Just a date: una cita en las alturas de Monica Steller

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco el envío del ejemplar y que me haya permitido así conocer más al respecto de esta serie. No es la primer vez que la leo, ya que conocí su pluma cuando me apunté a un viajero suyo, pero cuando vi cómo terminaba la novela anterior y sobre todo, que buscaba colaboradores... decidí apuntarme por si sonaba la flauta y tenía suerte. Y aquí estamos.

Por eso, no me voy a entretener mucho más al respecto de esta publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Just a date: una cita en las alturas de Mónica Steller.

SINOPSIS

Brooke trabaja en Just a date y le encanta ser la causante de nuevas parejas llenas de amor. A pesar de creer en el amor de una forma especial, lleva muchos años estancada en una relación intermitente. Ha intentado alejarse de Jake, pero algo la hace caer una y otra vez.

Lewis ha pasado los últimos años centrado en su trabajo, hace mucho que no tiene una relación formal. Hasta ahora los rollos eventuales habían sido suficiente, quizá porque aún no había encontrado a esa persona especial que hiciera tambalear los cimientos de su vida.

Una boda y mucho alcohol los lleva a una sesión de sexo desenfrenado.

Con amigos en común, son muchas las ocasiones en que deberán interactuar. Brooke decide olvidar y hacer como si nada hubiera pasado, Lewis acepta.

¿Serán capaces de olvidarlo?

¿Podrá Brooke alejarse definitivamente de Jake?

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir un par de cosas.

La primera que, el título de la novela no es Just a date, sino que ese es el subtítulo. En realidad el título sería Una cita en las alturas, el cual viene muy bien al respecto de este par. Y con eso, convierte a esta en una novela con un título de lo más inteligente ya que revela muchas cosas sin darnos cuenta. Y es que, en el caso de Lewis tiene que ver con su profesión, pero en el caso de Brooke es más difícil de apreciar a simple vista pero, se le relaciona con su concepto del amor. Y cómo de peligroso es situarlo en las alturas, ya que eso no es otra cosa que idealizarlo. Aunque volveremos sobre ese tema más adelante.

Además de eso, si bien autoconclusiva, se puede leer de manera independiente. Sin embargo, en mi opinión sería mucho más conveniente que lo hicierais en orden. A riesgo de spoilers de la paraje precedente, pero también para poder entender así la relación entre los personajes, puesto que todos están interrelacionados con todos y, al no hacerlo en orden, se pueden perder ciertos matices.

Aquí vamos a conocer la historia de cómo Brooke y Lewis se enamoran, desarrollando el cliché de friends to lovers, pero sobre todo, haciendo ver que no debemos hacer de menos o desprestigiar a las relaciones sexuales, porque son mucho más importantes de lo que pudiéramos pensar en una relación. Porque, a base de compartir esa intimida, se puede revelar una intimidad que, hasta ese momento, nos resultaba desconocida, pero además, pueden desarrollarse unos sentimientos de un cariz bien diferente.

Junto a ello, también se desarrollan otra serie de temas susceptibles de ser desarrollados con mayor profundidad y que por eso, paso a relatar.

En primer lugar, pueden parecer opuestos. Y por eso, esa atracción. Y sí, en cierto modo lo son, porque la situación económica de uno y otra están en las antípodas. Pero, la realidad es que, las apariencias engañan y por eso, conviene tanto rodearnos de personas que sean tan diferentes de nosotros. No solo porque la diferencia enriquece, sino porque así se nos abren los ojos hacia otra serie de situaciones y realidades que, desde otro punto de vista y maneras, nos hubieran pasado desapercibidas.

Pero además, esta misma diferencia puede hacernos ver que, la verdadera riqueza no está en la acumulación de posesiones materiales, sino en las pequeñas cosas de la vida. Y que por eso, tienen valor inmaterial. De ahí que, en más de una ocasión, aquellos que son más ricos viven en una jaula de oro. Solos y bastante tristes. De ahí que tengan que suplir esa ausencia de valores y sobre todo, sentimientos genuinos con otro tipo de objetos y dinámicas que, en ocasiones no son nada sanas para ellos. Como bien le sucede a Lewis.

Junto a ello, he de decir que, por eso son parecidos. Ya que, en ambos casos, las circunstancias en las que han sido criados han tenido un profundo impacto en el modo en que se comportan y actúan de adultos.

Así, ya se introduce el primer tipo de amor presente en la novela, es decir, el que existe entre los miembros de una familia, el cual se presupone - erróneamente - que va a durar para toda la vida y que va a perdonar y consentir todo. Cuando no es así. Quien algo quiere, algo le cuesta y por eso, no hay que presuponerlo, nunca.

