Un desliz fuera de horario de Ariadna V. Andrews

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí porque, todo lo que escribe 

la autora, me lo tengo que leer. Y más si hablamos de romances de oficina, que me pirran.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la publicación, y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Un desliz fuera de horario escrito por Ariana V. Andrews.

SINOPSIS

*¿Y si la nota con tu confesión amorosa acabara en el bolsillo de la chaqueta de tu jefe por error?*

Una declaración amorosa equivocada.

Un jefe que acepta sin preguntar.

Y una empleada que intenta deshacer el lío… sin perder el trabajo.

Iria no es de arriesgar. Tiene una rutina que funciona, un puesto estable en contabilidad y un flechazo silencioso por el compañero más encantador del departamento comercial.

Pero basta una cena de empresa, unas copas y una amiga con más osadía que filtro para convencerla de hacer algo loco: escribirle una nota. Una confesión honesta, directa, imposible de decir en voz alta en una servilleta que firma y dobla y mete en el bolsillo de su chaqueta…

Pero acaba en el bolsillo equivocado.

Del hombre equivocado.

O peor, del hombre que nunca se equivoca. Su jefe.

Andreas León Karalis no sonríe. No improvisa. No perdona errores.

Y, sin embargo, cuando encuentra la confesión amorosa, empieza a tratarla como si cada palabra de esa servilleta fuera para él.

Iria no sabe cómo decirle la verdad sin hundirse profesionalmente.

Ni cómo resistirse a ese Andreas León Karalis que ha empezado a mirarla de otra forma.

Como si su error no hubiera sido tan error y una parte de él estuviera decidido a descubrir cuánto hay de verdad en cada una de esas palabras que ella jamás pensó decirle.

Y él nunca pensó necesitar.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, si bien pertenece a una trilogía titulada Fuera de horario, todas las historias son autoconclusivas. Así que se pueden leer de manera independiente.

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que, tiempo ha, cuando yo daba mis primeros pasos en la novela romántica como lectora, estaba enganchada a las novelas y novelettes de Harlequin divididas en diferentes secciones y nombres, como por ejemplo Bianca. Ahí fue donde me inicié en mi gusto por los enemies to lovers y sobre todo, en los romances de oficina.

Pero lo traigo a colación porque, otro de los tropes que se repetían y mucho era, precisamente, el de los griegos. Los cuales, como nacionalidad protagónica, se han perdido y por eso, le agradezco a la autora que los haya recuperado en esta trilogía. Porque, seamos claros, no tienen nada que desmerecer a otras nacionalidades. Y más si son como este Andreas.

Un hombre que hace honor a su segundo nombre; León, al menos en lo que a fiereza con lo que defiende lo que es suyo. Pero no solo en posesiones físicas o personas a su alrededor. También en lo que a creencias e ideales. Y eso, he de decir que, lo destaco como un rasgo muy muy positivo a su favor. Porque, es protector, pero no raya en la toxicidad en los más mínimo. Lo cual, a su vez es muy importante porque, es también muy fácil cruzar o desdibujar límites y líneas entre uno y otro.

En esta historia vamos a conocer cómo, de una acción sin pensar o incluso, considerada como una metedura de pata, el amor puede llegar a nuestras vidas.

Pero sobre todo, cómo en las distancias cortas, Iria y Andrea se conocen realmente, dejando atrás ideas preconcebidas el uno del otro. Y por eso, no pueden hacer otra cosa que enamorarse. Y es que, aparte de ser bien diferentes entre sí, la realidad es que también son bastante parecidos, porque su imagen pública y su imagen privada son bastante diferentes entre sí. Aunque sobre eso, ahondaremos más adelante.

A destacar también el modo en que se inicia todo porque, se hace en una cena de empresa. Y con esta premisa, ya se introducen varios temas susceptibles de analizar en profundizar.

Por ejemplo, que cuando se trabaja en una empresa multinacional o de alto rendimiento sobre todo, aunque también sucede en empresas más pequeñas, la realidad es que, se pasa mucho tiempo allí. De modo que, es bastante normal que al final nos terminemos sintiendo atraídos, o enamorándonos de personas con las que compartimos más tiempo. Y por eso, si bien entiendo los reparos a la hora de permitir relaciones entre compañeros de trabajo, por el tema del temor a que lo personal repercuta en lo profesional, la realidad es que el tema de prohibirlos también me parece que no tiene sentido. Porque lo hace más interesante, y por ende, lo querremos más.

Aparte de que, nos centramos únicamente en lo negativo de las consecuencias que esa relación pudiera conllevar, cuando no nos da por pensar a la inversa. Como pueden ser los beneficios que relaciones sentimentales tuvieran en el tema de la productividad y el rendimiento individual y de empresa.

