Amelia, Emilia y su inesperado idilio de Pintina Cuneo

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy antes del viaje se corresponde con una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco el ejemplar en digital. Y que me haya permitido volver a leer su pluma.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación, y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión Amelia, Emilia y su inesperado idilio escrito por Pintina Cuneo.

SINOPSIS

Amelia y Emilia descubren que un pueblo puede ser su propio París.

Amelia, aunque no lo reconozca, vive refugiada en un cómodo caparazón del que no se anima a salir. Todo se detuvo para ella en el instante en el que perdió lo que más quería.

A Emilia le gusta su vida, y tiene tantas ganas de darse que cuando conoce a Amelia cree que no puede aportar nada a esa mujer a la que prefiere no presentarse para no sufrir una decepción.

De repente, todo se acelera (una bicicleta tiene la culpa), se descubren y lo inesperado surge entre ellas.

Emilia se da a manos llenas y Amelia recibe con tanta o más pasión. Pero cuando algo se resquebraja en el bien armado caparazón de Amelia, esta tendrá que decidirse a salir de la comodidad, alzar la voz, manifestar sus sentimientos de corazón y demostrar que está dispuesta a luchar por todo lo inesperado.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario al respecto de la novela, porque si bien es cierto que, de un tiempo a esta parte me he iniciado con las lecturas de parejas del mismo sexo, la realidad es que hasta el momento solo me había centrado en las parejas masculinas. Nunca había leído una con una pareja de lesbianas.

Y por eso, si os sucede como a mí y no sois lectores habituales del género, esta es una muy buena opción. Porque es breve, así que la convierte en una buenísima candidata para un primer acercamiento para con el subgénero.

Pero, el hecho de que no sea especialmente extensa, no la exime de ser una obra muy a tener en cuenta porque, además de la historia de amor que subyace entre las protagonistas, se incluyen numerosos temas susceptibles de ser analizados con más detalle. Pero que, terminan por poner de relieve que, la literatura va mucho más allá de un mero hobby o entretenimiento. Sino que es y debe ser también un arma de denuncia y de apertura de ojos de aquellos temas de nuestra sociedad que no son tan bonitos o brillantes.

De entrada, por ejemplo, con ambientar la historia en un pueblo pequeño, se ponen sobre la mesa las ventajas y desventajas de vivir en ellos. Porque el sentimiento de pertenencia es mucho más inmediato, así como la ayuda en caso de necesidad que nos puedan prestar.

Pero, los rumores, los malentendidos y los comentarios relacionados con la ausencia y el poco respeto hacia la privacidad, se propagan de un modo mucho más veloz. Porque en más de un caso, esos valores y roles de autoridad se han perpetuado en el tiempo. Y por eso, es difícil hacer cambiar el paradigma.

Y en este caso, es Emilia inicialmente quien lo sufre. Porque como es zapatera, una profesión asociada generalmente con los hombres, ha de demostrar su validez, no solo para ella sino para el resto del mundo. Como nos pasa a más de uno y a más de una. Obligándonos así a tener que esforzarnos el doble o el triple que ellos.

Pero además de eso, sus circunstancias ponen de relieve cómo las profesiones tradicionales cada vez se están perdiendo, ya que se las considera inútiles. E incluso sus productos caros, sin tener en cuenta el trabajo manual y artesanal que lleva detrás.

Sin embargo, no todo el mundo estamos hechos para las mismas profesiones y además, todas son igual de importantes. Y es más, aquellas que requieren una menor aptitud y cualificación, tienden a ser más básicas.

Junto a ello también, se critica a nuestra sociedad, la cual está empeñada en que la felicidad está asociada con una buena posición económica o un determinado empleo. Y no es así. Tenemos que buscar siempre nuestra felicidad, y por eso, en ocasiones, no está relacionada con un puesto más fijo o estable.

