Un highlander feroz para comerte mejor de Iris Romero
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Pero sobre todo, que haya querido colaborar conmigo nuevamente.
Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y prefiero concentrarme en lo importante de la misma, y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Un highlander feroz para comerte mejor, escrito por Iris Romero.
SINOPSIS
Me llamo Azul (podría haber sido peor, a mi madre le flipan las sandalias). Estudié Historia del Arte, pero aquí estoy, en una desastrosa tienda de antigüedades con Piluki.Nuestro misterioso jefe no deja de enviarnos paquetes desde Escocia, y ya no sabemos qué hacer para vender semejantes baratijas por artículos de valor incalculable.
Así que, mientras tanto, hacemos apuestas sobre si será un Indiana Jones versión highlander (fantasías erótico festivas de Piluki), o un capo de la mafia sesentero, cuando llega un nuevo paquete.
A ver cómo le damos salida a un cuento infantil. Y claro, me da por leerlo.
Porque soy tonta; me aburro; ya sabéis, me llamo Azul...
Ahora sí que pasan cosas su-per-i-ni-ma-gi-na-bles en mi vida.
Pero, oye, descubro quién es nuestro jefe. Ay, Piluki, tú sí que sabes, nena.
Creo que ya os he contado demasiado, aunque este cuento no ha hecho más que empezar.
¿Os atrevéis a leerlo?
Advertencia: no se recomienda su lectura para personas con problemas de corazón. En caso de duda, consulte con su psicólogo.
OPINIÓN
En esta comedia romántica vamos a conocer el modo en que Azul encuentra a un highlander que la enamora para los restos, Hunter. Pero, como suele ser habitual en las novelas de Iris, también se tratan una serie de temas que son bastante interesantes de desarrollar. Y por eso, procedo a ello.
Como podréis comprobar, el título de la novela quizás os suene de una de las frases quizás, más icónicas de los cuentos infantiles clásicos que nos han acompañado desde siempre. Y es que, precisamente por eso, el título es de esos inteligentes que solo tras haber acabado la novela se entenderá. Sino que además también, sirve para introducir uno de los temas que se tratan y desarrollan en todas las páginas de la novela.
Y he de decir que me ha gustado porque, recientemente se ha iniciado una polémica acerca de que si los cuentos infantiles tal y como los conocemos siguen teniendo cabida en nuestra sociedad o no. Y por eso, en más de un caso, han sufrido una censura o una adaptación para hacerlos más actuales.
En mi opinión, eso tiene sus partes buenas y sus partes malas. Porque, de entrada demuestra que tenemos la piel muy fina en determinados temas. Y sobre todo, también sirve para poner de relieve lo erróneo que es usar el presentismo para juzgar u opinar, en primer lugar la historia - por eso creo que, el hecho de que trabaje en una tienda de antigüedades no sea baladí - y en segundo lugar, y ya haciendo alusión al libro, los cuentos populares. Que ni siquiera son reales.
Aunque sí que es cierto que su impacto y su poso cultural es aún hoy bastante fuerte, porque ideas como la del príncipe azul para conseguir ser felices o tener suerte en el amor o de que las mujeres son damiselas en apuros, continúan muy presentes. Y por eso, hay niñas y mujeres que todavía lo buscan. Pero también considero que, llegados a una edad, la sociedad es bastante adulta e inteligente como para comenzar a distinguir qué es real, qué es no y sobre todo, lo que es beneficioso para nosotros y lo que no. Más que nada porque, todos los cuentos no hacían sino otra cosa que servir de camuflaje para el aprendizaje y advertir en modo de moralejas de lo que nos podría suceder si nos comportamos como el malo del cuento.
Pero sobre todo, es una historia de amor, que refleja el modo y la manera en la que la sociedad se enfrenta al sentimiento, y no siempre lo hace de la manera adecuada, he de decir. Sobre todo por miedo, o porque lo hemos idealizado, lo cual es también muy peligroso.
Y comento esto porque, para empezar idealizar es sinónimo de perfeccionar. Porque eso no existe. De ahí que cuanto más la persigamos, más nos daremos cuenta a posteriori del tiempo perdido en esa persecución infructuosa y por eso, nos enfadaremos. De ahí que, como he comentado antes, la relación con los cuentos infantiles está muy presente, porque han contribuido y mucho a esa idealización del sentimiento. A base de finales felices y cielos del mismo color que el nombre de la protagonista; azules.
Pero, del lado del miedo está Hunter. Porque es también cierto que, en líneas generales, sentimos miedo a profundizar en el sentimiento. Porque no podemos gestionarlo siempre como nos gustaría, pero además de eso, supone un esfuerzo para el cual no todo el mundo está preparado. Amén de que sentirnos expuestos para con otra persona no tiende a gustarnos tampoco. Del mismo modo que tampoco suele gustarnos salir de nuestra zona de confort. Como bien indican y representan tanto el uno como el otro.
Por eso, sí que se les puede considerar opuestos que se atraen, que también porque buena parte de la novela están discutiendo, aunque, al mismo tiempo, se dan cuenta también de que son más parecidos de lo que parecen. De ahí que siempre conviene que tengamos en cuenta el hecho de que, las apariencias engañan y que a veces las primeras impresiones son erróneas.