El problema es cuando, nos montamos películas y comenzamos a desarrollar situaciones que, distan mucho de la realidad. Por eso, el modus operandi y cómo se comporta Iria, sobre todo al principio de la novela con cierto personaje masculino - que es también compañero de trabajo - es perfectamente comprensible. Amén de que, a su vez nos sirve para que seamos conscientes de los peligros que tiene la idealización de otra persona, se mantenga o no una relación romántica con ella. Porque así lo idealizamos.

E idealizar no es otra cosa que perfeccionar al otro, cuando la perfección no existe. Y por eso, ha quedado muy claro con él también que, un par de interacciones diarias de manera puntual con otra persona no ayudan a que tengamos una idea general y global del otro. Es por eso que, nuevamente indique que, es en las distancias cortas cuando realmente se conoce a la otra persona. De ahí que la comunicación sea parte fundamental de cualquier relación en nuestras vidas.

Y además, subrayo como aspecto muy importante el hecho de que, se nos advierta de los lobos con piel de cordero. Porque hay tóxicos verdaderamente encantadores y con un perfil psicológico muy bien desarrollado. Tanto es así que se valen de su magnetismo y de fingirse ignorantes para estudiar a quien han decidido como su presa y así obtener el mayor beneficio a su costa. Hablo aquí como animales o un depredador se tratase, pero la realidad es que el susodicho, se comporta tal cual, lo cual provoca la sorpresa y la indignación del lector a partes iguales.

Y hablo aquí de un depredador nuevamente porque, también tiene sus hienas acólitas, introduciendo también a una falsa amiga que pone de relieve cómo, si fuéramos más sorores entre nosotras, el mundo sería un lugar mejor para todos. Y no solo para las mujeres.

Retomo de nuevo lo del tema de las cenas de empresa porque, todo el mundo sabe que siempre sucede algo memorable e inolvidable en alguna de ellas. Principalmente porque las agüitas con misterio influyen y mucho a la hora de que sucedan ese tipo de situaciones. Y por eso, tenemos que recordar que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Más que nada porque, hay múltiples y diferentes maneras de bebedores y beber y por eso, a cada uno nos afecta de diferente manera. Por eso, nos puede retraer o incluso puede ayudarnos a desinhibirnos y dejarnos llevar, los cual nunca está de más.

Y en este caso además, está muy bien traído porque, ella es responsable de la contabilidad de la empresa. Y si por algo se caracterizan los números es por ser ciencias exactas y muy cuadriculadas. Así que, para una vez que se sale de su zona de confort... se lía y gorda. Aunque creo que, jamás vio venir hasta qué punto.

Una Iria cuya situación desagradable pone de relieve el machismo de nuestra sociedad. Y no solo ya porque nos tenemos que esforzar siempre el doble o el triple que nuestros colegas masculinos para ser igual de válidas que ellos. Sino porque, además, la crítica siempre estará al acecho y será implacable con nosotras puesto que nunca se nos aceptará otra cosa que no sea la perfección.

Una vara de medir que siempre está descompensada porque, incluso en aquellos casos en los que no hemos tenido una participación directa, saldremos mucho peor perjudicadas. E incluso esa crítica tiende a venir también de otras mujeres, confirmando así lo necesario de la sororidad en nuestra sociedad para mejorar todos.

Pero, el problema que tiene que ver con el sistema informático y una estafa y desfalco es muy interesante porque, sirve para poner de relieve cómo la literatura va más allá de un mero entretenimiento, sino que también es un arma de denuncia de aquellos aspectos de nuestra sociedad que no son tan bonitos o brillantes.

Y en este caso, sirve para poner de relieve el desconocimiento que solemos tener de la informática en general, por muy expertos o entendidos que nos pensemos. Y por eso, cuán sencillo y fácil es entrar en nuestras contraseñas y datos personales que tengamos colgados en la nube sin ser conscientes de ello. De ahí que seamos una presa fácil para los expertos en ese tipo de delitos. Y por eso, esa advertencia me ha parecido muy necesaria.

Principalmente porque se introduce desde una perspectiva no vista antes lo poderoso y tóxico que es el amor por el poder y el dinero. Y cómo, por eso mismo estamos dispuestos a todo - llevándonos a quien haga falta por delante incluso - con tal de obtenerlo y mantenerlo durante el mayor tiempo posible.

Junto a ello además, esta situación a priori nada halagüeña sirve también para introducir al siguiente protagonista masculino de la trilogía; Nikos, hermano de Andreas y que así podamos comprobar que la testarudez o el fuerte carácter es algo innato en la familia.

