Madrid tiene los ojos verdes de Lauren Izquierdo

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de un libro que leí en colaboración con la 
editorial, a quienes agradezco enormemente el envío del ejemplar. Y que me haya permitido también conocer la pluma de Lauren y así, compartiros también mis impresiones al respecto.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Madrid tiene los ojos verdes de Lauren Izquierdo.

SINOPSIS

¿Adónde huirías si tu ruptura se convirtiera en un fenómeno viral de TikTok?

Rocío Velasco es escritora de novela romántica.

Rocío tiene veintiséis años, es tauro y ama ver las puestas de sol frente al mar.

Rocío escribe historias de amor con finales felices, porque eso es lo que busca y eso es lo que quiere.

Sin embargo, a Rocío le han roto el corazón y su ruptura se ha hecho viral.

Y no puede soportarlo.

Por eso decide marcharse de Madrid. Lo que nunca imaginaba es todo lo que supondría este nuevo comienzo.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de la portada y del título en sí.

En lo que se refiere al primer punto, no creo que le haga justicia a la pedazo de novela que he leído. Sí que es cierto que tiene algunos elementos alusivos a la trama y a los personajes principales. Sin embargo, hay demasiadas flores, la casa se pierde y sobre todo, la combinación de colores me da unos vibes más setenteros y menos millenial o de generación Z que posee Rocío. Y por ahí, creo que se le podría haber sacado más rendimiento. Más que nada porque, como ya sabéis, soy de ese tipo de lectores que se guía por la portada como primer paso antes de decidirme si girar o no para leer la sinopsis.

Y en lo que se refiere al título he de decir que es de esos inteligentes, bien visibles pero también ocultos desde el principio. Y por eso, me ha gustado tanto. Ya que solo al acabar la novela, el lector entenderá el motivo por el cual esa y no otra ha sido la elección final.

Entrando ya en materia de opinión, en esta novela vamos a conocer el viaje de autodescubrimiento y autonocimiento de Rocío, en el cual se reconcilia consigo misma, con la vida e incluso con su novela. Y todo esto os durará un suspiro porque la pluma de la autora es muy ágil, fluida y contemporánea. Hasta el punto de que en más de una ocasión, rompe la cuarta pared y el lector sentirá cómo se está dirigiendo a él de manera directa.

Pero, además de todo esto - que no es poco - se tratan y desarrollan una serie de temas que son bastante susceptibles de ser tratados con más profundidad.

Así, por ejemplo, ella se traslada temporalmente de Madrid a un pueblo pequeño, con las ventajas y desventajas que eso supone. Porque, el sentimiento de pertenencia y acogida es mucho más rápido e inmediato, pero el respeto a la intimidad es algo menor. De ahí que no pocos están dispuestos a hacer ese traslado, más que acostumbrados al ritmo frenético e incluso al anonimato que una ciudad grande como puede ser Madrid, ofrece.

Sin embargo, ese anonimato cada vez está más complicado el conseguirlo ya que, es indiscutible el cambio que ha supuesto en nuestras vidas la irrupción de las redes sociales en ellas. Para bien o para mal. Porque, no son otra cosa al final que una herramienta en manos del ser humano y como tal, está en nuestras manos el saber y el querer darle según qué tipo de uso.

De ahí que, el hecho y el modo en que ella se ha vuelto viral permite poner de relieve estos dos aspectos que acabo de mencionar. Y por eso, la literatura de este modo puede convertirse en un arma de denuncia de aquellos aspectos de nuestra sociedad que son menos bonitos o brillantes. Como puede ser el hecho de que, una persona puede convertirse en famosa - para bien o para mal - de la noche a la mañana.

Pero que esa conversión no conlleva un servicio completo y total al público, ya que antes que nada son seres humanos, que sienten y padecen. Y por lo tanto, también merecen su cuota de anonimato y la oportunidad de lamerse las heridas y la gestión de sus sentimientos a solas. Ya que antes de famosos, son personas. Y por eso, también se envía un mensaje más que necesario a la sociedad al respecto de la cada vez más preocupante, falta de empatía.