Así que, esta novela es también una novela de segundas oportunidades. A la vida, a los demás, pero sobre todo también a nosotros mismos. Porque si no nos queremos a nosotros mismos, no podremos querer - bien, entiéndase - a los demás. Y en ese buen amor para con nosotros mismos, se debe incluir también el viaje de autodescubrimiento y autoconocimiento, como ellos realizan.
Sabiendo que, nadie es perfecto y que nuestras virtudes y nuestros defectos forman parte de un todo que nos hace únicos e irrepetibles. Y por eso, tenemos que aceptarlos, pero sobre todo, trabajar para que los defectos no sean los que nos definan, ya que si por algo se caracteriza el ser humano es por su evolución constante.
Misma idea que se debe aplicar con el sentimiento. Y es cierto que la pobre Azul ha tenido muy mala suerte con sus ex, los cuales han llegado a minarle la autoestima hasta el punto de hacerla creer que no es suficiente, cuando no es así. Todos tenemos derechos a ser amados y a que nos quieran.
Pero, el comportamiento que Azul tiene también es pelín peligroso, ya que en su búsqueda de amor, es tolerante con todo tipo de comportamientos y actitudes, algunas de las cuales no son sanas. Así que tolerancia cero con ellas. Porque quien bien te quiere, lo hace libre. Y además, en ocasiones también es difícil saber distinguir lo que es amor de sentimientos que pueden ser considerados sinónimos - cuando distan mucho de serlo- y por ahí, hacemos y nos hacemos daño. Aunque distase mucho de ser nuestra intención. Y es que a veces las buenas intenciones están llenas de daño.
En lo que a la historia de amor se refiere, ha quedado demostrado que, solo en las distancias cortas es donde realmente se conoce a una persona. Como bien les sucede a ellos. Y se dan cuenta por eso, de que en realidad los opuestos no son otra cosa que complementarios. Con otro nombre, claro.
De ahí que, antes de juzgar o criticar a cualquier persona o tema - como tanto nos gusta hacer - tenemos que formarnos siempre nuestra propia opinión al respecto de todo. Y de ahí que la comunicación siempre ha de ser la clave. Porque la comunicación, al igual que la confianza han de ser los pilares básicos sobre los que se ha de sustentar cualquier relación, independientemente del tipo que sea.
Pero, al igual que sucede con el amor, le tenemos tanto miedo al juicio y a la exposición para con los demás, más si son cercanos a nosotros que, preferimos callar. Porque continuamos considerando que, tanto uno como otro son un síntoma de debilidad, cuando al revés. Es de fortaleza, ya que solo aquellos verdaderamente valientes y generosos son capaces de hacerlo; más en un mundo tan individualista como es este.
De ahí que por tanto, prefiramos mantener otra serie de relaciones. Más breves, puntuales y "sencillas" como pueden ser por tanto, las sexuales. Cometiendo ahí un nuevo error porque, así las menospreciamos cuando en realidad también son mucho más importantes de lo que pudiéramos pensar, ya que a base de compartir y repetir intimidad, podemos desarrollar sentimientos de un cariz mucho más diferentes. Eso sí, he de decir que, en este caso, ese primer encuentro entre ambos, me ha chocado por lo precipitado o inesperado del mismo. Entiendo que es para recordar que el sexo puede ser tan adictivo como cualquier sustancia ilegal y por eso, puede provocarnos los mismos efectos colaterales, pero me hubiera gustado que se hubiera producido de una manera diferente.
Con la subtrama de aventuras motivada por el hecho de haberse quedado encerrados en un libro de cuentos populares, se da la importancia por tanto, a la literatura como algo que trasciende un mero entretenimiento. Pero sobre todo, aboga por la igualdad de importancia en lo que a géneros se refiere, ya que uno no es menor que otro. De ahí que algunos de los personajes solo hablen rimando, no solo homenajea a los juglares como canales de transmisión de cultura y conocimiento, sino que también anima al lector a que se acerque al género lírico. Porque merece la pena.
De nuevo, eso sí, con paciencia y esfuerzo. Y por esas, una nueva relación para con el sentimiento.
Pero esta subtrama de aventuras también sirve para recordar que, el amor, no solo es una aventura en la que merece la pena embarcarse, a pesar de que nos saque de nuestra zona de seguridad y confort. Sino que además, es también y siempre un trabajo en equipo. Y que por eso, la implicación en la misma ha de ser siempre la misma. Porque en el momento en que esté descompensado, hará aguas.
Pero, si es un buen amor, como he dicho antes, no solo te dejará libre, sino que además provocará que salga a la luz siempre la mejor versión de nosotros mismos. Pero sobre todo, nos hace ver que, si bien está fantástico querer a alguien más, la realidad es que somos nosotros y nadie más el amor más importante de nuestras vidas. Y por eso, todos merecemos darnos cuenta de que somos el protagonista de nuestra historia y por eso, nos bastamos y sobramos nosotros mismos para convertirnos en nuestro propio héroe o heroína. De ahí que, al final el arco argumental de Azul sea tan cerrado.
Eso sí, aunque seamos el protagonista, como todos tenemos derecho a ser querido y amado, tenemos que encontrar a aquellos que nos rodeen en forma de magníficos secundarios. Si queremos que así, nuestro cuento tenga un final feliz. Y si este secundario sea un highlander feroz que nos coma mejor... pues mucho más que bien.
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!
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