiento y autodescubrimiento. Y por eso, nunca es demasiado tarde o demasiado pronto para emprenderlo. Eso sí, tenemos que encontrar a la mejor compañía posible en la ruta. La travesía siempre merecerá la pena.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!

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