Misma Iria que es pura dualidad con patas... por causa de la sociedad también. Puesto que posee un mundo interior de lo más interesante.

Así, por ejemplo, le han diagnosticado TDAH y no es un dato que suela compartir con los demás, por el miedo al estigma que incluso hoy día se tiene para con las enfermedades que tienen que ver con la salud mental. Más cuando son tan variadas como las personas que las sufren y por tanto, no son del todo entendidas o comprendidas por los demás. De ahí que, una vez se descubre este dato, se entienda mucho mejor sus escasas relaciones sociales exitosas y cómo siente miedo o vergüenza al interactuar con los demás.

Pero, además su imagen de tipa dura e inaccesible en parte por causa de la enfermedad, para nada es así ya que siente muchos complejos acerca de su cuerpo. Y es que, de joven fue gordita y ahora de adulta ha perdido mucho peso. Pero, como persona que le ha pasado exactamente lo mismo, incluso a pesar del tiempo transcurrido, nunca se deja del todo de tener esa antigua imagen nuestra y por eso, vive un tanto obsesionada por el peso. Acrecentada además esta idea a causa de la sociedad y de, nuevamente, esa imagen de perfección. En este caso, relacionándolo con el canon de belleza.

Cuando, la belleza depende del ojo del que la mira y por tanto, no se puede estandarizar. Porque sería irreal. Y en este sentido, cuanto antes seamos conscientes todos de este hecho, más felices seremos. Y aquí, tendríamos que hacer más hincapié en las mujeres porque, si bien es cierto que los hombres también adolecen de baja autoestima, es mucho más fácil encontrar a una mujer que no le guste o critique una parte de su anatomía, que un hombre que haga lo propio.

Aunque, en este sentido, he de decir que me hubiera gustado que recurriese a la ayuda de un profesional. Sobre todo, porque está claro que aún no lo ha superado del todo y por eso, aunque tiene herramientas, no sabe cómo sacarle el máximo rendimiento. Y porque solo así, le quedaría mucho más claro que somos el amor más importante de nuestras vidas. Y que solo queriéndonos bien a nosotros mismos, podremos hacer lo propio para con los demás. Porque si no, nuestra existencia será gris. Al faltarnos el rojo que la intensidad del amor puede regalarnos.

De ahí que la comunicación a colores en los momentos spicy me ha parecido muy interesante e incluso coherente entre este par. Porque es su lenguaje y vuelve a demostrar cómo se entienden tan bien el uno con el otro. Y cómo a veces nos comunicamos sin hacer falta las palabras, a base de nuestro lenguaje corporal.

Y no puedo no hablar de Andreas porque él, que tiene un puesto de trabajo exitoso... tampoco es feliz. Porque, tiene muy inculcada la idea - como buena parte de la sociedad - que la riqueza proviene de una buena posición económica o un buen trabajo. Y no es así. La verdadera riqueza de la vida proviene de las pequeñas cosas de la vida, que no suelen tener valor económico.

Pero además, esa buena posición también ha provocado que se aleje de quienes están a su alrededor porque, no es bien sencillo ser un buen jefe o un buen líder. Porque la presión y la exigencia que se tiene para con ellos es bastante difícil de gestionar. Y no todos estamos preparados o concienciados para ello. Resintiéndose así nuestra salud mental.

Junto a ello, tampoco se siente cómodo entre mucha gente porque nunca sabe si el interés hacia él es genuino o si algún tipo de interés escondido detrás.

Sin embargo, ser el líder y su distancia casi infranqueable de cuando en cuando sí que conlleva alguna que otra ventaja. Como por ejemplo, que tiene mucha capacidad de control y observación. Además de que en el caso de Iria, de siempre la ha visto y la ha valorado como la buena profesional que es. Por eso, a la hora de defenderla, no duda en sacar uñas y dientes y todo el despliegue de medios necesario con tal de defenderla y aplicar la justicia de la mujer de la que siempre ha estado enamorado merece.

Y es que sí, en este caso, él siempre ha estado enamorado de ella. O al menos, esa es la sensación que a mí me ha dado y por eso, es muy inseguro acerca de las posibles implicaciones que, ese paso más allá podría conllevar. Para él, ella y ambos.

De ahí que esa nota les viene caída del cielo para comenzar una pequeña farsa que, en realidad, siempre ha tenido su parte de verdad.

Que demuestra que, toda acción tiene una consecuencia. Pero que, a veces cometer un error o tener un desliz puede ser muy positivo.

Pero sobre todo, que tenemos que dar con la persona que ponga color a nuestras vidas. Ahí está la clave de la felicidad.

¡Nos leemos pronto!