Pero, al habernos idealizado esa idea y objetivo de estabilidad, la realidad queda bien patente con el personaje de Amelia. Porque ella consiguió su plaza de docente, idealizándola... con todo lo peligroso que eso es. Ya que es una profesión y un rol mucho más importante del que podríamos pensar. Y por eso, no todo el mundo vale para ponerlo en práctica o ejecutarlo. Porque ha de haber un alto componente vocacional y sobre todo, un enorme trabajo de burocracia que, puede llegar a desmotivar en ese sentido.

Así que, he de decir que, me ha parecido muy valiente esa decisión que ha tomado y priorizarse, ella y su felicidad. A pesar de la incomprensión general a su alrededor. Porque nuestra paz mental y nuestro amor propio han de ser siempre lo más importante.

Pero además de todo eso, la ambientación en el pueblo sirve para poner de relieve y, a su vez, cómo en más de un caso y para según qué temas, estamos más involucionando que evolucionando como sociedad. Y sorprende lo peligrosas que son algunas opiniones bastante machistas de los más jóvenes. Al respecto de los demás y de vivir el amor con total libertad. Que es justo lo que deberíamos de hacer todos.

Porque sí, además de eso, es una historia de amor. Pero hay muchos tipos de sentimientos. Porque, de entrada se habla del amor entre los miembros de una familia. Y en este sentido, las dos son algo opuestas, ya que Emilia sí que es querida y apreciada por los suyos, mientras que la relación de Amelia y su madre es un tanto particular y ha sufrido altibajos.

En cualquier caso, lo que se pone de relieve es que la paternidad es siempre dura y difícil y que por eso, este tipo de amor no tiene por qué darse por descontado. Al revés, hay que demostrar interés si queremos que prospere y fructifique porque, por el mero hecho de ser familiares, tenemos que perdonar o dar por descontado que se nos va a permitir todo. No es así. E incluso en aquellos casos en los que actuamos de buena intención, la realidad es que también debemos reflexionar antes de proceder. El daño puede ser bastante grande.

Sin embargo, la realidad es que la relación es difícil porque no gozan de una buena comunicación. Y por eso, se vuelve a poner de relieve cuán importante es en todas las relaciones de nuestras vidas. Porque, al no hacerla en condiciones aparecen los malentendidos, las discusiones e incluso las rupturas parciales o permanentes.

Pero, como nos da miedo el amor y la comunicación, amén de que lo pensamos como un síntoma de debilidad siendo en realidad de fortaleza, seguimos sufriendo esas consecuencias tan erróneas.

Y por eso, hay que hablar. De todo y con todo el mundo, especialmente de aquellos temas que pueden ser más difíciles o espinosos. Porque, a la larga resultaremos beneficiados y sobre todo, haremos un buen uso de la empatía, ya que podremos ponernos de un modo mucho más evidente en el lugar de los demás.

No puedo no hablar del tema entre los miembros de una familia porque, todas las familias, independientemente del número de sus miembros, son válidas. Pero conviene tener presente siempre que, desde el mismo momento en que hay niños de por medio, estos han de ser siempre la prioridad. Así que me parece muy sabio y coherente la decisión que toma Amelia.

Por último hay una historia de amor romántico, también. Pero además, es un canto a la libertad de lo más necesario. Porque el amor es libre y por eso, quien bien te quiere lo hace libre. Pero además, también conviene que recordemos que, el amor evoluciona al igual que lo hace que el ser humano y que por eso, a veces no tenemos claro qué o quién nos puede hacer felices.

De ahí que, no debamos nunca plantar cara al amor. Porque será una batalla perdida de antemano, que además nos convierte en infelices. Y por eso, me ha gustado en que se ponga el foco, más en su situación en todo lo que hay a nuestro alrededor. Porque la presión social, en ocasiones, es dolorosa y asfixiante.

Y por eso, jamás tenemos que avergonzarnos de amar a nadie ni de vivir ese amor, independientemente del sexo de nuestras parejas o de la duración que nuestras relaciones duren. De ahí que, si bien en cierto modo precipitado, el final de esta historia me ha dejado bastante satisfecha y contenta.

Por Amelia.

Por Emilia.

Por ellas.

Lo merecen.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!

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