Una jugada inesperada de Edine Mull (serie Corazones en juego 1)

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de uno de los libros viajeros que llegaron a mi 
casa. Sí, en este caso, ya hacía tiempo que no escribía esta introducción. Pero, para aquellos que lo echabais de menos, no os preocupéis. He retomado dinámica. Y con todo el esplendor que merece.

No es la primera vez que conozco la pluma de la autora. Y es más, la conocí por otro libro viajero. Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de esta publicación y os dejo con la sinopsis y mi opinión de, Una jugada inesperada escrita por Edine Mull, el primer volumen de la serie Corazones en juego.

SINOPSIS

Jordan Callahan juró no volver a Toronto. Allí lo había perdido todo. Allí había dejado de ser ella.
Sin embargo, el destino la llevó de vuelta… aunque fuera por unos meses. Solo quería terminar sus prácticas de Fisioterapia, mantener un perfil bajo y marcharse lo antes posible. Ese era el plan.

Hasta que apareció Nathan Prescott.

Capitán del equipo de hockey, ídolo nacional. Nathan lo tenía todo…, excepto paz. Detrás del número 17 se escondía una culpa que lo perseguía en silencio y un pasado que nadie conocía.

Jordan no buscaba complicaciones. Nathan no estaba dispuesto a abrirse.
Pero cuando dos personas rotas se cruzan, a veces lo último que esperan es justo lo que más necesitan.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un par de comentarios al respecto de la novela y de la portada.

En lo que a la novela en sí, he de aclarar que, si bien es el primer volumen de una serie, se puede leer de manera independiente. Pero, sí que aclaro que, algunos de los secundarios que salen en él, saldrán también en el resto de volúmenes convertidos ya en protagonistas.

Y en lo que a la portada en sí, he de decir que, en mi caso, considero que no le hace justicia a la novela. Porque dada la estética y el estilo que posee, parece una novela juvenil de hockey y por tanto, de sport romance, cuando no lo es. Es mucho más madura de lo que pudiéramos pensar por algunos de los temas que en ella se incluyen. Y por ahí, despista.

En esta novela vamos a conocer la historia de amor entre Nathan y Jordan y cómo, aparentemente estos opuestos que se atraen, tienen mucho más en común de lo que podrían pensar. Porque en las distancias cortas es donde realmente se conoce a una persona y por eso, las apariencias engañan. Más en lo que a un deportista de élite y famoso se refiere.

Sin embargo, esta base y premisa, sirven para introducir otra serie de temas interesantes de ser desarrollados con más profundidad. Confirmando así que la literatura es algo que trasciende un mero entretenimiento y que por eso, se convierte en un arma de denuncia que sirve para poner de relieve aquellos aspectos de nuestra sociedad que no son ni tan bonitos ni tan brillantes.

Como es una novela muy romántica, queda muy claro que no todos los amores existentes son sanos. Y aquí es donde empiezan las similitudes entre los protagonistas. Porque... el amor entre los miembros de su familia de sangre no es el mejor que puedan experimentar.

Este, es un error muy común. El de darlo por descontado pensando que, por compartir grupo sanguíneo y vínculo se nos va a consentir, tolerar y perdonar todo. Y no es así, quien algo quiere algo le cuesta.

Y sobre todo, que padre se hace y no se nace. Por eso, el padre de Jordan tampoco es un buen progenitor ya que vive a través de sus hijos. Y eso tampoco, hay que darles el espacio suficiente como para permitir su desarrollo y su individualidad. Porque así no hay buen amor, es toxicidad. Y por eso, actividades o hobbies que podrían gustarles se convierten en obligación. O incluso en situaciones con una presión que, no son capaces de tolerar... acarreando consecuencias muy graves.

Por eso, hay que escuchar y estar pendiente a los niños y crear un ambiente y un clima donde ellos estén cómodos para hablar. Y escucharles. E incluso concederles el beneficio de la duda en la situación que parezca inverosímil. Una acción que no comete el abuelo de ella cuando su nieta le comenta y es consciente del bullying que está sufriendo, al cual no presta mucha atención. Por ser cosas de críos o adolescentes, cuando no es así.
Es un problema más serio y grave de lo que pudiéramos pensar y por eso, tolerancia cero antes de que sea demasiado tarde.

