Un verano en Park Avenue de Renée Rosen

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de un novela que leí en colaboración con 
Ediciones Maeva, a quienes agradezco el envío del ejemplar y me haya permitido conocer así la pluma de la autora. Para poder, a su vez, compartir mis impresiones con vosotros.

Por todo ello, no me entretengo mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Un verano en Park Avenue de Reneé Rosen.

SINOPSIS

El glamuroso Nueva York de los años 60 y la revista Cosmopolitan

Una novela chispeante sobre una generación de jóvenes luchadoras que buscan su espacio en un mundo de hombres.

La ciudad de Nueva York está llena de oportunidades para chicas como Alice Weiss, que abandona su pequeño pueblo del Medio Oeste para perseguir sus sueños en la gran ciudad y conseguir un trabajo con la primera mujer editora jefe de la revista Cosmopolitan, Helen Gurley Brown.

La joven, que quiere ser fotógrafa, ve una oportunidad perfecta, pero nada podría haberla preparado para el mundo en el que se adentra. Cuando intentan involucrarla para sabotear a su jefa, ella está más decidida que nunca a ayudar a Helen a triunfar.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, no soy una chica especialmente interesada en la moda y por eso, ni mucho menos me considero chica Cosmo. De ahí que tampoco sea una lectora habitual de esta revista. Y entonces ¿por qué me decidí a solicitar este ejemplar?

Porque soy muy amante de la historia. De las mujeres en particular y de las pioneras. Y por eso, quise saber más al respecto de ella, ya que desconocía total y absolutamente qué tenía que contarnos.

Y por eso, ¡menuda sorpresa agradable me llevé!

Porque sí, es la historia de Helen Gurley Brown, la primera mujer editora jefe de la mencionada revista. Pero es también un fiel reflejo de la sociedad de la época y de los cambios que estas estaban sufriendo en ella. Y por eso, no es nada fácil narrarlo. Ya que estaban en tierra de nadie. Y por eso, la contraposición de este personaje sofisticado y moderno con el de su secretaria, Alice Weiss, ma mujer clásica estadounidense y sureña, ha sido fantástico.

No solo por la contraposición en sí, que también. Sino porque es un mensaje muy a favor de la potencia que tiene la sororidad y por eso, cómo tenemos que seguir poniéndola en práctica. Porque el mundo sería un lugar mejor para todos. No solo para nosotras.

Además de eso, el lector que se acerque a esta historia se dará cuenta - más, si es lectora - que las cosas, a pesar del tiempo transcurrido, no parecen haber cambiado mucho. Porque aún hoy las mujeres tenemos que esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos para ser consideradas igual de válidas que ellos. Y con todo ello, incluso en aquellas ocasiones en que alcanzamos cotas de poder o posiciones relevantes, no nos abandonará el paternalismo por su parte. Ni tampoco esas sugerencias en forma de cotilleos o rumores maliciosos acerca de cómo hemos conseguido estar donde estamos.

O, cómo por ejemplo, una mujer que hable de sexo en público y con la naturalidad que se le aplica al formar parte de nuestras vidas cotidianas sigue siendo incómoda. Y si hablar no gusta, si decide tener una vida sexual libre y similar a la de un hombre, vuelven a lloverle las críticas y los insultos sin ningún tipo de conmiseración para con ellas.

No estaba bien visto y, aunque la cosa parece haber evolucionado, tampoco sienta bien una mujer que se salga de los moldes y roles de querer tener una familia e hijos, casándose. Y aquí nuevamente, lo que la visión de Helen y Cosmo promueven y promulgan... está todo perfectamente bien, si es ella quien lo elige y no quien se lo impone. Por eso, una revista femenina ha de ir encaminada y hablar de tú a la mujer, para entenderla bien. Y no tiene que tener como objetivo final escribir contenido focalizado para que esta mujer encuentre un hombre. Porque el concepto de felicidad ha de ir siempre asociado al amor propio.

Porque si no nos queremos bien a nosotras mismas no podremos hacer lo propio para con los demás. Y por eso también hay que saber distinguir que no es lo mismo estar sola que ser solitaria.

Aunque, la pobre Helen sí que sabe perfectamente de esa soledad. La del poder, porque es muy tóxico, y de ahí que hay personas dispuestas a todo con tal de obtenerlo y sobre todo, mantenerlo durante el mayor tiempo posible. Incluso llegando a permitir y consentir que otros no lo consigan. Y por eso, quienes suelen tener un rol de importancia tienden a estarlo, ya que desconfían acerca de los motivos para acercarse. Si son genuinos o si desean extraer algo a cambio. Así que el vínculo de lealtad forjado entre ambas es fantástico. Cual Quijote y Sancho Panza modernas.

