Pequeñas debilidades de Isabella Marín
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, Isabella Marín, a quien agradezco enormemente el envío del ejemplar en digital. Pero sobre todo, la confianza en mí una vez más por querer conocer su pluma.
Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Pequeñas debilidades de Isabella Marín.
Tengo un jefe demasiado guapo.
Un vecino demasiado estirado.
Y un plan que incluye un par de mentiras (inocentes, lo juro por Dorothy Perkins).
Vaaale, también hay mafiosos bielorrusos.
Y un mejor amigo obsesionado con la aristocracia.
Pero esa es otra historia.
Soy Penny y te invito a que descubras el delicioso caos en el que se ha convertido mi vida desde que el estirado de al lado me habla a propósito. (Lo sé, yo también sospecho que se habrá dado algún golpe en la cabeza).
¿De qué lado estás, team Jamie o team Cameron?
Que fueran rivales en Oxford no viene a cuento ahora. Ni que fueran a competir para ganarse mi afecto…
Querida, eso no sería apropiado.
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que tenía mucha curiosidad por saber de dónde venía ese título. Y puedo decir que, tras acabar la novela, creo haberlo hallado. Porque, no es otra cosa que asumir sus sentimientos por otra persona, pero al mismo tiempo cuando se tiene una pequeña debilidad por otra cosa es que, siempre terminamos por sucumbir a la tentación. Incluso aunque nos hallamos resistido y sepamos que, del todo, no nos hace bien.
En esta comedia romántica vamos a conocer la historia de Penny y sus innumerables e incontables líos. En los que, por ejemplo, se mete de lleno en un triángulo amoroso sin saber exactamente muy bien cómo. Y sobre todo, del cual no sabe exactamente cómo salir.
Junto a ello, hay una inspiración clarísima en Orgullo y Prejuicio y a su vez en El diario de Bridget Jones, la cual, por otra parte no es sino otra cosa que una versión mucho más exagerada, cómica y actualizada de esta historia universal. Y por eso, los amantes de una y otra sentirán las delicias de esta lectura.
Penny además, demuestra perfectamente que, en casa del herrero cuchillo de palo porque, trabaja de investigadora, sí. Pero en lo que a rapidez visual y sobre todo, claridad mental de sus sentimientos, anda un poco escasa.
Una mujer que es un poco caótica y que puede estar perdida en la vida, pero que eso no tiene por qué entenderse como algo malo. Al revés, debería ponerse de relieve para ejemplificar que cada persona tiene sus ritmos y por eso, todas las comparaciones son odiosas. Amén de que, tenemos que recordar que no todos servimos para hacer las mismas cosas y tareas. Y por eso, debemos respetar la privacidad y la libertad.
En este caso, he de decir que su caos e incluso su novel de patosidad no son rasgos que a ella le provoquen vergüenza o inseguridad, porque no es así. Al contrario, si bien es cierto que a veces le gustaría reducir en algo ese grado de, la realidad es que está muy orgullosa de ser tal cual. E incluso, para sacar de quicio a alguien que "no le cae demasiado bien" lo exagera a conciencia.
Otro tema que gracias a la personalidad y carácter de ella se demuestra que la diferencia enriquece siempre y no tiene por qué separar. Porque es justo lo contrario.
Sin embargo, en su caso estas diferencias quedan bastante claras y evidentes. E incluso están aún más reforzadas porque ella es plebeya, sí. Pero ha sido vecina desde siempre de James Percival Pemberton-Fitzroy, quien, como podréis imaginar por tantos apellidos de rancio abolengo sí que es noble.
Un hombre y una familia que ponen de relieve algo que puede parecer un tanto anquilosado pero que, a día de hoy, sigue sucediendo. Y eso no es otra cosa que la importancia que se da al origen, la sangre e incluso la familia. Más en determinados ambientes.
O dicho de otro modo, queda reflejado cómo aún hoy sigue existiendo mucho clasismo social. Mismo clasismo que favorece el machismo. Por eso, uno de mis momentos preferidos del libro es aquel en el que Penny hace un maravilloso alegato - y necesario - a favor de la igualdad en la educación en ambientes universitarios elitistas como puede ser Eton. Donde, amparados por la palabra tradición, siguen excluyendo a las mujeres y las privan por tanto de poder recibir educación en un ambiente como ese.
Este momento, que puede pasar un poco desapercibido, la realidad es que sirve para que tengamos presente que la literatura va mucho más allá que un mero entretenimiento, sino que es un instrumento o herramienta para denunciar aquellos aspectos de nuestra sociedad que no son tan bonitos o brillantes.
Sin embargo, ese clasismo en realidad pone de relieve cómo, en más de un caso, existe una doble moral, porque ellos se comportan exactamente igual que el resto de mortales y también tienen sus errores y sus escándalos. Por eso, la agencia y el trabajo de Penny tiene tanto sentido.