Amén de eso, se pone de relieve lo difícil que es la paternidad. Y por eso, ellos también tiene que tener en cuenta que quien bien te quiere, lo hace libre. Así que hay que dejar libertad de acción y movimiento de nuestros hijos. Y no intentar imponer nuestro criterio ni querer reconducir sus vidas. Porque eso no es amor, es toxicidad. Y así no se quiere bien. Como hacen los padres de Lewis.

Incluso en aquellos casos en los que esas palabras se dicen con buena intención. Hay que tener mucho cuidado en esos casos, porque, en ocasiones, las buenas intenciones también están llenas de daño. Como así le ha pasado a la pobre Brooke.

Existe un segundo amor bien importante entre las páginas de esta novela, como es el que se tiene por los amigos. O también, la familia que se elige. En ese caso, me ha gustado que recuerde que, no podemos negarnos a la aparición o llegada de nuevas personas a nuestras vidas, porque nunca sabremos cuán importantes podrán llegar a ser en ella. Y sobre todo que, en ocasiones sí que tenemos que hacer caso a la canción de Objetivo Birmania, porque los amigos de mis amigas sí que pueden llegar a ser mis amigos.

En este sentido, he de decir que me han gustado mucho las dinámicas a través de mensajes de texto entre ellos. Y cómo se lanzan pullas y se cachondean, sin llegar a pasarse. Principalmente porque parece que todos han visto desde siempre lo que los propios implicados no. Y de ahí que, como son, en este caso, paraditos y tímidos, intentan darles - de manera más o menos sutil - empujoncitos para que se decidan a dar ese paso adelante.

Y sobre todo, me ha gustado ver la buena sororidad entre las chicas de la empresa. No solo porque así también se nos ha permitido saber que esta sigue yendo bastante bien, sino que también, un modo muy natural para permitir presentar nuevos personajes y subtramas. Como Maya, de la que siento mucha curiosidad, he de decir.

Lo que más me ha gustado de esta amistad es que se hace un alegato más que necesario a favor de la sororidad, la cual es fundamental que pongamos más en práctica, porque si nos apoyásemos más entre nosotras, el mundo sería un lugar mejor para todos.

Pero, lo que también me ha gustado de esta novela es que es bastante real a la hora de hablar cómo las relaciones evolucionan. Y, si bien es cierto que los ritmos de evolución de cada persona son distintos, la realidad es que, una relación de amistad también debe tomarse con la importancia que tiene y ha de ser recíproca y por eso, en ambos casos, la implicación ha de ser idéntica. Amén de que, una relación de este tipo también puede ser muy tóxico. Por eso, no debemos dudar tampoco a la hora de tener que alejarnos de aquellas personas que nada bueno nos aportan en nuestras vidas. De ahí que, me parece muy acertada y coherente la actitud de Lewis con Tony.

Para concluir con el tema del amor entre los amigos, también se recuerda que, de una relación de amistad también puede nacer una relación romántica, porque las mejores relaciones son aquellas en las que los miembros de una pareja, además de ser amigos son amantes. Pero, por otro lado, ahí está el miedo a dar un paso adelante, porque en el caso de que la cosa salga mal, la pérdida sería doble. E incluso podría afectar a quienes están a su alrededor.

Es aquí donde, he de decir, he visto la parte más débil de la historia, porque sí que es cierto que nos la narran como un cliché friends lo lovers con amor a fuego lento. Y, sin embargo, a pesar de que los sentimientos estaban ahí, en más de una ocasión me ha faltado algo más de manifestación de forma pública. Por eso, la he visto mucho más como amigos que como amantes. Más cuando, no hay que olvidar que en uno de sus primeros encuentros se lanzaron a mantener relaciones sexuales, con lo cual, la chispa y la química sexual que tendría que estar ahí, me ha faltado.

Y como ya he mencionado, hay mucho amor romántico. No en vano, la serie se llama Just a date porque la empresa trata de buscarte el amor de tu vida y emparejarte con él. Así que aquí nada de fugacidad y sí muy a favor del largo plazo.

Pero este amor romántico es de un tipo, ya que no hay que olvidar que el amor puede ser sano y también puede ser tóxico. Y de esto sabe y mucho, la pobre de Brooke.

