Belial de N.C González
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien le agradezco el envío del ejemplar. Y de todas las preciosuras que incluía la caja. Porque, súper completa y con objetos muy útiles a los que ya estoy dando uso. Pero sobre todo, lo que le agradezco es que haya vuelto a confiar en mí para que le dé mi opinión acerca de su última novela. Y así, también me haya permitido conocer cómo termina todo.
Por eso, no me voy a entretener mucho más al respecto de esta introducción y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Belial, de NC González.
SINOPSIS
La partida llega a su fin, con nuevas piezas que están dispuestas a hacer lo que sea con tal de cumplir su objetivo y otras que solo quieres pasar desapercibidas.
Una guerra que nadie quiere perder, impulsada por el ego, el deseo y la avaricia.
El cielo contra el infierno.
Dios contra el Belial.
Y la tierra como campo de batalla.
El niño se ha convertido en hombre.
En la sombra que no deja de acechar a sus presas.
En la oscuridad que te atrapa, sin importar cuánto te escondas.
En la voz que te susurra hasta llevarte a la locura.
No hay secreto que se le escape, movimiento que no prediga o alma que no consuma.
El sabueso persigue y el zorro se esconde.
Pero, ¿qué sucede cuando no hay escapatoria?
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, voy a hacer una aclaración. Y es que, aunque es el tercero de una trilogía, este puede considerarse un volumen independiente, porque la historia es autoconclusiva.
Sin embargo, si yo fuera vosotros, lo leería en orden para entenderlo mucho mejor y captar aún mejor el arco argumental de los personajes secundarios, otrora principales. Y sobre todo, para que os deis cuenta de que la historia es cíclica, se repite y a su vez para que comprobéis si los hijos superan o no a los padres.
Junto a ello, si bien es cierto que el título es Belial, y es cierto que tiene un peso enorme en el desarrollo de la novela, la realidad es que tampoco tenemos que desmerecer a su hermana pequeña. Por eso, si se hubiera llamado Los herederos del Infierno, tampoco hubiera pasado nada.
Entrando ya en materia de reseña, mentiría si no dijera que no tenía ganas de escuchar la propia voz de Belial de adulto, porque en los volúmenes anteriores resultó ser un niño de lo más particular. Y no necesariamente ha de tomarse eso como un cumplido.
Pero sobre todo, también tenía muchas ganas de verle perder el control. Al menos en una parte de su vida, porque fue innegable que, desde la llegada de Scarlett a su vida y formando parte de ese círculo íntimo de la familia, algo en su vida quedó trastocado. Así que me ha gustado mucho esa incapacidad de gestión de sentimientos y esa muestra de humanidad o "normalidad" porque creo que era algo que le hacía falta.
Pero, además de esta premisa inicial también se desarrollan otros temas en la novela susceptibles de ser desarrollados y por eso, paso a relatarlos aquí con más profundidad.
Así, me ha seguido gustando que se usase a los personajes como nombres, pero también como piezas de ajedras. Ya que así el lector podrá ir sabiendo de la mayor o menor importancia que tendrán en la partida. Porque sí, evidentemente hay una división entre oponentes. Blancas y negras. Luz y oscuridad. Pero a su vez, también es el bien y el mal.
Aunque en este caso también puede añadirse Cielo e Infierno. Porque las herencias y enemistades se han heredado. Muy al estilo de la mafia italiana, sí. Aunque también sirve para que recordemos que, padres e hijos son diferentes y que por eso, ellos no han de ser quienes paguen justos por pecadores. De ahí que haya que dejarles actuar con libertad siempre. Y a su vez, cerrar y tratar asuntos con quienes corresponde. Ya habrá tiempo para que cada uno se cree sus propios enemigos.
Pero, también se hace alusión y referencia a que no debemos ser maniqueos y que el mal y el bien, del todo no son antagonistas, sino que conviven y forman parte de nosotros mismos. Solo que en la inmensa mayoría de los casos, suelen estar equilibrados y por eso, basta el más mínimo estímulo para que esa balanza termine de inclinarse hacia uno u otro sitio. Y que incluso el amor puede ser ese sentimiento que logre hacerlo.
Y por supuesto, seamos o no entendidos o expertos en el ajedrez, todos sabemos que hay una pieza que es fundamental y por tanto, a la que hay que proteger a toda costa. Y esa es la reina. Por eso, he quedado maravillada con Lilith como madre, de nuevo. Pero sobre todo, por su capacidad de previsión y sobre todo, de anticipación de los acontecimientos. Porque ha combinado a la perfección lo que es ser una buena líder - y uno de los rasgos que lo definen es estar pendientes de quienes están a su alrededor y por eso, hacerles sentir parte de la familia - y la sagacidad de una madre. Pelín entrometida eso sí. Aunque en su caso, lo ha hecho con buena intención y por eso, ha dado el empujoncito a un hecho que estaba claro para todo el mundo, menos para los implicados. Porque no hay más ciego que quien no quiere ver.