Sin embargo, el abuelo, en aras de la diplomacia y del bienestar familiar no le hace especial caso, con toda la buena intención del mundo y... queda demostrado que las buenas intenciones están llenas de daño.

Porque, tanto abuelo femenino y padre masculino son dignos representantes y paradigma de lo tóxico que puede llegar a ser el amor por el poder o por la fama, por los cuales estamos dispuestos a todo. Incluso a que se convierta en la prioridad de nuestras vidas, abandonando todo lo que está a nuestro alrededor. Porque, pensamos de manera errónea que el éxito y la felicidad van de la mano si gozamos de una buena posición económica o del reconocimiento social de quienes están a nuestro alrededor. Y no es así. La verdadera riqueza y con ello, la felicidad, está en las pequeñas cosas del cotidiano. Y esas tienen valor inmaterial.

Sin embargo, retomo el tema del bullying porque, en este caso, una de las mentes pensantes y ejecutoras es, nada más y nada menos que la prima de ella. Y con esto, entra de pleno el tema de la sororidad mal entendida. Porque, si las mujeres nos apoyásemos más entre nosotras y sobre todo, no nos considerásemos como enemigas cuando hay hombres de por medio, el mundo sería un lugar mejor para todos. Sin embargo, como solemos hacer justo lo contrario, aún pagamos esas consecuencias.

Afortunadamente, los dos protagonistas, si bien no son afortunados en la familia de sangre, sí que lo son en la familia que se elige, la de los amigos. Y por eso, me ha encantado el compromiso de Nathan para con el equipo y sus miembros y cómo se implica en la medida de lo posible con quienes están a su alrededor. Porque es un líder y un líder sabe que serlo es lo mismo que dar un buen amor a los demás. Ya que intentará sacar siempre la mejor de quienes están a su alrededor. Porque sabe que así, no solo él, sino todos resultarán beneficiados.

Pero, he amado la relación entre Caden y Jordan, sobre todo porque él no es el chico malo del deporte en lo que se trata de proteger a su amiga/hermana. Y por eso, ni a él ni a su familia le duelen prendas a la hora de actuar y tomar decisiones en aras de la salud mental y de la felicidad de ella. Por muy extremas o inconcebibles que puedan parecer a los demás.

Y es que, gracias a ellos entra de pleno el amor propio como antesala de la felicidad. Y por eso, queda muy bien reflejado cómo la salud mental es muy importante. Principalmente porque suele ser la denostada dentro del campo y el área de la salud. Cuando debería estar a la misma altura que el resto.

Sin embargo, como queda bien reflejado en el libro, aún existen miedos y reticencias para confesar que se acude a profesionales de la rama. Y sobre todo, cómo seguimos siendo muy machistas en lo que a la consideración de las mujeres. Y por eso, con tal de seguir creando una mala fama o imagen, estaremos dispuestos a sacar cualquier cosa para seguir hundiéndola. Porque la vara de medir y la empatía para con nosotras no es igual que si un hombre se viera implicado en una situación de similares características.

Y en este sentido, me ha parecido muy inteligente que ella sea fisioterapeuta. Porque si bien no es "médico" como tal, sí que cura. O al menos, así lo hace con el protagonista. Aunque, en su caso también, en casa del herrero, cuchillo de palo.

Para concluir, he de decir que hay mucho amor romántico. Y en este caso, se presentan los que existen de ambos tipos.

Así, está el tóxico, en el personaje de Tyler. Quien es el responsable de la desconfianza/odio de Jordan para con los deportistas. Y no es para menos.

