Óscar. Un acuerdo matrimonial imposible de María Ferrer Payeras
¡Buenas tardes!
La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la autora, a quien le agradezco el ejemplar. Y los detalles que le acompañaban. Uno de los cuales, he de decir que me llamó mucho la atención porque no entendía bien de qué iba la cosa. Aunque, a posterior, me di cuenta de todo el sentido que tenía.
Pero, también le quiero agradecer que haya vuelto a confiar en mí para que comparta mis impresiones al respecto de su novela. Vales un Potosí, María.
Por todo ello, no me quiero entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Óscar. Un acuerdo matrimonial imposible escrito por María Ferrer Payeras.
SINOPSIS
La abuela McGonagall está convencida de que la leyenda que su suegro contaba acerca de la cabaña de las Salt Mountains es cierta: si pasas un mes en ella, encontrarás el amor verdadero.
Por eso, está decidida a obligar a cada uno de sus nietos a quedarse en la casita de madera durante ese tiempo, aunque tenga que engañarlos. Está convencida de que lo hace por su propio bien.
Oscar (Ozy) McGonagall es el nieto rebelde de una larga estirpe de abogados, el único que se ha atrevido a romper con el legado familiar. Además, no tendría que haber sido el primero en ocupar esa cabaña en las montañas.
Isla Gallagher llega a las Salt Mountains convencida de que va a rescindir un contrato matrimonial que nunca quiso firmar.
Una cabaña perdida en la nieve.
Un encierro inesperado.
Un hombre que no es quien ella cree, pero sí el único capaz de encenderla hasta perder el control.
Entre secretos, provocaciones y noches que arden más que el fuego, Isla y Ozy descubrirán que el deseo no entiende de compromisos ni de promesas.
Un mes de convivencia.
Una verdad que puede arruinarlo todo.
Y un amor tan prohibido como irresistible.
La cabaña tiene sus propias reglas… y la pasión también.
OPINIÓN
Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de decir que esta es una historia autoconclusiva, pero que, a su vez, es el primer volumen de una serie donde vamos a conocer la mágica cabaña donde todos los hermanos McGonagall van a pasar un mes.
Porque esa es la premisa de partida, permitiéndonos así ver cómo, pese a ser familia, cada uno de ellos es diferente. Y sobre todo, cómo la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Amén de que las apariencias engañan e incluso que, en aquellos casos donde los roles están muy marcados, no conviene fiarse de las primeras impresiones porque a veces, son erróneas.
Por todo ello, como consejo os digo que os fijéis en la portada porque, la pareja que aparece en todas y cada una de ellas es más reveladora de lo que podríais imaginar. Así que es de ese tipo inteligente que tanto me gustan a mí.
En este caso, vamos a conocer la historia de Ozy e Isla, de cómo en las distancias cortas se sonocen. Y sobre todo, cómo el sexo puede dar lugar a otro tipo de sentimientos de un cariz bien distinto.
Aunque, junto a esa premisa de partida hay otra serie de temas susceptibles de ser desarrollados con más profundidad. Los cuales detallo aquí.
Así, he de decir que, hay un homenaje bastante claro a la literatura. No solo en el apellido de la familia, clarísimamente inspirado en una de las profesoras más recordadas y famosas de Harry Potter. Pero, además, también se autorreferencia a sí misma porque ellos, son una familia de escoceses emigrados a América. Y por tanto, la mención a otra serie de escoceses maravillosos que ella también ha escrito; mis queridos Mackenna, ahí está bien presente.
Pero, con este detalle de la emigración, la autora sin ser consciente introduce otro mensaje importante. Que no es otro que el de que no debemos rechazar al recién llegado, porque desde que el mundo es mundo, el hombre se ha movido y mudado en aras de una mejor condición económica. Así que ideas como el racismo o la xenofobia son un sinsentido.
Junto a ello, también plantea de un modo muy coherente cuán difícil es estar en tierra de nadie, porque sí, se han adaptado perfectamente bien al lugar donde viven, pero a su vez, también desean conservar su esencia y sus raíces. De ahí que la importancia de las leyendas y mitos escoceses - de los cuales no andan escasos - está bien presente.
Es una novela muy romántica, donde hay diferentes tipos de amor.
Y en primer lugar, destaca el amor entre los miembros de una familia. Aunque en este caso, en especial hay que subrayar la importancia que gracias a la abuela Jeanette dentro de la novela, la autora envía un mensaje muy a tener en cuenta a la hora de cómo nuestra sociedad trata a los abuelos. Y está muy bien traída la metáfora con la cabaña "abandonada" que quiere ser comprada.
Porque así, queda bien reflejado que nuestra sociedad prácticamente se mueve por un interés económico e inmediato. Por eso, si no se le puede extraer ni uno ni de esa manera, queda rechazado casi de inmediato. Como los abuelos.
Y sin embargo, su importancia es mayor de la que pensamos. Al menos en lo que a sabiduría se refiere. Porque esta proviene de sus experiencias vitales. Y por eso, hemos de escuchar más a esos "perros viejos" y aplicarlas a nuestras circunstancias. Seríamos más felices. Y viviríamos mejor.
