Siguiendo el juego (Play along) (Mile High 4) de Liz Tomforde

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a una novela que leí como parte del readalong organizado por 
las chicas de Tandem Collective, a quienes vuelvo a agradecer la confianza en mí para que comparta mis impresiones al respeto del libro.

Por todo ello, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria del libro y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Siguiendo el juego, el cuarto volumen de la serie Mile High escrito por Liz Tomforde:

SINOPSIS

Kennedy

Soy la única mujer de la plantilla de los Windy City Warriors, y después de lidiar durante años con el machista de mi jefe, tengo muchísimas ganas de que llegue el año que viene para estar en el puesto en el que siempre he soñado con un equipo nuevo. Lo único que debo hacer es mantener mi reputación profesional durante mi última temporada en Chicago.

Pero un encuentro en Las Vegas con el jugador estrella del equipo lo amenaza todo, dejándome con el difuso recuerdo de un anillo en mi mano izquierda.

Ahora no solo estoy legalmente unida al hombre más persistente que he conocido en la vida, sino que tengo que fingir que todo fue una escapada planeada y no un error cometido por culpa del alcohol.

Isaiah es temerario, impulsivo y frustrantemente encantador. También es mi flamante nuevo marido.

Isaiah

Como jugador del equipo profesional de béisbol de Chicago, no me han faltado las citas. Pero todo eso acabó el día en que Kennedy Kay se convirtió para mí en la única mujer.

Durante años he estado colgado de ella. He intentado ligármela sin el menor resultado, así que qué mejor sorpresa que despertarme en Las Vegas con un anillo en el dedo y mi pelirroja favorita en la cama.

Llegamos al acuerdo de seguir casados durante una temporada de béisbol, lo justo para que ella pueda conservar su trabajo, pero para mis adentros estoy aprovechando el tiempo que pasamos juntos para demostrarle que puedo ser un buen marido.

Kennedy tal vez sea reacia a seguir con este plan, pero yo no me doy por vencido.

Venga, esposa mía, sígueme el juego.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, si bien es autoconclusiva, conviene y mucho leer el resto de la serie antes. Principalmente porque el hilo conductor de la misma son los deportistas, que son amigos entre ellos y sus respectivas historias de amor. Así que hay riesgo alto de spoilers si se decide leerlos desordenados y un riesgo aún más alto de querer saber más al respecto de lo que les ha pasado.

Así, en mi caso, me ha pasado a mí con Kai, el hermano del protagonista porque, por la sinopsis - y sí, ya sabéis que yo soy muy de ellas - su historia no me llamaba para nada la atención. Sin embargo, las pocas intervenciones que ha tenido en esta novela, no solo me han llamado mucho la curiosidad, sino que también han hecho que caiga con todo el equipo - literalmente - por él.

Y otra cosa que llamó mi atención es que, en más de una ocasión, hubo una frase muy repetida por Isaiah que era sígueme la corriente. La cual, imagino que, desde el original del inglés tenía sentido. O no, porque creo que, si bien acertada, si el título de la novela es siguiendo el juego, de alguna manera sería una más parecida al título la que hubiera tenido más sentido. Aunque, también puedo entender esa omisión... a riesgo de resultar repetitivo.

Pero, centrémonos en esta pareja porque hay mucha tela que cortar, ya que, aparte de la relación y el matrimonio falso, que no es tan falso para uno de los miembros, se desarrollan una serie de temas bastante interesantes susceptibles de desarrollo entre sus páginas.

De entrada, voy a hablar de Kennedy porque sirve de instrumento para poner de relieve cómo el machismo sigue bien presente en nuestra sociedad, a pesar de los avances en ese campo. Sobre todo en el aspecto laboral, donde se nos obliga a esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos para ser consideradas igual de válidas que ellos. Y además, tampoco va a faltar el paternalismo una vez tenemos la posición que merecemos. Más en aquellas profesiones más relacionadas con el mundo masculino, como pueden ser las relacionadas con el deporte.

Que es justo lo que le pasa a ella, ya que además, en su situación queda bastante claro cómo también en más de una ocasión, los hombres aprovechan su posición de poder para imponerse, amenazar y controlar todo lo que les rodea. Incluyendo rebajar de categoría y menospreciar a quienes están a su cargo. Nuevo aspecto que ha de sufrir ella, porque está más que sobradamente preparada para realizar aquellas funciones para las que se le contrató. Y sin embargo, se ve obligada en más de un caso, a realizar tareas que en más de un caso, distan y bastante de su categoría profesional.

Tras esto, en más de una ocasión, lo que se esconde es un miedo enorme a la suplantación. Amén de la masculinidad frágil, sobre la cual hablaré más tarde.