Afortunadamente, no todos los aristócratas y los nobles se creen por encima de los demás. Y por eso entra en escena el jefe de Penny, Lysander Astor-Hamilton Cameron, quien anda escaso de apellidos también. Y que es un vivalavirgen perezoso encantador. Pero que no para de meterse en líos. Como por ejemplo, que esté arruinado y que por eso, le persigan unos bielorrusos que quieren cobrar su deuda.
Un magnífico homenaje al dandy británico... si no fuera porque en alguna ocasión arrastra a quienes están a su alrededor dentro de su caos.
Pero además, en su caso. este personaje también recuerda que las apariencias engañan. Y bueno, James también un poco. Sin embargo, me centro en él porque, es un digno heredero de sus circunstancias. Y del matrimonio y comportamientos de sus padres, demostrando así el impacto que estas tienen para desarrollar un tipo de comportamiento o actitud determinadas.
Junto a ello, también incide en la importancia que tienen las palabras, porque es inevitable por tanto la comparativa con el perfecto James. Cuando, nuevamente, las comparaciones son odiosas y además, las palabras pueden hacer mucho daño. Incluso aquellas que se pronuncian bajo el amparo de la buena intención. Y no es así.
Presentados los vértices y lados del triángulo, por supuesto, hay una historia de amor en la que un falso matrimonio propicia que todo lo que subyacía salga a la luz.
Pero, se nos advierte que tenemos que saber distinguir uno del otro. Porque ahí es donde realmente podemos causar dolor. Aunque no queramos tampoco.
Y por eso, pienso que Penny en realidad nunca estuvo enamorada de su prometido, sino que lo había idealizado y le habían inculcado hasta tal punto a su alrededor que sería un imposible que, una vez se le presenta la oportunidad, la aprovecha. Porque en realidad, de quien siempre estuvo enamorada es del otro. Y viceversa. De ahí que no puedan evitar llamar la atención el uno del otro, amén de orbitar a su alrededor también.
Pero, se consideran tan diferentes y sobre todo - lo cual es curioso - tan insuficientes que les da miedo. Ejemplificando a su vez el miedo que nos provoca asumir y aceptar el sentimiento. Por eso, vamos a lo fácil, y a la comodidad también. De ahí que por ejemplo, prefiramos las relaciones sexuales en lugar de dar ese paso adelante.
Y por eso, en cierto modo, no vivimos, sino que sobrevivimos y somos infelices. Por mucha fortuna o posesiones materiales que podamos acumular en nuestras vidas.
De ahí que en cierta manera, este es un viaje de autodescubrimiento y autoconocimiento de Penny en el que, por fin, se da cuenta de que se ha instaurado en la comodidad y aquello que parecía beneficioso para ella - incluyendo algunas relaciones a su alrededor - en realidad no le hace tanto bien.
Por eso, primero ha de quererse a una misma antes de poder querer bien a los demás. Y tomar las riendas de su vida. Y ahí la figura de personas que nos ayuden y que sacan siempre la mejor versión de nosotros mismos, es fundamental.
En ese caso, la figura de Tim es maravillosa porque es el amigo que todos querríamos tener. Agudo, avispado y sincero en la lengua. Pero necesario en la apertura de ojos cuando toca. Amén de que, sirve para que quede demostrado cómo los amigos en más de un caso, son la familia que merecemos. Y su obsesión por lo royal y lo aristócrata me ha hecho mucha gracia, si bien es más común de lo que podríamos pensar dentro de la idiosincrasia británica.
Sin embargo, en lo que a la historia de amor se refiere, he de decir que, hay que dejar de tener miedo al amor. Y a la comunicación. Porque es uno de los pilares junto con la confianza que han de sustentar todo tipo de relación importante en nuestras vidas.
Porque si una flojea, el resto se tambalea. Amén de que, la verdad siempre termina por salir a la luz. Y además suele hacerlo en las circunstancias más inesperadas. Lo cual no lo hace menos doloroso.
Por eso, hay que hablar y amar, sin olvidar que en más de un caso, toda mentira tiene su base de verdad y que incluso, aunque inicie como algo negativo, a posteriori, puede servir para sacar en claro y resolver aquellas dudas que teníamos al respecto de cualquier tema. Y por tanto, salir mejores y reforzados.
Y sobre todo, para tener bien presente que somos un todo. Formado por fortalezas y debilidades, las cuales sean más o menos pequeñas son las que nos convierten en únicos. Y por tanto, dignos de ser amados.
Poco más puedo añadir.
Ah sí, que me hubiera gustado el formato físico de esta novela porque, me ha gustado mucho.
¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!
¡Nos leemos pronto!
Muchas gracias a ti! Tus reseñas siempre son lo más ❤️
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