Orgullo:los pecados de un lord de Elisa Nell
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de un libro que leí hace un tiempo, pero que creo
que es ahora cuando merece la pena que comparta la opinión con vosotros. No es la primera vez que leo a la autora, y por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación de Orgullo: los pecados de un lord escrita por Elisa Nell.
que es ahora cuando merece la pena que comparta la opinión con vosotros. No es la primera vez que leo a la autora, y por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación de Orgullo: los pecados de un lord escrita por Elisa Nell.
SINOPSIS
El orgullo es el escudo de los cobardes y el último recurso de los desesperados.
Londres 1848
Una mujer sin opciones…
Tras el asesinato de sus padres, Minerva Mendoza huye de España en busca de la protección de la duquesa viuda de Cardington, antigua amiga de su madre.
Encontrar un esposo, antes de que den con su paradero, será la única forma de eludir el cruel destino que la vida tiene guardado para ella.
Pero no contaba con el recibimiento tan hostil que tendría por parte de ese caballero de ojos profundos que tiene el poder de hacerle anhelar aquello que ya no tiene derecho a desear.
Un hombre testarudo…
Marcus Steven Buccley, actual duque de Cardington, no cejará en su empeño por desvelar cada uno de los secretos que esconde la nueva protegida de su madre.
Igual de bella que peligrosa, Minerva es algo más que la dama desvalida que se empeña en aparentar y disfrutará desenmascarando a esa hechicera que despierta en él sentimientos del todo inoportunos.
Dos almas incomprendidas…
Un destino común, un misterio que resolver y una lección que aprender.
Porque el amor no ciega el alma, ni el deseo nubla la razón.
Es el orgullo el que impide ver los caminos que marca el corazón.
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que esta es una novela que, si bien es una novela autoconclusiva, la realidad es que también es el primero de una serie. Y por eso, habrá alguna que otra subtrama que se va a ir desarrollando en los volúmenes sucesivos.
Pero, para vuestra suerte, ya está publicada al completo y por eso, podéis comenzar con ella sin problema.
En esta en concreto vamos a conocer la historia de Minerva y Marcus, una enemies to lovers que demuestran que las apariencias engañan y sobre todo, que no podemos renegar del amor porque será una batalla perdida de antemano, siempre.
Aunque, la enseñanza que más me ha gustado de todas las que se incluyen en esta novela no es otra quela línea entre el amor propio y el orgullo es bien difícil de distinguir, pero los extremos nunca son buenos y de ahí, que debemos entender que dar un paso atrás en ese sentido, no tiene por qué ser entendido como una debilidad, sino como el principio del fin para ser felices.
Más que nada porque el amor no se puede esconder o guardar como si de un secreto se tratase, al contrario. Hay que expresarlo y mostrarlo siempre en público, con orgullo de haberlo podido experimentar.
El problema es que, alcanzar la felicidad, al menos en el ámbito matrimonial era harto complicado, porque los matrimonios entre aristócratas solían ser entendidos como un contrato más en el que se obtenía algún tipo de ventaja para ambas partes. Bien económica y de título aristocrático. Y por eso, cuando el amor llegaba solía hacerlo a posteriori. Además de eso, eran las mujeres las que solían ser usadas como moneda de cambio de este tipo de nupcias, a merced y control de los hombres que estaban a su alrededor. Un caldo de cultivo maravilloso para la aparición y creación de movimientos disidentes y de protesta, y no solo el del sufragio femenino.
Todo este descontento por supuesto, puede ser utilizado para crear revulsivos en contra de la situación. Solo basta un lider, o lideresa, como bien sucede aquí que sepa captar y sobre todo, transmitir el mensaje. Misma lideresa cuyo nombre no revelaré, pero que pone de relieve que todos somos el villano en la historia de un otro, pero que además, antes de juzgar o criticar a alguien o un tema, debemos conocer todas las versiones de la historia. Podríamos sorprendernos.
En este sentido, me ha parecido muy interesante toda la subtrama de Las descendientes de Eva, quienes protestan del rol que la mujer ha tenido que ocupar en la historia, como villanas o como aliadas, dependiendo de la perspectiva que lo narrase. Siempre masculino, por supuesto.
Huelga decir por tanto que, al tratarse del primer volumen de la serie, la lideresa se atisba como una muy buena villana, de la que tengo ganas de saber más. Más que nada porque su ambición para con este objetivo parece no tener límites. Y sobre todo, porque introduce así, ciertos toques de acción, intriga y misterio que contribuyen a darle un ritmo muy ágil a la novela.