De ahí que conviene recordar el daño que pueden hacer las palabras y cómo, amparados bajo el anonimato de una pantalla, parece que nos hemos convertidos en expertos de todo. Y al revés, nadie sabe de todo al cien por cien. Amén de que, relacionado con esto, también se nos recuerda que, antes de juzgar, criticar u opinar con más o menos impunidad, tenemos que conocer siempre las dos versiones de la historia, porque podríamos sorprendernos.

En este sentido, el hecho de que la autora haya estudiado comunicación y periodismo es, sin duda, un argumento que no puede dejar pasar, porque así, también realiza un homenaje más que necesario a sus colegas de profesión. Los cuales, a veces, tienden a ser denostados.

Y relacionado con esto también, el hecho de que se haya autoincluido como un cameo entre sus páginas me ha parecido muy guay, porque creo que ella, antes que nadie, ha querido dejar patente el amor y cariño que siente hacia su obra, pero que también, en el caso de que algo así le sucediera a alguien de su entorno, se comportaría de la misma manera.

Otro tema que también tiene que ver con las palabras y en la que a la autora no le han dolido prendas en mojarse es en dar su opinión acerca del mundo editorial. Porque, en más de un caso, el sueño de publicar una novela con una editorial, puede verse vapuleado y pisoteado por los intereses económicos y nada positivos de otros. Poniendo así de relieve que es un mercado de lo más competitivo y que se está dispuesto a todo por mantenerse en el candelero y que tampoco se toman muy bien los cambios editoriales, a pesar de que sea a mejor.

Junto a ello, también se pone de relieve el hecho de que, como es un negocio y en ocasiones de lo más lucrativo, el mercado se inclina más hacia la parte del consumidor que la del creador del contenido. Y eso es un error, porque como en toda relación, en el momento en que una de las partes está descompensada, a la postre terminará por salir mal.

Amén de eso, también creo que al pensar tal que así, en cierto modo se devalúa la profesión del escritor. Porque, considero que no es tan fácil como la gente pueda pensar, no solo el hecho de escribir una novela, que también. Sino el hecho de escribir una que sea buena.

Sin embargo, como en más de una ocasión, la voz del escritor es la menos escuchada, así se escriben segundas o terceras partes con tal de alargar un producto exitoso. O se exigen una serie de tiempos que, en buena parte de las ocasiones, son difíciles de gestionar. Y eso es un nuevo error, porque contribuye, una vez más a que el producto final pierda calidad.

De ahí que entienda a la perfección la posición que siente Rocío para con su vástago literario. Pero además también el modo en que a veces se comporta con él, no del mejor modo posible. Y es que, como bien queda representado, en más de una ocasión, e incluso de manera inconsciente, aquellos a los que más queremos, son quienes se convierten en el blanco de nuestras críticas y pagan nuestros platos rotos. Incluso aunque no son lo verdaderos responsables.

Esta manera por tanto, de incluir el amor entre sus páginas ha sido muy original. Pero no es el único tipo de amor que aparece entre sus páginas.

Si bien es cierto que, el primero del cual quiero hablar, el del amor por una familia, está intrínsecamente relacionado con otro sentimiento de un cariz un tanto diferente, como es el duelo. Y, aunque pueda parecer que son antónimos u opuestos, la realidad es que, en ambos casos son amor y son expresión de afecto. E incluso, como en ambos casos, los dos pertenecen al campo de la psique, no se pueden estandarizar. Porque cada uno tiene su gestión para el mismo, pero tampoco se puede vivir eternamente en él, porque entonces no se vive, sino que se sobrevive. Y además se corre el riesgo de perderse, aunque en ocasiones no es tan fácil el encontrarse. De ahí que la madre es quien mejor lo encarna.

Aunque madre e hija en ese sentidos son similares en lo que al viaje de autodescubrimiento se refiere porque, al final, terminan por darse cuenta que, por muy lejos que estemos del lugar donde vivimos o hemos nacido, la realidad es que serán siempre las personas que habitan en ellos las que los conviertan en hogar. Y por lo tanto, nos provoquen esas ganas de regresar a ellos siempre.

Rocío además, de manera inconsciente en su duelo, confirma esa idea que plantea que son las circunstancias en las que hemos sido criados las que tienen un profundo impacto en el desarrollo de una actitud y comportamiento determinados. De ahí que, en su caso, el hecho de no tener esa figura paterna creo que es lo que explica su comportamiento y actitud para con los hombres y hacia el amor.