Él es el primer amor de la protagonista y así, se pone de relieve la importancia que estos tienen en nuestras vidas. Y cuán peligroso es usarlos como vara de medir o comparativa para los que llegarán después, ya que todos, independientemente de la duración de esa relación lo son. Del mismo modo, que es también muy importante saber aceptar cuándo ha llegado a su fin y no quedarse estancado en el pasado por ese motivo. Asimismo, que también hay que tener bien claro que una relación siempre es cosa de dos y que no podemos ni cambiar a la otra persona, ni tampoco obligar a que nos quieran como nosotros queremos que lo hagan. Eso no es amor, es toxicidad y por eso, de ahí hay que huir. Porque se inicia con minar el autoestima y se puede terminar en cosas de un cariz de lo más serio.

Y en el tema del buen querer se incluye el respeto de los tiempos para dar pasos más allá o no. Y sobre todo, no dejar que modas o ritmos de quienes estén a nuestro alrededor nos fuercen o motiven a hacer cosas para las que no estamos realmente preparados. Así no, y mucho menos en la sexualidad. Cada uno tiene que vivirla en libertad y respetando sus tiempos.

En este sentido, he de decir que Tyler en realidad es un hombre carente de autoestima y personalidad frente a la prima de ella. Y por eso, en su masculinidad frágil y personalidad voluble ha de hacerse valer delante de otros escogiendo a una persona más vulnerable que sí. Lo cual, da mucha pena, pero sucede de un modo mucho más habitual de lo que pudiéramos pensar.

Y luego, está el amor romántico bien entendido. El de los protagonistas, a pesar de pasados y recelos. Y ha sido interesante ver su dinámica porque él nunca se había enamorado antes, aunque no era desconocedor del sentimiento. Y por eso, pone de relieve cómo, en ocasiones es bien difícil confundir amor con sentimientos de cariz similar.

Y a su vez, queda demostrado que no podemos huir de él, porque será una batalla perdida de antemano. Ya que aparece dónde, cuándo y con quién menos lo esperamos. Incluso en aquellas circunstancias de lo más inesperadas. De ahí que, fingir también que no estamos sintiendo lo que estamos sintiendo es, de nuevo un error.

Y por eso, ha sido divertido ver cómo este par fingían que no estaban enamorados, cuando era un secreto a voces para todos los que estaban a su alrededor. Y cumplían por eso, esa prerrogativa de que no hay más ciego que quien no quiere ver. Sin embargo, se olvidaban de algo que era bastante claro, y eso es que toda mentira tiene su parte de verdad.

Además de eso, vuelve a recordar que si bien las relaciones sexuales son muy importantes dentro de una relación, tampoco hay que menospreciarlas porque, a base de repetir y compartir este tipo de intimidad, se puede derivar en sentimientos de un cariz de lo más diferentes.

Aunque, sea del tipo que sea el modo en que creamos una relación y nos relacionamos con los otros, tenemos que recordar que la implicación en una pareja ha de ser idéntica, a riesgo de descompensación. Y sobre todo, también tener bien presente que, la comunicación ha de ser uno de los pilares básicos sobre la cual sustentarla, junto con la confianza. Porque si ninguna de las dos está bien desarrollada, se corre el riesgo de los malentendidos, discusiones e incluso de las rupturas sentimentales. Por muy buenas que sean las intenciones y mucho daño que quisiéramos evitar al otro. Así no, sucede justo al revés.

Porque el amor, en ocasiones es una jugada arriesgada e inesperada, pero de la cual nunca hay que arrepentirse. Y por eso, quien bien te quiere, lo hace libre y sobre todo, no tendrá problemas en demostrar que te quiere y que te elige a ti por encima de los demás.

No puedo no concluir este post sin mencionar una subtrama amorosa por lo necesaria de la misma. Y esa no es otra que la de Liam, un friends to lovers homosexual que pone el foco en cómo aún continúa la masculinidad frágil en el deporte y cómo por eso, más de un hombre no puede hacer pública su sexualidad por miedo a la cancelación y apartarle de su profesión.
Rompería demasiados sueños y estereotipos que tienen que ver con él. Y por eso, aún no estamos preparados para ello.

Pronto os presento el segundo volumen de la serie.

¡Nos leemos pronto!

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