5 bodas para el sí quiero de Patricia León

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 
autora, a quien agradezco en el envío del ejemplar en digital y sobre todo, que me haya permitido conocer su pluma.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de 5 bodas para el sí quiero de Patricia León.

SINOPSIS

Sam es fotógrafa de bodas.

Sam no cree en el destino ni en las segundas oportunidades.

Sam ya tuvo su historia de amor… y terminó.

Ahora vive enfocada en su trabajo, en sí misma y en no volver a mirar atrás.

Hasta que él vuelve a aparecer.

Nic Mckenzie, guapo, encantador y con la sonrisa de quien tiene la vida perfectamente resuelta (al menos sobre el papel): un buen trabajo, buena familia y novia desde hace dos años. Pero últimamente siente que algo le falta, como si estuviera viviendo bajo el guión de otra persona. Quizás sea porque no deja de pensar en ella. Sam, la fotógrafa que conoció hace cinco años en una boda. Desde entonces, el universo parece divertirse cruzándolos una y otra vez.

Boda tras boda. Año tras año. Mirada tras mirada… Nunca fue su momento… Pero esta vez no podrán escapar.

Porque la próxima boda no es de cualquiera: es la boda de su hermana y Sam es la fotógrafa oficial. Durante un fin de semana entero, Sam y Nic tendrán que convivir entre discursos familiares, un ejército de Mckenzies caóticos y una tensión imposible de ignorar… mientras el destino (o lo que sea que les une) decide si esta vez por fin les da una oportunidad.

OPINIÓN

En esta novela romántica vamos a conocer cómo Sam y Nic se enamoran. Y sobre todo, en ella demostrado que tenemos que comenzar a leer las señales y si, el universo nos envía mensajes... tenemos que saber leerlo. Y aceptar todo lo bueno que también nos proporciona la vida.

Está narrado desde el punto de vista de los dos protagonistas, lo cual favorece mucho la lectura y permite así saber y empatizar más con los protagonistas. Ya que, aunque son un tanto opuestos, la realidad es que son más parecidos de lo que pudiera parecer. Porque las apariencias engañan.

Y por eso, me ha parecido muy interesante e inteligente que, Sam, la protagonista femenina, sea fotógrafa. Porque ve más allá de las apariencias y de ahí que capture prácticamente desde el principio la esencia de cada uno de los personajes con los que interacciona e interactúa. Para bien o para mal.

Aunque también ella es un muy buen ejemplo de que no hay más ciego que quien no quiere ver E incluso, en ocasiones, tenemos tanto miedo al amor, que por eso preferimos fingirnos ignorantes y ciegos en lugar de enfrentarlo y dar un paso al frente. Cuando ese es un comportamiento erróneo porque, al hacer justo eso, nos estamos privando de lo que tiene ser nuestro objetivo vital siempre: la felicidad.

Pero me ha gustado ese detalle de que sea ella, y no él quien lo sienta. Porque, generalmente son los hombres quienes tienen ese miedo a mostrarse frágiles y vulnerables a causa de la creencia bien extendida e implementada de la masculinidad frágil. Y no tiene por qué ser así, porque las mujeres también podemos sentirnos de ese modo. Ya que cada uno de nosotros tiene y entiende el amor de un modo diferente. Y por eso, tratar de pretender o hacer creer a otro que nos tiene que querer como queramos que lo hagan, no es un buen amor. Es toxicidad.

Y este mismo tipo de comportamiento también puede aplicarse al duelo. Donde cada uno lo gestiona de un modo diferente, pero al cual tampoco tenemos que darle permiso para que gobierne nuestra vida porque, si no, nuevamente, no se vive. Sino que se sobrevive.

Un segundo aspecto que me ha gustado de la premisa de esta novela es que se ambienta el punto de partida en una boda. Y ahí entra de lleno esa creencia popular acerca de que, de una boda sale otra. Porque, cierto es que, pese a nuestro miedo al amor, en cierto modo también buscamos enamorarnos y a una persona con la que compartir nuestra vida... por muy contraproducente que esto parezca.

Y aun así, el miedo sigue desestabilizando la balanza y de ahí que, preferimos como manera y modo para relacionarnos con otros... las relaciones sexuales. Porque son más puntuales y, en apariencia, inofensivas e inocuas. Justo lo que hacen ellos. De ahí que sea un muy fiel reflejo de nuestra sociedad contemporánea.

Pero este proceder es erróneo. Porque esa chispa y esa química, y sobre todo, el hecho de repetirlas, pueden derivar y generar en algo de un cariz bien distinto. Así que no hay que desmerecerlas o desprestigiarlas porque... ríete del amor y el amor se reirá de ti.

Y sí, es una novela romántica. Es cierto, pero no es el único tipo de amor que se incluye entre sus páginas.

Así, por ejemplo se habla del amor entre los miembros de una familia. Y este, de nuevo, se da por descontado porque creemos que, por el mero hecho de ser familia, se nos va a tolerar y consentir todo. Y no es así, quien algo quiere, algo le cuesta y por eso ha de concederle también la importancia que requiere.

Un amor que puede ser tóxico o sano. En este caso, es Nic, quien mejor lo ejemplifica de los dos. Porque, se parte de la premisa de la boda de una de sus hermanas, para presentar al resto de los miembros de esa familia y poder apreciar así los roles que estos tienen dentro de la misma.

