Florencia: luz y tiniebla de Rosa Paz y Ladrón de Guevara
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien le agradezco el envío del ejemplar en físico. Y que así me permita conocer su pluma. Pero sobre todo, también he de agradecerle a Blanca, de Revenga ediciones, que se pusiera en contacto conmigo para saber más de la fantástica iniciativa que lleva a cabo con los autopublicados.
Por eso, no me voy a entretener mucho tiempo más en la parte introductoria y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Florencia: luz y tinieblas escrito por Rosa Paz y Ladrón de Guevara.
SINOPSIS
Cuando vuelves a los lugares que han marcado tu vida, las piedras hablan. El pasado se transforma en presente para condicionar el futuro.¿Qué ocurre en la Catedral de Florencia durante la celebración de la misa de Nochebuena en el año 1447?
¿Cuál es la relación entre unos cuadernos encontrados en una vieja cripta y un robo en un museo?
¿Qué conexión guarda una escultura de un crucificado hecha por el maestro Brunelleschi con las hermandades ocultas del Renacimiento?
Gloria, una restauradora que trabaja en Santa María Novella, deberá buscar respuestas a muchas preguntas. Una serie de acontecimientos cambiará para siempre su vida y la de los que le rodean.
Nada puede ocultarse para siempre…
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de la novela. Y que me sirven también para presentarme un poco mejor.
Porque, algunos ya sabréis que me encanta Italia, y si no, pues ya sí. Pero además, considero a Florencia como mi segunda casa, y no porque la haya visitado en numerosas ocasiones, que también. Sino porque, allí tengo a mi familia italiana. Y por eso, aunque considero que Italia tiene ciudades y pueblos preciosos, para mí ella siempre será el número uno.
Pero, además de eso, también tengo un poco idealizados a los italianos y por eso, aunque sé que no es cierto, si hay un protagonista italiano en una novela, sí o sí, ya voy con una disposición favorable a la lectura de la obra.
Así que, en esta novela donde se combinan ambas cosas... sí o sí tenía que gustarme.
Y quiero decir que, si bien se mencionan numerosos nombres importantes de la historia y la cultura de la ciudad, así como lugares más o menos turísticos y privados, la realidad es que esta no es una guía turística ni mucho menos. Es la visión de la autora de una ciudad a la que adora y admira tanto como a los artistas que habitaron en ella.
Eso sí, si alguien quiere tomar esto como punto de referencia y seguir los mismos pasos por la ciudad que la protagonista, he de decirle entonces que su experiencia al respecto será completa.
Pero, además de esta premisa, también encontramos otra historia que se narra entre sus páginas. La de Gloria, una restauradora - no podía ser de otro modo - en su viaje de autoconocimiento y autodescubrimiento en aras de la felicidad. Un objetivo vital que todos debemos perseguir, por truculenta que pueda ser la travesía, porque el resultado va a merecer siempre la pena.
Sin embargo, el hecho de que sea restauradora en Florencia, además de que pega con el ambiente y el espíritu de la ciudad, añade un segundo mensaje menos apreciable a la vista y que solo se comprende una vez se ha terminado la novela. Porque ella, en cierto modo, restaura la vida de quienes están a su alrededor. Como por ejemplo, Marco. Aunque volveremos sobre él más adelante.
Junto a ello, el tema de los mensajes ocultos y los dobles sentidos también forman parte muy importante de la novela porque, se incluye una subtrama con ciertos toques de misterio, mezclándose realidad, ficción, hechos y supersticiones acerca de "sectas" y hermandades cuya existencia en el día de hoy no sería tan descabellada. Pero, en este sentido, a mí me ha gustado que recuerde que no todas son de carácter conspiranoico o "demoníaco" sino que también las puede haber de carácter benevolente.
Y que por eso, entre sus premisas, esté el de la preservación del conocimiento heredado y preservar el legado - sea en el formato que sea - de cara a las futuras generaciones. Y esto me parece muy bien, porque así convierte a la literatura en un arma de denuncia y crítica de aquellos aspectos de nuestra sociedad que no son tan bonitos o brillantes. Y que por tanto, va más allá de un entretenimiento. Pero, junto a ello, me ha gustado que también ponga de relieve y dé el lugar que merece a la historia. Porque solo conociendo nuestro pasado, podremos entender mejor nuestro presente y por eso, mejorar de cara al futuro.