De ahí que ella está bien pendiente a todas las reacciones y situaciones de sus nietos, porque en su caso, ha actuado de segunda madre, literal con ellos. Aunque, sí que es cierto que con esa actitud es bien fácil no saber distinguir dónde empieza la preocupación y dónde empieza a difuminarse con el agobio y la asfixia.
Porque la paternidad no es fácil, pero hay que querer bien a los demás. Y respetar siempre su individualidad. Porque eso es un buen amor. De la otra manera ya se raya en la toxicidad... incluso en aquellos momentos y ocasiones donde las buenas intenciones estén de por medio. Y por eso, Isla y Ozy son, de nuevo, muy parecidos.
Junto a esta premisa, además, se nos recuerda que, el mero hecho de ser familia no tiene por qué ir asociado al surgimiento o el brote del amor de manera instantánea. Y tampoco a que se perdone o se consienta todo.
Así que entiendo que Ozy se aleje. Necesita poner distancia de todo aquello que le hace daño. Aunque suene incomprensible y egoísta. Pero no, porque se está priorizando y tenemos que recordar que siempre somos el amor más importante de nuestras vidas. Y querernos bien a nosotros mismos, para así poder querer bien a los demás después.
Pero a su vez, también entiendo que esté enfadado con Sam, porque, hasta lo que sé, esas motivaciones para hacer lo que hizo se me quedan un tanto flojas. Es cierto que lo hizo por su bien y para que abriese los ojos, pero considero que había otras maneras de hacerlo. Aunque, como manera y forma de demostrar que el amor por el poder, el éxito y la fama sí que fue muy convincente.
Del mismo modo que así recuerda que toda acción tiene su consecuencia y que, a pesar de que una acción no tiene por qué definir nuestra vida por completo, tiene que haber una voluntad de cambio real y un arrepentimiento fácilmente identificable, Porque, de lo contrario, el enfado y el descontento pueden prolongarse años. Y para ello, la comunicación es fundamental. Siempre.
Y por eso, ni Sam ni Ozy pueden negar que son hermanos, ya que cojean del mismo pie, explicando de un modo muy cierto cómo, si generalmente nos da miedo hablar, a los hombres aún más. Por el tema de la masculinidad frágil y una creencia aún muy arraigada de que exponerse es síntoma de debilidad. Y es fortaleza. Siempre.
Lo que ocurre es que ha sido más interesante aquí porque, se presupone que él, que es el artista y por tanto, el más sensible, también adolece de lo mismo.
Además de eso, como buena amante de las venganzas, la premisa de Ozy me gustó. Aunque aún me gustó más que le saliera el tiro por la culata porque no se puede luchar contra el amor. Y por eso Isla hacer honor a su nombre y es esa isla que ha traído paz a su vida. Amén de un descanso más que necesario en su vida.
Y por eso, Isla es su mejor compañera vital. No solo porque también es artista, así que por ahí se entienden. Sino porque con esta profesión se vuelve a trazar el paralelismo entre amor e inspiración. Y ambos pueden aparecer cuándo, dónde y con quién menos lo esperamos. E incluso cuando comienza con una mentira, las cuales no hay que olvidar que cuentan con su parte de verdad.
Por eso, oponer resistencia a la llegada de uno y otra es una batalla perdida de antemano.
Pero, es también una novela muy sensual y sexual. Porque en las distancias cortas es donde realmente se conoce al otro. En cuerpo y mente. Y por eso, aunque están encerrados en plena tormenta de nueve, no pasan nada de frio.
Sin embargo, la comunicación se hace con gestos, de los cuales van sobrados. Pero también con palabras. Y por eso, tampoco debemos rehuir ni a la comunicación ni a la verdad, que siempre terminará por salir a la luz y estallar cual burbuja. Amén de que lo hará en el peor momento posible a nuestros ojos. Y por ello, resultará imposible no enfrentarla.
Una comunicación que permitirá poner en práctica así la empatía. Y con ello, el perdón. Fundamental, como digo anteriormente para la felicidad. Personal y con las personas a las que queremos. Que al fin y al cabo, es el objetivo que todos tenemos que marcarnos en la vida.
Y por eso, el final me ha gustado muchísimo y es también muy adecuado para esta pareja. La cual no tiene tiempos a la hora de sentir y aceptarlo. Ni de dar pasos puestos que están muy seguros de sí mismos y de ellos como conjunto.
Aunque al mismo tiempo, no me ha gustado porque ya estoy deseosa de saber más del resto de los hermanos.
Empezando por Sam, el que rehuye como si de agua hirviendo se tratase el aparecer en público y que le saquen fotografía.
Y continuando por la única chica de la familia; Nancy, y su particular relación con Matt, el médico y amigo de la familia con el que no se lleva especialmente bien. ¿Cuánto tardará en curar su corazón?
Enhorabuena María porque... ¡me ha encantado este par!
¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!
¡Nos leemos pronto!

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