Así, por ejemplo, el señor Mackenzie pone de relieve lo difícil y compleja que es la paternidad. Pero, es también un fiel reflejo de los micromachismos que existen aún en el ámbito doméstico al haber dado el puesto de heredero de la empresa familiar a su único vástago varón. Solo por el sexo si tiene, sin preguntar y sin darse cuenta de si quizás es la persona más adecuada para el puesto.

Y esto, pone de relieve cómo aún hoy queda un largo camino por recorrer y sirve de reflejo de cómo, también tenemos que esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinos para ser considerados igual de válidos.

Pero, el padre y a su vez también la madre son fiel reflejo de cómo, en ocasiones, la paternidad es bien difícil, pero que las buenas intenciones están llenas de daño. Porque, pretendiendo querer darles lo mejor, a la larga lo han convertido en un infeliz. Muy centrados en esa idea de que solo obteniendo un buen puesto de trabajo, se obtendrá la felicidad. Y no es así. Un buen amor paterno también es aquel que pone de relieve que sus hijos han de vivir con libertad. Y por tanto, que no consiente que vivan sus vidas y sus oportunidades perdidas a través de las generaciones futuras.

En ese sentido, he de decir que, de los dos, la madre me ha parecido el personaje más flojo. Por lo voluble de la misma. Y es que, me dio la sensación de que iba a ser más dura e intransigente, y sin embargo, cambia de parecer para con su hijo muy rápido. Amén de que, las motivaciones para ese cambio tampoco me convencieron en exceso.

Sí que me ha gustado en cambio el rol que tiene el abuelo. Ha sido un homenaje precioso y necesario. Donde además, también se critica a la sociedad contemporánea, convencida de que si no hay beneficio inmediato que extraer, se rechaza porque no sirve de nada. Cuando no es así. Y en el abuelo, aunque en los abuelos en general, queda demostrado que tenemos que escuchar más a menudo lo que tienen que compartir con nosotros. Porque su sabiduría es fruto de la experiencia. Y no se aprende. Se comparte y se agradece que lo hayan hecho.

Y también me ha gustado la relación de Nic y sus hermanas. Porque hay apoyo y comprensión. Y sobre todo, sinceridad, base y clave para que cualquier relación funciones. De ahí que no le duelan prendas en decirle las cuatro verdades del barquero y le comenten que no es feliz. Y que tiene que poner punto y final a esa dinámica. Y sobre todo, ser un poco más egoísta y quererse bien primero a él antes de poder querer bien a los demás. Sobre todo porque, al no hacerlo y sin ser muy consciente de ello, también estamos haciendo daño.

Más al no saber distinguir cariño, amor y sentimientos de cariz similar.

Por eso, también está bien traído de nuevo el tema de las bodas, donde los sentimientos parecen brotar y estar a plena flor de piel. Y donde los motivos y circunstancias para que se celebren son múltiples y diversos. Más porque, al ser el amor un sentimiento que va asociado a la psique humana, evoluciona al igual que nosotros. Y además, nuestras circunstancias no son tampoco las mismas.

Teniendo en ocasiones repercusiones en las relaciones sentimentales que mantenemos. Por eso, he de decir que, en alguna ocasión no he entendido del todo a los protagonistas.

Por ejemplo, de ella entiendo su reticencia al amor y a abrirse de nuevo al sentimientos, pero en cierta manera, tampoco lo entiendo demasiado bien puesto que, tampoco estaba completamente enamorada de su anterior pareja. Y de ahí que su sentido de la fidelidad es admirable, también es un tanto chocante.

Y él, evidentemente no entendía e incluso me enfadaba la dinámica de la relación que tenía con Emily. Porque claramente no estaban enamorados y las diferencias entre ambos, eran abismales. Partiendo de la propia edad de ambos. Sí que es cierto que, la madurez no tiene por qué ir asociada a una edad determinada, pero... en este sentido era muy claro.

Amén de que, Emily necesitaba y necesita madurar porque, no se porta bien con quienes están a su alrededor, les conozca y no. Y por eso, pone en práctica la sororidad para mal. Entiendo que sospechase porque la química entre los protagonistas no se podía camuflar ni ocultar.

Pero, no tenemos que criticarnos entre nosotras y mucho menos insultarnos, cuanto más si hay hombres de por medio. Tenemos que actuar de modo justo contrario, apoyándonos más entre nosotras. Solo así el mundo será un mejor lugar para todos.

Y por último, retomo el amor romántico, que es otro gran tema e hilo conductor de la novela. Y que casi que demuestra que estaban destinados a encontrarse y a enamorarse. Por eso, no podemos plantarle cara al amor. Porque será una batalla perdida de antemano. Más que nada porque es poderoso, inteligente e incluso paciente para aparecer y reaparecer en aquel momento en que más lo necesitemos.

Solo si somos valientes y estamos dispuestos a aceptarlo. En igualdad de condiciones y punto de partida. Y sobre todo, sabiendo que somos el amor más importante de nuestras vidad y que una relación de pareja es nuestro compañero de viaje. El que nos ve y saca siempre la mejor versión de nosotros mismos.

Mismo compañero que convierte cualquier lugar del mundo en nuestro hogar y por el cual, merece la pena esperar y pasar por numerosas bodas antes de dar nuestro propio sí quiero.

No puedo concluir este post sin comentar que, durante mi lectura he encontrado alguna que otra errata y falta de ortografía que, si bien en mi caso, no me ha supuesto un impedimento en la lectura, sí que conviene echarles un ojo de cara a las futuras ediciones.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!


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