Amén de que, se sigue considerando a las mujeres como fáciles de controlar y manipular. Y por eso, en más de una ocasión, los hombres que tienen un cierto atractivo físico, se valen del mismo para intentar engatusarnos... y así obtener lo que desean. Bien información, bien objetivo. Pero el caso es tenernos controladas. Y por eso, Erik como personaje nunca me inspiró confianza y sí que me cayó un tanto mal. De ahí que me alegrase mucho de todo el arco argumental que tiene y que sufra la iniciativa del cazador cazado. Y porque vuelve a quedar demostrado que, la zorra cambia de paso, pero no de piel, así que la verdad siempre termina por salir a la luz. Demostrando una vez más que, quien bien te quiere lo hace libre y por eso, no podemos obligar a nadie a que nos quiera como nosotros queremos que lo hagan. Porque eso no es amor, es toxicidad.

Junto al desarrollo de la revista, también se puede considerar un viaje de autoconocimiento y autodescubrimiento de la protagonista Alice, asociándolo además al sueño americano. Al mudarse a la Gran Manzana para cumplir su sueño de ser fotógrafa. Un sueño que, no se cumple de inicio. Pero que, por eso, no hay que tomarse a veces los fallos o el no conseguir los objetivos a la primera como un fracaso. Porque nunca te acostarás sin saber algo más y sobre todo, nunca sabremos cuán importantes podrán ser las personas que la vida nos va plantando por el camino. Porque a la larga, pueden ser más importantes de lo que creemos. O dejar una impronta inolvidable...para bien o para mal.

Una Alice que, a su vez, vuelve a demostrar que las circunstancias en las que hemos sido criados tienen un profundo impacto en nosotros. Y por eso, en cierto modo, va a Nueva York, porque quiere encontrarse o mejor dicho, reencontrarse con su madre. Una mujer que dio sus pinitos como modelo. Y por eso, inicialmente, busca ese confort y apoyo materno. Y culpa a la nueva mujer de su padre por haberle "robado" el puesto que ella tenía. Sin acordarse de que su padre tuvo una vida previa antes y por tanto, también tiene derecho a rehacerla.

Pero, son sus padres quienes también, en cierto modo, la han ayudado a tener ese concepto de amor idílico y por eso, tan difícil de conseguir. De ahí que lo suyo con Michael, al no salir bien, hayan provocado que sienta sinsabores hacia él. Y no quiera, prefiriendo otras maneras de relacionarse con el sentimiento, menos "complejas" como pueden ser las relaciones sexuales, lo que serviría para marcar y establecer un patrón de la sociedad contemporánea. La cual ahora parece adolecer de eso mismo.

Y sin embargo, aunque le gusta su nueva imagen de mujer empoderada, la realidad es que se siente sola y abandonada. De ahí que siempre subyace esa búsqueda de refugio en brazos de otros. Sin embargo, como he mencionado anteriormente, todo termina por salir a la luz y en realidad, descubre que no está tan solo como creía. Y que los padres de su madre, han cometido errores, pero los han asumido, porque la paternidad es difícil siempre, pero conviene saber asumirlos y sobre todo, por ese mismo motivo conceder más segundas oportunidades a la vida.

Finalmente, este viaje queda muy bien cerrado, porque Alice termina viéndolo todo. Y porque también comprende que del amor no se puede huir, ya que aparece dónde, cuándo y con quién menos se le espera. Basta solo con encontrar una persona afín a nosotros mismos y que vea la vida del mismo modo que lo hacemos nosotros. Aunque, en este caso, he de decir que me ha gustado y mucho el hecho de que sea un hombre el que forme parte de una relación tóxica, ya que así hace hincapié en el hecho de que ellos también pueden sufrir y meterse en una.

Y sobre todo, con el cierre del arco argumental de Alice, ella rompe con Helen. Porque ella la quiere bien y la sabe dejar libre y, aunque parece que no la valora o la presta atención, es justo lo contrario, no le ha perdido detalle. Y quiere que sea feliz. Y plena. Así que fue un giro de los acontecimientos que no vi venir y que me gustó.

Para concluir, no puedo no concluir sin decir que es una novela de verano. Pero diferente y atípica que, una vez más, repite esa idea que tenemos de que, hay veranos que duran para siempre y que por eso, siempre se quedan con nosotros. Porque nos cambian la vida.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!



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