Una razón y media para odiarte de Abril Laínez

¡Buenas tardes!

La entrada del blog de hoy está dedicada a la opinión de una novela que leí en colaboración con la 

autora, a quien le agradezco el envío del ejemplar en digital. Pero sobre todo, el hecho de que haya vuelto a colaborar conmigo para que compartiera mis impresiones con ellas acerca de su última novela.

Por eso, no me voy a entretener mucho más en la parte introductoria de la misma y por eso, prefiero dejaros con la sinopsis y mi opinión de Una razón y media para odiarte de Abril Laínez.

SINOPSIS

Mi nombre es Logan Bowen, soy químico y vivo en Seattle.
La noche en que decido recuperar las riendas de mi vida empieza en un hospital, mientras intento averiguar si mi exnovia ha fingido una crisis de ansiedad.
Y continúa cuando aparece ella: Nicole. La «diosa griega» que pasó por mi vida una sola noche.
Y empeora cuando niega reconocerme y, lo que es peor, niega llamarse Nicole.
Miente, y quiero saber por qué.
La ocasión llega, cuando me veo obligado a trasladarme a la casa del lago, durante un mes, con mi familia… y con una médica arrogante e insoportable que han contratado.
Es ella.
Me pregunto por qué miente y por qué responde a otro nombre.
Lo averiguaré, aunque no sé si la guerra es la mejor opción para ello.

Mi nombre es Kendall Stanley, soy médica y vivo en Seattle.
Aunque me cueste admitirlo, me burlé del destino. Y ahora clama venganza.
Lo sospecho una noche en el hospital, durante una guardia interminable, cuando aparece el chico de los ojos grises, el mismo con el que compartí una sola noche de mi vida.
Y lo confirmo cuando el hospital me obliga a mudarme durante un mes a una residencia aislada junto a un lago congelado, propiedad de una influyente familia de químicos, cuyo hijo… está congelado también.
Es odioso. Hace demasiadas preguntas.
Y lo peor es que no puedo responderle: juré guardar el secreto mientras viviera.

Tengo una razón y media para odiarlo, y no sé si algún día descubrirá por qué.

OPINIÓN

Antes de comenzar con la opinión propiamente dicha, he de hacer un comentario al respecto del título porque me llamó la atención ese y media. Ya que, generalmente el odio, al igual que el amor es bastante extremo y por eso, no suele haber medias tintas. Para bien, o para mal, no deja indiferente y por eso, esa parte descolgada ahí... no sabía muy bien por qué.

Aunque, al terminar la novela me di cuenta de que, dos mitades o medias hacen un todo. Y por eso, ese global tan necesario para la pareja. Y que es una metáfora bastante interesante e original del hecho de que, antes de querer bien a los demás, tenemos que querernos bien a nosotros mismos primero.

Es una historia de amor de enemies to lovers de esas en la que la autora parece estar especializada, pero... también hay otros temas susceptibles de ser desarrollados con más profundidad.

Porque, he de decir que al principio, no entendí muy bien el tema de Kendall/Nicole, aunque una vez lo terminé me di cuenta de que la autora había ido un paso más allá y por eso, creo que, de todos los que he leído, es donde ha hecho la trama un poco más compleja. Y por eso, en cierto modo es un viaje en el que el lector acompañará a la protagonista en la cura de su corazón, necesitado de cuidados y de rehabilitación. Pero además, en su viaje de autodescubrimiento y autoconocimiento. Muy necesario a pesar de lo retorcido y tortuoso que puede llegar a ser. Y es que solo así podremos ser felices.

Y también hay mucho amor, lo que ocurre es que no siempre es del todo sano. Por eso, no tenemos que darlo ni por descontado ni por supuesto... a riesgo de sorpresas... no siempre agradables.

Así, por ejemplo se introduce el amor entre los miembros de una familia. Y he de decir que, en este caso, los dos protagonistas, si bien son opuestos al inicio, la realidad es que se parecen más de lo que piensan. Porque sus familias e historias están más ligadas de lo que piensan de inicio.

Por ejemplo, con las circunstancias de uno y otro se nos recuerda que todas las familias son válidas, independientemente del número de miembros que se tenga. Y sobre todo, independientemente de si hay vínculo o grupo sanguíneo entre ellos. Porque padre se hace y no se nace.

Es cierto que es difícil ser padres. Sin embargo, la realidad es que han de dejar que vivan con libertad y experimenten para que creen y forjen su propio criterio, carácter y personalidad. Y no tratar de vivir a través de ellos o controlarles hasta el extremo. Eso no es buen amor, eso es toxicidad. Y por eso, en este caso, la madre de él no es una buena candidata a madre del año he de decir.