Pero este es solo uno de los múltiples tipos de amor que se incluyen en la novela, así que paso a paso.
Dada la ambientación histórica de la novela, un tipo de amor que subyace entre las páginas de la misma es el del amor por un país. O mejor dicho, por una patria, por la cual estaban dispuestos incluso a sacrificar sus vidas. Aunque, de modo muy interesante, también sirve para poner de relieve el amor tóxico por el poder, principalmente por los gobernantes, bien dispuestos a hacer de todo con tan de conseguir sus afanes expansionistas. Dinámica que, desgraciadamente, se sigue perpetuando a día de hoy.
Y una situación también que refleja la problemática de personas que, no tienen una patria en concreto, como es Minerva. Porque se aprovecha de lo mejor de cada casa, pero también cuando hay una situación peliaguda o peligrosa, las sospechas e incluso la culpa recae sobre ellos.
Hay también amor por los miembros de una familia. Y en ese sentido, Minerva toma a sus progenitores como punto de referencia porque, quiere vivir y experimentar lo que ellos tienen. Pero además estos desean que su hija sea feliz y libre, por eso respetan sus decisiones y le dan una educación "heterodoxa" para lo que es una dama. Y por eso también están dispuestos a sacrificarse con tal de que su hija crezca en libertad sin que nadie se la robe.
Minerva también al ser bella, sabe que puede usar sus rasgos físicos para obtener un matrimonio ventajoso y terminar de conseguir la protección que merece. Y ese es el punto de partida para recordar el amargo don de la belleza, porque Marcus desconfía de ella. Precisamente por ese motivo. Y ahí subyace que, generalmente el motivo por el cual rechazamos u odiamos a un tema o persona, se debe precisamente por envidia. Justo lo que le sucede a él.
Un hombre que, en apariencia lo tiene todo para ser feliz, pero en este sentido, no es así. De ahí lo de las apariencias. Porque en cierto modo se ha hipotecado en lo que libertad y felicidad se refiere en aras de conseguir la aprobación de una ley para una buena higiene de la ciudad y así, poder mejor sus condiciones de vida.
Y con eso, Marcus - como todos nosotros - se convierte en un hombre de contrastes. Y sobre todo, en alguien que no es el caballero frío que pretende hacer creer. Solo tiene miedo de que alguien vea su verdadero yo, lo cual, para infortunio de Minerva, ella ve a primer vista. Pero sobre todo, ahí se ve que sí que realmente se preocupa por lo demás. Y es más, que se fija en aspectos y detalles de los que la gente no es tan consciente como debería a primera vista, cuando, en realidad, suelen ser las más importantes. Como la higiene y la limpieza para aumentar la esperanza de vida y reducir la mortalidad. Una actitud que, a su vez puede extrapolarse con los sentimientos.
De ahí que sea un personaje con un arco argumental bastante curioso porque, a veces se le quiere y a veces no tanto, ya que en lo que a gestión y dominio de sus sentimientos se refiere, suspende. Y mucho. Porque Minerva le desestabiliza en todos los aspectos y facetas de su vida y por eso, es una tentación demasiado grande para conseguir la libertad, pero al mismo tiempo también, para que finalmente acepte quién es, lejos de la imagen rígida y encorsetada que se ha creado con demasiado esfuerzo.
Por último, si bien los enfrentamientos y cómo, poco a poco los protagonistas se han dado cuenta de que, en realidad son más parecidos de lo que creen me han gustado mucho, la realidad es que he disfrutado mucho más de esta novela, por todas las subtramas amorosas de los secundarios. Porque hay hueco para todos los clichés literarios habidos y por haber, los cuales, eso sí, no voy a desarrollar porque, es mi intención de ir desgranándolos poco a poco en futuras y sucesivas opiniones.
Principalmente porque en una en concreto veo mucho resentimiento y dolor. Y dudo mucho que la cosa como sabemos, porque nos faltan muchos indicios. De ahí que, para no incurrir en la dinámica de, en casa del herrero, cuchillo de palo, no voy a manifestarme a favor de uno u otro sin conocer todas las aristas del prisma.
Eso sí, con la lectura de este libro, tenemos que tener en cuenta que, la llegada del amor a nuestras vidas, independientemente del tipo que sea, siempre es motivo de orgullo. Y por eso, no tenemos por qué no atrevernos a sentir, al contrario, abrirle los brazos y las puertas de nuestro corazón. Ahí conoceremos la felicidad más plena.
¡Nos leemos pronto!
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