Un chocolate con sabor a nubes de Belén Franco
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien le agradezco el envío del ejemplar. Y sobre todo, la confianza en mí nuevamente para que comparta mis impresiones al respecto de su última novela.
Por todo ello, no me voy a entretener mucho más y prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Un chocolate con sabor a nubes escrito por Belén Franco.
SINOPSIS
Elisa llega a Carcassonne con la emoción y el miedo de comenzar una nueva etapa en su vida. Entre clases y paseos por la ciudad medieval, su corazón se ve dividido entre Gabriel, un joven rockero con quien comparte una conexión inesperada, y Julien, cuyo misterio y encanto esconden secretos que podrían cambiarlo todo.
Julien descubre unas cartas cátaras desaparecidas que lo arrastran a secretos, romances y traiciones. Entre primeros amores, celos y enigmas históricos, los protagonistas enfrentan decisiones que revelan quiénes son realmente y los acercan al corazón del misterio.
Una lectura ligera, entretenida y emocionante donde el amor y el misterio laten al mismo ritmo.
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer una aclaración, porque el título puede dar lugar a confusiones con otra de las novelas que ya tiene publicada; Un té con sabor a mar. Y si bien en ambas se hace referencia a diferentes sabores... la realidad es que, más allá de eso no hay relación. Por eso, se pueden leer de manera independiente.
En este caso, vamos a acompañar a Elisa en su viaje de autoconocimiento y autodescubrimiento, en este caso literal y metafórico porque se muda no solo de ciudad, sino también de país.
Y al hilo de esto, he de decir que al principio me desconcertó la edad que tenía, porque me la había imaginado como una universitaria y no como una mujer que ya había terminado sus estudios de magisterio. Pero, en este caso, esa idea de que no hay momento o edad determinada para emprenderlo, queda mucho más reforzada. Sobre todo porque, principalmente, el objetivo final de ese viaje siempre es la felicidad, de ahí cuán necesario que es.
Y sobre todo, que no tiene por qué ser un camino trazado o en línea recta, sino que de cuando en cuando conviene desviarse. Porque la vida te puede sorprender en cualquier esquina y además, así nunca te acostarás sin saber algo más. De ahí que, el modo literal en que aquí esa idea se transmite con la parada en Narbona queda muy bien reflejada. Pero además, esta misma parada en Narbona sirve para comenzar a introducir ese toque misterioso que también posee esta novela en forma de narrativa de las leyendas de la ciudad. Y ese es un aspecto que me ha gustado mucho porque, tiende a desmerecerse a día de ahí tanto el folclore como las leyendas de un sitio. Cuando, al revés, son más importante de lo que pudiéramos pensar. Al formar parte de nuestra esencia y nuestra herencia contribuye a explicar por qué somos como somos y a su vez, cómo hemos evolucionado. Por tanto, me ha gustado que por esa vía la literatura se convierta en una herramienta de crítica y denuncia de aquellos aspectos de nuestra sociedad que no son tan bonitos o brillantes. Pero que no hay que desmerecer porque también forman parte de nosotros. Ya que todos tenemos luces y sombras, como bien se demuestra aquí.
Al ambientar parte de la novela en Carcassone, una pequeña población, se da pie a narrar e incluir también las ventajas y desventajas de vivir en pequeñas comunidades. Porque el sentimiento de comunidad es mucho más apreciable, aunque los cotilleos corren con mucha más libertad por el entorno. Y a veces, incluso, se da la bienvenida de manera muy cercana a quienes están fuera, aunque otras no son especialmente apreciados. Si bien es cierto que eso no lo sufre la protagonista en sus carnes. Imagino que es porque, desde el principio, hace por querer integrarse, lo cual personalmente pienso que también es clave para tener una u otra actitud frente al que llega. Junto con el respeto.
Pero, Carcassone también es conocida por su historia, aspecto que como historiadora, me ha gustado. Sobre todo porque en la zona se ubicó el reducto de los cátaros, los cuales dan pie también a esa trama misteriosa y un tanto histórica. Pero a su vez, estos sirven para que recordemos que antes de formar o criticar cualquier aspecto, tema o persona... tenemos que conocer todas las versiones de la historia. Y siempre formarnos nuestra opinión. Porque podríamos sorprendernos.
Aunque también sirve para que, nuevamente demos a la historia el lugar e importancia que merece porque esta también ayuda a entender por qué somos como somos y a su vez puede contribuir también a que entendamos mejor el futuro que está por llegar. Y ahí entre Julien, un personaje un tanto confuso con el que he tenido mis más y mis menos.
Antes de entrar en la subtrama romántica, porque la hay ya que se se crea una especie de triángulo amoroso, es importante tratar otros temas que ayudan y mucho a entender la personalidad y por qué hay algunos personajes que son como son.