Y este respeto hacia la individualidad de los hijos, queda mucho más claro cuando aparece esa convivencia forzosa. Ya que ahí, no queda de otra que los hermanos interactúen y sean conscientes de esos aspectos diferenciadores entre ambos. Y aunque a veces puedan echarse cosas en cara, también se dan cuenta de que la diferencia enriquece y no tiene por qué separar. Es más, es conveniente esa diferencia para que sean más ricos. E incluso para abrir los ojos de una manera rotunda en lo que las relaciones sentimentales de pareja se refiere y se den cuenta de que, quizás, esa relación perfecta, no sea tan idílica como creían. O que la influencia de su madre y de las circunstancias en las que han sido criados tengan mucha más influencia e impacto sobre ellos de lo que pensaban en principio.

Me ha gustado también el toque reivindicativo de la novela porque así, la literatura se convierte en algo que va mucho más allá de un mero hobby o entretenimiento. Sino que sirve para denunciar aquellos aspectos o temas de nuestra sociedad que no son ni tan bonitos ni tan brillantes. De ahí que me haya parecido valiente el tema de las clínicas "médicas" donde se juega con bebés como si fueran una propiedad más que se puede comprar o vender. Cuando no, son personas. Y además, siempre hay que buscar el bienestar de los niños, les conozcamos o no. El modo en que los tratamos y nos preocupamos por ellos dice mucho de nosotros como sociedad.

Por otra parte, me ha gustado que lo incluya como parte de una trama contemporánea, porque se cree y se piensa que son acciones de hace tiempo, cuando la triste realidad es que, sigue sucediendo. Y eso es muy triste. Así que tolerancia cero en ese tipo de actuaciones. Más que nada porque el dinero no da la felicidad sino que son las pequeñas cosas del cotidiana, que tienen valor inmaterial, las que nos hacen realmente ricos.

De ahí que, por ejemplo, Kendall es feliz por un tiempo breve al completo, cuando completa el puzle y los huecos que sus ausencias familiares les habían dejado.

Y para concluir con el tema del amor en la familia, he de decir que también me ha gustado la importancia que se le da al abuelo dentro de la familia. Porque así, nuevamente, se nos recuerda a la sociedad contemporánea que su rol es más importante de lo que pudiéramos pensar. Y por eso, tenemos que escucharles mucho más. Ya que su sabiduría proviene de sus experiencias vitales. De ahí que, haya que escucharles y así aplicarlas de manera correcta ajustándolas de la mejor manera posible a nuestras circunstancias. Así, el abuelo, precisamente por esa edad, pasa más desapercibido por la edad. Cuando al contrario, ha calado a todo el mundo desde el principio.

También me ha gustado la alusión a la familia que se elige, como es Matt. Y por eso, su relación con Kendall es maravillosa. Porque la apoya, la aconseja y le advierte para bien y para mal de cómo debe actuar y proceder al respecto de según qué personas y qué decisiones. Y en ocasiones, no le duelen prendas y tampoco tiene tacto, para contarle y compartirle su opinión al respecto de todo. Como debe ser. Porque así se define perfectamente bien lo que es la confianza. Y por eso, a veces, la verdad duele. Pero es necesaria saberla. Incluso a veces para hacernos reaccionar el respecto.

Y además de eso, hay también mucho amor del romántico. Porque, los protagonistas, aparte de ser bastante similares, estaban también, en cierto modo predestinados. Y es que, no se puede huir del amor. Porque aparece dónde, cuándo y con quién menos lo esperamos.

Eso sí, como nos da mucho miedo el hecho de siquiera atrevernos a sentir, preferimos otros modos de relacionarlos. Y ahí entran de pleno las relaciones sexuales. Como con este par.

Pero, al comportarnos así en realidad, lo que estamos haciendo es menospreciarlas en cierto modo porque, a base de compartir intimidad, se pueden generar y desarrollar unos sentimientos de un cariz bastante diferente.

Porque no podemos huir del amor, porque aparece dónde, cuándo y con quién menos lo esperamos. E incluso, es tan sabio que sabe reaparecer para llevarnos a quien es la persona de nuestras vidas. Por eso, no podemos plantarle cara, ya que será una batalla perdida de antemano.

Eso sí, el amor no se mantiene en el tiempo de la nada. Porque quien algo quiere, algo le cuesta y por eso, como toda buena relación ha de sustentarse en la confianza y la comunicación. Y por eso, en este caso, he de decir que la trama amorosa, si bien desarrollada con cierta profundidad en el período de convivencia forzada a la que se enfrentan, puesto que han demostrado que en las distancias cortas es realmente donde se conoce a una persona... la realidad es que me ha parecido, a grandes rasgos, la subtrama más floja de la novela.

En el desarrollo en sí, no. Pero sí y mucho en la resolución final, la cual considero que necesitaba un desarrollo y una profundidad mucho mayor de la que ha tenido. Principalmente en el final y la obtención del perdón por parte de él, ya que la desconfianza y sobre todo, la ofensa realizada era demasiado grande y grave como para que, prácticamente de la nada, sea perdonado.

Así que, en este sentido, he preferido mucho más la subtrama urdida por Audrey, quien se ha convertido sin duda en mi personaje preferido de la novela.

¡Muchas gracias por querer colaborar conmigo!

¡Nos leemos pronto!