Su dinámica para con el sentimiento sirve para poner de relieve varias cosas. En primer lugar el impacto que pueden tener los primeros amores en nuestras vidas, tanto para bien como para mal. Porque así, sin darnos cuenta, lo usamos como vara de medir y comparativa del resto de relaciones de nuestras vidas. Y no es así. El sentimiento, al igual que el ser humano, evoluciona y varía. Y por eso, no podemos idealizarlo, porque eso sería convertirlo en perfecto, lo cual es muy peligroso. Principalmente porque la perfección no existe y por eso, tratar de perseguirla y alcanzarla lo que conllevará la infelicidad por no haber podido alcanzar el objetivo y el enfado por haber perdido el tiempo, siendo solo conscientes del hecho a posteriori.

Pero además, porque conviene recordar que todas las historias de amor de nuestras vidas son igual de importantes, independientemente de su duración. Y por eso, tenemos que tratarlas con el cuidado que merecen.

Otro aspecto que también me ha gustado es el hecho de que ha sabido usar las circunstancias de Brooke para que recordemos que tenemos que alejarnos de aquellos amores tóxicos, los cuales disfrazados de preocupación y falsas promesas, nos prometen un cambio que nunca se producen y, a la larga, terminan por convertirnos en culpables de una situación de la que no somos responsables, minando nuestra autoestima y amor propio en el camino. Así que no, tolerancia cero con ese tipo de actitudes y relaciones.

Y es que, por egoísta o incomprensible que pueda parecer, tolerancia cero con ese tipo de personas y actitudes, porque eso no es amor. O al menos, no es un buen concepto del mismo. De ahí que, a pesar del desarrollo lento de la pareja y de que me ha parecido más una amistad durante buena parte de la novela, puedo entender el por qué de ese ritmo. Porque ella aún estaba bastante tocada y se corría el riesgo de comparar. O de que los fantasmas del pasado se interpusieran entre ellos, terminando de fastidiarlo todo.

Por eso, hay otro amor bien presente entre las páginas de la novela. Y ese es el del amor propio. El cual ha de ser siempre el más importante de nuestras vidas. Porque, si no nos queremos bien a nosotros mismos, no seremos capaces de hacer lo propio para con los demás. Y ese amor propio podrá ser, finalmente, el que nos sirva para priorizarnos - por muy egoísta que suene a ojos de los demás - y que emprendamos algunos de los sueños que, por circunstancias de la vida, hemos tenido que dejar aparcados. Porque nunca es tarde si la dicha es buena. Y sobre todo, si nuestra felicidad está en juego.

De ahí que, alejarse de la toxicidad sea un muy buen punto de partida, pero también el hecho de recurrir a la ayuda de un profesional. En este sentido, me gustó que Lewis, a causa de sus demonios recurriese a uno, pero me hubiera gustado que, de cara al final volviese a recurrir a él. Principalmente porque, sí que es cierto que no todos los psicólogos son aptos o válidos para todo el mundo. Pero, creo que, dados los demonios con los que carga. Y sobre todo, con el mutismo para con respecto a ellos, su personaje hubiera quedado mucho más cerrado.

Pero, como he dicho anteriormente, esta también puede considerarse y calificarse como una novela muy coral, se aprecia en más de un casos, los diferentes prismas y aristas que el amor tiene. Y así, por ejemplo, se ve cómo la rutina, la monotonía o el hecho de estar en diferentes puntos de una relación pueden minarla e ir dinamitándola poco a poco. Por ejemplo.

Junto a ello, también se atisban futuras historias que están por llegar. Como puede ser por ejemplo la de Audrey, la cual he de confesar que estaba y estoy deseosa por saber. Principalmente porque aquí sí que veo la química con su futuro partennaire en esos piques que me daban la vida.

O la de Maya, un secundario que, he de decir que ha pasado bastante desapercibido en la novela, pero que, considero que está hecho ex profeso para que recordemos que, no hace falta tener un carisma especial para convertirse en alguien imprescindible en la vida de otros. Pero además, dada la responsabilidad de encontrarle pareja a Eric - el eterno soltero empedernido, por una razón potente. Eso sí - y sobre todo, por la aparición de alguien de su pasado... la han dejado bien dispuesta en la línea de salida para que sea ella quien brille y se convierta en la siguiente protagonista para que nos cuente su historia. Y aquí he de decir que, una vez más, como buena amante del sport romance y las segundas oportunidades que soy, siento mucha curiosidad por todo lo que nos tiene que contar.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!

Comentarios

  1. Ha sido un placer colaborar, y que hayas disfrutado esta historia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Destino en común de Ángel Gutiérrez

Only work, no play de Cora Reilly