Afortunadamente para ella, la situación no siempre es así, porque su situación es tan evidente que clama al cielo. Y por eso, la gente a su alrededor y que realmente le presta atención - porque ese es otro de los problemas a los que se enfrenta a diario - termina por darse cuenta. Y ahí aparece sobre todo Reese en forma de hada madrina mandamás haciendo un alegato maravilloso a favor de la sororidad y a cómo las mujeres tenemos que apoyarnos más entre nosotras en lugar de considerarnos enemigas. Porque el mundo sería entonces un lugar mejor para todos y cada uno de nosotros.

Huelga decir que, por tanto, siento mucha curiosidad al respecto de ella. Y por eso, espero más pronto que tarde saber más de ella.

Voy a retomar aquí el tema de la masculinidad frágil porque también se desarrolla pero a la inversa. Porque Isaiah es un hombre sensible y no le duelen prendas en reconocerlo. O en pedir ayuda en caso de necesidad, como por ejemplo con su daltonismo. Aspecto que me ha encantado como parte de su personalidad, porque lo humaniza. Ya que tendemos a creer que las estrellas deportivas o los famosos en general son famosos. Y la perfección no existe.

Eso sí, todo esto sucede con aquellas personas que están dentro de su círculo más íntimo de confianza porque, para el resto del mundo es el payaso graciosete que, no se implica.

Y con esta premisa, la autora recuerda que, las apariencias engañan y sobre todo, que no es tan fácil como pensamos el hecho de hacer reír a los demás. Porque la comedia es muy muy subjetiva, amén de que también hace una advertencia bastante necesaria acerca de esto y la relaciona de una manera muy inteligente con la salud mental. Ya que, en no pocas ocasiones aquellos más felices de cara al exterior son los que suelen estar más tristes y por eso, batallan contra unos demonios internos, más o menos difíciles de gestionar. Como puede ser el duelo, por ejemplo.

Es también una novela donde, por increíble que nos pueda parecer, se hace un canto y alegato maravilloso al amor por la vida y a cómo, te puede cambiar de un momento a otro. Y por eso, basta un momento feliz o un hecho puntual para que un día que nos provoque unos recuerdos tristes o poderosos, se convierta en uno de los mejores. Y ahí las personas a nuestro alrededor, contribuyen y mucho.

Dadas las circunstancias de la pareja, podríamos considerar que están en los opuestos en lo que a fama y reconocimiento social. Y es así. Sin embargo, se introduce también un tema de lo más interesante porque, de nuevo, tenemos que recordar que las apariencias engañan. Más en lo que a famosos se refiere y que en más de una ocasión, nuestro afán de hambre, clics o fama nos lleva a estar dispuestos a todo con tal de tener nuestro minuto de gloria e intentar mantenerlo durante el mayor tiempo posible.

Cuando no es así, tenemos que ser lo suficientemente inteligentes como para recordar que un famoso además de serlo por múltiples razones, es también una persona y que por eso, personaje y ser humano suelen ser bastante diferentes entre sí. De ahí que haya que dar más segundas oportunidades y siempre formarnos nuestra opinión al respecto. De todo y todos. Porque podríamos sorprendernos.

Así que es en las distancias cortas donde realmente se conoce a una persona y por eso, no es de extrañar que Kennedy - aunque he de decir que tengo algunas reservas con ella - e incluso servidora, cayéramos con todo el equipo al respecto de Isaiah.

Son opuestos, sí. Pero también parecidos. Porque, en ambos casos, las circunstancias en las que han sido criados son las que explican que sean del modo que son.

Y aquí entra ya de lleno el amor entre los miembros de una familia, que puede ser sano o tóxico. Porque tendemos a darlo por descontado y no le damos por tanto, la importancia que merece. Olvidando que el mero hecho de ser familiares no conlleva el perdón o la aceptación de todo lo que nos digan o hagan. Porque quien algo quiere, algo le cuesta. Y por eso, tampoco debería de suponer un tremendo esfuerzo exponerlo o mostrarlo en público.

Eso sí, nuevamente respetando la individualidad de cada uno, porque tampoco el hecho de estar mostrando continuamente con besos, abrazos o toques hacia los demás conlleva que lo queramos más o menos que a otra persona. El cariño va con gestos. Y palabras. Forzar a que alguien sea de un modo que no es tampoco es un buen amor.

Así, por ejemplo ella es la eterna olvidada de la familia, una segundona a la que no prestan atención. Por múltiples y diferentes motivos, entre los cuales me sorprendió descubrir la envidia por parte de algunos de sus hermanos y hermana. Si bien es cierto que también es lógico porque es un comportamiento muy habitual en el ser humano.

Sin embargo, he amado la relación de Isaiah con Kai en la que hay amor y una admiración pura y dura del uno para el otro. Porque son amigos, compañeros y hermanos. Un sentimiento que también han sabido trasladar al resto de compañeros del equipo y de deportistas que forman parte de sus vidas y que ha venido a demostrar de un modo muy coherente que, los amigos son también la familia que se escoge.