Amén de que, como aquí bien se nos advierte, si no prestamos la atención que esta merece, la historia está condenada a repetirse. Y por eso, no seremos capaces de aprender de nuestros errores. Que solo de otro modo podrán ser usados como oportunidades. De mejora y cambio, porque si la vida nos ofrece algo siempre, son segundas oportunidades.
Por eso, hay temas que, no importa el tiempo que pase, que tenderán a repetirse. Como el gusto por lo ilegal o lo prohibido. Y sobre todo, lo tóxico que puede ser el poder una vez nos insufla su veneno. Porque estaremos dispuestos a todo con tal, no solo de obtenerlo, sino con tal de mantenerlo en nuestras manos el mayor tiempo posible. De ahí que, si tenemos que manipular o quitarnos de en medio a aquellos que no comulguen con nuestras propias ideas, lo haremos. Creándose así por tanto, una lucha de egos como las que se producían entre los grandes nombres del Renacimiento.
En ese sentido, he de decir que el título de la novela también está muy bien traído porque, Florencia, al igual que los personajes que aquí aparecen tienen sus luces y sus sombras, amén de secretos bien dispuestos a ser hallados y descubiertos. Aunque se introduce la pregunta de si todo tiene que ser desvelado o si, de cuando en conviene guardarse las cosas para uno mismo.
Pero, esta subtrama de misterio y acción a la vez recuerda que no tenemos que ser maniqueos porque todos llevamos en nuestro interés ese bien y el mal. Y por eso, en ocasiones basta el más mínimo estímulo para desequilibrar la balanza hacia uno u otro lado. Por eso, las sorpresas no pararán de sucederse.
Junto a ello, al mismo tiempo que restaura una pieza artística, también restaura la vida de su jefe, Marco. Porque sí, también hay una subtrama romántica. Ya que el amor aparece dónde, cuándo y con quién menos se le espera. Y plantarle cara será una batalla perdida de antemano.
Pero, en este sentido he de decir que, he echado en falta su punto de vista porque, si bien entiendo los motivos por los cuales estaba temeroso y receloso de abrirse de nuevo al sentimiento, en lo que a ella se refiere, no he visto suficientes indicios como para que se nos permitiera ver su grado de interés y enamoramiento.
Es verdad que, por otra parte es el típico italiano parado que le cuesta actuar, y que a su vez, sabe de la imagen que tenemos de los italianos por línea general. Por eso, es más fan de los hechos más que de las palabras. Sin embargo, creo que su personaje hubiera quedado más redondo desde ese otro punto de vista. Eso por no hablar de que, dada la edad que tiene, en ocasiones se comportaba desde un modo un tanto inmaduro. De acuerdo que la madurez no tiene por qué ir asociada a una edad determinada, pero, sentí en alguna ocasión que no casaba del todo bien con otros rasgos de su personalidad.
Aparte de eso, he de decir que Marco también es un personaje muy humano en ese sentido porque, aunque sabemos que todas las historias de amor de nuestras vidas son importantes y que por eso, no tenemos que compararlas, la realidad es que lo hacemos. Más con aquellos primeros amores de nuestras vidas. Y por eso, actuamos mal, porque todas las comparaciones son odiosas.
Sin embargo, debemos dejar de perderle el miedo al amor. Independientemente del tipo que sea. Porque al final estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado. Y nosotros mismos seremos el propio causante de nuestra infelicidad.
Y hablando de Marco, es también paradójico que precisamente sea él quien abra los ojos a la protagonista acerca del sentimiento porque, él le enseña que hay más de un tipo de amor, y que sobre todo, el amor familiar no va asociado a un vínculo o a poseer el mismo grupo sanguíneo. Porque padre se hace y no se nace.
Así que, aunque la paternidad, como cualquier otra relación importante de nuestras vidas, es difícil y dura, la realidad es que nunca tenemos que negar la llegada de nuevas personas a nuestras vidas. Y es que nunca sabremos cuán importantes podrán a ser. Por eso, me ha gustado mucho Pippo y me quedo con ganas de saber de él.
Para concluir, hay una última cosa que nos demuestra esta historia. Y es que son las personas que habitan en un lugar las que lo convierten en un hogar. Y no a la inversa.
Primera toma de contacto con la pluma de la autora, y he de decir que, me ha sorprendido para bien.
A la espera de saber más, porque ese final... abierto y cerrado al mismo tiempo... me provoca muchas preguntas de las que no tengo respuestas. Aún.
¡Muchas gracias por el envío del ejemplar!
¡Nos leemos pronto!

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