En ese sentido, destaco su sentido de la equidad y la justicia. Amén de su rasgo feminista del poder al tomar la decisión al respecto de los herederos. Creo que, en su caso, bastante influenciada por sus circunstancias personales. Y por eso pienso que, como sabe de primera mano, cómo las mujeres tenemos que esforzarnos el doble o el triple que nuestros colegas masculinas, para ser igual de válidas. No quiere que su hija Cath nunca sea puesta en duda o entredicho.
Y aunque en muchas ocasiones, las buenas intenciones de una madre provocan mucho daño, la realidad es que como buena líder es experta en tomar decisiones. A veces arriesgadas. Y por eso, quien no arriesga no gana. Hecho que ha quedado demostrado aquí. De sobra.
En el contexto en el que se desarrolla todo por tanto, el amor va bastante asociado a la fidelidad. Y por eso, hay familia de sangre, pero también familia que se escoge. Amigos, aliados y agregados, pero muy importantes por causa de su diversidad. Y por eso, son tan importantes, porque nos recuerda que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Es más, que para ser más ricos y estar más preparados, tenemos que rodearnos siempre de personas lo más opuestas a nosotros.
Y esa diversidad se aplica a todo. Incluso al concepto de pareja, ya que aquí hay una trieja de nuevo. Y por eso, hay que tener en cuenta que antes de juzgar, conviene conocer. Y por eso, una vez sabidas las circunstancias es cuando podremos dar nuestra propia opinión. De ahí que, si las partes y personas implicadas están bien y no les molesta, no tenemos que ser nosotros quienes lo critiquen.
Del mismo modo que eso se aplica a las relaciones sexuales y a cómo viven o no las mismas. Porque es un dark romance, pero no es demasiado turbio. Así que si no sois lectoras asiduas del género, tampoco tenéis que preocuparos porque las escenas en ese sentido no son en exceso fuertes.
Pero a su vez, sirve para poner de relieve que padre se hace y no se nace. Y por eso, que dar por descontado el amor entre los miembros de una familia es un error. Quien algo quiere, algo le cuestas. Así que no está de más darle la importancia que requiere.
Principalmente porque, las circunstancias en las que hemos sido criados influyen y mucho a la hora de desarrollar una personalidad y actitud determinadas ante la vida y determinadas circunstancias.
Además del enfrentamiento y de la lucha encarnizada por el poder. Demostrando así cuán tóxico es y por eso, cómo estamos dispuestos a todo con tal de obtenerlo y sobre todo, mantenerlo durante el mayor tiempo posible con nosotros y en nuestras manos.
Pero, sobre todo, es un cuento de hadas oscuro. Con un amor obsesivo y lleno de rosas negras donde Belial, lento en asumir y reconocer sus sentimientos por Scarlett también sucumbe al amor. Que es la fuerza más poderosa que existe en el mundo.
Y su forma de amor, si bien posesiva es justo lo que necesita ella, ya que él se encarga de subirle la moral y el autoestima, rasgos que caracterizan su personalidad. Lo cual es interesante dado el ambiente y el mundo en que se ha criado. Y por eso, no se siente preparada para ser la reina.
Por eso, hay que rodearse de personas que siempre saquen la mejor versión de nosotros mismos, porque así, si nos queremos bien a nosotros mismos, también seremos capaces de hacerlo con los demás.
Y si me ha gustado la historia de Belial, he de decir que me ha gustado también la de Cath. Porque trata ese mismo tema pero a la inversa. Y el tema de la masculinidad frágil sintiéndose no a la altura está muy bien traído. Porque también hay hombres que sean tímidos o inseguros frente a mujeres con carácter o más dominantes. Pero eso no tiene por qué ser entendido como un síntoma de debilidad, sino como una parte más de sí mismos.
Amén de que, en el caso de que, ha sido interesante el giro argumental al tema de la manzana prohibida y la serpiente que supone la tentación.
Pero sobre todo, me ha gustado porque pone de relieve el hecho de que sí, Cath es joven, pero no hay que menospreciarla o criticarla por su juventud. Porque la madurez no va asociada a una edad, sino a un número. Y le va en los genes el tener que luchar por lo que quiere.
Así que, en lo que se refiere al tema de si segundas partes son buenas y si los hijos son mejores que los padres... las comparaciones son siempre odiosas. Pero, no voy a negar que, Belial es un más que digno sucesor y heredero y que hay que tener mucho ojo a las siguientes generaciones.
¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!
¡Nos leemos pronto!

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