Y que por eso, no tenemos que negarnos jamás a la aparición o llegada de nuevos miembros a nuestras vidas, porque nunca sabremos cuán importantes podrán ser. Además de que, en la medida de lo posible conviene que tengamos amigos bien diferentes a nosotros mismos, para enriquecer nuestras vidas aún más. Ya que así seremos aún más conscientes de cómo es el mundo y estaremos abiertos a una serie de realidades que, de otro modo, nos resultarían del todo desconocidas. Por eso, el rol que juegan las parejas de los deportistas en esta serie es tan adecuado y coherente. Dejando esto mucho más claro y evidente.

Y luego también hay amor romántico. Tanto sano como pelín tóxico.

Porque de hecho, el ex de Kennedy - que la dejó por su hermana - es quien mejor encarna este tipo de mal amor ya que, viene a confirmar lo anteriormente citado. No podemos obligar a nadie a que nos quiera del modo en que nosotros pretendemos que lo hagan. Porque eso no es amor, es toxicidad. Y sobre todo, siempre hay que crear un clima de confianza y respeto lo suficientemente cercano y fuerte como para que poco a poco las reticencias al respecto de las muestras de afecto se vayan reduciendo o incluso desaparecer.

Junto a ello, también me ha gustado que se introduzca a este tipo porque, en más de una ocasión, el resto de personas que están a nuestro alrededor son quienes nos hacen creer que tenemos un problema cuando, puede ser que el problema lo tengan ellos y al no haberse comunicado o entendido bien, la relación en todos los ámbitos de la misma sea un desastre.

Por eso, la comunicación y la confianza han de ser los pilares sobre los cuales se asienten todas las relaciones importantes de nuestras vidas, a riesgo de discusiones, malentendidos o incluso rupturas y separaciones temporales o permanentes.

De la historia de amor entre ellos tengo varias cosas que decir. En primer lugar, que la química entre ellos es brutal desde el primer encuentro. Un alegato genial y fantástico hacia los amigos de cuarto de baño. Como debe ser.

Sin embargo, he sentido desde el principio que la pareja estaba descompensada. Incluso a pesar de que es ella la que insiste en el matrimonio, siempre termina por ser Isaiah quien tira del carro y eso desgasta. Eso sí, en más de una ocasión la línea entre el interés y la obsesión de Isaiah ha sido muy fina y se ha desdibujado.

Amén de que me daba una pena tremenda porque, no era consciente ella de que ella continuamente le estaba infravalorando al no tomarle en serio. Y por eso, se estaba comportando con su marido de la misma manera que se habían comportado con ella. De ahí lo que comentaba de las circunstancias de su crianza.

Relacionado con esto además, por eso considero que, el modo y la manera en que se da cuenta de lo que siente hacia él es demasiado repentino. Sí que es cierto que se la ha ido ganando con gestos, y que en ocasiones ella ha ido dejando caer los muros y las reticencias. Pero, aun así, parece que tiene una epifanía al respecto de todo y no ha terminado de casarme.

Del mismo modo que, también me han chocado algunas escenas spicy entre este par. No por la inclusión de las mismas, porque era más que evidente que Isaiah estaba más caliente que el palo de un churrero con su esposa, sino es por ella. Porque, de nuevo, no le he visto una progresión "razonable" en ese sentido y por eso, pasa de un extremo a otro con él. Cuando, vistas su personalidad y comportamiento ante la idea de intimidad durante buena parte del libro, no casaban.

Eso sí, tienen unos momentos de intimidad y confianza muy bonitos en más de una ocasión y es un buen ejemplo al final también de un friends to lovers, donde por eso, las mejores parejas son aquellas en las que además de amigos también se es amantes. A pesar del miedo a dar ese paso adelante.

Porque será esa persona la que nos quiera bien. Y por tanto libres. Además de que será también quien saque la mejor versión de nosotros mismos, y por eso, siempre será bienvenida. Y además, será también en más de alguna ocasión la que nos haga ver que toda mentira siempre tiene su parte de verdad, que en la vida también conviene de cuando en cuando cometer locuras y seguir el juego del resto de personas a nuestro alrededor. O incluso, que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, así que ojo y atención a lo que decimos o hacemos con la ayuda de las aguas con misterio.

Y por último, serán ellos también quienes nos hagan ver que el amor nunca ha de considerarse como un juego, sino como algo bien serio. Y por lo tanto, por lo que siempre merecerá la pena participar. Pero para ganar. Porque el premio será siempre nuestra felicidad.

Una felicidad que, no se encuentra en un lugar específico, sino en la persona o grupo de las mismas que habiten en él.

¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!

¡Nos leemos pronto!


Comentarios

Entradas populares de este blog

La invitación de Vi Keeland

Destino en común de Ángel Gutiérrez

Only work, no play de Cora Reilly