Por ejemplo, en este sentido, Elisa y Gabriel, si bien son un tanto diferentes, la realidad es que también son parecidos. Y es que, las circunstancias en las que han sido criados tienen un profundo impacto a la hora de explicar su personalidad y su actitud ante determinadas situaciones y en sus interacciones con determinadas personas.
Así, por ejemplo, el estigma de la relación fallida entre sus padres explica el miedo de este al amor, aunque inconscientemente lo busca. Mientras que ella posee una relación mucho más cercana y abierta con el resto del mundo.
Y ambos también son muy cercanos con sus progenitores. Amén de que en el caso de ambos, siempre buscan lo mejor para sus hijos, sacrificándose por ellos en aras de esa mejoría y felicidad. Aunque a veces omitan información, olvidando que esas buenas intenciones... a veces no conllevan nada bueno.
Por eso, entra de lleno aquí la importancia de la comunicación, la cual tiene lógica por el tema del idioma de ella y sus estudios. Pero también en el caso de Gabriel como compositor y letrista de su grupo, jugando así muy bien con esa idea de que, en más de un caso, las canciones consiguen expresar muy bien esos sentimientos que, de otro modo nosotros, con nuestras propias palabras, no sabríamos explicar del todo bien.
Eso sí, he de decir que el tema de la relación de la música y ella podría haber estado mejor desarrollado o con más importancia en la novela, porque me ha parecido un extra añadido para que ambos tuvieran un más cercano punto de unión que un rasgo en sí definitorio de Elisa.
Quiero recordar también que, no tenemos que tener miedo ni de ella ni del amor, no solo porque la comunicación junto con la confianza son los pilares básicos de cualquier relación, independientemente del tipo que sean, sino que además, si una flojea o falla, la relación puede terminarse, de manera temporal en forma de pausa o de modo permanente.
Y, como he mencionado anteriormente, hay mucho amor entre sus páginas. Porque así queda demostrado que, mientras que sea sano, no hay un modo o manera único de vivirlo o experimentarlo. Y que, si bien los primeros amores de nuestras vidas son importantes, tampoco podemos olvidar que el amor también tiene su momento y su lugar, así que las circunstancias para su aparición son también un factor importante a tener en cuenta.
De ahí que, como Chloe, segundas oportunidades sí son buenas. Y de ahí que, como Gabriel, queda reflejado que, a veces las apariencias engañan. Porque, aparentemente cumple con el cliché del cantante, cuando va mucho más allá, ya que carga con unos demonios que no suele compartir con los demás. Entrando ahí de pleno la masculinidad frágil como tema en la novela.
Sin embargo, desde el principio con Elisa, siente que algo es diferente y busca llamar su atención de modos y maneras diferentes, demostrando que el amor también puede mostrarse con hechos. Pero que no hay que basarse solo en uno o en otro. Equilibrados han de ir ambos. Aunque, he de decir que el primer beso y el punto de quiebre entre ambos me pareció en exceso precipitado porque aún no habían dado todos los pasos necesarios como para encaminarlos en esa dirección.
Un Gabriel cuya relación con Laure demuestra que no podemos obligar a que nadie nos quiera como nosotros queremos que lo hagan. Porque eso sí que entra ya dentro del ámbito de la toxicidad. Una Laure que también ha puesto sobre la mesa la poca sororidad que existe entre nosotras aún hoy, sobre todo cuando hay hombres de por medio. Cuando debería de ser al revés. Y algo similar sucede con Elisa y Julien, quien desde el principio son amigos y por eso, este triángulo no terminé de verlo del todo.
Sobre todo también por Julien quien, se me ha quedado flojo y a mitad de camino entre ser un villano o un buen amigo. Como Sylvie, cuya alianza no terminé de entender tampoco bien. Porque tuvo algunas acciones bastante reprobables y un tanto inexplicables que no quedaron del todo bien explicadas o desarrolladas y que me hubiera gustado que tuvieran una mejor definición.
Aunque, a lo mejor la autora tiene planeado algo bien diferente para él, ya que su subtrama de investigación con los cátaros también ha quedado abierta y por ahí se da pie a que lo conozcamos algo mejor, ya que creo que quedaría muy bien que continuara con la reivindicación que se ha de hacer en más de una ocasión tanto en el mundo académico como laboral. Y es que, en más de un caso, más de una persona con cierta fama o renombre se apropia y agencia de hallazgos y estudios realizados por otros, ya que saben que, de otro modo, no causarían tal impacto. Y no es así, al César lo que es del César.
Si ese fuera el caso, en este sentido me he de callar.
En lo que al final se refiere, es cerrado, muy musical y muy acorde a la pareja principal. Porque al final se dan cuenta de que el hogar se halla donde están las personas que se quieren y sobre todo, que el amor, aunque a veces dé y provoque sufrimiento, también puede ser dulce en ocasiones.
¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!
¡Nos leemos pronto!

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