En ambos casos, los tiene idealizados y además, contribuye a eso mucho su profesión de escritora de romántica. Efectivamente, consejos vendo que para mí no tengo. Y en cierto modo, el poso que las películas Disney y toda su cultura siguen teniendo en nosotros. Con los peligros que eso supone, porque la idealización es sinónimo de perfección y esta no existe. De ahí que intentar perseguirla incansablemente lo único que traerá a nuestras vidas será la insatisfacción por no ver nuestro objetivo cumplido y, a posteriori, la tristeza por no haber sido consciente del tiempo perdido en tan infructuosa búsqueda.

Por todo ello, busca, sin ser muy consciente su autovalidación y su cariño. No siempre con muy buenos resultados. Especialmente en lo que a elecciones de pareja se refiere. Más que nada porque se adapta e incluso cambia dependiendo de sus preferencias. Y en el momento en que nos olvidamos de uno mismo, ahí empiezan los problemas porque se abre la puerta a la toxicidad.

Pero, sobre el tema del amor propio regresaré más adelante. Ya que aún hay tela que cortar.

Otro tema muy importante es el de la familia que se elige, la de los amigos. Y aquí, se ponen de relieve más de un tema.

Como por ejemplo, que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Y por eso, cuanto más diferentes sean de nosotros mismos, más ricos seremos. Pero también que, no tenemos que negar la aparición de nuevas personas a nuestras vidas porque nunca sabremos cuán importantes podrían llegar a ser. Amén de que la vida es muy sabia en ese aspecto.

Un segundo aspecto interesante es el recordatorio de que, al igual que el resto de relaciones, una de amistad también puede desgastarse e incluso desaparecer si no se le da la importancia que merece. Por eso, no hay que darlas por descontada y quien algo quiere, algo le cuesta. Sobre todo porque, en este caso, en más de una ocasión, es bien fácil recuperar el contacto, ya que tiende a ser de todos, el más generoso. Por eso, las interactuaciones con Alexis y Claudia son de lo más acertadas, ya que son buenos amigos y sinceros, llamando a las cosas por su nombre. Siempre. Y sobre todo, intentando ser neutrales en la situación subrayando aquello que han hecho bien y mal a lo largo de los años. Sin recriminaciones. Como debe ser.

Aunque, de este tipo de amor familiar creo conveniente destacar como muy positivo el de Rocío con su mejor amiga, quien además es su agente. Me ha encantado cómo se apoyan y están ahí la una para la otra, convirtiéndose en su mejor apoyo y siendo duras, aunque también comprensivas cuando lo requiere la situación. Amén de que, a pesar de ser bien diferentes, las dos se retroalimentan. Pero en el buen sentido de la palabra y por eso, en más de un caso sirven de inspiración y modelo la una para la otra.

Pero este tipo de amor familiar en más de un caso puede derivar en otro de un cariz bien diferente. Como puede ser el romántico. Y de ahí el miedo a dar el paso, porque en el caso de que salga mal, la pérdida sería doble. Por eso, prefieren mantenerse en una cómoda - aunque en este caso queda más que probada lo incómoda que es en realidad - zona de confort e incluso distrayéndose con otro tipo de relaciones e interrelaciones con los demás como pueden ser las apps para ligar, con puros encuentros sexuales.

Porque son más sencillos y fácilmente gestionables al no suponer un esfuerzo grande su manutención. Aunque, eso no es otra cosa que menospreciar a las relaciones sexuales, porque también son muy importantes dentro de una relación. Hasta el punto tal de que la intimidad repetida puede derivar en algo de un cariz bien diferente.

Por eso, vuelve a demostrarse que, hay que perder miedo a amar y a comunicarse, porque, aunque parezca negativo, a la larga ese paso adelante limpiará nuestra conciencia y nos permitirá por tanto ser felices. De ahí que haya merecido la pena.

Más que nada porque, la ausencia de comunicación es la que provoca la aparición de malentendidos, discusiones e incluso rupturas sentimentales parciales o permanente. Amén de que, una buena comunicación junto con la confianza también son los pilares básicos de cualquier relación. Sea amorosa o no.

Y en este caso, queda más que confirmado con Germán, el casi algo de Rocío. Y este es un concepto que me ha hecho mucha gracia porque, creo que todos en algún momento de nuestras vidas hemos tenido algo parecido. Aunque puede que tuviera otro nombre.

Y es que Germán demuestra que las apariencias engañan y que el chico triunfador y exitoso, el líder de la adolescencia en realidad es mucho más inseguro de que lo que gente pudiera creer.

Un tema, el de la masculinidad frágil que no es la única vez que lo evoca un personaje masculino, porque realmente el ex de Rocío también adolece de lo mismo. Lo cual pone de relieve, a su vez, cómo el machismo sigue bien presente en nuestra sociedad. Ya que, a la mínima oportunidad o conato de sentimiento o amenaza por parte de una mujer, aún hay un hombre que no está dispuesto a tolerarlo. Y por eso, no le queda de otro que echarla por tierra. Cuando, conviene recordar que, para que uno mismo brille no hace falta opacar a los demás.

Pero Germán también pone de relieve un aspecto que es muy cierto. Y es de la individualidad como parte de la riqueza de la sociedad, porque no todos tenemos los mismos ritmos vitales y por eso, en más de un caso, la adolescencia quizás que no sea el mejor momento de nuestras vidas para tomar decisiones que la definan y nos marquen para siempre. Por eso tiene un peso tan grande nuestro círculo más cercano. Aunque no sea la mejor influencia posible. Y en este sentido, estoy de acuerdo con Rocío, no creo que Marcos sea una buena persona, aunque él intente hacernos creer que, al menos, un buen hermano sí que es.

Pero esa incapacidad para tomar decisiones también puede contribuir a que cometamos errores y que podamos entrar en una espiral que no sea del todo sana. Por eso, aunque al principio no fue santo de mi devoción, al final terminé por darme cuenta de que, hasta que por fin no se halló en el mejor momento consigo mismo y ha desarrollado un buen amor propio, no se ha manifestado a estar dispuesto a ser y darlo todo en una relación. ¡Cuán fundamental es eso!

Más que nada, porque él ha sido consciente del impacto que, como primer amor ha podido tener en su vida y cómo, en cierto modo ha contribuido a ser la vara de medir del resto de relaciones. Cuando ahí ha estado el error. Y por eso, solo aquellos que han pasado por ese proceso pueden entender mejor a otros y, al mismo tiempo, ser la mejor ayuda en el viaje de autoaceptación, que fácil no es.

Por eso, este amor a fuego lento con mucha química inicial y sobre todo, muchas capas que se han ido quitando, me ha gustado tanto. Puesto que además han confirmado que, el amor es poderoso, pero no omnipotente. Y por eso también tiene su lugar y su momento. De ahí que conviene recordar también que el amor es paciente y, por eso, a veces la espera merece la pena. El problema aparece cuando esto se pide en la sociedad de la inmediatez como es esta. Y por eso, en más de un caso, la impaciencia provoca el descarte. Y con ello, la infelicidad. Lo cual es justo lo contrario de lo que debe ser siempre nuestro objetivo vital.

Además de eso, no puedo no concluir que el amor es como la inspiración, aparece dónde, cuándo y con quién menos lo esperamos. A veces incluso en los momentos más inesperados. Sin embargo, ni con una ni con la otra tenemos que plantarle cara o resistencia, será siempre una batalla perdida de antemano.

Porque un amor, cuando es sano, no tiene tiempos y provoca que veamos la vida a colores. Como el verde, que es símbolo de esperanza. Por eso creo que la elección del color de ojos así como de su inclusión en el título no es baladí. Porque es asunción de errores, redención y por lo tanto, esperanza en el futuro que será lleno de luz y amor romántico.

Y letras, por supuesto.

Porque no puedo no hacer mención a Germán, una vez más y a la manera en que termina expresando sus sentimientos. No solo porque así vuelve a otorgar a las palabras el poder real que estas tienen. Sino porque ayuda por completo a errar y desmitificar esos estereotipos o ideas preconcebidas erróneas en torno a él.

Pero además, porque su preciosa declaración de amor en forma de misiva en mi opinión lo coloca en la misma categoría de otros héroes románticos que le han precedido. Como puede ser, por ejemplo, mi querido capitán Wentworth.

Primer contacto con la pluma de la autora, pero ya tengo ganas de más.

¡Nos leemos pronto!


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